Armas, objetos, accesorios e implementos. Conjunto frecuente de pictografías en que estos elementos se ven sujetados y blandidos por personas. Sobresale el propulsor o tiradera, arma insignia por excelencia de la TCC, que se reconoce fácilmente en los dibujos por su forma de “garabato”, un objeto de madera recto, con gancho o quiebre en un extremo, que sirve para lanzar dardos de diferentes tamaños. Los dardos, que también fueron dibujados, son muy variados y, por lo general, van empuñados en la mano contraria al propulsor. A veces llamados flechas o lanzas, estos dardos se representaron de muchas formas y tamaños. Aquí los llamaremos cortos, medianos y largos, con y sin plumas. Los propulsores no varían tanto y los hay sencillos y con ojales o agarraderas. En muchos casos, estas armas se dibujaron solas, sin figura humana, como si en algunos casos tuvieran vida propia. Sobresalen también las mazas y las lanzas. Ocasionalmente se ven figuras con hondas o boleadoras en contextos pictóricos más tardíos, pero esta no es un arma convencional del medio amazónico. Acompañando el utillaje de cazadores y guerreros, aparecen calabazos (jícaro) o totumos pequeños y grandes, largos, sujetos a los brazos o empuñados por la mano . Podrían relacionarse con el uso de venenos, estuches para dardos o dotación para llevar líquidos en diferentes faenas de trabajo. Igualmente se observan bolsas o mochilas de diferentes tamaños, que forman parte del utillaje de trabajo de estos cazadores-guerreros. La mochila parece ser un objeto utilitario muy importante, aparece reiteradamente sola, sin figuras humanas, o colgada de una rama o vara –manera muy distintiva en que los hombres transportan cosas–, ya sea sobre los hombros o cargada de sus extremos por dos o más personas. También suelen verse estas varas con animales colgando de las patas, cargadas por dos o más hombres. La mochila parece ser un elemento de connotación especial por su aparición independiente y reiterada en muchos contextos rituales. Es posible una significación mágica y espiritual asociada a la fertilidad y al poder de las presas capturadas. En muchas escenas se ven artículos en su interior, especialmente, trozos grandes de comida, y en otras hay detalles de puntos felinos como contenido o decoración. Hay representaciones de una vara o poste de la que cuelgan mochilas cargadas por un par de cazadores o por uno solo de ellos, como se explicará más adelante en el tema de cacería. No obstante, el ícono de mochilas, calabazos y otros objetos de una vara o poste se vuelve un elemento importante y emblemático, no solo en lo figurativo, sino también en lo abstracto.
La iconografía de Chiribiquete es sobresaliente por la identificación de numerosas especies de plantas sagradas, de las cuales muchas son para preparar enteógenos y otras son de carácter utilitario y alimentario. En este último caso, particularmente, con una gran variedad de palmas, plantas que tuvieron un papel básico en la dieta alimentaria, la preparación de bebidas y la elaboración de objetos utilitarios. Fotografías: Jorge Mario Álvarez Arango.
Entre los objetos rituales pueden verse coronas con diferentes tocados, máscaras y vestidos ceremoniales hechos de fibras vegetales. En algunas figuras aparecen unos objetos lineales y otros redondos que podrían ser maracas, flautas, o tal vez inhaladores. También se representaron unas estructuras redondeadas con personajes adentro o subidos en ellas. Aparecen varas, ramas o troncos donde se realizan algunas actividades y otras estructuras lineales con cabeza de serpiente, junto a figuras que bailan en fila sobre ella o tomándola en sus manos como una gran línea recta a mitad o encima de sus cuerpos. Son frecuentes las escenas de hombres (algunos con rasgos de ancianos) en sentadillas, realizando algún tipo de ritual al lado de fogones y parrilla, en algunos casos con inhaladores en sus manos.
Geométricas. Este es un gran conjunto de representaciones gráficas que pueden ir desde diseños muy simples y pequeños, hasta estructuras gráficas más complejas que se articulan con figuras de humanos y animales. Hay un número importante de diseños geométricos que se asocian con la parte interna de algunas de estas figuras antropomorfas y zoomorfas, pero también aparecen de forma independiente. A veces se encuentran encerradas en rectángulos o cuadrados, o también sin perímetro definido, pero siempre acompañando escenas pictóricas. Dentro de este gran grupo de figuras geométricas sobresalen los temas reticulados, líneas rectas, líneas formando ángulos, curvas, líneas onduladas, en zigzag, punteados, círculos sencillos o concéntricos, triángulos y entramados. En esta misma categoría, pero dependiendo del contexto pictórico, se podrían ubicar las representaciones astronómicas, como las figuras del Sol y la Luna, las constelaciones, la Vía Láctea y el arcoíris. Más adelante, en el Capítulo V, revisaremos en mayor detalle las asociaciones entre los grafismos temáticos y las representaciones geométricas que parecen servir de articuladores o conectores de ideas.
Detalles de elementos iconográficos de tipo geométrico que acompañan las representaciones humanas, de animales y de plantas. Se destacan los encapsulados con rombos y líneas onduladas, curvilíneas y rectiformes, Obsérvese el doble motivo de medialuna con patina difusa, al lado de hombres y animales. Fotografías: Carlos Castaño-Uribey Jorge Mario Álvarez Arango.
En síntesis, las figuras más representadas hasta la fecha son: animales (39%), humanos (33,7%), plantas (9,6%), antropozoomorfas y biomorfas (9,3%), geométricas (incluyendo el Sol y la Luna, 17,6%)12, artefactos y objetos (0,4%)13. Las figuras híbridas refuerzan la importancia del entorno y su relación con el hombre, la cacería y el trasfondo espiritual de muchas de ellas. Casi todas las figuras aparecen de lado y en movimiento. En algunas, los animales se dibujaron de cabeza o en posición oblicua, como saltando, cosa característica en casi todos los casos donde se pintaron felinos. Los animales también suelen ser las representaciones de mayor tamaño en estos conjuntos pictóricos y en las que, como se ha dicho, priman los felinos, especialmente el jaguar (Panthera onca). Los dibujos de venados, dantas y chigüiros también son grandes, sobre todo cuando encabezan la parte superior de los murales. Estos dibujos grandes pertenecen siempre a contextos especiales, donde una multitud de hombres pequeños (podríamos decir miniatura, de uno o dos centímetros) y medianos (menos de 15 cm), aparecen alrededor, armados o en baile propiciatorio con los brazos levantados. En las escenas representadas se documenta una fauna amazónica aparentemente del cuaternario, como también de especies que parecen ser de otros contextos biogeográficos. Para interpretar su presencia aquí, es imprescindible una visión muy amplia. Por ejemplo, hemos documentado dibujos de especies que podrían ser afines a especies de la megafauna del Pleistoceno por su forma, como caballos salvajes, megaterios y gonfoterios –antiquísimos ancestros norteamericanos de los elefantes, grandes animales que ya no existen–, y otros que hacen pensar en el jaguar gigante (Smilodon sp) o en el gliptodonte, una especie de armadillo muy grande (Glyptodon sp). Abundan las representaciones en las que pequeños hombres atacan a unos animales mucho más grandes que ellos, arrojándoles lanzas y dardos desde varios flancos y que, a juzgar por la escala, obligan a pensar si acaso estamos presenciando una escena de cacería de megafauna pleistocena y no una exageración artística.
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