AMIGAS
© Patricia Adrianzén de Vergara.
© Ediciones Verbo Vivo E.I.R.L
Primera Edición Digital
Perú-Diciembre 2021
Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú № 2021-12679
ISBN: 978-9972-849-48-0
Cuidado de Edición: Patricia Adrianzén de Vergara
Diseño de carátula: Erika Arenas Adrianzén
Diagramación: Erika Arenas Adrianzén
Las referencias bíblicas han sido tomadas de La Santa Biblia versión de Reina-Valera, revisión 1960
Derechos reservados: Prohibida la reproducción parcial o total de esta obra sin autorización de la Editorial
Ediciones Verbo Vivo E.I.R.L
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Dedicatoria
Para ti amiga
Que me ayudas a construir peldaño a peldaño
una ruta hasta el cielo
Que no tienes reparo en ensuciarte las manos
cuando se trata de sembrar
Para ti
que siempre estuviste allí cuando llegaba
y eras la última en irse cuando me iba
Para la única que es capaz de apagar todos mis incendios
Que tocas a mi puerta sin reparos
y llegas cuando se precisa sin que te llame
Para ti amiga que disipas las distancias
Porque sé que estarás conmigo hasta el final
y más allá en la eternidad
Este libro trata de cuatro mujeres con el mismo nombre unidas por el lazo de la amistad. Las cuatro se llamaban María, un nombre muy común en aquella época, pero además del nombre compartían muchas otras cosas. Las cuatro tuvieron un encuentro con Jesús en distintos momentos y circunstancias de sus vidas y fueron perdonadas y transformadas por su amor. Las cuatro respondieron a esa gracia y misericordia con una actitud de gratitud y consagración. Todas ellas se convirtieron en fieles seguidoras del maestro y le servían. Una lectura de los evangelios nos permite asegurar que convivieron en la misma época y podemos imaginarlas juntas viviendo experiencias inolvidables, escuchando absortas las enseñanzas del Maestro y siendo testigos de milagros que jamás imaginaron. Dos de ellas, María Magdalena y María la esposa de Cleofás, evidenciaron su lealtad al permanecer al pie de la cruz sosteniendo entre sus brazos a la madre de nuestro Señor. Y luego aparecen otra vez juntas el día de la resurrección cuando encontraron la tumba vacía y dialogaron con los ángeles. A María de Betania podemos considerarla, la amiga privilegiada, ya que el Maestro se hospedaba en su casa y era amigo también de su familia. Resulta envidiable la familiaridad que ella disfrutó con Jesús. La cuarta María de este libro, era la madre de Juan Marcos, quien luego sería el autor del segundo evangelio y también tuvo un protagonismo en los primeros años de la iglesia primitiva.
Mujeres amigas que unieron sus fuerzas y sus recursos para servir al Maestro. Cuyo mayor mérito fue que se convirtieron también en discípulas y amigas de Jesús. ¡Amigas de Jesús! Tal vez suene muy pretencioso, pero no es así. Ya que ellas, al igual que los discípulos, disfrutaron del compañerismo del Maestro y aprendieron el valor de una amistad verdadera y única. Seguramente atesoraron su enseñanza cuando escucharon de sus labios: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. [1] [1] Santa Biblia. Juan 15:13
Pero se quedaron atónitas cuando entendieron que Él cumplió en su persona esta verdad espiritual.
Las cuatro Marías de los evangelios pueden enseñarnos mucho sobre la amistad. Explorar las relaciones de Jesús con los seres humanos, el profundo afecto que sintió por quienes lo seguían es realmente enriquecedor. Las Marías se encuentran entre las privilegiadas que disfrutaron de la amistad del Rey de Reyes y Señor de Señores. Ese hecho debe darnos esperanza a todas nosotras, debe alimentar la convicción del profundo amor que Jesús siente por cada una en particular. No debemos desaprovechar la oportunidad que Él nos provee de ser nuestro amigo. Él ya lo dio todo por nosotras confirmando un pacto de amor eterno.
Al mismo tiempo, la experiencia de estas mujeres, nos anima a evaluarnos, qué tan efectivas somos en nuestra perseverancia y dedicación a las personas que consideramos nuestras amigas. ¡Cuánto valoramos nuestras relaciones y cuán prioritarias son en nuestras vidas! Para todas nosotras desarrollar una amistad verdadera toma una gran inversión de tiempo y energía. ¿Tienes amigas a las que consideras dignas de ello? Dios me ha dado la bendición de conocer y amar a tantas amigas, que, a la hora de dedicar este libro, comprendí que no podría nombrarlas a todas, pero que todas ellas se encontrarían en la descripción que hago de ellas sin necesidad de mencionar sus nombres. Porque de ellas recibí el consuelo, el aliento, la fortaleza, la alegría y todo aquello que enriquece la vida y aleja la soledad.
María de Betania, María Magdalena, María la esposa de Cleofás y María la madre de Juan Marcos, nos marcan la ruta de la amistad. ¿Cuánto conoces de cada de una ellas? El problema es que hoy en día muchos las confunden. Pero las Escrituras hacen una clara distinción de cada una. Porque para Dios es importante nuestra individualidad. Ellas tuvieron el privilegio que sus nombres fueran registrados en las Escrituras, y nosotras tenemos el privilegio de aprender de sus experiencias. Permitamos que sean ellas quienes se presenten y aclaren nuestras dudas.
Notas
[1] Mujeres amigas que unieron sus fuerzas y sus recursos para servir al Maestro. Cuyo mayor mérito fue que se convirtieron también en discípulas y amigas de Jesús. ¡Amigas de Jesús! Tal vez suene muy pretencioso, pero no es así. Ya que ellas, al igual que los discípulos, disfrutaron del compañerismo del Maestro y aprendieron el valor de una amistad verdadera y única. Seguramente atesoraron su enseñanza cuando escucharon de sus labios: “Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos”. [1] [1] Santa Biblia. Juan 15:13 Pero se quedaron atónitas cuando entendieron que Él cumplió en su persona esta verdad espiritual. Las cuatro Marías de los evangelios pueden enseñarnos mucho sobre la amistad. Explorar las relaciones de Jesús con los seres humanos, el profundo afecto que sintió por quienes lo seguían es realmente enriquecedor. Las Marías se encuentran entre las privilegiadas que disfrutaron de la amistad del Rey de Reyes y Señor de Señores. Ese hecho debe darnos esperanza a todas nosotras, debe alimentar la convicción del profundo amor que Jesús siente por cada una en particular. No debemos desaprovechar la oportunidad que Él nos provee de ser nuestro amigo. Él ya lo dio todo por nosotras confirmando un pacto de amor eterno. Al mismo tiempo, la experiencia de estas mujeres, nos anima a evaluarnos, qué tan efectivas somos en nuestra perseverancia y dedicación a las personas que consideramos nuestras amigas. ¡Cuánto valoramos nuestras relaciones y cuán prioritarias son en nuestras vidas! Para todas nosotras desarrollar una amistad verdadera toma una gran inversión de tiempo y energía. ¿Tienes amigas a las que consideras dignas de ello? Dios me ha dado la bendición de conocer y amar a tantas amigas, que, a la hora de dedicar este libro, comprendí que no podría nombrarlas a todas, pero que todas ellas se encontrarían en la descripción que hago de ellas sin necesidad de mencionar sus nombres. Porque de ellas recibí el consuelo, el aliento, la fortaleza, la alegría y todo aquello que enriquece la vida y aleja la soledad. María de Betania, María Magdalena, María la esposa de Cleofás y María la madre de Juan Marcos, nos marcan la ruta de la amistad. ¿Cuánto conoces de cada de una ellas? El problema es que hoy en día muchos las confunden. Pero las Escrituras hacen una clara distinción de cada una. Porque para Dios es importante nuestra individualidad. Ellas tuvieron el privilegio que sus nombres fueran registrados en las Escrituras, y nosotras tenemos el privilegio de aprender de sus experiencias. Permitamos que sean ellas quienes se presenten y aclaren nuestras dudas. Notas [1] Santa Biblia. Juan 15:13
Santa Biblia. Juan 15:13
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