LAS AVES RAPACES
SUMARIO
Señoras del aire SEÑORAS DEL AIRE Al igual que el resto de las aves, las rapaces tienen el cuerpo cubierto de plumas. Útiles para volar, las plumas permiten también mantener su cuerpo a una temperatura constante. Por ello, deben conservar siempre su plumaje en perfecto estado: toman baños y limpian con esmero las plumas, y las impermeabilizan impregnándolas con el aceite segregado por la glándula uropigial, situada en la base de la cola. Aunque hermoso, su plumaje suele ser poco llamativo, combinando tonos marrones, negros y grises. La razón de estos colores discretos es muy simple, son cazadoras y deben pasar desapercibidas, camuflándose con el entorno. Poseen también unas garras afiladas y un pico fuerte y curvo que utilizan para inmovilizar y matar a sus presas. Las rapaces se dividen en dos grandes grupos: las diurnas y las nocturnas. Las primeras pertenecen al orden de las falconiformes , cazan durante el día, lucen una esbelta figura, poseen una vista muy aguda y vuelan rapidísimamente. Pertenecientes al orden de las estrigiformes , en cambio, las segundas tienen un cuerpo rechoncho, el pelaje suave y un vuelo lento, pero silencioso, con un oído excepcional que les permite percibir los más leves sonidos y su vista está adaptada a la visión nocturna. Águila de cabeza blanca bañándose para limpiarse las plumas.
Vuelos nupciales VUELOS NUPCIALES Durante la época reproductora, cada pareja ocupa un territorio que defiende de los intrusos; particularmente de otras aves de su misma especie. Aunque algunas rapaces, como el buitre común o el halcón de Eleonor, anidan en pequeños grupos. La temporada de cría no es igual para todas las especies, pero coincide siempre con la época del año en que las condiciones, por clima y alimento, son las más favorables para el ave. Durante el cortejo muchas rapaces realizan vistosos vuelos acrobáticos y, a menudo, el macho ofrece a la hembra una presa como regalo. Algunas realizan un vuelo ondulado, descendiendo y elevándose una y otra vez. Otras vuelan muy alto y después, plegando sus alas, se dejan caer en picado para remontar el vuelo cuando ya parece que vayan a estrellarse. Algunas rapaces utilizan el mismo nido año tras año, arreglándolo y ampliándolo según sus necesidades. Normalmente, tanto el macho como la hembra participan en la construcción del nido. Suelen ser construcciones muy sólidas y, en ocasiones, de gran tamaño, realizadas con ramas tapizadas con musgo, hojas, plumas... Parada nupcial en la que el macho simula atacar a la hembra y ésta le da la espalda, con las patas extendidas; en ocasiones, macho y hembra llegan a tocarse con sus garras. Las aves rapaces instalan sus nidos en los lugares más diversos: en las copas de los árboles, como el águila imperial (A); o entre las rocas de los acantilados; e incluso en viejos edificios abandonados o a ras del suelo, como el aguilucho lagunero (B). También hay rapaces, como el cárabo (C), que no construyen sus nidos sino que aprovechan las cavidades naturales de los árboles y de las rocas e, incluso, las hay que aprovechan los nidos abandonados de otras aves. Águilas reales construyendo su nido en unas rocas inaccesibles.
La cría de polluelos LA CRÍA DE LOS POLLUELOS Algunas rapaces presentan dimorfismo sexual, o sea, machos y hembras son distintos. Las variaciones pueden ser de tamaño, las hembras suelen ser más grandes que sus compañeros, o de coloración. La mayoría de las rapaces ponen entre dos y tres huevos, aunque también pueden superar los cinco o incluso, como el buitre negro, las hay que sólo ponen uno. La forma, tamaño y color de los huevos es muy variado. Aunque generalmente es la hembra la que los incuba, entre algunas rapaces también participa el macho en esta tarea. El período de incubación, según las especies, puede durar 23, 45 o, incluso, 60 días. Como regla general, suele ser más largo en las grandes rapaces, como el águila real y los buitres. Los polluelos rompen el cascarón ayudándose con un diente que tienen en la punta del pico para este fin y que pierden poco después de usarlo. Nacen cubiertos de un fino y suave plumón, hasta varias semanas después no les saldrán las plumas. Las crías de las rapaces son nidícolas , es decir, nacen indefensas y dependen durante un largo período de tiempo de sus padres que las alimentan regurgitando la comida en sus picos, por lo que tardan mucho en abandonar definitivamente el nido. Sin duda, los jóvenes buitres son los que más tiempo permanecen con ellos y, hasta los cuatro meses, no realizan su primer vuelo. Huevos de A. Milano negro B. Cernícalo común C. Lechuza común D. Azor E. Halcón peregrino F. Águila real G. Buitre negro H. Quebrantahuesos Durante los primeros días de las crías, uno de los padres deberá permanecer constantemente en el nido, mientras el otro caza. También, hasta que no tengan la pluma definitiva, el cuerpo de la madre o del padre los protegerá del frío o del calor.
Expertas cazadoras
Las rapaces diurnas
El águila pescadora
El halcón veloz
La majestuosa águila
El buitre, un planeador
El quebrantahuesos y el alimoche
Cazadores nocturnos
Búhos y parentela
El hombre, su mayor peligro
Glosario
Índice
Texto: Maria Ángels Julivert
Licenciada en Biología,
especialidad en Zoología
Ilustraciones: Estudio Marcel Socías
Dirección editorial: M aFernanda Canal
Dirección de producción: Rafael Marfil
© Copyright Parramon Paidotribo—World Rights
Published by Parramon Paidotribo, S.L., Badalona, Spain
ISBN: 84-342-1885-2
ISBN EPUB: 978-84-9910-299-3
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EL FASCINANTE MUNDO DE... |
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LAS AVES RAPACES
SEÑORAS DEL AIRE
Al igual que el resto de las aves, las rapaces tienen el cuerpo cubierto de plumas. Útiles para volar, las plumas permiten también mantener su cuerpo a una temperatura constante. Por ello, deben conservar siempre su plumaje en perfecto estado: toman baños y limpian con esmero las plumas, y las impermeabilizan impregnándolas con el aceite segregado por la glándula uropigial,situada en la base de la cola.
Aunque hermoso, su plumaje suele ser poco llamativo, combinando tonos marrones, negros y grises. La razón de estos colores discretos es muy simple, son cazadoras y deben pasar desapercibidas, camuflándose con el entorno. Poseen también unas garras afiladas y un pico fuerte y curvo que utilizan para inmovilizar y matar a sus presas.
Las rapaces se dividen en dos grandes grupos: las diurnas y las nocturnas. Las primeras pertenecen al orden de las falconiformes, cazan durante el día, lucen una esbelta figura, poseen una vista muy aguda y vuelan rapidísimamente.
Pertenecientes al orden de las estrigiformes, en cambio, las segundas tienen un cuerpo rechoncho, el pelaje suave y un vuelo lento, pero silencioso, con un oído excepcional que les permite percibir los más leves sonidos y su vista está adaptada a la visión nocturna.
Águila de cabeza blanca bañándose para limpiarse las plumas.
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