Primera edición: abril, 2015
© Elsa Cross, 2015
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Elsa Cross
Poemas sobre el vino
Índice * * Siguiendo el criterio de la Poesía completa (1964-2012) , publicada por el Fondo de Cultura Económica (2012), las fechas de los libros incluidos en esta antología se refieren a la composición de los libros, y no a sus primeras ediciones. ** Este poema no se incluyó en la edición de 2008: aparece en Poesía completa (1964-2012)
Presentación Presentación Casi por curiosidad, después de haber hecho una antología temática sobre el amor ( De lejos viene , de lejos va llegando , 1999) y otra sobre el mar ( Puerto Bagdad , 2003), quise reunir los poemas que he escrito sobre el vino y la embriaguez. No me esperaba el centenar de páginas que he compilado aquí, dado que sólo bebo algunas copas de vino cuando el menú lo amerita; de modo que descubrí que este ha sido uno de mis temas más constantes. Nietzsche hablaba de la embriaguez y del sueño como de las expresiones de dos impulsos básicos de la naturaleza, que él personificaba, respectivamente, en las figuras de los dioses Dioniso y Apolo; veía el estado último de embriaguez como el sentimiento de unión con el todo, con el Uno primordial –tal como lo expresa–, en tanto que el sueño aparecía como vehículo de la visión. Siguiendo acaso estas huellas, la embriaguez de este libro, que en absoluto descarta como posibles detonadores a vinos, licores y algunas hierbas, no se detiene allí, pues va también en busca de los estados internos de la embriaguez suscitada por la contemplación de la naturaleza y la meditación en el propio ser interior, que es donde se refleja con más intensidad la energía divina que subyace a todo lo que existe, según mi percepción. Los poemas compilados aquí pertenecen a libros que se publicaron a lo largo de tres décadas, de modo que reflejan diversos estilos y objetos de interés poético. Los dispuse en un orden más o menos cronológico. Agradezco la hospitalidad de Vaso Roto y de Conaculta para estas páginas y me honra participar en su rico catálogo. ELSA CROSS
Más Rojo Bajo el Sol MÁS ROJO BAJO EL SOL
De Las edades perdidas(1974-1976) Ditirambo Mosto en los labios. Rizan oscuras orlas en la frente los pámpanos. Salto de lince los ojos, fulguración, horizonte de límites cambiantes.
Ditirambo Ditirambo Mosto en los labios. Rizan oscuras orlas en la frente los pámpanos. Salto de lince los ojos, fulguración, horizonte de límites cambiantes.
De Destiempo(1970-1981) Bistró Humildes honores rinden, siervos del dios. La risa ebria trastoca el oído, la hora se incendia de racimos, febriles equinoccios. Leve arpegio desmaya en el teclado. Bebedores de ajenjo trituran una frase a media voz, —así amantes esquivos. Alto en el friso reaparece. Cortejo fugaz su paso reverencia.
Bistró Bistró Humildes honores rinden, siervos del dios. La risa ebria trastoca el oído, la hora se incendia de racimos, febriles equinoccios. Leve arpegio desmaya en el teclado. Bebedores de ajenjo trituran una frase a media voz, —así amantes esquivos. Alto en el friso reaparece. Cortejo fugaz su paso reverencia.
Amanecer de Rodas Amanecer de Rodas Las colinas distantes tocadas por el sol. El gusto del vino todavía. La música que se apaga en los últimos bares. El muelle cenagoso. Los pájaros que se acercan a la playa. El ruido del mar. El vaho en los cristales. Los pregones incomprensibles. El sol sobre los techos. El humo. Las sirenas. El viento afuera. Las caras en el espejo de la barra. Las gaviotas hambrientas. Las bocinas que acallan el ruido del mar. El humo del cigarro. La embarcación que zarpa. El sol. El mar. Los pájaros. El viento. Rodas, Rodas, dando nombre a un instante.
Ghiaie Ghiaie En lo alto del verano trazamos las vías antiguas. Ghiaie por dondequiera, guijarros de colores en el Jardín de los Caballeros de la Cruz de Malta, en el Jardín de las Musas. El vino abre tajos en la memoria. Así tu cuerpo, ¿no era el mismo que reflejaban las piscinas de Adriano? ¿o el escorzo de la deidad marina cerrándome el paso en una calle? Desde el Palatino trazamos las vías antiguas. Pero nada tocaba el corazón. Poco nos fueron los peristilos de luz bajo el crepúsculo romano, poco nos fueron los cipreses. Nos dormíamos en sus historias, y mientras venían a degollarnos estaba el día con su espalda de ceniza. El hastío carcomiendo los libros y las buenas maneras en la mesa.
Irrupción Irrupción (Sobre una lectura de Nietzsche) Te apacientas de viento. Gustas vinos a punto de corromperse cuando te has hastiado de las mixturas suaves. No hay polvo enamorado. El polvo es polvo, y al argumento vacuo de la fugacidad, y al argumento soso de las rosas de la vida, y al argumento discutible del amor, opones el gusto simple de los cuerpos, excedes el color local de las estatuas. Pero ya también carecen de interés. Y cuando te descubres bostezando vuelves la atención hacia las nobles cosas, te apacientas de viento, te nutres de grandes músicas y grandes poesías. y vuelves a interrogarte frente a los «Bebedores del ajenjo» cuando descubres tu hastío por el ajenjo, los bebedores, la pintura y las nobles cosas. Los ejércitos del Reich marchan con odas a la alegría como telón de fondo, Tannhäuser aberrante babea a las puertas de Roma, y todo puede impregnarse de esa viscosidad tumefacta de las nobles cosas. Te apacientas de viento. Te nutres de grandes filosofías y de grandes retóricas. Oh ingeniosos, proposiciones no tan relevantes como pasar una tarde en el Prater comiendo palomitas. O una retórica confesional que va muy lejos sólo para decir: Krieg! Krieg! Krieg! Krieg!
Off Stage Off Stage para Ludwik Margules Hundimiento invisible, hundimiento embriagado y silencioso Of his bones are coral made Those are pearls that were his eyes Conversaciones de taberna al final de la representación —los actores hablando ya sólo para sí. La Sirena llamando incautos desde el piélago. «Tuve el esplendor del mundo entre las manos y las danzas de la muerte.» El alcohol vuelve fuego las entrañas. Gestos procaces por un baile sostenido hasta la madrugada, oh morcilleros, fuera del escenario las mismas calzas raídas. Aprenderemos después de jugarlo todo y de perder. «Esqueleto cabalgando sobre vastas planicies con el pendón desgarrado por el viento.» Fuera del Escenario son lo mismo el verdugo y la víctima, el mismo átomo que gira, la misma fracción del universo. Y la Sirena a la orilla del piélago llamando, pez de rapiña, salteadora de ensueños.
De Pasaje de fuego(1975-1977) Paisaje de fuego II La puerta golpea. Al azar el viento precede los pasos. Aromas de sal y el caracol junto a la puerta abierta que golpea.
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