Verónica Romero - El valioso secreto que esconde tu sonrisa

¿Por qué le tenemos tanto miedo a la muerte?

Si quitamos la palabra muerte y la sustituimos por trasmutación o cambio, pierde la identidad a lo que entendemos por dejar de existir.

Lo cierto, es que nunca dejaremos de existir. Somos energía materializada en esta experiencia. Nuestro Yo, ese que es el todo, nunca deja de latir. Es eterno e infinito.

Tú eres un milagro. Vive cada momento de tu existencia con todo ese poderoso amor. Ahora estás aquí, así que juega, baila, ríe a carcajadas y da lo mejor de ti. Deja el camino libre de obstáculos para que los que vengan detrás puedan sentir ese amor que una vez experimentaste y dejaste eternamente en el tiempo. El planeta lo sabe y quiere que bailes sobre su tierra, que fluyas entre sus aguas y seas libre con el viento.

¿Estás en la honda?

La frecuencia de un estado vibracional, la podemos entender como una emisora de radio donde tú estás conectado. Cada emisora tiene una frecuencia. Pongamos el ejemplo de dos emisoras: una es de música clásica y la otra es de música heavy metal.

Si tu deseo es vibrar en la de música clásica, pero tus pensamientos y acciones están en sintonía con la música estridente del heavy metal, nunca llegarás a ese estado de armonía y paz interior.

Somos los pasajeros de un viaje cósmico. Somos polvo de estrellas danzando en la inmensidad del infinito.

La existencia es eterna, pero las expresiones de la vida son momentáneas y efímeras. Son pasajeras como las nubes llevadas por el viento.

Admirar el nacimiento y la muerte de las cosas, es como apreciar el regalo de la dualidad, del todo y el espacio infinito.

Una vida eterna es como un rayo de luz en el espacio del universo, es un instante, pero deja la información de su luz y su existencia en su forma más auténtica e irremplazable en ese preciso momento, donde el tiempo no tiene cavidad, porque la existencia o la vida es eterna ante los ojos del ser.

Debemos hacer una parada en este espacio de tiempo llamado vida para vivir, co-crear, experimentar el amor universal en la tierra y partir hacia otra experiencia de nuestro ser en otro plano.

Si llegamos a comprender que somos seres infinitos viviendo una experiencia humana, aprendiendo a compartir con alegría y amor incondicional, crearemos abundancia y plenitud para todos. En ese momento la vida en la Tierra habrá tenido sentido.

Consciencia y conciencia

Consciencia

Es el estado puro en ascensión de tu ser elevado.

Es la capacidad de percibir la realidad reconociéndote en ella.

Es algo más que estar despiertos y sentir que somos parte de esta realidad. Es la percepción de tu ser en la existencia. Un estado de dualidad.

Es la capacidad de reconocerte formando parte de la realidad que te rodea, percibiendo cada estímulo, tanto interno como externo. No tiene nada que ver con la ética o la moral. Eres consciente de tus propios pensamientos. Siempre está en constante cambio, procesando información, analizando, atendiendo a estímulos tanto internos como externos para poder conectar con nuestro ser.

Conciencia

Es el conocimiento o entendimiento que el ser vivo tiene de sí mismo y de nuestro entorno. Es el estado original, un estado mental que nos permite analizar cómo nos percibimos a nosotros mismos. Tiene moral, el reconocimiento de nuestra propia existencia y de nuestra capacidad de actuar en cualquier situación. Es lo que sentimos al tener contacto con nuestra realidad diferenciándola entre el bien y el mal.

La conciencia es algo que puedes desarrollar si lo deseas, leyendo, desarrollando tu inteligencia espiritual, absorbiendo más información, usando también la meditación, … Es entonces cuando comienzas a tomar conciencia de que tan consciente eres.

Todos tenemos consciencia en diferentes niveles. Es el despertar de la expresión espiritual.

La conciencia es “la conciencia de que eres consciente”. El observador del que observa.

La vida es un pequeño paréntesis en la eternidad.

TU SONRISA

♪♫ Es la luz de tu amor, un resplandor que llena de caricias como una suave brisa. ♫♪

Tu sonrisa es el regalo más bonito que puedes hacerle a alguien. Cuando sonríes el mundo te sonríe de vuelta y comparte esa sonrisa contigo.

Tienes el poder del universo en ese gesto. Una sonrisa no se puede fingir y ese instante permanecerá en nuestro recuerdo para siempre. Es contagiosa gracias al efecto de nuestras neuronas espejo que, como su nombre indica, hacen que nuestro cuerpo imite la acción de la persona que tenemos delante. No hay nada más hermoso que verte reflejado en la sonrisa de alguien.

Eres más que un holograma reflejado en el espejo. Eres la luz de tu sonrisa.

¿Qué puede esconder una sonrisa?

Nunca sabemos por lo que realmente está pasando una persona, ni qué situaciones extremas ha podido vivir.

Esa sonrisa lleva consigo la historia de una vida cargada de experiencias y aprendizajes, puede que haya tenido que superar obstáculos, que se haya caído y se haya vuelto a levantar, que haya amado, resentido y perdonado.

Ya ves que juzgar nos priva de ver más allá de la esencia de una persona.

¿Recuerdas cómo te sientes cuando le sacas una sonrisa a alguien que está triste? Eso es amor.

Sentir la recompensa de sacarle una sonrisa a alguien, no tiene precio.

PRESENTACIÓN DE LA AUTORA

Por si no me conoces, me presento.

¡Hola!

Soy un ser espiritual viviendo una experiencia humana ;)

Aunque también me puedes llamar Verónica o Vero.

Siento que somos algo más que este maravilloso cuerpo inteligente capaz de hacer y de crear cosas extraordinarias.

Si sacamos nuestro máximo potencial, la vida en este planeta será más excitante y extraordinaria.

Soy intrépida y me gusta mucho estar en contacto con la naturaleza.

Soy apasionada, sensible, insegura para unas cosas y fuerte para otras.

Soy muy familiar y tengo un espíritu libre, muy libre, cómo un pájaro.

Siento que mi maestra interior y la alumna que quiere aprender de sus errores, están en constante movimiento.

Me gusta comunicarme desde el amor y el respeto ya que es de la única forma que me siento cómoda expresando mis sentimientos.

Tengo un fuerte deseo de expandir mis conocimientos, de seguir aprendiendo y compartir las experiencias que me han pasado a lo largo de mi vida.