Toma contacto con el momento actual de tu vida. Nota tu cuerpo y tu respiración.
Ve escribiendo y rellenando, en el papel, los distintos apartados que siguen, para darle una forma consciente a tu proyecto vital.
Tantea la redacción de cada apartado y, después de haberlo rellenado, respira lenta y profundamente varias veces, y consulta las sensaciones globales en el centro de tu cuerpo para ver si notas una sensación de encaje, como si tu cuerpo dijera: “sí, eso es”.
Si notas que algo chirría, para antes de seguir adelante hasta ver qué falta, qué sobra o qué hay que modificar.
Los apartados son los siguientes:
a) Proyectos parciales, por áreas (supuestas atendidas las necesidades básicas)
respecto al amar y ser amado
respecto a la actividad profesional, cultural y social
respecto a otras actividades en que elija estar o seguir implicadolúdicas, festivasde contacto con la naturalezade cuidado de la salud física (paseos, gimnasia, deporte...)artísticaspolíticascientíficas o filosóficas (intelectuales)de espiritualidad, religiosas
respecto a la cosmovisión
respecto a los potenciales o actitudes humanizadoras que quieren cultivarse de un modo especial
logros parciales a conseguir por etapas
b) El conjunto del proyecto
Una vez redactado el proyecto por áreas, imaginar que el proyecto se convierte en un libro
Pensar el título del mismo
Y el título de unos cuantos capítulos, en la forma que se desee (cronológico, por áreas…)
Redactar la primera frase del primer capítulo
Redactar el final del último capítulo
Dibujar la portada del libro
Una vez terminado, contactar nuevamente con la respiración y las sensaciones globales en el centro del cuerpo, modificando lo necesario hasta conseguir la sensación de encaje.
Una vez que se ha logrado, mantenerse ahí un minuto, paseando por dentro y respirando la sensación de comodidad con el propio proyecto vital.
7
SI YO NO HUBIERA EXISTIDO
A veces, el sentido de la vida se escurre entre las rutinas y los pequeños detalles de día a día que parecen no tener importancia. En el fluir cotidiano, parece no haber más que inercia y el conjunto del sentido de la vida escapa como se escapa el agua si queremos cogerla entre los dedos.En el presente ejercicio se trata de encontrar el sentido desde la omisión de la propia existencia, ayudando a tomar conciencia del significado que ella ha tenido y tiene para otras personas y el conjunto de la sociedad. La primea parte está inspirada en la película It’s a wonderful life, de Frank Capra (1946).El terapeuta adapta la fantasía propuesta a las circunstancias propias de la persona que tiene delante. Aquí se ofrece un esquema general. |
Colócate en una postura cómoda, que te permita focalizar la atención en la fantasía que te voy a proponer. Puede ser en posición tumbada y con los ojos cerrados (es lo más común), o cualquier otra que a ti te vaya bien.
Nota los detalles de tus sensaciones corporales: el peso de tu cuerpo y los diferentes contactos del mismo con el suelo, la ropa, etc. Nota los ruidos y acaso olores que estás percibiendo.
Empuja al fondo de tu atención todos estos detalles exteriores, y céntrate en las sensaciones procedentes de tu respiración, dándote cuenta del vaivén interior que esta imprime a tu cuerpo.
Nota cómo expande y contrae tu cuerpo y lo llena de suaves olas que van liberando tensiones, poco a poco, abandonándolas fuera como las olas abandonan en la arena pequeñas algas, conchas o pequeños trocitos de madera.
Observa cómo esta respiración se da rítmica y sin esfuerzo…
Mientras la respiración realiza su tarea, envíala también al fondo de tu atención, y busca en un interior un espacio neutro en el que focalizar, destinado a dejar aparecer la fantasía que te iré proponiendo. Un espacio amplio, adecuado para visualizar, o tener la sensación de que allí están sucediéndose las escenas que te propongo a continuación.
Imagina que según estás aquí, poco a poco, sientes cómo vas elevándote con suavidad del suelo. Te das cuenta de que estás en una especie de alfombra mágica, una especie de plataforma firme y blanda, donde te apoyas con seguridad.
Esta alfombra mágica es muy especial y puede transportarte y viajar en el espacio y el tiempo. Ahora nota cómo sube más y más, y te coloca entre las nubes. Puedes sentarte cómodamente, porque la alfombra es gruesa y mullida, y ver lo que ocurre debajo. Hace una temperatura agradable y la sensación es luminosa y espaciosa.
La alfombra se ha desplazado unos años hacia el pasado, y se ha colocado encima del ambiente en que vivían tus padres antes de que te hubieran concebido.
La alfombra desciende lo suficiente como para que puedas ver con claridad lo que sucede ahí abajo.
Observa la casa en la que viven tus padres, sus entradas y salidas, su vida cotidiana. Si quieres, puedes volverte invisible, descender en ella y espiar, sin que te vean, cómo es su día a día, o simplemente verlo desde lo alto…
Si tienes hermanos mayores, u otras personas que vivan en la casa, observa también la vida de estos, su relación con tus padres o cualquier otro detalle de su convivencia.
Ahora deja que el tiempo se mueva al momento en que tu madre se da cuenta de que está embarazada. Mira cómo es ese proceso, qué parece que siente, cómo y cuándo se lo dice a tu padre y al resto… y la reacción de ellos…
Pero no…
Muévete unas semanas más atrás e imagina que tú nunca hubieses llegado a nacer, ni tan siquiera a ser concebido…
¿Cómo hubiera seguido la vida de tus padres sin ti?
Mírales ahora en lo que fue el período de embarazo y nacimiento, sin ese embarazo. Observa a tu madre sin los signos del mismo… El momento de tu nacimiento con su ausencia en el mundo… y los meses siguientes sin ese bebé que fuiste.
¿Qué les habría faltado? Como en esos dibujos en que se trata de encontrar ocho diferencias, te invito a preguntarte ¿qué sería distinto, para ellos, si tú no hubieras existido?
Toma conciencia de su vida sin ti, dejando que te venga cualquier tipo de imagen o intuición. También puedes observar cómo habría seguido la vida de las otras personas cercanas (hermanos, si has tenido, abuelos…) sin tu infancia entre ellos…, sin que nunca hubieras formado parte de su vida.
¿Qué preocupaciones, alegrías, tristezas, diversión y disgustos no habrían tenido lugar nunca? ¿Qué anécdotas de tu infancia no se habrían contado nunca? ¿Qué abrazos, sonrisas y miradas no habrían tenido lugar?
Quédate unos momentos ahí, permitiendo que venga lo que quiera, sin rechazarlo…
Deja que la alfombra se eleve un poco y se mueva en el tiempo yendo a tu época escolar. Imagina vacío el lugar de las sucesivas clases donde te sentaste. A tu grupo de compañeros y amigos sin ti. ¿Qué les habría faltado? ¿Qué les aportabas que no habrían tenido? ¿Cómo serían sus juegos, aventuras y complicidades infantiles sin ti? Y en tu familia… ¿qué habría faltado si tú no estuvieras allí, creciendo con ellos y entre ellos? Fíjate, como en los hallazgos de las ocho diferencias, en detalles pequeños que nunca hubieran tenido lugar si tú no hubieras existido.
Sigue dejando que la alfombra se mueva a la época de la adolescencia y juventud… rememora esa época especial, con sus sueños, inquietudes, proyectos… ¿qué no se habrían planteado tus amigos y compañeros, tu familia, si tú no hubieras existido nunca? ¿qué habrían dejado de recibir? ¿qué sueño no se habría soñado nunca? ¿qué palabra de apoyo no se hubiera pronunciado? ¿qué escucha no hubiera tenido lugar?.... ¿qué sonrisas no se habrían intercambiado? Quédate unos momentos repasando la diferencia de cómo habría continuado el ambiente en que creciste, las carencias que nunca notarían, pero reales, si tú no hubieras existido y que tu vida hizo posibles…
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