Y mientras tenemos el grato placer de recibir tus noticias te enviamos nuestro cordial saludo,
X-504, X-505, X-506, X-507, X-508, X-509, X-510
De Jaime a Jotamario en Bogotá
Cali, 1962
-2-
na carta, sino apenas una boleta.
El Monje vino anoche de Tumaco, cuenta muchas cosas, entre ellas la historia de un culicagado de 8 años a quien quedó de llevarle cuando vuelva unos purgantes y un cepillo de dientes… parece que se separó definitivamente de Emérita. Piensa quedarse aquí, pues dice que no le gusta Bogotá. Le he insinuado que le ayude a Alfredo en Esquirla , ya que a él le queda muy duro hacer solo todo el trabajo. Esquirla ha salido mal corregida, mal armada y mal seleccionado el material. Tienes que hacer algo para mejorarla o.
Como tú quedaste con algunos libros de Diegoleón y él me los está reclamando, te pido el favor de enviarme una carta dirigida a tu casa para yo ir con ella por ellos y que me los entreguen. Tú sabes cuáles son para que los enumeres en la carta.
Leandro (Velasco) está pintando cuadros bellísimos, por fin se resolvió a coger el color. Lo hace maravillosamente. Creo ver en él influencia de los insectos de Lucy Tejada, en cuanto al colorido, las pinceladas y espatulazos, la distribución del color, las puntas irisadas, los finos trazos multicromos, me regaló un cuadro fantástico. El 9 de este mes inaugura exposición en Medellín.
José Antonio Moreno escribe para decir que está de subdirector del Diario del Caribe , que dirige Álvaro Cepeda Samudio (“Casagrande”), y pone a disposición del nadaísmo la página literaria. También dice que Ugo Barti espera tu colaboración para Guiones . 1 Te sobra, pues, dónde escribir.
De mí sólo te diré que continúo escribiendo como siempre. Creo que alguna cuerda se me ha roto por dentro y la poesía sale a chorros. Tengo la cabeza tan llena de versos que cuando la muevo para saludar suena como un cascabel.
Con este calor imposible escribirte en forma. Por mis venas circula semen a cuarenta grados en las calles de la ciudad. Las tetas de las niñas no resisten más excitación y estallan como bombas caseras. Y uno no puede salir a las calles porque la exhibición sexual es tan alarmante que esto parece el fin del mundo. Las reses en el matadero piden permiso para echar el último polvito antes de recibir la puñalada. Y los novillos y los matarifes cohabitan unos con otros antes de las cuatro a. m. Después la sangre, vertida en grandes odres, lava todos los pecados.
Los poemas de la envidia (48 poemas) fue enviado a Bogotá para su posible publicación. O, en todo caso,
De Jaime a Jotamario en Cali
Bogotá, octubre 22 de 1964
Muy apreciado J:
He decidido no guardar más rencor contigo. En realidad mi disgusto de hace dos años no se basaba en nada tan importante que hoy no pueda ser olvidado. Lo que me dolió entonces fue precisamente lo que consideré falta a nuestra amistad, la cual tenía en alta estima, pero hay que reconocer que, en nuestras diferencias con respecto a cuestiones del nadaísmo, y personales por el mismo motivo, también yo pude ser un tanto exagerado. En el fondo, un asunto de importancia temporal, una niñería. Y no quiero que cuando nos muramos nos tengan que poner en cielos separados.
De modo pues que, escuchando tus voces, aquí está mi mano otra vez, un poco más purificada que antes. En realidad yo no te había olvidado. Por el contrario, durante todo este tiempo has estado muy presente en mí.
Y ahora, el motivo fundamental de esta carta. Tú posees cualidades y condiciones, capacidades e inteligencia, habilidad e ingenio suficientes que te hacen merecedor de lo que llaman buena suerte. Por lo tanto me permito considerar que no debes quedarte toda la vida en la provincia. Desde una ciudad como Bogotá, las cosas se ven de muy distinto modo que en el paraíso de Cali.
Pues bien: creo tener posibilidades, más o menos próximamente, para ofrecerte un puesto aquí, fácil y muy apropiado para ti, y que te convendría mucho, para comenzar con un sueldo aproximado de $1.500, lo que es suficiente para instalarte en la capital. Pero necesito saber si te interesa y estarías dispuesto a viajar cuando se defina lo concerniente. Se trata de un asunto casi seguro, de lo contrario no te lo comunicaría. En caso de concretarse, ya te avisaré oportunamente para que convengamos los detalles. Escríbeme y me das tu parecer. No estaré en Bogotá en los primeros 10 días de noviembre, porque tengo que viajar a Santa Marta, y quizás me demore un poco en Cartagena y Barranquilla, por lo tanto, ojalá me escribas antes de finalizar el mes. Yo estoy pensando que aceptarás. Si te quedas en Cali te vas a volver intelectualmente una momia, un fósil, como esos de los que tanto nos hemos reído.
Claro está que si tú no aceptas hay mucha gente dispuesta a trabajar en tu lugar, pero yo creo que aceptarás. Te conviene. Sabemos que “si hay que trabajar la vida no merece la pena de ser vivida”. Sin embargo…
Y recibe el cordial saludo de tu nuevo amigo.
Jaime Jaramillo E.
De Jotamario a Jaime en Bogotá
Cali, octubre 26 de 1964
Querido poeta:
Estaba enfermo, deshecho, tendido en cama como una cobija, y he recibido tu carta, la que me ha alegrado como nada pudo haberlo hecho. Recibo tu mano que me ofreces entre la mía fresca de la fiebre y vuelvo a sentirme como en los días de mis mejores risas. Vuelve a ondular entre nosotros esa amistad que nunca estuvo muerta, y que es más poderosa que cada uno de nosotros mismos. Estoy alegre en el alma de que estés bien en Bogotá, tú no podías fracasar allí, y ojalá logres triunfar en todo sentido en la capital. Ahora que somos de nuevo camaradas siento eso como una conquista propia, aunque yo por el momento me pudra en el interior de esta lata de sardinas que es una provincia.
Poetica: te agradezco infinitamente tu hermoso gesto de solidaridad al ofrecerme el trabajo de que hablas. Aquí he estado buscando desde hace tres meses algo por el estilo pero todos estos miserables amigos de las altas esferas no han respondido con nada. En mi casa hay más que nunca una catástrofe económica desconsoladora, la que me apena francamente, y el apartamento donde vivo apenas si lo logramos pagar difícilmente mi mujercita y yo. Ahora ambos estamos enfermos lo que agudiza la cosa, y no sabemos lo que pueda pasar en un futuro muy cercano. A pesar de eso, poeta, me es imposible viajar a Bogotá en oportunidad muy próxima. De poder hacerlo, no sería antes de mediados de enero. Tengo varias razones muy poderosas que me impiden abandonar tan inmediatamente esta ciudad a la que “yo no le debo nada”. Espero que cuando pueda hacerlo, en enero, tú tengas aún la voluntad y la oportunidad de ayudarme de una manera similar a como ahora tan gentilmente te has brindado. De todas maneras cuando la cosa resulte escríbeme de nuevo, si te parece, que puede que los factores externos que son hoy “mi circunstancia” hayan desaparecido.
Bueno mí querido X, ahora hablemos de otras cosas: el envío para la revista de la Casa de las Américas ya está listo. Pero me gustaría que tú enviaras también por lo menos un cuento, una obrita de teatro y, para la sección documentos tu última respuesta a Gonzalo cuando el lío de las “Promesas de Prometeo” 2y cualquier otra cosa que creas debamos mandar a Cuba. Aquí solo tengo dos poemas tuyos para mandarles. Si esto que te pido te interesa, entonces no pierdas tiempo en hacer que lleguen a mis manos tus materiales.
Cuéntame qué es de tu libro de poemas. ¿No piensas ganarte este año el Premio Guillermo Valencia? Te doy este año la oportunidad porque el año próximo será mío. Te lo prometo.
Ahora escribo sobre la guerra, escucha este fragmento para despedirme de ti con un caluroso bienvenido…
Читать дальше