María Lidia Laurencic - Despierta tu Poder Secreto

✔Comprendes cada vez más quién eres, te conectas con la Divinidad, sientes como si una mano invisible te guía y en consecuencia ya no intentas cambiar lo que no está a tu alcance.

✔Vives cada día con una actitud de agradecimiento y de paz, disfrutando cada momento que se te presenta.

En este último nivel de conciencia te has dado cuenta que estás abierto y que todo en tu vida fluye naturalmente:

✔Permites que la vida fluya totalmente porque todo está bien como es. Todo es perfecto como debe ser. Sabes que todo es transitorio.

✔Las metas y las intenciones desaparecen. Dejas de sentir necesidad y obsesiones. Te sientes muy bien contigo mismo. Sólo te interesa disfrutar.

✔Tienes una sensación de conciencia de unidad, ya no te identificas con una determinada religión, raza, país. Toda la vida te interesa. No estás separado de nada de lo que ves a tu alrededor.

✔Eres un afortunado, tienes objetivos más profundos. Ves amor en todo. Todo es perfecto.

✔Este nivel corresponde al ser iluminado, auto realizado como una persona sin límites.

Cualquiera sea el nivel donde te encuentres siempre podrás ascender, asumiendo el total de tu responsabilidad y sin esperar nada de nadie. No hay edad, sexo, situación económica ni religión que pueda limitarte.

Siempre aprendes de las experiencias que vives. Cuanto más difícil es la circunstancia, más posibilidades de crecer te ofrece. Si no aprendes de lo que te sucede, te tocará vivir la misma circunstancia una y otra vez hasta que la aprendas. Algunas veces esperas que la situación cambie, pero en realidad ella se repite en tu vida hasta que despiertes y generes el cambio desde tu interior.

✔No puedes pasar a un nuevo estado de conciencia, sin abandonar totalmente el anterior.

Es como si quisieras viajar a otra ciudad. No estarás en ella hasta que no abandones tu lugar de origen y estés presente físicamente en el nuevo destino. Tampoco puedes estar en ambos lugares al mismo tiempo. Esto se aplica a cualquier situación de la vida. Ejemplo: atraerás felicidad cuando ya te sientas feliz y dejes atrás el viejo estado de enojo y malestar; vivirás en abundancia cuando sientas que ya eres abundante y abandones las quejas acerca de tu pobreza.

Debes sentirte como si ya estás viviendo con las nuevas creencias, dejando atrás definitivamente el pasado y los viejos hábitos limitantes. Cada día es un nuevo comienzo y debes ignorar todo lo indeseado de tu día anterior, viviendo y sintiendo sólo el presente que deseas manifestar.

Los estados de la vida cambian permanentemente. En un mismo día un maravilloso estado de “cielo” se puede transformar en “infierno” conforme aparecen adversidades o conflictos. ¿Qué puedes hacer? Pues, proyecta tus deseos al respecto y cuando aparecen los conflictos, acéptalos, resuélvelos y déjalos ir definitivamente para quedarte sólo enfocado en tu nuevo estado de bienestar. No temas a los cambios.

➢Cada persona vive a su propio ritmo y despierta en el momento adecuado para ella. Por esta razón, es muy importante comprender, aceptar y respetar los tiempos de cada uno.

Las personas no son mejores ni peores, ni buenas ni malas, ni dormidas ni despiertas, simplemente están en distinto nivel de conciencia. Respeta el libre albedrío de los demás.

Si crees que alguien necesita ayuda, ofrece tus conocimientos y tus experiencias, pero no intentes convencerlos, salvarlos o cambiarlos si ellos no quieren hacerlo, aunque pienses que su vida es triste, dolorosa o complicada. Puede suceder que ellos no te comprendan o nos les interese tu ayuda porque viven en otra frecuencia, es decir en otro nivel de conciencia y sólo podrán salir de allí por sus propias decisiones y crecimiento. Sólo puedes acompañarlos sin apegarte a su negatividad o su dolor, pues no te pertenece ni eres responsable de lo que a ellos les sucede.

Alégrate por lo bien que tú estás, por tu despertar y crecimiento espiritual y bendice a los demás aceptándolos con amor y permitiendo que sigan su camino a su propio ritmo. Deja ir a los que no pueden acompañarte. Si aún no están preparados para ver, no es bueno que le enciendas la luz. Todo el mundo despertará en el momento adecuado.

✔Tu trabajo está únicamente en tu persona. Decide ser desde este momento, el hombre o la mujer que deseas ser y no esperes a serlo en el futuro. Deja atrás tu viejo “yo”, eso ya es pasado.

✔Utiliza tu poderosa imaginación para estar en tu nuevo estado de conciencia, sintiendo que realmente “ya eres la nueva persona” que deseas ser. “Ahora soy así…”

Este crecimiento es personal y no tiene fin. Sólo depende de un llamado interior y de una decisión personal. El cielo es un estado de conciencia.

Resumiendo:

• La vida siempre te presentará desafíos y situaciones adversas. Esto es inevitable. Puedes vivirlas desde el sufrimiento o asumiendo 100% responsabilidad.

• Si no cambias, todo continúa y se repite hasta que tomes nuevas decisiones. “Ahora” es el único momento que tienes para hacerlo.

• Cada persona vive a su propio ritmo y de acuerdo a su propio nivel de conciencia. Acepta y respeta el libre albedrío de las demás.

Imagina, piensa y siente que “ya eres una nueva persona” que tiene una nueva vida. Deja atrás tu viejo “yo”.

¡COMIENZA A DESPERTAR!

Si deseas obtener resultados diferentes, algo diferente tienes que hacer…

¡Despierta y toma el control de tu vida!

La mayoría de las personas viven una rutina diaria repetitiva desde que se levantan hasta que se acuestan, haciendo las mismas cosas en el hogar o el trabajo, se preocupan por los mismos problemas, se enojan, critican, se quejan, se decepcionan y se resignan. Así finalizan su día, cansados, decepcionados y agobiados. Se lamentan de su rutina diaria automatizada y monótona.

En general, califican las cosas como “seguras o peligrosas”, “dañinas o útiles”, “tristes o alegres”, “buenas o malas”, “justas o injustas”. Suelen decir habitualmente: “otro día complicado”, “las cosas son así”, “ésta es la realidad que vivimos”, “la vida es cada vez más difícil”, “la vida es un sacrificio”, “es lo que me tocó vivir”, “la inseguridad está en todas partes”, “ya no se puede vivir más así”. Aceptan las cosas como vienen dadas, con resignación, soportando todo lo que no les gusta porque creen que no lo pueden cambiar. Consideran que es su destino o su “mala suerte”.

La sociedad actual se caracteriza por esta rutina automatizada. Simplemente al observar en las calles a las personas, conductores, pasajeros de transporte público, trabajadores, etc. vemos que sus rostros muestran esas características: están cansados, agobiados, decepcionados, están en su propio mundo, no ven lo que pasa a su alrededor, no se dan cuenta, creen en una sola realidad posible, como la que ven y viven.

Llegan al final del día sin motivaciones, sin valorar las pequeñas y grandes cosas, como la propia familia, los momentos de convivencia, las amistades, el placer de disfrutar y de reír. Sin darse cuenta, los días van pasando en una rutina simplemente para sobrevivir y así van “pasando” los años.

Los acontecimientos adversos como las enfermedades, una pérdida o un accidente imprevisto, a veces los hace recapacitar o tomar conciencia de lo que se merecen, pero no siempre los lleva a un cambio duradero. Pronto vuelven al piloto automático, a lo que conocen y están acostumbrados. Es una cuestión de “comodidad” pues se sienten más seguros haciendo lo que siempre han hecho, aunque no sea lo mejor para ellos. Es un hábito que ya está instalado.