A partir del proceso de la entrevista, las realidades contadas agregaron nuevos saberes al entrar en conversación. Es decir, llenaron de vida una forma de relación en la que se combinaron significados, sentidos e intenciones para saber más sobre “algo”, que aun en el medio investigativo consideramos como “realidad” (virtual o ficticia) dentro de sus propios contextos. Estas “realidades” navegaron en las narraciones entre las personas al crear fragmentos sobre experiencias de vida, conectados en el desarrollo de entrevistas, a través de preguntas, respuestas, recuerdos, diálogos, conversaciones e historias. En fin, estas realidades se manifiestan en conexiones sociolingüísticas que señalan la manera como las personas traducen formas de lenguajes y, por ende, las formas de vida creadas en las relaciones interpersonales y sociales, ausentes de cualquier forma de calificativo desde el punto de vista de la acción ética investigativa. Estas formas de vida son representaciones de un sujeto y otro, del yo, tu, él, nosotros, ellos con quienes se co-construyen y se recrean las prácticas dialógicas y los códigos sociolingüísticos.
Sistematización y categorización de la información
Es importante resaltar que la lectura de cada entrevista tuvo como techo los conceptos centrales de los objetivos, por ser comunes a las dos categorías del estudio. Pero, a medida que avanzaba el estudio, el análisis y la interpretación de la información, los conceptos que emergieron, enriquecidos por las categorías y subcategorías, fueron lo que permitió explicar estas categorías a la luz de las experiencias vividas por las familias que lucharon –desde y para sí– por cambiar una situación problema, porque en este proceso las personas y las familias resignifican sus formas de vida. En este sentido, en la primera parte me guie por un método deductivo, mientras que en la segunda fue tomando fuerza el método inductivo, el cual es un principio de la teoría fundamentada.
Estos dos métodos se enriquecieron mutuamente, por cuanto una cosa es decir en el marco de las prácticas dialógicas que en el trabajo con familias, organizaciones y psicoterapia hay saberes transformativos en las personas y en el campo social que se da progresivamente mientras se exploran condiciones novedosas y generativas (o creativas): qué hacer, cómo hacer, cómo expresarse, cómo posicionarse en el contexto, cómo manejar las emociones y las relaciones, cómo reconocer los recursos, desempeños y potencialidades a futuro (Fried Schnitman, 2013), y otra cosa es cómo lo hacen las familias desde la co-construcción de sus saberes. Así mismo, una cosa es decir que en las conversaciones, por ejemplo en la psicoterapia, las personas crean conexiones y señales sociolingüísticas (códigos) que configuran pautas de interacción particulares cuando el foco es el problema (predominancia de códigos de contrastación, rebote, circular perceptivo), cuando el foco es la redefinición (principalmente los códigos de reconocimiento y suspensión) y cuando el foco es el cambio (con mayor frecuencia la presencia de códigos imaginativo, integrativo y de complemento) (Sánchez, 2016), y otra cosa es identificar las señales sociolingüísticas creadas por las familias para dar salida a las crisis.
Las características de las prácticas dialógicas y de los códigos sociolingüísticos fueron tomadas de las narraciones de los integrantes de las familias, en el contexto de los procesos y las acciones que cada hablante identificó como la manera en la que lograron la superación de la situación de crisis. Ambos conceptos (prácticas y códigos) fueron unidos, combinados o transformados en la interacción social y en las formas de lenguajes de las personas que dialogaron sobre su propio evento. Un evento que fue nombrado como situación de crisis en el contexto de los procesos vividos por las familias, en un intervalo de tiempo. Este proceso de investigación se distingue por mostrar treinta (30) historias demarcadas por tres momentos que se entrelazaban durante la narración: un comienzo, un nudo y un desenlace que iban y regresaban de acuerdo con los hipervínculos o conexiones narrativas que hacían las personas entrevistadas.
Estos tres momentos de las historiasno fueron previstos antes de las entrevistas, sino que emergieron como estructura metodológica para ampliar el contenido de las prácticas dialógicas y los códigos sociolingüísticos más allá de la mirada sobre el cambio y la transformación, es decir que, si bien este es el sentido de la presente investigación, el hecho de mirar solo el cambio con relación al punto de partida denominado como situación de crisis, era terminar en lo que se encontró en el contenido de los antecedentes investigativos y de proyección revisados: un salto entre el problema y el no problema, entre el diagnóstico y la solución, sin el reconocimiento del proceso. Por ello, el método de la teoría fundamentada, junto con procesos del microanálisis, se convirtió en la base para seguir paso a paso el proceso dialógico e interactivo para la co-construcción de un contexto sociofamiliar que, en el momento de la entrevista, le permitió afirmar tanto a la familia como al entrevistado que la situación fue “superada exitosamente”.
El punto de partida en algunos momentos fue reforzado con expresiones como: “una experiencia que perciben como una crisis que lograron superar o aquello demasiado traumático, difícil o muy duro que la familia afrontó con éxito”. Este punto de entrada y de llegada (crisis y superación) permitió, por un lado, hacer visibles los procesos que desarrollaron y las rutas que emprendieron para ir del problema a la superación del mismo y, por el otro lado, identificar diálogos, voces, significados, sentidos, procesos relacionales (prácticas o patrones de interacción), crisis/problemas/conflictos (o situaciones problémicas) acciones, estrategias, recursos para el cambio o la transformación 21, creados por las personas y las familias o que ellas pusieron en interacción en este proceso.
Con el fin de identificar cada una de las historias, y cada uno de los fragmentos citados en el libro, consideré importante hacerlo a través de una frase que identifica cada situación de crisis sociofamiliar, tal como aparece señalado en cada numeral 22:
Tabla 2. Identificación de las distintas situaciones de crisis
1. Afrontamiento familiar del proceso de cáncer y muerte del hijo de 2 años y medio. Impotencia frente al tratamiento, los trámites y procesos médicos y hospitalarios (Madre, 40 años; Padre, 44 años. Manizales).
2. Muerte de la madre en la familia y salidas de los hijos del hogar por conflictos intrafamiliares (Hijo, 28 años. Manizales).
3. Separación de padre y madre, unida a las confusiones de amor y odio de los hijos y el impacto psicológico que despertaban la actitud de la madre y el padre (Hija, 30 años. Manizales).
4. Accidente en el que el padre como conductor de buseta atropella a dos mujeres y luego la familia es amenazada de muerte por sus esposos (Hija, 22 años. Manizales).
5. Problemas de convivencia con la sobrina de 14 años a quien adoptó como hija cuando tenía un año y medio. Juntas viven una relación tensa y de permanentes confrontaciones (Madre, 35 años. Manizales).
6. Mujer a quien su esposo, única pareja y amor de su vida, la deja por otra mujer. Su mundo se derrumba y cae en tristezas y humillaciones que afectan su relación con la empresa y con su hijo (Mujer y madre, 30 años. Manizales).
7. Embarazo de la hija a los 17 años, salida del hogar y posterior vivencia de una relación conyugal con pautas interaccionales violentas (Madre, 48 años; Hija, 21 años. Manizales).
8. Hermana de 19 años, se enamora de un compañero de trabajo que tiene distrofia muscular. Él ingresa a la familia de ella y se crean ambientes de cuidado tensionantes. (Hermana, 24 años. Manizales)
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