Victoria Resco - Reino de papel

Здесь есть возможность читать онлайн «Victoria Resco - Reino de papel» — ознакомительный отрывок электронной книги совершенно бесплатно, а после прочтения отрывка купить полную версию. В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: unrecognised, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Reino de papel: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Reino de papel»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

LA PERSONA QUE ASPEN VANN MÁS ODIA, NO ES OTRA QUE ASPEN VANN. Para quien la mire no es otra cosa que perfecta e inquebrantable. Popular. Bonita. Inalcanzable. Toda una profesional de la mentira. Pero cuando todo a su alrededor se vuelve un caos y los muros que tan perfectamente ha construido en su interior comienzan a resquebrajarse, un chico y su gato malhumorado entran como un rayo de sol a su cielo nublado y ponen su vida de cabeza. Aaron llena sus días de color y ruiseñores. Le muestra caras de sí misma que no sabía que tenía. Que la aterran. Que la increpan. Que la hacen desear ser esa chica que nunca creyó poder ser. ¿Podrá una nueva Aspen surgir de entre tanta oscuridad y tantas mentiras?

Reino de papel — читать онлайн ознакомительный отрывок

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Reino de papel», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

–No, bueno, sí, pero no. –Claire me miró, como esperando que dijera algo reconfortante, algo que diría Maggie, pero yo no era ella y no tenía ni idea de qué decir, así que me limité a sonreírle como diciendo "¿qué se le va a hacer?".

Había muchísimas cosas para hacer. Podía elegir solo a uno de los dos y salir con él, comprometerse, ser responsable y feliz. Podía amar de verdad, con todo el corazón, en lugar de vivir con un pie en cada mundo, dividida por sus propios enredos. Pero Claire había decidido meterse en ese lío sola y, de querer a alguno de esos chicos lo suficiente, lo hubiera elegido.

No sentía un ápice de pena por ella, pero tampoco rabia. Simplemente un rechazo más fuerte que nunca, que me tensionaba los músculos y me cerraba las manos en puños cada vez que la miraba y el recuerdo de mi madre se me estrellaba contra la cara como un enorme camión de carga.

–¿Cómo que no pero sí pero no? –repitió Fallon. Había terminado con la primera mano y se la miró para cerciorarse de que estuviera impecable. Yo estaba segura de que no necesitaba darse otra mano de pintura, porque sus uñas estaban siempre perfectas, y de que solo lo hacía para que el olor asqueroso del esmalte dirigiera las miradas de todos a ella. Le encantaba que la vieran así: desafiando las reglas y saliéndose con la suya. Rodé los ojos–. La pregunta fue si tenías otra cita. Las respuestas pueden ser sí o no, no hay un punto medio.

–Ya déjala en paz –le espetó Maggie. Me relajé un poco. Era algo normal, algo conocido en estas últimas veinticuatro horas de locos: Maggie defendiendo a Claire. Definitivamente mejor que su anterior silencio fúnebre.

Claire la miró, como buscando sus ojos para hacer esa cosa de mística comunicación que yo nunca entendería, pero la castaña apartó la vista rápidamente. Fallon comenzó a aletear como un pollito raquítico para que se le secaran las uñas, y le lanzó una mirada gélida a nuestra amiga.

–No me calles –le espetó.

En cuanto vi que Claire había fruncido el ceño y estaba lista para defender a Maggie, interrumpí. Demasiadas cosas se habían salido de control en los últimos días y lo último que quería era ver a Claire confrontar a alguien, mucho menos si ese alguien resultaba ser Fallon, un viernes a las siete cincuenta de la mañana.

–De todas formas, ¿dónde está Asheligh? No es de saltarse clases.

–No la he visto desde ayer al mediodía –anunció Maggie.

–Creo que estaba enojada por lo del examen y se fue a casa a llorar –se mofó Fallon, mirándome directamente, como esperando a que me le uniera. Me limité a sonreír de lado; era lo que esperaban de mí, era lo que iba a darles.

–¿Por un ocho? –Claire, como de costumbre, no había entendido que era una pulla, y nos miraba confundida–. A mí me parece una muy buena nota.

–A ti cualquier nota arriba de seis te parece buena nota.

Maggie torció el cuello con tal violencia hacia la otra castaña que creí oírle las vértebras crujir. Me recorrió un subidón de energía, una advertencia latente.

–Te vendría bien ubicarte, Fallon –le dijo–. Y como no lo hagas, no me molestaría hacerlo por ti.

Las cosas estaban escalando muy rápidamente y yo ni siquiera era capaz de entender cómo era que podían convertir todo en una pelea. En los ojos azules de la atacada destelló una diversión macabra, y sonrió. Teniendo en cuenta que Maggie entrenaba seis veces por semana y parecía estar hablando muy en serio, yo ni por los pelos hubiera hecho algo así. Me subió un escalofrío de solo pensarlo. Pero Fallon era Fallon y si había algo que le encantaba, era demostrar lo superior que era.

Cuando le respondió, había más de una mirada curiosa posada sobre nuestras mesas.

–Alguien está de muy mal humor...

Entendí entonces de dónde venía parte de la confianza de mi amiga: en el momento en el que Maggie daba un salto brusco de la mesa y se paraba para encarar a Fallon, entró el profesor.

El creciente barullo de las conversaciones matutinas se apagó como si le hubieran dado a un interruptor y Maggie solo pudo dedicarle una mirada rabiosa a la ojiazul antes de tomar su bolso del piso y arrastrarlo al asiento vacío junto a Claire. Cualquier tipo de tensión entre ellas estaba más que disuelta ya.

–¿Estas bien? –le susurró. Yo, que antes estaba parada con la cadera contra la pared, me había dado media vuelta y sentado en el banco detrás de ellas, sola. Fallon, en el banco al lado del de Claire, guardaba sus cosméticos con una sonrisita cizañera.

Claire asintió frenéticamente y movió los labios respondiéndole por lo bajo y estirando la mano hacia la de Maggie. Antes de llegar a tocarla, la castaña se apartó, dedicándose a rebuscar en su bolso hasta sacar un boli y un cuaderno hecho jirones. La melena enrulada de la pelinaranja me ocultó su rostro mientras volvía la vista al frente.

Las miradas de la clase seguían pesando sobre ellas, y yo, sentada considerablemente cerca, sentía su peso casi como si estuvieran sobre mí. Sacando mi cuaderno espiralado y mis resaltadores favoritos, me dispuse a escribir la fecha y decorar el título que el profesor –totalmente inconsciente de la bomba de la que nos había salvado con su aparición– escribía en la pizarra.

"Test vocacional", decía. Y yo lo copié esperanzada de que al menos, en esta hora, pudiera resolver uno de los problemas que se me enredaban en la cabeza. Casi lo había olvidado por completo. Desde ayer, en mi cabeza solo habían rondado pensamientos de pestañas oscuras y mechones enrulados que caían y se pegaban en una frente sudorosa. Y brazos musculosos con manchas de pintura. Había mucho de eso también.

¿O tienes miedo?

Había caído por la provocación más baja de todas. La furia me había fallado, como si Aaron me hiciera inmune a sus defensas, y las otras emociones me habían emboscado. No tenía práctica con cosas como esas: nervios, incertidumbre, sonrisas torcidas y respuestas educadamente filosas.

Cada vez que intentaba pensar en ello, y lo había hecho más de lo que se consideraría saludable, no podía entender cómo había pasado. Esa nausea y estado de idiotez me habían atrapado, y sin que siquiera me diera cuenta, había terminado apostando. Una risa –las condiciones: tenía que ser una carcajada de verdad, a todo pulmón– a cambio de un número de teléfono.

Recién en el momento en el que llegué a casa, con la cabeza fría y sin avellanas o dientes partidos que me distrajeran, empecé a comprender las dimensiones de lo que había hecho y todas las formas en las que podía dárseme vuelta.

Y luego, mientras me escurría hasta mi habitación, me olvidé de todo. Me olvidé de Aaron, Christof, Avery, mi futura carrera (o más bien la falta de esta), y solo pude pensar en papá. Por primera vez en mucho tiempo, ni siquiera el estudio pudo distraerme. Sabía que, si papá veía las luces de mi habitación encendidas, entraría a pedirme que cenara algo y tendría que afrontar la desazón de su mirada. Solo pensarlo era desgarrador. La idea de sonreírle y asentir con un secreto como el que tenía pudriéndoseme dentro, parecía peor que martillarme el corazón.

Pensé en el turbado gris de sus ojos, en como parecía mezclarse con algo más oscuro en el halo exterior, un vacío enloquecedor que lo seguía a todas partes. Y si supiera lo que yo sabía...

Concéntrate .

Sacudí la cabeza, volviendo a la pizarra que estaba toda garabateada con links a diferentes sitios de tests vocacionales. Me enfrasqué en ellos, como si copiando una letra incorrecta pudiera desencadenar el fin del mundo. Porque escribir prolijo, resaltar, resumir y complacer profesores con sonrisas y buenas notas era la mejor distracción a la que podía acceder en ese momento. Y Dios sabía que necesitaba una.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Reino de papel»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Reino de papel» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Reino de papel»

Обсуждение, отзывы о книге «Reino de papel» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x