UNIVERSIDAD AUTÓNOMA DE LA CIUDAD DE MÉXICO
DIFUSIÓN CULTURAL Y EXTENSIÓN UNIVERSITARIA
RECTORA
Tania Hogla Rodríguez Mora
COORDINADORA DE DIFUSIÓN CULTURAL Y EXTENSIÓN UNIVERSITARIA
Marissa Reyes Godínez
RESPONSABLE DE PUBLICACIONES
José Ángel Leyva
COLECCIÓN: CLÁSICOS DEL PENSAMIENTO POLÍTICO
El príncipe.
Primera edición 2021
D.R. © Mastrángelo, Stella, traducción.
D.R. © Universidad Autónoma de la Ciudad de México
Dr. García Diego, 168,
Colonia Doctores, alcaldía Cuauhtémoc,
C.P. 06720, Ciudad de México
Imagen de portada: Batalla de San Romano , de Paolo Uccello
ISBN (impreso): 978-968-9252-25-1
ISBN (ePub): 978-607-9465-52-0
publicaciones.uacm.edu.mx
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Maquiavelo: entre el ser y el “deber ser” MAQUIAVELO: ENTRE EL SER Y EL “DEBER SER” Luce Fabbri Cressatti Sentimos a Maquiavelo como un contemporáneo porque estamos viviendo una crisis en cierto modo homóloga a la del siglo XVI, y porque él nos proporciona los elementos para juzgarla y es el único que lo ha hecho con tan implacable claridad. Hay un Maquiavelo de leyenda, que tiene mala fama, el del fin que justifica los medios, el político sin escrúpulos, el consejero de los tiranos. Y está el Maquiavelo que nos presentaron nuestros profesores siguiendo a De Sanctis y a Croce, un Maquiavelo creador de la ciencia política, un pensador que, en los umbrales del Renacimiento, descubrió que la política es independiente de la moral, pertenece a otra esfera, la esfera de lo útil, como la economía. Y nos ha enseñado que en la historia lo que cuenta es el ser, no el “deber ser”: la realidad, no la justicia. Dice De Sanctis que en la obra de Maquiavelo “están los derechos del Estado; faltan los derechos del hombre”. 1 “Por la patria todo es lícito y las acciones, que en la vida privada son delitos, se vuelven magnánimas en la vida pública. Razón de Estado y salud pública eran las fórmulas vulgares en las cuales se expresaba ese derecho de la patria superior a todo derecho.” 2 Y Croce se hace en esto, como en casi todo lo demás, el continuador de De Sanctis, incorporando el pensamiento de Maquiavelo a su definición de lo útil, diferenciado netamente de lo ético. Y remacha este concepto, respaldando esta visión del pensamiento de Maquiavelo, con negar que haya medios inmorales. La acusación que se levanta contra Maquiavelo, de recomendar medios inmorales para fines morales, medios que se justificarían con la moralidad de los fines, carece, para Croce, de todo fundamento, pues sólo los fines son morales o inmorales; los medios son adecuados o inadecuados. 3 Y aplica el mismo criterio al pensamiento de Marx, en quien veía —dice Boulay 4 — “el Maquiavelo del proletariado”.
LUCE FABBRI CRESSATTI
Il Principe • El Príncipe Niccolò Machiavelli • Nicolás Maquiavelo
Nicolaus Maclavellus ad Magnificum Laurentium Medicem NICOLAUS MACLAVELLUS AD MAGNIFICUM LAURENTIUM MEDICEM Sogliono, el piú delle volte, coloro che desiderano acquistare grazie appresso uno Principe, farsegli incontro con quelle cose che infra le loro abbino piú care, o delle quali vegghino lui piú delettarsi; donde si vede molte volte essere loro presentati cavalli, arme, drappi d’oro, pietre preziose e simili ornamenti degni della grandezza di quelli. Desiderando io, adunque, offerirmi alla Vostra Magnificenzia con qualche testimone della servitú mia verso di quella, non ho trovato, intra le mia suppellettile, cosa quale io abbi piú cara o tanto esistimi, quanto la cognizione delle azioni degli uomini grandi, imparata da me con una lunga esperienza delle cose moderne e una continua lezione delle antique; le quali avendo io con gran diligenzia lungamente escogitate ed esaminate, e ora in uno piccolo volume ridotte, mando alla Magnificenzia Vostra. E benché io giudichi questa opera indegna della presenzia di quella, tamen confido assai che per sua umanità ali debba essere accetta, considerato come da me non gli possa essere fatto maggiore dono che darle facultà a potere in brevissimo tempo intendere tutto quello che io, in tanti anni e con tanti mia disagi e periculi, ho conosciuto e inteso. La quale opera io non ho ornata né ripiena di clausule ample, o di parole ampullose e magnifiche, o di qualunque altro lenocinio o ornamento estrinseco, con li quali molti sogliono le loro cose descrivere e ornare; perché io ho voluto, o che veruna cosa la onori, o che solamente la varietà della materia e la gravità del subietto la facci grata. Né voglio sia reputata presunzione se uno uomo di basso ed infimo stato ardisce discorrere e regolare e’ governi de’ principi; perché, cosí come coloro che disegnano e’ paesi si pongono bassi nel piano a considerare la natura de’ monti e de’ luoghi alti, e per considerare quella de’ bassi si pongono alti sopra e’ monti, similmente, a conoscere bene la natura de’ populi, bisogna essere principe, e a conoscere bene quella de’ principi bisogna essere populare. Pigli, adunque, Vostra Magnificenzia questo piccolo dono con quello animo che io lo mando; il quale se da quella fia diligentemente considerato e letto, vi conoscerà dentro uno estremo mio desiderio, che Lei pervenga a quella grandezza che la fortuna e le altre sue qualità gli promettano. E se Vostra Magnificenzia dallo apice della sua altezza qualche volta volgerà gli occhi in questi luoghi bassi, conoscerà quanto io indegnamente sopporti una grande e continua malignità di fortuna.
Nicolás Maquiavelo al Magnífico Lorenzo de Médici NICOLÁS MAQUIAVELO AL MAGNÍFICO LORENZO DE’ MÉDICI Suelen las más de las veces 1 quienes desean adquirir gracia ante un príncipe ir a su encuentro con las cosas que entre las suyas más estiman, o de las cuales lo ven a él más deleitarse; por lo cual se ve que muchas veces se les ofrecen caballos, armas, paños de oro, piedras preciosas y ornamentos similares, dignos de la grandeza de ellos. Deseando yo pues ofrecerme a Vuestra Magnificencia con algún testimonio de mi servidumbre hacia ella, no he encontrado entre mis pertenencias cosa que yo más quiera o en más estime que el conocimiento de las acciones de los hombres grandes, adquirido con una larga experiencia de las cosas modernas y una continua lección de las antiguas: las cuales habiendo yo con gran diligencia largamente meditado y examinado y reducido ahora a un pequeño volumen, envío a la Magnificencia Vuestra. Y bien que juzgue yo esta obra indigna de la presencia de ella, sin embargo mucho confío en que por su humanidad deba ser aceptada, considerando que para mí es imposible hacerle regalo mayor, que darle facultad de poder en brevísimo tiempo entender todo lo que yo en tantos años y con tantas incomodidades y peligros he conocido.
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