La niña crecía con una herida mortal que la había asesinado el espíritu. Créanme la soledad y la no aceptación son: el peor de los daños que el ser humano puede sentir, padecer.
La chica seguía mirando el suelo incapacitada, haciendo recados familiares sin atreverse a mirar a nadie a la cara. Resultaba sorprenderte que no se chocara con nada y nadie en su deambular ciego y lleno de reflexiones heridas. Pero aquella tarde, sí, aquella tarde lluviosa, una fortuita farola irrumpió en su espacio vital golpeando su frente. Esta emitió un sordo crujido. Ella no perdió la conciencia, pero lastimada y mareada por el trauma cayó al suelo. En ese momento, una pareja de edad juvenil (como ella) se acercó sin dudarlo a auxiliarla.
La calidez con la que le dirigieron la palabra, el afecto desinteresado que denotaba una preocupación sincera y la ayuda recibida para levantarla de ese suelo sucio lleno de mugre urbanita, la embriagó de una sincera emoción “Me ayudan y no se ríen de mí”- pensó consternada la niña-.
Carla, que así se llama nuestro personaje principal, conoció a sus primeros amigos de corazón.
“De ahora en adelante miraré la vida de frente, tengo derecho a sentir, a amar y ser amada, a ser considerada. Dejaré de esconderme y seré yo misma”
La chica comprendió que una vida debe de ser vivida, disfrutada o sufrida, pero siempre mirando hacia delante e incluso al cielo, llenando su mente de sueños y proyectos.
Poco a poco la chica se convirtió de adulta, en anciana. No tuvo una gran vida, pero al menos si tuvo una vida con encantos y desencantos. Una existencia con acciones que salían de ella.
A lo deprimidos:
La vida que merece ser vivida es la vida activa y reflexiva. La chica de esta pequeña historia lo pudo comprender tras sentir el altruismo de otros y darse una gran hostia con una farola.
IV
BREVE HISTORIA DEL CEREBRO EMOCIONAL
El fantasma del dolor imaginario se apegaba férreamente en la parte del llamado por Paul Broca: Sistema Límbico, formado por: tálamo, hipotálamo, amígdala, hipocampo, tallo cerebral... todos estos elementos conectados por una gigantesca red neuronal interactúan por todo el cerebro, como si de un computador cuántico se tratase, operando con billones de conexiones y transferencias de información.
Se considera que en esta pequeña zona están las emociones, parte del pensamiento y la memoria. Están bombardeadas de corrientes eléctricas invisibles causadas por conectores iónicos. En las enfermedades mentales como el Tr Bipolar emiten ineficazmente información a través de químicos hallados en moléculas, los neurotransmisores, algunos de ellos, como: la dopamina, serotonina, no funcionan de manera correcta. Su misión de mandar información emocional adecuada entre neuronas es ineficaz. Miles de axones con mal funcionamiento en sus conexiones provocan que la sinapsis sean un revoltijo de chorros eléctricos perdidos en la inmensidad de esta pequeña, pero infinitamente desconocida parte del cerebro.
Todo esto no deja de ser una buena teoría científica que se acerca algo a la realidad. Aunque siempre debemos partir que se conoce muy poco de nuestro cerebro. Fíjense, dar un sentido científico a la mente queda tan alejada a nuestra comprensión como el estudio de la galaxia más lejana e inexplorada desde nuestro diminuto planeta.
El conectoma cerebral está muy lejos de ser cartografiado. Entendido éste, como la red que actúa en los billones de conexiones que se producen en nuestro cerebro, provocando nuestros estados mentales y fisiológicos. El lenguaje con el que opera lo han llamado código neuronal, haría falta una calculadora exacta, que incorporara materialmente el infinito para poder conocerlo y abordarlo en su totalidad.
La neurociencia consigue acercar al ser humano a la comprensión de cómo interpreta y conoce su realidad interna y externa. Pero, no es la única manera. Sigo creyendo que el humano es más que materia, por tanto, siempre habrá un cauce metafísico para la comprensión del TODO.
Un consejo:
Cuando tu cuerpo es ineficaz a la hora de controlar lo que te pasa ahí arriba, sólo puedes abrirte o cerrarte al mundo. Tener la fuerza de un guerrero en plena batalla y la sabiduría de un estratega para replegarte y volver a luchar con más recursos y fuerza que antes.
V
RAMÓN Y CAJAL.
DESDE EL COSMOS
En un estado etéreo, donde la masa muere y la energía universal no para de transformarse, habita el sabio español por excelencia. Para muchos, el hombre de ciencia más valioso de todos los tiempos. No es hiperbólico considerar que este modesto sabio español provocara que saliéramos de la oscuridad de la edad media, al avance contemporáneo que supuso las investigaciones de este gran científico del siglo XIX. Padre de la neurociencia.
Así reflexionaba desde su cosmos tras conectar con su planeta, con su continente, con su país. Así descubrió sobre su galardón post-mortem realizado por un gobierno que quería recordarle y de paso influir en el despiste momentáneo de su pueblo tras sufrir esta nueva pandemia del siglo XXI. De esta manera se expresó el Doctor Santiago Ramón y Cajal, desde un lugar lejano de la mortal Tierra.
“No comprendo nada. Es frustrante para un ser que habita en este plano de existencia, no comprender mi mundo, mi país. Menuda gran mierda. Luché en Cuba, casi muero de paludismo. Trabajé e investigué con todas mis fuerzas. Aprendí idiomas para dar a conocer mis averiguaciones y hacerme respetar en todo el mundo. He sido un patriota, he amado mi país. Hice que España fuera reconocida científicamente en todo el mundo. Descubrí la forma de vacunar para prevenir la odiosa enfermedad del cólera. Recuerdo que era el 1885. Publiqué el artículo de mi descubrimiento en mi idioma mater, el español, por ello, apenas fue difundido y dos científicos anglosajones me robaron mi mérito.
Ahora veo que me lo reconoce mi país. Necios, no hace falta, estoy muerto. Ahora os comprendo, la fotito del ministro y gentucilla gregaria, la imagen en la prensa con vuestra mascarilla, recordando mi intervención en aquella lejana pandemia.
Pedazo de gilipollas, trabajar duro, dar facilidades a todos los investigadores. ¿Acaso creéis que muerto os voy a salvar el culo? Qué vergüenza de país, donde un deportista o un cantante de no-música enlatada es amado como un Dios. Y mis compañeros investigadores apenas tienen para llenar su nevera.
¡Que os den por culo, jodidos oportunistas! No está bien utilizar a un muerto para distraer, para tapar momentáneamente vuestra ineficacia y falta de preparación para lo que se os viene encima. Si viviera, haría todo lo posible por mermar este ataque biológico tal como hice en Turia más de cien años atrás. Nunca busqué méritos, sólo servir a mi pueblo, mi país y al resto del mundo. No he sido un héroe y nunca lo he pretendido. Pero os aborrezco politiquillos de turno. No utilicéis mi nombre, dejadme disfrutar de mi energía fusionada con el todo.
Santiago, dejó de manifestarse, siguió fundiéndose con el cosmos. Había perdido su ser para formar algo más grande. Jamás volvería a pensar y a sentir como individuo. Había llegado a un plano de conciencia que lo ligaba a toda la energía constructora de la existencia. Había vuelto al Arjé y a coexistir con el Gran Demiurgo. ¿Cómo se manifestaría la esencia de este gran hombre?
VI
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