Amasada en el sudor
De aquellos que aman
Desde el corazón
Que pueden mirarse
En el espejo de otros ojos
Como a sí mismos
Sentir sus tristezas y alegrías
Que sin temor ven la pérdida
Para volver a empezar
Que dejan caer sus lágrimas
Sobre las manos del trabajo
Y que desde la soledad
Pueden construir un mundo
Y en el complejo laberinto de la vida
Saben soñar.
Hoy que la lluvia ha traído
La paz de una noche tranquila
Y que el alma adormece
El cansancio de los años perdidos
El espíritu busca
En los ecos del tiempo
La respuesta
No sé a qué pregunta escondida
El silencio se acerca
Sin temor distendido
Invitado eterno, borrador de olvidos
Amigo de historias y seres queridos
Corazón de un amante
Desangrado de heridas
He dejado en la almohada
Luminarias de tiempo
Alegrías y perlas, cristalinas de ausencias
Invocando al amor ya descansa mi alma
Abrazado a un paisaje de soles y vientos
Amanezco en la historia
Cotidiana de días
En que siembro ilusiones
De poeta grotesco
Sin saber yo le he escrito
Al amor tantos versos
Y el amor sin querer
Ha vivido en mis cuentos.
El origen de tu vida
El que por sentir la alegría de amar
Inició en el microscópico mundo
De tu primer existir, el latido de tu ser
Este héroe que aún no terminas de conocer
Es feliz por tu existencia
Trabaja, sueña, ríe, goza y se sacrifica
Y en sus desvelos pinta un cuadro de tu porvenir
Pinta tu cuarto, tus cabellos, tu almohada
La que habrías de dormir
Tomó su vino y le puso una mortaja a su cansancio
El que junto a tu madre
Vio entretejer desde tu infancia
Los gestos, las pasiones, la geografía de tu ser
Yo soy tu padre y lo que soy
Es todo lo que pude ser
Soy todo lo que he podido darte
Un nombre, un apellido, este instante
El paso por la vida, la esperanza
Cuentos, sueños realizados, otros no
Más que todo un amor inagotable
Caricias, besos, aun retos
Y hoy que me visitas y puedes expresarte
Y que te sientes madre
Y que estoy algo más viejo
Siempre te recuerdo, ¡yo soy tu padre!
Y tú, la luz de mi vivir.
4. Buscando a Dios en el dolor
Perdón, Señor
Porque siento el dolor
A flor de sensitiva piel
Porque tanto odio e impotencia?
Porque me has llenado de amor
Y a la vez me alejas de él?
También del azar, las flores, la alegría
Ese mirar curioso de las tumbas
¡Adiós irremediable
Oh, dolor, que turbulento!
Insensibilizaste mi alma
Y en lo agitado
De mi sangre
Cuando a la noche gritaba un reto
Y era una delicia el mirar el cielo
Tú que tienes el poder de la sentencia
Dictamina el fallo y cuenta mis pecados
Libre al fin de tu condena
Si a veces con la muerte se presiente
Que le hicieras una ofrenda a esta vida
Tal vez así broten las semillas
Que no vieron mis ojos concebidos
Darte al fin una alabanza
Pareciera ser al fin algo injusto
Porque toda mi vida se ha perdido
Tras los pasos de tu amor y no he podido
Más que hallar soledad, pena y castigo
Quiero, Dios, decirte que estoy vacío
Ya sin odios ni rencores quiere mi alma
Ser caricia aun al que me odie
Y entrar en un jardín cubierto de magnolias
Impregnarme de su azar para tu gloria
Dejando en este adiós una sonrisa
E inocente perderme en tu memoria.
Lágrimas que silenciosas
Se dejan caer, se abandonan
Tenues, amargas
Perlas cristalinas
Collar de sueños
Trabajadas, que unieron
A una mis mañanas
Las estrellas de un atardecer
Las lunas de esas noches
Que se fueron perdidas
Sin un dejo de esperanza
Hoy vuelven a escondidas
Se abandonan, se dejan caer
Tenues, amargas
Sembradoras de silencio
Copos de nieve buscando su descanso
En la planicie blanca
De todo lo que fue
Y el amor, maravilloso amor
Espejismo, frágil flor
Pasaje de un desierto
Lágrimas que silenciosas
Se abandonan, se dejan caer
Tenues amargas
Que dicen te quiero
Y un saber que eternas
Llenas de resignación
Muertas en la espera
Lágrimas que, en silencio, buscan morir.
Soy el artesano
De esta página en blanco
La musa triste de un romeo
Los ojos límpidos de un recién nacido
Soy el artesano de esta página en blanco
Espejo de limitadas dimensiones
Donde escondo partes de mi vida
Abres tu boca y saboreas expresiones
Donde dejo muertos retazos de ilusiones
Soy el artesano que sintió el amor
Dibujado en trazos de su tinta azul
Que sigue explorando en su universo vacío
Mirando de a poco el pasado volver
Así se llenan noches de soledad y hastío
Película que empuja al atardecer
Cansado el silencio que aguarda la espera
Mira siempre el paso del último tren
Y la soledad del tiempo su sabor amargo
Mojaron mis ojos al verte partir
Herido de orgullo cansado de tiempo
Se durmió la noche del adiós aquel
Recogí el pañuelo blanco que agitaste
Hoy presiento un mundo que no ha de volver
Soy el artesano de esta página en blanco
Música y poema de un feliz ayer.
Qué extraña locura lleva el viento
A sondear los escondrijos de las sombras
A mirar por la tarde en la ventana
Y llevarse los silencios de los muertos
Si Dios se acercara a mi deseo
Le pediría yo ser viento
Para poder acariciar la cara de mi sueño
Nada mejor que perderse por instantes
Y saborear el poder de la sorpresa
Soy testigo de la luz y las tinieblas
Y en su bondad el eterno me hizo eterno
Quiero amanecer amaneciendo
Hecho a la medida de toda circunstancia
La noche es, la lluvia ha sido
Seremos la mirada de algún tiempo
Sin saber el instante que pasamos
Por eso yo quisiera enamorarme
Y ser tan eterno como el viento
No quiero que descubras cómo vivo
Quiero despertar ya siendo viento
Llevarme la ilusión de lo perdido
Y con el viento mutare en las hojas muertas
Y seré de un paraíso primavera.
Si me preguntas por qué te miro
Como no mirando a nadie
Oh, por favor no me preguntes
Como siempre, hermano
Arráncale un quejido a esa silla vieja
Pa’ ver si dejo de pensar un poco
Y al menos brindarte la amistad de siempre
Es que me traje las tristezas todas
Pa’ borrarlas en copas, en mi despedida
Total de qué sirve ahogarse en el llanto
Total si ya nada le debo yo a nadie
Ya pagué mis culpas y Dios bien lo sabe
Pero mira, hermano, déjame solo
Beberé tu copa, te contaré todo.
¡Dos ginebras, mozo! dos ginebras …!
Póngalo en la cuenta
Se encogió de hombros el gaucho
Como pa’ que lo entendiera
Y ahí pasó la noche, fue su despedida
Y en aquel boliche
Todavía es extraño
Que ancima se fuera
Y al pie de la mesa
Todavía espera
Aquel viejo amigo ya viejo y cansado
Tal vez nunca sepas perrito faldero
Las amargas horas que juntos pasaron
Porque, porque allá en el campo
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