Inmaculada de la Fuente
Inspiración y talento
Dieciséis mujeres del siglo XX
Colección PUNTO DE VISTA HISTORIA, 18
© Inmaculada de la Fuente, 2020
© De esta edición, Punto de Vista Editores, S. L., 2020
Todos los derechos reservados.
Primera edición: noviembre, 2020
Publicado por Punto de Vista Editores
C/ Mesón de Paredes, 73
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@puntodevistaed
Coordinación editorial: Miguel S. Salas
Corrección: Luis Porras
Diseño de cubierta: Joaquín Gallego
Fotografía de cubierta: Ángeles Santos. Tertulia (detalle). © Peter Horree / Alamy Foto de stock
ISBN: 978-84-18322-34-1
Thema: DNBZ
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Prólogo
I. Las precursoras. Pioneras, corresponsales de guerra y viajeras
1. Carmen de Burgos: una librepensadora cargada de razones
2. Sofía Casanova: una reportera española en la Gran Guerra
II. Incisivas. Las políticas de la Segunda República
3. Victoria Kent: reformadora de cárceles e icono republicano
4. Clara Campoamor: la fuerza visionaria
5. Margarita Nelken: tierna con los débiles, implacable con los poderosos
III. Modernas y Sinsombrero
6. María Teresa León: coraje y melancolía
7. Elena Fortún: todas sus vidas
IV. Artistas atrapadas por la «revolución» española
8. Dora Maar: la artista enigmática
9. Gerda Taro: desparpajo, insolencia y compromiso
10. Tina Modotti: más brumas que vida
V. De la posguerra a la Transición
11. Carmen Laforet: la voz del silencio
12. Pilar Miró: la cineasta de las mil batallas
13. Carmen Díez de Rivera: la inteligencia política
VI. Hacia la modernidad
14. Montserrat Roig: el espejo de su generación
15. Carmen Alborch: la mujer poliédrica
16. Soledad Puértolas: ironía y sutileza
Bibliografía
Otros títulos
La grandeza del hombre está siempre en el hecho de recrear su vida. Recrear lo que le ha sido dado. Fraguar aquello mismo que padece.
SIMONE WEIL
Lo que cuenta en una vida humana no son los sucesos que la dominan a través de los años —o incluso de los meses— o incluso de los días. Es el modo en que se encadena cada minuto con el siguiente, y lo que le cuesta a cada cual en su cuerpo, en su corazón, en su alma —y por encima de todo, en el ejercicio de su facultad de atención— para efectuar minuto por minuto este encadenamiento.
SIMONE WEIL
El totalitarismo no busca el dominio despótico sobre los hombres, sino un sistema en el cual los hombres sean superfluos.
HANNAH ARENDT
Era inútil haber sido feliz o infeliz. E incluso haber amado. Ninguna felicidad o infelicidad había sido tan fuerte como para transformar los elementos de su materia, dándole un camino único, como debe ser el verdadero camino […]. Momentos tan intensos, rojos, condensados en ellos mismos, que no precisaban del pasado ni del futuro para existir.
CLARICE LISPECTOR
Prólogo
La conquista de la modernidad
En estas páginas laten las vidas de dieciséis grandes mujeres del siglo XX. Ese fue su tiempo y lo hicieron suyo. Son vidas llenas de fuego y vértigo, irrepetibles, pero también hay niebla e incertidumbre en la trayectoria de algunas. La mayoría son españolas y sin ellas el siglo XX no sería igual. Carmen de Burgos y Sofía Casanova, nacidas en la segunda mitad del siglo XIX, fueron las primeras españolas corresponsales de guerra, vivieron entre dos siglos, alcanzaron su plenitud profesional en el primer tercio del XX y abrieron el camino a las siguientes pioneras, las grandes mujeres de la Segunda República. Precursoras de los grandes cambios que iban a vivir las españolas, con ellas arranca esta obra. Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken nacieron a finales del XIX, pero sus vidas profesionales se forjaron en el nuevo siglo. Encarnaron un nuevo modelo de mujer abocado a elegir su destino y a conquistar la universidad. Si Carmen de Burgos fue la excepción, Campoamor, Kent y Nelken constituyeron la minoría que protagonizó la política en los años treinta del siglo xx, junto con otras mujeres carismáticas ampliamente conocidas y estudiadas, como Dolores Ibarruri o Federica Montseny. Campoamor combatió por los derechos políticos de las españolas con su fuerza visionaria y Victoria Kent, con sus aciertos y errores, encarnó la mejor política de la Segunda República. Fueron políticas homologables a los grandes hombres de su tiempo, fueran Indalecio Prieto o Manuel Azaña, aunque no tuvieran el mismo poder.
María Teresa León, en su doble vertiente literaria y política como femme de lettres y militante, y Elena Fortún, la creadora de Celia, fueron transgresoras, pertenecieron a la brillante generación del Lyceum Club Femenino y dieron un gran impulso a la cultura desde su identidad femenina —y feminista—. Al igual que Margarita Manso, Maruja Mallo y Concha Méndez, fundadoras del Sinsombrerismo, María Teresa León y Elena Fortún caminaban por la calle con la cabeza descubierta, dueñas de su libertad. Solo la Guerra Civil pudo frenar aquella primera oleada de modernidad.
La Guerra Civil hizo añicos los sueños y las aventuras personales, los derechos civiles y los cambios emancipadores, además de desgarrar las vidas de los ciudadanos. Pero atrajo, durante aquella delirante tragedia en la que el idealismo y la barbarie convivieron —para que a la postre prevaleciera esta última— a extranjeros —y extranjeras— que amaron este país y se comprometieron con el dolor de sus gentes. Las biografías de las fotógrafas Dora Maar, Gerda Taro y Tina Modotti conforman uno de los capítulos más fascinantes del libro. Dora Maar, la fotógrafa surrealista que ya en 1933 visitó Barcelona para plasmar la lucha por la vida en los barrios populares, está íntimamente unida al Guernica, desde su génesis a su terminación. Podemos tratar de desligarla de Picasso, con el que cohabitó ocho años, para entender mejor su propia obra, pero sus fotografías del proceso creador del Guernica la unen para siempre a la historia del arte español. Gerda Taro, la joven y osada judía polaco-alemana que huyó del nazismo y se refugió en París en los años treinta, perdió la vida en la batalla de Brunete mientras fotografiaba sin aliento la retirada republicana. Tina Modotti, la tercera fotógrafa del libro, pasó del glamur y la bohemia a la obediencia comunista y borró su faceta de artista en aras de su activismo. Pablo Neruda, que compartía con ella parecidos ideales, llegó a preguntarse si la había llegado a conocer. Al evocar sus muchas vidas e identidades —en España fue la compañera María—, el poeta solo entrevió «un puñado de niebla». De esas brumas, emerge un personaje que interiorizó y encadenó varios yo en el tiempo que le tocó vivir. Aunque persista la duda de si eligió esas vidas o si solo se adaptó y se puso en manos del azar sin rebelarse.
Los silencios de Carmen Laforet proyectan su sombra sobre la posguerra, una larga etapa que empezó a difuminarse en los cincuenta, aunque continuara de forma velada hasta el tardofranquismo y el inicio de la Transición. El capítulo sobre los años de la posguerra a la Transición lo inicia Carmen Laforet, y lo continúan dos mujeres nacidas a principios de los años cuarenta: Pilar Miró y Carmen Díez de Rivera. Solo fueron mayores de edad al cumplir 25 años, las educaron en un sentimentalismo edulcorado o mortecino y la búsqueda enmarañada de la libertad guio sus principales decisiones. El último tramo del libro está dedicado a Montserrat Roig, Carmen Alborch y Soledad Puértolas y su particular camino hacia la modernidad.
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