•De febrero a abril se forman las nebulosas que crearán estrellas y galaxias.
Las masas de nubes originadas por el Big Bang provocaron reacciones nucleares que formaron galaxias −átomo por átomo−, barrios cósmicos con miles de millones de estrellas, planetas, satélites, cometas, asteroides, rocas, gas, polvo, y también púlsares, cuásares y magnetares. En este santuario intergaláctico observable se calcula que existe dos billones de billones de galaxias; 70.000 trillones de estrellas (allá en el Universo hay más estrellas que granos de arena en la Tierra). En 2001 se lanzó al espacio la sonda microondas WMAP, y gracias a la información obtenida se comprobó que nuestro Universo tiene una geometría plana, que está compuesto por un 5% de átomos, un 27% de Materia Oscura que actúa como el andamiaje que mantiene unido al Universo, y un 68% de Energía Oscura que acelera la expansión del Universo en todas las direcciones, ratificando que el Universo existe desde hace 13.800 millones de años con un margen de error del ±1%, quedando confirmada la Teoría del Big Bang. Aún hoy se escucha el ruido del fondo cósmico de microondas originado por el Big Bang, un fósil de la creación como suelen llamarlo, restos de la radiación primigenia que sigue retumbando en el cosmos.
La sonda microondas WMAP también comprobó que las galaxias se separan unas de otras a velocidades superiores a la velocidad de la luz. Esto podría sorprendernos porque, según Einstein, “Nada puede ir más rápido que la velocidad de la luz” dado que, de hacerlo, desobedecería a las leyes fundamentales que describen el funcionamiento del Universo. Pero según el mismo Einstein, hay una excepción: “El Universo se expande más rápido que la velocidad de la luz”. Y esto fue comprobado en 1970 por el físico cosmólogo del MIT (Instituto de Tecnología de Massachussets), Alan Guth, quien explicó la expansión ultrarrápida del Universo desde sus instantes iniciales, a lo que llamó: Inflación Cósmica.
En un intento de enunciar la Teoría del Todo con relación a las leyes del Universo, la ciencia propone definirla como:
«Un conjunto de leyes que, con todas sus variables, con todas sus posibles historias, con todas las probabilidades observadas, intentan sustentar la creación del Universo como un Todo.»
Y para ello postula la Teoría M que reúne a las cinco teorías de Cuerdas y Supercuerdas que identifican once dimensiones distintas, y la existencia de un sinnúmero de universos paralelos o de dimensiones adicionales (BULK). Pero lo más complejo es que cada uno tendría su propia colección de leyes, distintas a nuestras leyes físicas, lo cual plantea que vivimos en un multiverso donde este Universo es sólo una burbuja finita dentro de un conglomerado de universos muy distintos y con leyes físicas bastante caprichosas.
Para explicarnos: la Teoría de la Gravedad de Newton estudia los objetos a escala cósmica (macro), mientras que la Teoría de Cuerdas estudia el mundo subatómico (micro). “Como es arriba es abajo y como es abajo es arriba”, reza uno de los Principios Universales, y prueba de ello es que el cuerpo humano contiene tanta cantidad de átomos como la totalidad de estrellas en el Universo. A fin de cuentas, el átomo es un sistema solar en miniatura y pieza clave de todo lo existente. Lo difícil es entender la enormidad del cosmos con la pequeñez del átomo, y la simbiosis que hay entre ambos.
Cada vez hay más científicos que opinan que la vida es producto de múltiples accidentes y no de un plan divino, como el filósofo presocrático Tales de Mileto que difundió que el Universo es natural y no divino. Considerado el padre de la filosofía, Tales propuso que lo que vemos en el cielo no está regido por dioses mitológicos sino por fenómenos naturales. Los terremotos, las tormentas, los rayos, son fenómenos naturales y ningún dios interviene en ellos. Antes de Tales de Mileto se entendía el mundo a través de seres sobrenaturales. Ahora la ciencia marca las pautas para la comprensión científica del Universo.
•1 de mayo: Se forma la Vía Láctea.
Nuestra Vía Láctea es joven comparada a las galaxias formadas después del Big Bang, y probablemente sea el resultado de la fusión de otras galaxias más pequeñas. Alberga unos 300.000 millones de estrellas y tiene forma de disco con lengüetas en espiral (parecida a una estrella de mar con los brazos ladeados).
•9 de septiembre: Se forma el sistema solar.
Si en “mayo” se formó la Vía Láctea, hubo que esperar hasta “septiembre” para la formación de nuestro sistema solar, es decir, 9.300 millones de años después del Big Bang, lo que equivale a decir que el sistema solar tiene 4.500 millones de años de existencia.
El Sol se creó a partir de las nubes de gas y polvo remanentes del Big Bang. Éstas se contrajeron en un disco giratorio cuya fuerza gravitacional atrajo gran cantidad de materia, y la presión y la temperatura produjeron una fusión nuclear que dio origen a nuestro astro solar.
Los fotones de luz que emite el Sol son partículas electromagnéticas que recorren el espacio a una velocidad de 299.792 km por segundo. Para darnos una idea del recorrido de estos fotones en un año luz, debemos multiplicar 299.792 kilómetros x 60 segundos x 60 minutos x 24 horas x 365 días, lo que arroja una cifra global de 9.500 billones de km por año luz. En un segundo, un fotón da 7 vueltas a la Tierra, y tarda 8 minutos en llegar del Sol a la Tierra, 100.000 años en recorrer la Vía Láctea de extremo a extremo, y dos millones y medio de años en viajar desde la Tierra a nuestra vecina galaxia Andrómeda. Éste es el tiempo que toma un fotón de luz en viajar por el espacio.
Júpiter fue el primer planeta en formarse, atrayendo todos los deshechos que despedía el Sol durante su formación, sufriendo un constante bombardeo de cometas y asteroides que fueron absorbidos e integrados a su masa gaseosa, siendo el planeta que más creció porque lo absorbía todo. Sus órbitas eran terribles, modificadas constantemente por los impactos recibidos, y a punto estuvo de destrozar el incipiente sistema solar. Pero la salvación llegó cuando Saturno se cruzó en la loca órbita de Júpiter absorbiendo parte de sus impactos, lanzándolo a una nueva órbita que lo estabilizó hasta hoy. Este nuevo orden cósmico permitió la formación de un centenar de planetas que fueron colisionando y fusionándose hasta quedar los que hoy conocemos, entre ellos, la Tierra.
Según las leyes estructurales del espacio, en el centro de la galaxia hay un agujero negro súper masivo (igual que en el resto de galaxias), y nuestro sistema solar orbita muy lejos de este centro galáctico, situado más bien en las afueras de la Vía Láctea y en uno de sus brazos en forma de lengüeta.
El Sol tiene una esperanza de vida de 10.000 millones de años, y, cuando esto ocurra, pasará de ser una gigante roja a una enana blanca, y sus detritos seguirán formando nuevos planetas en un imparable proceso de reciclaje y expansión, llamado nucleosíntesis estelar.
•14 de septiembre: Se forma la Tierra.
Según el Génesis (1:1-2), durante el primer día de la Creación «Dios hizo los cielos y la tierra». Pero según la ciencia moderna, el Big Bang ocurrió hace 13.800 millones de años, y la Tierra empezó a formarse hace 4.500 millones de años.
Comparando volúmenes, el Sol es un millón trescientas mil veces más grande que la Tierra, y Júpiter es mil cuatrocientas veces más grande que la Tierra. Si un astronauta extraterrestre se acercara al sistema solar desde el espacio exterior, su primera visión sería detectar al Sol y a Júpiter, y unos cuantos deshechos cósmicos muy pequeños orbitando entre estos dos. Uno de esos deshechos cósmicos es la Tierra.
Hace unos 3.800 millones años la Tierra era una bamboleante masa deforme de magma, un océano de roca líquida que giraba como loca alrededor del Sol en cambiantes órbitas y sin ejes fijos debido al constante bombardeo de asteroides, hasta que un planeta o satélite gigante colisionó con la Tierra separando parte de su masa originando la formación de la Luna, que hoy orbita a 384.400 km de distancia y es 81 veces más pequeña que nuestro planeta. Gracias a la Luna, la Tierra dejó de girar locamente y fijó sus polos, con lo que pudo estabilizar su rotación. La inmensa masa deforme de magma se fue enfriando dejando ríos de lava en un planeta todavía sin oxígeno ni agua.
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