Franco Nembrini - Paraíso. Divina comedia de Dante Alighieri

Здесь есть возможность читать онлайн «Franco Nembrini - Paraíso. Divina comedia de Dante Alighieri» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на итальянском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Paraíso. Divina comedia de Dante Alighieri: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Paraíso. Divina comedia de Dante Alighieri»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Esta es la tercera parte de la Divina comedia de Dante Alighieri, en una edición especial con introducción del papa Francisco, imágenes realizadas por el jefe de los ilustradores de la Marvel, Gabriel Dell'Otto, el texto original en italiano antiguo revisado desde Italia junto al texto en español en la misma página y los comentarios de uno de los mejores expertos italianos sobre Dante, Franco Nembrini.

Paraíso. Divina comedia de Dante Alighieri — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Paraíso. Divina comedia de Dante Alighieri», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

2Nadie trató nunca de este tema.

3La Suprema Verdad. Concepto tomista.

4Los argonautas que iban en busca del vellocino de oro no se admiraron más cuando vieron a Jasón domar toros que lanzaban fuego por las fauces.

5Desearemos ver a Cristo y comprenderemos claramente la fusión de las dos naturalezas: divina y humana.

6Dante y Beatriz han llegado a la Luna. La creencia vulgar afirmaba que las manchas de la Luna representaban a Caín con un haz de espino al hombro.

7Creía que las manchas procedían de una densidad mayor de la sustancia. Así lo sostiene en El convite y aquí lo refuta.

8Todo este discurso de Beatriz, que sería cansado y prolijo desentrañar frase por frase, no es más que un desarrollo de la doctrina aristotélica, según la cual existe una primera materia común a todos los cuerpos y un «principio formal» que determina las distintas especies y cualidades.

9El Primer Móvil.

CANTO II

Dentro de sí nos recibió la perla eterna como el agua recibe el rayo de luz, permaneciendo unida .

(II, vv. 34-36)

Todavía inmerso en la Luna Dante descubre ante sí unos rostros que al - фото 4

Todavía inmerso en la Luna, Dante descubre ante sí unos rostros, que al principio interpreta como imágenes reflejadas (vv. 1-24). Beatriz le explica que son almas, y lo invita a interrogarlas (vv. 25-33). El alma que Dante tiene delante es Piccarda Donati (vv. 34-57). En el diálogo que sigue, el poeta pregunta primero si los espíritus que están ahí no aspiran a subir más alto, más cerca de Dios (vv. 58-66), y Piccarda empieza explicando que el deseo de los bienaventurados coincide con la voluntad de Dios sobre ellos (vv. 67-90). Después, le pide que le aclare qué pasó con ella en la Tierra (vv. 91-96), y ella satisface brevemente la curiosidad de Dante (vv. 97-108). Al final, Piccarda le presenta el alma de Constanza d’Altavilla (vv. 109-120) y después se aleja, dejando a Dante con otra pregunta no expresada (vv. 121-130) .

Si el Canto II ha llevado a Dante a comprender las leyes que rigen el universo físico, el Canto III lo introduce en el descubrimiento de la gran regla que gobierna el mundo humano: la ley de la caridad.

La protagonista del canto es Piccarda Donati, que entra en escena poco después del principio y permanece hasta el final. Brevemente, ¿quién era Piccarda? Hermana de aquel Forese Donati que encontramos en el Purgatorio (cf. Purg ., XXIII, vv. 40-133; XXIV, vv. 1-93), se había hecho monja en la orden fundada por santa Clara, amiga y seguidora de san Francisco; sin embargo, su hermano Corso la había obligado a dejar el convento y a casarse. Por eso, se presenta, junto con otras almas que faltaron a sus votos, en el cielo de la Luna, el más cercano a la Tierra y, por tanto, el más alejado de Dios. Y en Dante nace enseguida una pregunta, que formula aquí por primera vez y que lo acompañará durante bastante tiempo (vv. 64-66):

«[…] Pero dime: vosotras, que sois felices aquí, ¿deseáis un lugar más alto para ver y tener mayores afectos?».

Como queriendo decir: pero vosotros que estáis aquí en el cielo más distante de Dios —en la última fila, podríamos traducir en tono de broma—, ¿no tenéis un poco de envidia? ¿No os gustaría ir más arriba, para gozar más de la cercanía de Dios? Es una pregunta natural y plausible, pues, si todo el dinamismo humano se mueve porque el deseo tiende hacia una satisfacción infinita, ¿no debería valer también aquí esta ley? Las almas, ¿no deberían seguir deseando cada vez más también en el paraíso?

La respuesta de Piccarda es un paso de importancia capital en el recorrido que Dante está realizando. Por eso la leemos completa (vv. 70-87):

«Hermano, nuestra voluntad se aquieta por la virtud de la caridad, que nos hace no querer más que lo que tenemos y otra cosa no ansía. Si deseásemos estar más altas, estarían en discordancia nuestros deseos con la voluntad de Aquel que aquí nos agrupa, lo que no cabe en estas esferas si el espíritu de caridad es aquí indispensable y consideras bien su naturaleza. Es esencial a la vida bienaventurada conformarse a la voluntad divina para que nuestras voluntades sean una sola; así que el estar de grado en grado por este reino, a todo el reino place, como al Rey que a su voluntad nos conforma. En su voluntad está nuestra paz; ella es el mar al que todo se dirige, tanto lo que ella crea como lo generado por la naturaleza».

Hermano —parafraseo las palabras de Piccarda—, aquí gozamos de la caridad y, por eso, deseamos justamente lo que tenemos, y no otra cosa, porque, de no ser así, no seríamos bienaventurados, al ser nuestros deseos disconformes con el querer de Aquel que los ha inscrito en nuestro corazón. Pero aquí es imposible que suceda algo así, porque nuestro deseo ha vuelto a ser lo que era cuando Dios nos creó, por lo que no podemos desear algo distinto de lo que Él desea para nosotros. «En su voluntad está nuestra paz»: es la espléndida y célebre conclusión, de ahí viene nuestra paz, nuestra alegría y nuestra satisfacción.

Piccarda es la primera alma santa con la que Dante se encuentra, y su respuesta es una especie de introducción general a todo lo que veremos después, por eso es preciso escucharla prestando atención.

Comenzamos observando que también entre los santos existe una jerarquía, correspondiente a los diferentes grados de santidad. En el paraíso, todos seremos perfectos —es decir, plenos y satisfechos—, porque cada uno será lo que debe ser; pero esto no significa que seremos todos iguales, pues cada santo llega al paraíso con su propio bagaje, incluidos los límites que han marcado su vida terrenal. De hecho, estos no quedan, por así decir, borrados por la santidad, sino que permanecen como rasgos indelebles de la historia de cada uno; sin embargo, al mismo tiempo, incluso los límites son transfigurados y no se convierten en una objeción insuperable, no impiden vivir la relación con Dios en toda la plenitud que a cada uno se le da.

La santidad no es un ideal de perfección teórica, un estado al que algunos llegarán en el más allá, sino que es la relación con Cristo en la vida terrenal, en cada circunstancia del tiempo presente. Don Giussani lo comenta así: «Nosotros pensamos que la perfección es el objetivo de la vida y que el hombre camina progresivamente hacia este objetivo, y alcanza el objetivo, entendido como el resultado de su esfuerzo. ¡Pero no es así! El objetivo final ya está presente, ya lo tienes a tu lado, ¡es un “Tú”! De este modo, la perfección es la relación con este Tú. […] Por ello la perfección se realiza existencialmente, se realiza y se define como relación reconocida y aceptada con Cristo». 1

Y el nombre propio de esta relación —aquí llegamos al meollo de la cuestión— es caridad . No es casualidad que este término aparezca cuatro veces en las palabras de Piccarda: es la caridad el sí que se dice a Jesús en cualquier circunstancia, la relación amorosa con Dios como clave de nuestra vida, lo que conforma la voluntad de Piccarda y de cada santo a la del Omnipotente («Es esencial a la vida bienaventurada conformarse a la voluntad divina para que nuestras voluntades sean una sola»). Es esencial , es decir, pertenece a la forma, a la naturaleza misma de cualquier bienaventurado el hecho de que el propio deseo coincida con el de Dios. La relación amorosa con Dios es tan radical y decisiva que, por naturaleza, cada uno desea solo lo que Dios quiere para él. Por eso puede exclamar Piccarda: «En su voluntad está nuestra paz». Los santos son tan conscientes de que todo lo que somos es puro don del amor de Dios que acatar ese don satisface plenamente su anhelo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Paraíso. Divina comedia de Dante Alighieri»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Paraíso. Divina comedia de Dante Alighieri» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Paraíso. Divina comedia de Dante Alighieri»

Обсуждение, отзывы о книге «Paraíso. Divina comedia de Dante Alighieri» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.