Marian Engel - Oso

Здесь есть возможность читать онлайн «Marian Engel - Oso» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Oso: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Oso»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Publicada en 1976 y adorada por Robertson Davies, Margaret Atwood o Alice Munro, Oso es una novela delicadísima y calculadamente transgresora, una auténtica parábola de la vuelta a la naturaleza.
La joven e introvertida Lou abandona su trabajo como bibliotecaria cuando se le encarga hacer inventario de los libros de una mansión victoriana situada en una remota isla canadiense, propiedad de un enigmático coronel, ya fallecido. Ansiosa por reconstruir la curiosa historia de la casa, pronto descubre que la isla tiene otro habitante: un oso. Cuando se da cuenta de que este es el único que puede proporcionarle algo de compañía, surgirá entre ellos una extraña relación. Una relación íntima, inquietante y nada ambigua. Gradualmente, Lou se va convenciendo de que el oso es el compañero perfecto, que colma todas sus expectativas. En todos los sentidos. Será entonces cuando emprenda un camino de autodescubrimiento. A pesar del impacto que causó su publicación, Oso se alzó con el Governor General's Literary Award en 1976 y está considerada una de las mejores (y más controvertidas) novelas de la literatura canadiense.

Oso — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Oso», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Había estudiado las cartas náuticas. Sabía que la isla de Cary estaba varios kilómetros río arriba de esa desembocadura llena de juncos que ahora empezaban a remontar. Parecía un lugar accesible sobre el mapa, pero Lou ya sabía que el coronel no había tenido en cuenta que, pese a su amplia desembocadura, el río iba apagándose corriente arriba, por lo que su pantanoso refugio estaba más aislado de lo que un cartógrafo hubiera supuesto a primera vista. Lou

había leído que el aserradero de Cary fracasó porque el río, elegante y de aspecto inglés, solo suministraba suficiente agua para que el molino girase un día a la semana.

El estruendo del motor hacía que Homer le hablara a gritos. Era un hombre locuaz. Lou estaba más interesada en las formas mágicas que la rodeaban, en cómo las rocas escarpadas se transformaban rápidamente en arena y abedules, en las islas no mayores que un banco de arena, coronadas por viejas casitas verdes clausuradas que parecían perdidas y abandonadas en esa época del año. En este país tenemos vidas invernales y vidas estivales de naturalezas totalmente distintas, pensó.

Se deslizaron a través de la fría corriente, con Sim siguiéndoles en una barca plateada.

—Aunque no estás muy aislada, será mejor que guardes combustible en el depósito de la barca, por si necesitas ayuda. No creo que las tormentas te den problemas en esta época del año, pero podría caerte un rayo o podrías tener dolor de garganta, o algo así. Joe King solo vive ahí en invierno, cuando coloca sus trampas, y su tía, la señora Leroy, una vieja india, está en Neebish con su sobrina, así que no recibirás visitas inesperadas.

»Hay una estufa de leña y otra de gas y un par de chimeneas. Tenían un calentador que Joe y yo retiramos, era peligroso del carajo. Joe ha llenado el leñero y la vieja ha barrido la casa. Ya verás, estarás calentita y a gusto. Si la anciana vuelve, la reconocerás. Es tan vieja como las colinas y no tiene dientes.

La barca era una vieja fueraborda de cedro, pero el motor estaba nuevo. Homer le aseguró que perdería menos combustible cuando le hubiera dado un poco más de uso. Había una canoa en la caseta de los botes, pero desconocía su estado. Había puesto un motor ligero en la barca porque suponía que ella no querría cargar el grande de veinte caballos hasta la casa cuando hiciese mal tiempo. Lo principal era mantenerlo limpio y seco, y el bidón de combustible siempre lleno.

Se oyó una sirena formidable. Lou dio un respingo, muy a su pesar. Homer se echó a reír.

—Parece que una vaca te acabase de mugir en el oído, ¿eh? El canal de navegación está solo a unos siete u ocho kilómetros en la otra orilla de la isla. Tendremos un buen año. El río ha abierto temprano.

De modo que esa ribera callada y sinuosa era la isla de Cary. Juncia en la orilla, detrás piedras y árboles anónimos.

—Allí está el cabo. Llegaremos enseguida.

Notó algo parecido al afecto en la voz de Homer, como si le tuviera cariño al lugar. Miró a Lou y después apartó la vista.

Nada más doblar el meandro del río, Homer señaló hacia un punto y ella vio la casa, que se alzaba blanca contra el cielo oscuro. Contuvo la respiración y esperó. Después, ya cerca del embarcadero, comprobó que su primera impresión era cierta: la casa era un clásico octógono de Fowler.

—Increíble —dijo ella.

—No está mal, ¿eh?

—No se menciona en los libros. Hay un catálogo de casas así.

—¡Oh, por aquí somos gente reservada! Solo los que se acercan en barca conocen este sitio, y nosotros no se lo contamos a nadie. Enviamos a los turistas a la casa donde se supone que Longfellow escribió ese poema indio, en el canal principal. Este sitio está olvidado y a nosotros nos parece muy bien así. Es una joya, ¿verdad? Espera a navegar sola río arriba, una mañana de julio. No hay nada igual. Coge la cuerda, Sim.

Amarraron la lancha a un pequeño muelle. Cuando ella consiguió ponerse en pie con dignidad, Sim y Homer ya habían descargado media embarcación.

—Los parientes se pusieron hechos una furia cuando supieron que Cary había donado la isla a vuestro instituto —siguió Homer—. Querían partirla en parcelas y construir casas de veraneo. El Gobierno ya no permite esas cosas. Por aquí, sube y te la enseñaré por dentro.

Tambaleándose por el peso de las maletas, Lou siguió a Homer ribera arriba por un prado verde («Sim cortará esa hierba») hasta la veranda de la casa.

—Espero que puedas apañártelas sin luz eléctrica. Hay un par de lámparas de gas, pero no dan mucha luz. Aunque sí tienes muchas ventanas.

Lou contempló la casa, dejando que las palabras de Homer le resbalasen por detrás. A la luz del anochecer era una mole discreta. Un amplio porche difuminaba las ventanas de la planta baja. Altos árboles se arqueaban encima de ella.

—Abedul negro. Esos árboles tienen algo especial; en un día caluroso de agosto, su sombra es más fresca que cualquier otra.

—No sé si estaré aquí en agosto —dijo Lou.

—Nadie se ha ido nunca de aquí de no haberse visto obligado a hacerlo. Esa nieta de Cleveland habría dado un ojo de la cara por la casa. Se ha gastado una fortuna para impedir que os la quedaseis. Aquí tengo las llaves.

Hacía tanto que no veía una llave larga y dentada que había olvidado hasta cómo se llamaban.

—No hacía falta cerrar con llave antes de que viniesen los de las motos de nieve. Lo que se gana por un lado se pierde por otro.

Sus pasos sonaron a hueco en el porche.

Homer abrió la puerta. Lou entró y dejó su equipaje en el vestíbulo. Estaba rodeada de puertas y ventanas. Delante, una amplia escalera conducía al piso superior.

Olor a aceite de estufa. Olor a ratones. Olor a polvo (los últimos rayos del sol se inclinaban a través de los viejos y pequeños cristales). Homer permaneció a su lado, casi disculpándose, buscando una sonrisa de aprobación. Lou miró escalera arriba, a la izquierda, a la derecha, y olfateó. Otro olor almizclado, inidentificable, aunque agradable. Homer se dirigió a la derecha, abrió una puerta y dejó la máquina de escribir sobre la mesa de una habitación en penumbra. El muchacho llegó con las bolsas. Pim. Pam. Salió a por más.

—Estas casas son prácticamente redondas —dijo Homer—. Acompáñame, te la enseñaré. ¿Sabes encender una lámpara de queroseno?

—Sí.

—Demuéstramelo.

Una recargada lámpara de cristal blanco colgaba del techo de la habitación, pero Homer sacó de algún otro sitio un farol de estaño como el de los ferroviarios. Lou lo encendió y, en un instante, la habitación se transformó en un resplandor de sofás y mesas de patas curvas, pedestales para plantas y helechos muertos.

—Te interesará más la cocina. Es por aquí. ¿Recuerdas cómo se usa el regulador de tiro de las estufas de leña? —continuó Homer.

—No.

—Cuando hagamos la visita de honor por la casa, te lo enseñaré. Te hará falta para caldear esto por la mañana. Aún puede nevar por aquí arriba, ¿sabes?

La cocina tan solo ocupaba un lado del octógono, a diferencia de los dos de la sala. Había una estufa de propano moderna junto a la estufa de madera, una cocina de tapa corrediza y un fregadero de estaño con una bomba de agua.

—Fuera hay una mejor. Las juntas de esta siempre nos han dado problemas. Bueno, la siguiente habitación es una combinación de leñera y zaguán trasero; desde ahí se accede a la auténtica leñera. También hay un jardín y una letrina. ¿A que Lucy ha dejado todo muy limpio? La siguiente habitación sería el dormitorio principal…, la cama está algo hundida. Lucy ha dejado preparada la leña para el fuego. Lo encenderé, luego saldremos y te enseñaré lo de fuera. Sal por la puerta principal y rodea la casa. De noche, la escalera de atrás es peligrosa.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Oso»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Oso» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Oso»

Обсуждение, отзывы о книге «Oso» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x