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lor orígenes
del mesías
de israel
Los relatos del nacimiento de Jesús
Adrián TaranzanO
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Taranzano, Adri·n Jorge Gabriel
Los relatos del nacimiento de Jes˙s / Adri·n Jorge Gabriel Taranzano. - 1a ed . - Ciudad AutÛnoma de Buenos Aires : Guadalupe, 2020.
164 p. ; 22 x 15 cm. - (Un galileo singular / 1)
ISBN 978-950-500-815-5
1. CristologÌa. I. TÌtulo.
CDD 232.92
Fecha de catalogación: 10/2020
Imagen de tapa: Oscar Melendres, svd
Misionero del Verbo Divino – Artista
Tema: Verbo
“Ante la luz del Verbo se disipen las tinieblas”.
“La palabra era la luz verdadera que, al venir a este mundo, ilumina a todo hombre”.
Es una continua interacción de la vida entre luces y sombras. Hay que entrar en el centro de uno mismo como Dios entró en el Centro de la Historia con un lenguaje de luz y vida.
Diseño y Composición: G1 sumadiseño | Mariela Taccone
Editorial Guadalupe
Mansilla 3865
1425 Buenos Aires, Argentina
Tel/Fax (5411) 4826-8587
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Queda hecho el depósito que establece la ley 11.723
Todos los derechos reservados
Impreso en la Argentina
Editorial Guadalupe, 2020
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los orígenes
del mesías
de israel
Los relatos del nacimiento de Jesús
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A Joseph Sievers, Jean-Louis Ska y Luis H. Rivas
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Contenido
Presentación de la Colección
Introducción
Los relatos del nacimiento y la lectura “pesebre”
Las diferencias en la Biblia
No todo lo que se narra en la Biblia es historia
Los evangelios no han caído del cielo
Una teoría sobre la composición de los sinópticos
¿Cuándo y dónde fueron escritos los evangelios?
Una “biografía” incompleta
El origen de los relatos
¿Cómo nacieron los relatos?
¿Cuándo se originaron?
¿Dónde surgen?
¿Por qué nacieron estos relatos?
Una propuesta de clasificación
La dinastía real
Un apócrifo “canonizado”
La importancia del origen
Genealogías rebeldes
El lugar original de residencia
¿Irresponsabilidad de José?
De paso por Belén y residentes de Nazaret
Naturales de Belén y forzados de Nazaret
¿Nacimiento de Jesús en Belén?
Justificaciones “sospechosas”
La patria de Jesús
¿Y por qué “lo anotan” en Belén?
Tras la fecha de nacimiento
Bajo el reinado de Herodes el Grande
Durante el gobierno de Bill Clinton y Benedicto XVI
Más problemas con el censo
¿recostado en un pesebre?
No tenían lugar en el alojamiento
El signo de la llegada del Salvador
Sin pesebre ni pastores
Un nacimiento
en circunstancias dramáticas
Unos magos misteriosos y ocasionales
La adoración-homenaje del mesías
Una estrella extraordinaria
Otros astros semejantes
¿Crueldad extrema desapercibida?
Evocando a Moisés
Un “cumplimiento” problemático de la Escritura
Una creatividad al servicio de su auditorio
A modo de conclusión
Abreviaturas
Bíblicas
Otras abreviaturas
Bibliografía hh
Presentación de la Colección
Una de las figuras más importantes e influyentes del mundo es, sin lugar a dudas, la persona de Jesús de Nazaret. Nació en un rincón casi desconocido del planeta hace más de veinte siglos, pero su nombre, su vida y su enseñanza han surcado los hemisferios del globo. En nuestro Occidente, en pleno siglo XXI, su nombre es omnipresente: difícilmente pueda encontrarse un solo pueblo o lugar en el que no exista una imagen, una referencia o un símbolo de su persona.
A lo largo de más de dos mil años, su figura ha marcado la vida y el destino de millones de personas y, en cierto modo, ha configurado de manera significativa la cosmovisión y los valores de las sociedades occidentales. A su nombre se deben las obras más generosas y altruistas del corazón humano y gracias al seguimiento de Jesús conocemos los ejemplos de abnegación más sorprendentes. Pero no han sido solo luces lo que generó su figura. También, como deplorable contracara, en su nombre se han perpetrado innumerables abusos, se han desencadenado guerras y conflictos y se han cometido injusticias insostenibles. La sangre derramada en su nombre no es sólo a causa de mártires valientes, sino también debido a victimarios irracionales.
No hace falta mencionar que su persona ha dejado también una impronta más que significativa en el arte, en cada una de sus manifestaciones. Es imposible comprender su historia en Occidente si se desconocen las páginas, las enseñanzas y los relatos del Nuevo Testamento, especialmente los que encontramos en los evangelios. Pocas obras han marcado tanto la cultura a lo largo del tiempo como estos textos.
Los cuatro evangelios que encontramos en el canon del Nuevo Testamento nos ofrecen los relatos de la vida fascinante de Jesús de Nazaret. Cada uno a su forma, con su estilo y con sus acentos, narra los momentos centrales de su paso por Palestina en el siglo I de nuestra era. Para los creyentes, ellos constituyen la cumbre de la comunicación y de la revelación de Dios a la humanidad: son palabra divina. En ellos encuentran valores, enseñanzas y criterios para la vida cotidiana. Su mensaje arroja luz para las grandes preguntas y para las cuestiones más importantes de la existencia humana como la vida, el amor, el sufrimiento y la muerte. Esa palabra, además, trasciende las coyunturas históricas porque, para los creyentes, es palabra de salvación eterna, más allá de este mundo visible.
Sin embargo, no son sólo los creyentes quienes abren sus páginas. Lo hacen también los que aman la literatura y la estudian con pasión. Los evangelios, en este sentido, pueden considerarse también como una verdadera joya literaria. Especialmente en los últimos años se han multiplicado los estudios en este campo de los textos neotestamentarios. Ello ha significado un aporte importante para su comprensión.
Lo hacen también los críticos o los escépticos que se confrontan intelectualmente, desde diversas disciplinas, con sus páginas. Entre ellos no rara vez se encuentran los que lo hacen para desacreditar o ridiculizar radicalmente su contenido. En este sentido, es famosa la durísima expresión del filósofo alemán Friedrich Nietzsche: “Habría que ponerse guantes antes de leer el Nuevo Testamento. El tener que acercarse a tanta basura lo hace aconsejable” (El Anticristo 46). Con esta frase lapidaria, el autor expresa su crítica radical al cristianismo, ya que éste, a su juicio, constituye un atentado contra la vida misma.
Y como no podía ser de otra forma, no falta aquí la mirada especializada del historiador. También ellos abren las páginas de los evangelios. En este ámbito del conocimiento se encuentran creyentes y no creyentes. Ambos estudian los evangelios y otros textos del Nuevo Testamento desde una perspectiva estrictamente histórica y con métodos científicos propios.
Quizás el lector se sorprenda al escuchar aquí que la investigación histórica sobre Jesús de Nazaret tiene ya en su haber un largo camino: podemos decir que nace a finales del siglo XVIII y llega hasta nuestros días. A lo largo de todo este tiempo, la investigación sobre el Jesús histórico se ha consolidado como una disciplina específica. Su contribución es y ha sido enorme. No es necesario aclarar que, como toda disciplina, también ésta se ha ido perfeccionando, corrigiendo y abriendo a nuevos instrumentos a lo largo del tiempo. No han faltado las conclusiones insuficientes, parciales o condicionadas gravemente por los presupuestos de sus autores. Se ha dicho que muchas veces el Jesús histórico presentado era muy “semejante” a la personalidad y a las sensibilidades de sus autores. Dicho con otras palabras: las conclusiones a las que se arribaba eran más bien fruto de lo que querían ver o de lo que le proyectaban sus autores y no el resultado de lo descubierto o alcanzado a partir del trabajo riguroso de la ciencia.
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