Por lo tanto, la Sociedad Teosófica, aún siendo sólo un grupo de altruistas nominales, debe luchar contra todos los que, bajo su estandarte, tratan de obtener los poderes mágicos a fin de usarlos para sus fines egoístas a costa de los demás.
Muchos se han unido a la Sociedad sólo por curiosidad. Estaban en pos de los fenómenos psíquicos y, sin embargo, mantenían su actitud recalcitrante de abandonar, mínimamente, sus placeres y hábitos para obtenerlos. Ellos, muy a menudo, se alejaron con las manos vacías. La Sociedad Teosófica jamás ha sido, ni jamás será, una escuela de ritos teúrgicos promiscuos. Sin embargo, existen docenas de pequeñas Sociedades ocultas que hablan con soltura de la magia, del ocultismo, de los rosacruces, de los adeptos, etc., las cuales profesan mucho, hasta la entrega de la clave del Universo, sin embargo terminan con conducir a los seres humanos a una calle sin salida, en lugar de la “Puerta de los Misterios.” Estos son unos de nuestros enemigos más insidiosos. Bajo el disfraz de la filosofía de la Religión–Sabiduría, logran elaborar una jerga mística que es eficaz por el momento, permitiéndoles, gracias a la ayuda de un poco de clarividencia, extraviar a los aspirantes a lo oculto con tendencias místicas e ignorantes, conduciéndolos, como ovejas, adonde ellos quieren. Un ejemplo de esto es la H.B de L. de mala reputación y el ahora famoso G. N. K. R. ¡Ay! de aquellos que tratan de convertir una filosofía noble en un antro para la inmoralidad repugnante, la codicia por un poder egoísta y el lucro, bajo el disfraz de la Teosofía. El karma los alcanzará cuando menos lo esperen. ¿Es posible, para nuestra Sociedad, asistir a esto y ser respetada, a menos que sus miembros estén preparados, en el futuro, a encararlo todo como si fueran un solo hombre y lidiar con tales calumnias hacia ellos mismos, como teósofos, y tales caricaturas viles de sus ideales más elevados, como los han transformado estos dos impostores?
Sin embargo, para que podamos efectuar este trabajo en beneficio de nuestra causa común, debemos subsanar todas las diferencias personales privadas. Muchos son los miembros enérgicos de la Sociedad Teosófica que desean trabajar duro, pero el precio a pagar por su asistencia es que todo el trabajo se haga, exclusivamente, como ellos quieren. Si no cumplimos con sus deseos, se sumergen en la apatía o abandonan la Sociedad Teosófica, exclamando, de manera enfática, que ellos son los únicos teósofos verdaderos. O, si deciden quedarse, se dedican en encumbrar su método de trabajo menospreciando al ajeno. Esto es un hecho, pero no es Teosofía. En tal caso, resultará que el desarrollo de la Sociedad muy pronto se escindirá en varias sectas, tantas como hay líderes, y tan irremediablemente fatuas como las 350 y más sectas cristianas que existen actualmente, sólo en Inglaterra. ¿Es esta perspectiva algo que anhelar para la Sociedad Teosófica? ¿Es esta “separatividad”, coherente con el altruismo unido de la hermandad universal? ¿Es ésta la enseñanza de nuestros nobles maestros? Hermanos y hermanas de América, en sus manos está decidir si esto se cumplirá o no. Ustedes trabajan y trabajan duro; sin embargo, a fin de trabajar apropiadamente en nuestra gran causa, es necesario olvidar todas las diferencias de opiniones personales con respecto a la realización del trabajo. Que cada uno de nosotros trabaje conforme a su método, sin tratar de imponer sus ideas a los demás. Recuerden cómo el iniciado Pablo avisó a sus corresponsales en contra de la actitud de separatividad que asumieron en los primeros días de la iglesia cristiana: “soy Pablo, Yo, de Apolos”; y traigamos beneficio de tal advertencia. La Teosofía es, esencialmente, antisectaria y trabajar en su favor abre la puerta de la vida interior. Sin embargo, nadie puede cruzar su umbral si no está movido por el espíritu de hermandad más elevado y verdadero. Toda otra tentativa para entrar será fútil o se pulverizará en el umbral.
Pero el karma reconciliará todas nuestras diferencias de opinión. Se llevará una cuenta rigurosa de nuestro trabajo efectivo y los “salarios” ganados se depositarán en nuestro crédito. Sin embargo, se llevará una cuenta igualmente rigurosa del trabajo que cada uno, inducido por resentimientos personales, puede haber hecho para impedir que su vecino cumpliera con el suyo. ¿Acaso piensas que es algo inconsecuente obstruir la fuerza de la Sociedad Teosófica, representada en la persona de cualquiera de sus guías, impidiendo llevar a cabo el trabajo asignado a la Sociedad? Entonces, es seguro que existe un poder kármico tras la Sociedad, el cual equilibrará la cuenta por la obstrucción provocada; y aquel que se opone a ese poder con su personalidad insignificante, para que el trabajo asignado no se lleve a cabo, es un incauto y un ignorante.
Por lo tanto, la union hace la fuerza y las diferencias personales deben disolverse en el trabajo unido en favor de nuestra gran causa.
Ahora bien, ¿cuál ha sido nuestro trabajo durante el año pasado? Aquí hemos organizado la Sección Británica de la Sociedad Teosófica con la ayuda, y bajo las órdenes del presidente fundador, el coronel Olcott. En lugar de una logia, se han formado sucursales locales más pequeñas, las cuales, por lo tanto, tienen un mayor poder para el trabajo, reuniéndose con más facilidad. Es probable que ya estén enterados de lo que se ha efectuado en la India; y han oído hablar o conocen lo que se ha cumplido en su Sección y cuánto ha aumentado su fuerza.
En lo referente a nuestros medios para difundir el conocimiento, en occidente tenemos las revistas Lucifer, Path y los folletos de la Sociedad Teosófica de imprenta. Todos estos nos han relacionado con numerosas personas cuya existencia, de otra manera, desconoceríamos. Por lo tanto, son todos necesarios para la causa, así como lo es la tentativa de influenciar la mente pública valiéndonos de la prensa. Siento decir que varios colaboradores del Lucifer han dejado tanto la revista como la Sociedad a causa, precisamente, de tales diferencias personales como las aludidas anteriormente; y ahora están antagonizando no sólo a mí, personalmente, sino al sistema de pensamiento que la Sociedad Teosófica inculca.
A causa de un sentimiento personal contra el coronel Olcott, la revista francesa Loto se ha separado, también, de la Teosofía; sin embargo, acabamos de fundar La Revista Teosófica para que reemplace al Loto en París. Yo soy la editora y la gerente es la Condesa d’Adhemar, una señora americana amada y respetada por todos los que la conocen; además, es amiga de nuestro hermano, el doctor Buck.
Como muchos de ustedes saben, hemos formado la Sección Esotérica. Entre otras cosas, sus miembros han dado una promesa de trabajar a favor de la Teosofía bajo mi dirección. Mediante tal Sección hemos logrado obtener alguna solidaridad en nuestro trabajo común; formar un grupo de resistencia fuerte contra las acometidas del mundo externo que quiere lastimarnos, contra el prejuicio dirigido a la Sociedad Teosófica y contra mí, personalmente. Mediante esta Sección se puede efectuar mucho para anular el daño perpetrado al trabajo de la Sociedad en el pasado, facilitando, ampliamente, su trabajo futuro.
Sin embargo, estaría dispuesta a cambiar su nombre, porque los escándalos de Boston han desacreditado, totalmente, el adjetivo “esotérico”. Esta es una cuestión a considerar posteriormente.
Así, ya les he enumerado nuestros enemigos principales: el prejuicio público y la obstinación empedernida de un mundo materialista; la fuerte “personalidad” de algunos de nuestros miembros; la falsificación de nuestros propósitos y nombre por charlatanes amantes del dinero y, sobre todo, la deserción de amigos, un tiempo devotos, que ahora se han convertido en nuestros enemigos más viscerales.
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