Omar Sanvicente - Ideas que vuelan

Como lobos sin manada

Autoestima

¿Por qué se acabó?

Sin siquiera tú saberlo

Cadena alimenticia

La misión

Estaré ahí contigo

Volar (tres en uno)

"Alameda. Alcaidía Gustavo A. Madero"

Botones

Bendición

Feminismo raro

Madres

Siempre quise, soñé, mejor dicho, tener un hijo (a), y desde el día en que llegaste, después de tantos dolores, la vida se me ha convertido en un universo de colores, si ríes río, si juegas juego y si enfermas muero.

Recuerda siempre ser amable y pedir las cosas por favor, y agradecer a cualquiera que sea cortés contigo, así comprenderás que si a alguien no lo ayudas a llegar a su destino, al menos piedras no le has de echar en su camino.

Va a haber ocasiones, en que te sentirás como esas sillas o mesas desniveladas, que se van de lado, y es entonces cuando necesitarás de un buen libro para retomar el nivel.

Más adelante, te preguntarás ¿qué es el amor? Para eso no tengo respuesta, pero, cuando al fin te atrape ese hermoso sentimiento, ya podrás explicarte su significado, y también sabrás, que no hay forma de explicar qué significa, y espero que no compruebes, que tarda mucho en irse, aunque ya te haya abandonado.

Toda la vida se la pasa uno aprendiendo, no es feo estudiar, lo feo es no saber.

Recuerdo aquellos días cuando querías andar, empezabas a gatear para aprender a caminar, de hecho, ahora, con la ayuda de un bastón, estoy aprendiendo a desandar.

Hijo (a) yo quisiera que escucharas mis consejos hoy y no mañana, cuando muestres tu segunda sonrisa desdentada, cuando el césped que pisamos sea la loza de mi casa, y las raíces se alimenten de mi ser

(¿o no ser?). Que los errores de tu vida, sean tus errores.

Si estás enamorado,

llevas el pecho lleno de corazón,

de costilla a costilla y de vértebra a esternón,

el objeto de tu amor es del latido la razón,

y se expulsan flores rojas en cada contracción.

Si estás enamorado,

la soledad te genera malestar,

el tiempo de la vida no te alcanza,

y no se come, para no molestar,

a las mariposas de la panza.

Si estás enamorado,

tu amor entra y sale por los ojos,

el pasado, se hace como humo ante un tornado,

el presente es un instante que no dura,

y en el futuro no se miran cielos rojos.

Si estás enamorado,

todo lo ves rosa aunque esté oscuro,

todo fluye, aun si está atorado,

y mientras dibujas corazones en tu muro,

a todos les das por su lado.

Si estás enamorado,

quisieras ser un grafitero, incomparable,

que dibuje en el hermoso lienzo de su piel,

tatuajes no aprendidos, imborrables,

como obras de arte hechas con miel.

Si estás enamorado,

tu amada(o) no se borra de tu mente,

de su boca siempre llevas el sabor,

quieres crecer y fenecer junto a su amor,

que la muerte los separe por un tiempo solamente.

Si estás enamorado,

no paras de cantar, y agradecer a Dios.

Quieres que de dos vientres salga uno(a),

y que ese(a) uno(a) no deje de brincar,

aun después de haberte ido.

Si estás enamorado,

y te encuentras abrazado de tu amor,

la felicidad del corazón, lo sé de cierto,

pero si hay que despedirse,

también, el corazón, lo sé, desierto.

Siempre te llevo presente, y ahora que he crecido recuerdo tu presencia intensa, tus regaños, tus consejos (que siempre quisiste hiciera míos), fuiste, injustamente lo sé, el mejor objetivo de mis juicios infantiles, los más crudos que he emitido.

Dicen que detrás de un gran hombre hay una gran mujer, y en ocasiones cuando te sentías empujado de más, y mirabas frente a frente a quien lo hacía, tu firme mirada se derretía en mi presencia y no me dabas el dolor de ver peleas, solo tu figura se inclinaba hacia mí, y me abrazabas.

Cuando ya corrías en la pista de la vida, me dabas las herramientas para alcanzarte, sabiendo que día con día tu carrera se haría más lenta, me enseñaste que, cueste lo que cueste, yo debía seguir con tal carrera.

Siempre me enseñaste a decir “por favor” y “gracias” a los demás, y no sé por qué a ti no te lo decía lo suficiente; y ahora, en cualquier lado que te encuentres, quiero que siempre escuches: Por favor discúlpame si alguna vez te lastimé, y gracias por todo lo que me enseñaste querido padre.

Hay una bola de bandidos, que tienen secuestrado a un hermoso país, entre ellos está el bandido acción nacional, el bandido verde ecologista (a este le dicen el niño), el bandido de la revolución democrática y el más peligroso de todos: el bandido revolucionario institucional; a veces se juntan y pareciera que empiezan un movimiento de degeneración nacional, unidos se encargaron de dividir al país del golfo al cortés y del bravo al pacífico, no hubo rincón que se salvara de sus atrocidades, solo Dios (o la vida) se encarga de unirlos, de vez en cuando, con invasiones extranjeras, con temblores, huracanes, y a veces hasta un virus nuevo sale. Qué desgraciados bandidos que tienen partido al país.

¿Cuándo volveré a saber de ti? Si te veo en mis sueños, mis recuerdos y en las caras.

Tu figura no se borra de mi mente, y con mis manos la recuerdo,

te has convertido en un nudo en mi garganta,

y qué difícil se me hace pasar los tragos de aguardiente;

y aquí acostado, fundiéndome al colchón,

viendo las vetas de la cimbra en el concreto,

te transformas en un objeto inanimado,

que brinca dentro de mi pecho de uno a otro costado,

sacándome en suspiros el poco aire que respiro,

a veces se oye un claxon, un gallo, unos gritos y unos grillos,

mezclados con tu canto,

y no me acuerdo si estaba dormido, despierto o confundido;

el recuerdo de tu mirada en cada pestañeo viene a las cenizas a atizar,

y todo empieza a arder dentro de mi;

miro hacia arriba, hacia abajo, a los lados,

y empiezo a mis recuerdos levantar:

En fotografías, en pisadas, en cenizas, en saliva;

y a todos juntos los rescato del cesto de basura,

para que no se vayan todavía.

Pues mi pregunta sigue siendo: ¿Cuándo volveré a saber de ti?

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