Como se mencionó antes, la fecha del afelio (la máxima distancia Sol – Tierra) cae actualmente a principios del mes de julio, en el verano del hemisferio norte. Por esta razón la insolación en verano del hemisferio norte es algo inferior a la insolación en el verano del hemisferio sur (medio año más tarde, es decir a principios del mes de enero) lo que corresponde con el perihelio (a la mínima distancia Sol – Tierra). Eso fue diferente a finales de la última Época glacial hace unos 11.500 años que se corresponde más o menos a la mitad del ciclo de la Precisión de hasta 23.000 años. Al final de la última Época glacial la Tierra estaba en su punto más alejado del Sol (en el afelio) durante el invierno del hemisferio norte. Esto significa que la Precesión también tiene una gran influencia en la intensidad de la insolación que puede recibir la Tierra reforzando los contrastes de temperatura durante las diferentes épocas estacionales en un hemisferio mientras los reduce en el hemisferio opuesto. Resulta que actualmente (hablando en términos geológicos) tenemos en general inviernos relativamente más suaves y veranos relativamente más frescos en el hemisferio norte, mientras en el hemisferio sur los inviernos son más frescos y los veranos más cálidos. Tal vez fue el episodio de frío en julio y agosto de 2021, en el invierno austral, que trajo extrañamente nieve y hielo también a las plantaciones de café del sur de Brasil y de Colombia, situadas en alturas de hasta 1.000 metros sobre el nivel del mar, un ejemplo para esta posición invernal más alejada del Sol, combinada con efectos meteorológicos de la Oscilación Antárctica AAO con índices negativos en julio y agosto de 2021, respectivamente del efecto meteorológico de La-Niña con índices ENSO (El Niño Southern Oscillation) negativas en el Pacífico Sur (ver Capitel 5), en un período de baja actividad de manchas solares (ver siguiente capítulo).
El pico máximo de frío de la última Época glacial fue hace unos 21.000 años, aproximadamente coincidiendo con la máxima cobertura de hielo en la Tierra, pero todavía no coincidiendo con el nivel más bajo de los océanos (referirse al Capítulo 9). Hasta que se notará una marcada subida del nivel del mar pasaron unos miles de años más hasta que la temperatura en la Tierra subió más visiblemente cuando la insolación se incrementó. Seguramente este fenómeno se puede atribuir a un cierto retardo a causa de las enormes masas de hielo continental. Todavía había tanto hielo y nieve en los continentes que reflejaba a la radiación solar. La palabra clave aquí es el efecto Albedo, quiere decir, la capacidad de reflexión de superficies no luminosas que sí pueden reflejar difusamente la radiación. Se refiere a la reflexión de la radiación solar en la todavía extensa y maciza cobertura de hielo y de nieve en los polos y continentes, a finales de la última Época glacial, antes de que el progresivo calentamiento de la Tierra fuera capaz de fundir cada vez más rápidamente las capas de hielo y de nieve de los polos y de los continentes.
Figura 10(siguiente): El desarrollo de las temperaturas ( curvade color malva) basado en datos índice tipo "proxy" de testigos de hielo de Vostok (eje Y izquierdo: diferencias de la temperatura media), y de la insolación (línea negra, eje Y derecho: cantidad calorífica de la insolación solar en W/m 2para el mes de julio en la latitud norte de 65°) que representan a los Ciclos de Milankovitch de los últimos 250.000 años. Las épocas glaciales frías del Riss y del Würm coinciden claramente con los mínimos de insolación, las Épocas interglaciales cálidas del Eem y del actual Holoceno corresponden a los máximos de insolación de los Ciclos de Milankovitch; de www.climatedata.info.

Fig. 10
En la Figura 10se presenta (a base de datos índice tipo "proxy") la relación entre la evolución de las temperaturas y la insolación correspondiente a los Ciclos de Milankovitch de los últimos 250.000 años abarcando las últimas dos Épocas glaciales (Riss y Würm) que coinciden claramente con los mínimos de insolación, y las Épocas interglaciales situadas en el anterior (el Eem) y el actual Holoceno que se corresponden con los máximos de insolación de los Ciclos de Milankovitch. Aparentemente, los ciclos de unos 19.000-23.000 años de duración de la Precesión, es decir, los ciclos del "cabeceo" del eje rotatorio de la Tierra, son los que provocanlos cambios de períodos más fríos y más calurosos dentro de las propias épocas glaciales (que corresponde a los 11 máximos de insolación en el período de los 250.000 años presentados en la Figura 10).
Como arriba dicho, se puede observar en la Figura 8, que la excentricidad tiene actualmente un valor de 0,0167 que es claramente más pequeño que el valor medio de 0,02674 lo que significa que la órbita terrestre actual se aproxima casi a un círculo perfecto. Durante la última glaciación, hace aproximadamente unos 100.000 años, la excentricidad (de 0,043) alcanzó valores de poco más de 2,5 veces más altos que en la actualidad lo que quiere decir que la órbita de la Tierra era más elíptica y la Tierra estaba periódicamente más alejada del Sol. Siguiendo el cambio futuro de la excentricidad en la Figura 8, se observa que se puede contar con una continuación de la disminución de la excentricidad durante las próximas decenas de miles de años hacia un valor por debajo de 0,005, hasta que la excentricidad vuelve a subir, incluso por encima del valor medio de 0,027, cuando la órbita de la Tierra alrededor del Sol vuelva a ser de nuevo más elíptica.
Figura 11(siguiente): Intento pronóstico de la evolución climática de la Tierra durante los próximos 80.000 años (eje X); según VINÓ (2018). Curva roja: Insolación de verano en una latitud de 65°, hemisferio norte (según HUYBERS 2006). Curva azuly valores azulesdel eje Y derecho: evolución de la concentración de CO 2(según ARCHER 2005). Curva negra: volumen de hielo de los últimos 30.000 años (según LISIECKI & RAYMO, 2005); ¡presentación inversa de los valores en el eje Y izquierdo! Curva gris oscuro dentada: evolución futura del volumen de hielo basada en influencias orbitales (astrofísicas). ¡presentación inversa de los valores en el eje Y izquierdo! Curva gris claro, casi horizontal: presumido volumen de hielo basado en la hipótesis de un largo período cálido causado antropológicamente (según GANOPOLSKI et al., 2016). Curva punteada y valores negros del eje Y derecho: evolución de la excentricidad (según LASKAR et al., 2004); ver también la Figura 8.

Fig. 11
En las gráficas de la Figura 11se trata de pronosticar la evolución del régimen energético, del volumen de hielo y de la concentración de CO 2para los próximos 80.000 años. Según la línea punteada, la excentricidad (con ciclos de unos 110.000 años) disminuye a un valor por debajo de 0,005 (valores correspondientes en negro en el eje Y derecho). El régimen energético en el hemisferio norte varia aproximadamente en el ritmo de los diferentes ciclos astrofísicos sobrepuestos ( curva roja). Para la evolución del volumen de hielo (respectivamente de la temperatura) se ofrecen dos escenarios opuestos. En caso de que el actual período cálido siguiera, el volumen de hielo se mantendría más o menos en un nivel bajo (curva gris claro con valores inversos en el eje Y izquierdo). Este es el escenario preferido de los partidarios de un Cambio climático antropogénico basado en altos valores de CO 2. El segundo escenario considera los efectos orbitales cíclicos de Milankovitch (variación de la Precesión, Oblicuidad, etc.) causando un nuevo enfriamiento de la Tierra con un nuevo crecimiento del volumen de hielo ( curva azul). En este caso la concentración de CO 2se establecería en valores ligeramente por encima de unos 300 ppm.
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