Primera edición electrónico: junio de 2017
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ISBN: 978-84-947449-0-7
Diseño de cubierta: Lucía Bajos: luciabajos@luciabajos.com
Portadilla
Créditos
Índice Índice Portadilla Créditos Índice Dedicatoria LA PALOMA BLANCA YA ESTÁ VIEJA. IONATAN GEFEN INTRODUCCIÓN PREGUNTAS Y RESPUESTAS
Dedicatoria
LA PALOMA BLANCA YA ESTÁ VIEJA. IONATAN GEFEN LA PALOMA BLANCA YA ESTÁ VIEJA IONATAN GEFEN La paloma blanca ya está vieja, está allí hace mucho años, ¿sabían? La paloma blanca ya está vieja, otros pájaros de su edad ya tienen nietos. La paloma blanca ya está vieja, déjenla bajar de los afiches y pasar al palomar en el jardín. La paloma blanca ya está vieja, ya llegó el momento de que también ella tenga un pichón. La paloma blanca ya está vieja, demasiadas guerras hacen fila frente a ella. La paloma blanca ya está vieja, la rama del olivo se le seca en el pico. La paloma blanca ya está vieja, y cada día que pasa está menos blanca y más pálida. La paloma blanca ya está vieja, díganle que se acabó el agua y que está libre...
INTRODUCCIÓN
PREGUNTAS Y RESPUESTAS
A Graciela y Marcelo, entrañables amigos del alma, e incansables luchadores
que no han dudado en meter los pies
en el barro para que israelíes y palestinos vivan juntos, entremezclados, en paz
LA PALOMA BLANCA YA ESTÁ VIEJA
IONATAN GEFEN
La paloma blanca ya está vieja,
está allí hace mucho años, ¿sabían?
La paloma blanca ya está vieja,
otros pájaros de su edad ya tienen nietos.
La paloma blanca ya está vieja,
déjenla bajar de los afiches y pasar al palomar en el jardín.
La paloma blanca ya está vieja,
ya llegó el momento de que también ella tenga un pichón.
La paloma blanca ya está vieja,
demasiadas guerras hacen fila frente a ella.
La paloma blanca ya está vieja,
la rama del olivo se le seca en el pico.
La paloma blanca ya está vieja,
y cada día que pasa está menos blanca y más pálida.
La paloma blanca ya está vieja,
díganle que se acabó el agua y que está libre...
El libro que tiene en sus manos no es un libro teórico sobre el conflicto palestino-israelí. Es el fruto de numerosos diálogos mantenidos durante años con las personas que se me acercan y buscan respuestas a tantas preguntas, desde las más simples hasta las más complejas. Existen muchos libros históricos y políticos que analizan la génesis del conflicto y sus múltiples variables, tanto desde una visión israelí como desde una óptica palestina. ¿Entonces por qué un libro de preguntas y respuestas? Porque a veces se requieren respuestas sencillas para preguntas complejas. La idea es que –sin perder rigurosidad– se encuentren en esta especie de guía introductoria algunas claves que permitan desentrañar las dudas más frecuentes. Toda selección es arbitraria e implica dejar afuera muchos temas; pero es importante aclarar que este no es un libro sobre el Medio Oriente en general sino sobre el conflicto palestino-israelí en particular. Cien preguntas no lo pueden abarcar todo, y tengo la esperanza de que este texto motive a los lectores a seguir leyendo y a estudiar más sobre el tema.
Las preguntas se encuentran en un relativo orden cronológico, indispensable para comprender la sucesión de hechos. Pero también fueron pensadas de tal manera que uno pueda saltar de pregunta en pregunta con cierta independencia. Como las respuestas son cortas adrede, encontrarán que muchas de ellas se irán respondiendo y ampliando a medida que se avanza en la lectura.
El conflicto palestino-israelí arrastra pasiones encontradas. Hace más de treinta y cinco años que lo vivo, siento y estudio, y es muy difícil adentrarse en este conflicto que tiene tantas aristas sin que afloren las justificaciones morales y éticas de un lado, contrapuestas a las del otro. Por esta razón encontrarán que una idea medular del libro es evitar las valoraciones –o la utilización de adjetivos– que poco ayudan a aclarar el panorama. Tampoco se busca responder a la pregunta de qué está bien o qué está mal, quién tiene razón o quién no la tiene, porque los que tienen este libro en sus manos aspiran a que se analice el conflicto sin calificar o justificar.
Nos encontramos frente a dos movimientos nacionales que han construido su historia a partir de sus propias vivencias y su lógica interna. Esto es, han partido de sus experiencias y el intento de encontrar una respuesta a sus dramas únicos e intransferibles. Pero en este caso sus historias se han entrelazado hasta tal punto que ahora son inseparables.
Si las palabras que se utilizan en todo contexto tienen un peso, en la región esto se encuentra multiplicado por las guerras, las pasiones y la influencia occidental de los medios de comunicación. La expresión «Medio Oriente» es incorrecta en lo conceptual. ¿Medio Oriente de qué? Obviamente para los europeos en su camino al Oriente. Los que viven en la zona desde antaño se refieren a la parte que está al oeste de Egipto en lengua árabe como Al Magreb, porque geográficamente es el occidente, donde ellos ven que se pone el sol. Y desde Egipto, incluyéndolo y abarcando toda la península arábiga está el oriente árabe, Al Mashrek. Pero como los convencionalismos a veces vencen la rigurosidad conceptual, en el libro se utilizará la expresión Medio Oriente, aun a sabiendas de que su uso y abuso empañan las expresiones utilizadas por siglos por los habitantes originales de la región.
Sin lugar a dudas lo más complejo en el conflicto palestino-israelí es mantener el equilibrio al utilizar palabras con un alto contenido político.
Una de las características de este conflicto es la batalla mediática y propagandística. Cada término es parte de un juego dialéctico que busca imponer definiciones en los medios masivos de comunicación. No es fácil elegir un camino que intente no quedar atrapado en la mera propaganda de uno u otro lado. «No hay palabras neutras –señala con razón el periodista Joris Luyendijk–. No es fácil escribir un despacho de prensa de este tipo: “Hoy en Judea y Samaria / en los territorios palestinos / en los territorios ocupados / en los territorios en disputa / en los territorios liberados, tres palestinos inocentes / terroristas musulmanes, fueron eliminados preventivamente / brutalmente asesinados / asesinados por el enemigo sionista / por las tropas de ocupación israelíes / por las fuerzas de defensa israelíes”». Lo que parece un trabalenguas refleja las dificultades que tienen los periodistas y académicos para informar y analizar lo que allí sucede; en particular, para tratar de mantener una línea lo más objetiva posible, siendo conscientes de que la objetividad en las ciencias sociales no existe.
Una de las dificultades al estudiar el Medio Oriente es la forma de transcribir los nombres. Como regla, en el libro se utiliza la transliteración del árabe o hebreo al castellano y no según la tipografía del inglés o francés que suele ser utilizada en los medios masivos de comunicación. Es así que en vez de Ahmed (Yassin) se podrá leer Ajmed (Yassin) y en vez de Yitzhak (Rabin) se leerá Itzjak (Rabin). La excepción es el partido libanés Jizbala (Jizb=partido, alá=dios), ya que el uso de Hezbolá se ha impuesto en los medios y tampoco buscamos dificultar la lectura.
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