María Gómez
ANAMORFOSIS
El ángulo mágico
UNIVERSITAT DE VALÈNCIA
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© Del texto, los dibujos y las fotografías: María Gómez Rodrigo, 2008
© De esta edición: Universitat de València, 2008
Coordinación editorial: Maite Simón
Diseño del interior y maquetación: Inmaculada Mesa
Diseño de la cubierta: Celso Hernández de la Figuera y Maite Simón
Corrección: Communico CB
ISBN: 978-84-370-7142-8
Realización ePub: produccioneditorial.com
Método y materiales utilizados en el trabajo
En la realización de las anamorfosis no se ha utilizado ningún equipo, aparatos o medios mecánicos.
Los materiales utilizados han sido carbón vegetal, tizas de colores y una cuerda para realizar las orientaciones de las fugas.
Las imágenes se han tomado con una cámara digital Olympus, Camedia C-760 Ultra Zoom.
Agradecimientos
A Asunción Bonilla por su incondicional ayuda, entusiasmo y estímulo en el duro trabajo callejero y por compartir conmigo infinidad de pericias que nos depararon las anamorfosis.
A Emily Merino por las terribles agujetas que padeció después de ayudarme en la anamorfosis DONA en la explanada del puente de Calatrava.
Índice
Agradecimientos Método y materiales utilizados en el trabajo En la realización de las anamorfosis no se ha utilizado ningún equipo, aparatos o medios mecánicos. Los materiales utilizados han sido carbón vegetal, tizas de colores y una cuerda para realizar las orientaciones de las fugas. Las imágenes se han tomado con una cámara digital Olympus, Camedia C-760 Ultra Zoom. Agradecimientos A Asunción Bonilla por su incondicional ayuda, entusiasmo y estímulo en el duro trabajo callejero y por compartir conmigo infinidad de pericias que nos depararon las anamorfosis. A Emily Merino por las terribles agujetas que padeció después de ayudarme en la anamorfosis DONA en la explanada del puente de Calatrava.
1 Introducción
2 Antecedentes históricos
3 La representación anamórfica
4 El boceto
Cuadrícula
Cuadrículas anamórficas
Fases del traslado de dibujos a cuadrículas anamórficas
Ejemplos de dibujos traspasados a proyecciones anamórficas
5 La proyección in situ
6 Sobre la dimensión bidimensional de la anamorfosis
Relación de la altura de los ojos del espectador con la longitud de la pintura anamórfica. Proporciones aproximadas
7 Objetos representados sobre el nivel del suelo
Sobre los límites de la altura «ilusoria» de la anamorfosis con respecto al suelo
La proporción de la pintura y su percepción
Planteamientos prácticos: formas cilíndricas. Cilindro con círculo y árbol
8 Objetos representados bajo el nivel del suelo
9 Líneas de representación anamórfica conectadas con la arquitectura real, internadas bajo el nivel del suelo (fugas hacia el subsuelo)
Situación del punto de fuga en el interior del suelo
La imagen fija y la importancia del punto de referencia visual
Fases de una pintura cuyas fugas se internan bajo el plano del suelo
El punto de fuga y los desplazamientos
10 La sensación de realismo
Línea
Color
Sombras propias y arrojadas
11 Importancia de la imagen fija
12 Bibliografía
1 Introducción
Este trabajo surgió, en principio, por una curiosidad, seguramente la misma que todos experimentan al observar una pintura anamórfica en una imagen bidimensional.
¿Quién no se ha preguntado cuál será el «truco» o la «pericia pictórica» de esa «ilusión óptica»? Seguramente nos asaltan las mismas preguntas: ¿Cómo se hace? ¿Cuál es la fórmula? ¿Qué proyección geométrica hace que sea posible el efecto de tres dimensiones? ¿Quién no ha intentado rastrear con la mirada la superficie pictórica intentando comprender una anamorfosis?; ¿quién no ha buscado «dentro» y «fuera» de la pintura, es decir, se ha fijado en el espacio que ocupa, la ha comparado con las proporciones de todos los elementos próximos a ella (baldosas, farolas, árboles y personas) en el intento de establecer medidas para poder dibujarla con la mente y descifrarla? Algo nada fácil. Pues, precisamente, ese efecto en 3D es el que interrumpe, desorienta y confunde la percepción, con lo que entran en conflicto la realidad y la irrealidad de la representación, y es necesario hacer un esfuerzo para separar ambas percepciones, que chocan la una con la otra. Pero al fin y al cabo, eso es una anamorfosis, y la finalidad es, en cierto modo, pintar una «mentira» para ver una «verdad», o al revés, lo cual hace que recibamos un estímulo visual alterado y que el cerebro procese e interprete algo que parece una continua contradicción.
La curiosidad generada por todo ello nos llevó a poner en práctica la pintura anamórfica, a experimentar con ella una y otra vez hasta encontrar su fundamento teórico. Los resultados de esta tarea llevada a cabo han sido la base de este estudio, que exponemos con mucha cautela. Decimos cautela porque las conclusiones que arrojamos son exclusivamente empíricas y porque el ánimo que nos ha llevado a divulgar este trabajo es, fundamentalmente, estimular a cualquier persona que desee realizar una anamorfosis para que se ponga «manos a la obra» y disfrute con la experiencia.
No obstante, vamos a seguir narrando alguna de esas experiencias que constituyen una parte muy importante del trabajo; así que, antes de pisar el suelo callejero en el que vamos a pintar una anamorfosis, es necesario comprender muy bien cómo se desarrollará la anamorfosis que nos disponemos a realizar y tener resueltos los bocetos preparatorios para evitar errores y, así, comenzar a dar los pasos fundamentales sobre la gran superficie del suelo, trazando las fugas en las que se proyectará la pintura.
Hablamos de gran superficie porque siempre es conveniente imaginar de antemano cómo será de grande nuestra futura obra. Porque debemos pensar que su tamaño puede implicar vernos perdidos en una especie de laberinto lineal que, en muchas ocasiones, se hace incomprensible. Trazos y fugas que nos rodean y que engañan nuestra lógica constantemente, y, así, poco a poco, surgen las pequeñas conquistas, no sin antes experimentar algu-nos fracasos, como también ha ocurrido en nuestro caso. Fueron muchos los trazados realizados sobre los diferentes suelos callejeros que, al mismo tiempo que nos proporcionaron grandes satisfacciones, también nos depararon buenas dosis de frío, viento, lluvia y, cómo no, transpiración, gimnasia obligada y las terribles agujas de ácido láctico (agujetas) clavadas en los músculos.
Como veremos, nuestro estudio se ha centrado en las anamorfosis planas, que constituyen una pequeña parte de su gran mundo, [1] [1] Las anamorfosis pueden ser de muchas formas: cónicas, cilíndricas, piramidales, especulares (en las que se utilizan espejos para percibir el resultado final de la imagen), ópticas, anópticas o catóptricas según la orientación de la mirada, etc.
porque es bien conocido que, a lo largo de la historia del arte, se ha experimentado mucho en relación con este sistema de representación.
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