Tamara – La verdadera fortuna es mía. Nunca esperé conocer a un hombre como tú, todo el cariño que siempre quise y necesité lo encuentro solo en ti. Creo que si no me hubieses hablado ese día en el bar por puro instinto yo lo hubiera hecho para poder iniciar nuestra historia, de eso sí no tengo duda, pero al final me hablaste y nunca más mis ojos pudieron despegarse de tu mirada, eso es un hecho que toda la vida va a perdurar.
Karl – Mi corazón dice absolutamente lo mismo, cariño, no cabe duda de que estamos hechos el uno para el otro. Por cierto, ¿quieres desayunar en el hotel o en un restaurante local? Llegamos muy temprano y yo me muero de hambre, no sé qué tipo de comida ofrezcan pero estoy seguro de terminarme todo lo que me sirvan, si hay buffet será mucho mejor.
Tamara – Tienes razón, lo mejor sería buscar un buen buffet para poder comer lo que queramos, tal vez hasta podamos llevar comida para comer en el hotel, quién sabe, pero tenemos que ver qué opciones hay.
Karl – Mira, ese restaurante de la esquina dice que es un buffet las veinticuatro horas, vamos a investigar.
Tamara – ¿Qué estamos esperando? ¡Vamos!
Karl – Hay comida francesa y casi de todos los países, creo que no tendremos problema en comer todo lo que sirvan. De todas formas los postres se ven deliciosos, voy a hacer espacio para comerme unos cuatro, si es que aguanto.
Tamara – Yo igual, todo se ve absolutamente exquisito.
Karl – Por cierto, ¿Te gustaría tener hijos en un futuro?
Tamara – Tuvimos relaciones varias veces desde que nos conocimos y seguimos teniendo, no usamos ningún tipo de protección, en teoría ya debería de estar embarazada. Soy muy irregular, hablando de mis periodos, pero si en un futuro se diera la oportunidad, claro que sí. No estoy cerrada a tener bebés, creo que toda mujer sueña en algún momento de su vida convertirse en madre. ¿Por qué lo preguntas, amor?
Karl – Simplemente porque tenía mucha curiosidad en saber tu opinión al respecto. De hecho nunca habíamos platicado, es por eso que quise preguntártelo de una vez. A mí sí me gustaría pero no sé si quiero un hombre o una mujer, tal vez los dos, o quizá tengamos gemelos, todo puede pasar.
Tamara – Quién sabe. Como tú dices, todo puede llegar a pasar, quiero decir que no hay que estar cerrados a ninguna posibilidad que se pueda presentar, pero ya veremos qué es lo que pasa. Creo que debemos de empezar a disfrutar esta nueva etapa en la que estamos para que podamos aprender recíprocamente, solo así podremos estar mejor preparados para las situaciones que se nos presenten o posibles eventualidades.
Karl – Concuerdo contigo, tengo conocidos que han tenido a sus hijos antes de casarse pero no pueden viajar o hacer otro tipo de actividades por cuestiones de estar al pendiente de sus retoños, otros los tienen después de casados, y otros esperan más tiempo o no los tienen; creo que tiene que ver con planificación, pero bueno, cada pareja es diferente.
Tamara – Ahora que tenemos la oportunidad de viajar y disfrutar nuestra vida creo que debemos de tomar ventaja, corazón. Algún día las responsabilidades serán mayores, conforme pase el tiempo más obligaciones vendrán, con hijos o hijas vamos a necesitar más tiempo para cuidarlos, quiero decir, nuestra vida va a cambiar dramáticamente cuando ellos lleguen.
Karl – Vaya que sí, corazón. Las cosas cambian todo el tiempo, estoy seguro de que nuestra familia tendrá cambios para lo mejor, verás que así será. El hecho de que tú estés conmigo representa uno de los mejores cambios que he tenido en mi vida así que solo cosas positivas y hermosas pueden salir de ti.
Tamara – ¿Sabes? Estuve platicando con Alisa y me comentó que tú y ella salieron por algún tiempo. ¿No es verdad? Desde que te conozco constantemente me has contado todo lo que pasa en tu vida sin secretos, siempre siendo claro en todo. Me pregunto por qué nunca me dijiste nada al respecto.
Karl – Si, tienes toda la razón amor, la verdad es que no quería comentarlo porque tenía miedo de que te enojaras o que reaccionaras de una forma violenta al saber que ella y yo habíamos tenido una relación de pareja. Como ya hacía mucho tiempo que había pasado no le tomé mucha importancia, nunca pensé que ella te hablara al respecto, no por tener algo que ocultar ni nada por el estilo, simplemente no pensé que ella te lo dijera. Tú bien sabes que no existe ningún secreto entre nosotros, simplemente no pensé que fuera relevante o que tuviera una fuerte importancia ahora, eso es todo.
Tamara – Comprendo lo que dices, simplemente es la sensación de no saber algo que pasó en tu vida desde que tú y ella siguen siendo amigos. Me queda claro el punto de que ya no hay amor ni romanticismo entre ustedes desde hace mucho tiempo; he hablado con ella sin rodeos, no veo ningún problema en que haya comunicación entre ustedes, simplemente quería preguntarte la razón del por qué nunca me comentaste nada al respecto, eso es todo, no te preocupes, no soy una inquisidora que va a quemarte en la hoguera por ser un hereje adúltero ni nada por el estilo, amor.
Karl – Me alegra escuchar esas palabras, por un momento pensé que realmente me ibas a quemar vivo sin piedad. Pero ya hablando en serio, sabes que no me atrevería a lastimarte o decirte mentiras. Simplemente son cuestiones que pasaron anteriormente en mi vida, que todos cometemos el error de pasar por alto alguna vez.
Tamara – Tienes razón, corazón, son situaciones que nos pasan a todos sin excepción. Confío plenamente en ti y no dudo de que todo lo que me dices es cierto; después de todo, sabes perfectamente que las mujeres siempre nos enteramos de todo lo que pasa de una forma o de otra, no importando cuánto tiempo pase, eso es una ley universal.
Karl – Y por obvias razones nunca me atrevería a mentirte o tergiversar ideas que nos puedan afectar ahora o en el futuro. Eres mi tesoro, el cual no pienso perder por ningún motivo.
Tamara – Bueno, más te vale… De lo contrario, ¡sí te quemaré en la hoguera!
Karl – De acuerdo, queda todo perfectamente entendido, corazón.
{El tiempo que nos quedaba en ese paradisiaco lugar tuvimos la oportunidad de recorrer diferentes islas tomando muchas fotografías, simplemente disfrutando plenamente de nuestra luna de miel. La atención en el hotel fue siempre espectacular, sin ningún problema en lo absoluto, era un sueño estar en ese lugar en donde solamente los dos nos encontrábamos.
El último día que nos quedamos preparé una cena especial en la playa solo para nosotros dos con asistencia del personal del hotel. Fue a la luz de la luna, el lugar estaba decorado con velas aromáticas, rosas en forma de corazones, una noche inolvidable que estaba seguro los dos atesoraríamos por el resto de nuestras vidas. No había ninguna duda en nuestros corazones de que el amor que sentíamos era tan real como cuando nos tomábamos de la mano para saber que nos encontrábamos vivos.
Después de la cena romántica pasamos la noche entera haciendo el amor, primero en la cama, luego en el jacuzzi que se encontraba en la parte de afuera en la terraza. Nos quedamos dormidos un par de horas hasta la madrugada, esa misma noche una brisa fría me despertó y ella seguía dormida sobre mí, la traté de despertar pero era tanto su sueño que no pude, así que la tomé en mis brazos, la llevé dentro de la habitación y suavemente la acosté en la cama. Yo también me encontraba rendido, así que me acosté a su lado; me quedé dormido casi de inmediato.
Al siguiente día nos despertamos a la una de la tarde, no nos habíamos percatado de que el tiempo había pasado tan rápido. Teníamos que apurarnos para arreglar nuestras maletas y así poder llegar a tiempo al aeropuerto. Por fortuna nuestro vuelo salía a las diez de la noche, de otra forma seguro que hubiésemos perdido el avión, sin duda alguna. Ambos nos apresuramos a preparar todo para el viaje de regreso a México, parecía que solamente teníamos cinco minutos porque ya nos sentíamos sobre tiempo.
Читать дальше