DOLORES.-¡Juan! ( YERMA Cae al suelo.)
YERMA.- (Alto.) Cuando salía por mis claveles me tropecé con el muro. ¡Ay! ¡Ay! Es en ese muro donde tengo que estrellar mi cabeza.
JUAN.-Calla. Vamos.
DOLORES.-¡Dios mío!
YERMA. – (A gritos.) Maldito sea mi padre que me dejó su sangre de padre de cien hijos. Maldita sea mi sangre que los busca golpeando por las paredes.
JUAN.-¡Calla he dicho!
DOLORES. – ¡Viene gente! Habla bajo.
YERMA.-No me importa. Dejarme libre siquiera la voz, ahora que voy entrando en lo más oscuro del pozo. (Se levanta.) Dejar que de mi cuerpo salga siquiera esta cosa hermosa y que llene el aire.
(Se oyen votes.)
DOLORES.-Van a pasar por aquí.
JUAN.-Silencio.
YERMA.-¡Eso! ¡Eso! Silencio. Descuida.
JUAN.-Vamos. ¡Pronto!
YERMA.-Ya está! ¡Ya está! ¡Y es inútil que me retuerza las manos! Una cosa es querer con la cabeza…
JUAN.-Calls.
YERMA.- (Bajo.) Una cosa es querer con la cabeza y otra cosa es que el cuerpo, ¡maldito sea el cuerpo!, no nos responda. Está escrito y no me voy a poner a luchar a brazo partido con los mares. ¡Ya está! ¡Que mi boca se quede muda! (Sale.)
Telón Rapido
(Alrededores de una ermita, en plena montaña. En primer término, unas ruedas de carro y unas mantas formando una tienda rústica donde está YERMA . Entran las mujeres con ofrendas a la ermita. Vienen descalzas. En escena está la vieja alegre del primer acto.)
(Canto a telón corrido.)
No te pude ver
cuando eras soltera,
mas de casada
te encontraré.
Te desnudaré
casada y romera,
cuando en lo oscuro
las dote den.
VIEJA.- (Con sorna.) ¿Habéis bebido ya el aqua santa?
MUJER 1ª-Sí.
VIEJA.-Y ahora a ver a ése.
MUJER 1ª-Creemos en él.
VIEJA.-Venís a pedir hijos al Santo y resulta que cada año vienen más hombres solos a esta romería; ¿qué es lo que pasa? (Ríe.)
MUJER 1ª-¿A qué vienes aquí si no crees?
VIEJA.- A ver. Yo me vuelvo loca por ver. Y a cuidar de mi hia. El año pasado se mataron dos por una casada seca y quiero vigilar. Y en último caso, vengo porque me da la gana.
MUJER 1ª-¡Que Dios te perdone! (Entran.)
VIEJA.- (Con.sarcasmo.) Que te perdone a ti. (Se va. Entra MARÍA con la MUCHACHA 1ª)
MUCHACHA 1ª-¿Y ha venido?
MARÍA.-Ahí tienes el carro. Me costó mucho que vinieran. Ella ha estado un mes sin levantarse de la silla. Le tengo miedo. Tiene una idea que no sé cuál es, pero desde luego es una idea mala.
MUCHACHA 1ª-Yo llegué con mi hermana. Lleva ocho años viniendo sin resultado.
MARÍA.-Tiene hijos la que los tiene que tener.
MUCHACHA lª-Es lo que yo digo.
( Se oyen voces.)
MARÍA.-Nunca me gustó esta romería. Vamos a las eras, que es donde está la gente.
MUCHACHA 1ª- El año pásado, cuando se hizo oscuro, unos mozos atenazaron con sus manos los pechos de mi hermana.
MARÍA.-En cuatro leguas a la redonda no se oyen más que palabras terribles.
MUCHACHA 1ª- Más de cuarenta toneles de vino he visto en las espaldas de la ermita.
MARÍA.=Un río de hombres solos baja esas sierras.
(Salen. Se oyen votes. Entra YERMA con seis mujeres que van a la iglesia. Van descalzas y llevan cirios rizados. Empieza el anochecer.)
MARÍA.-
Señor, que florezca la rosa,
no me la dejéis en sombre.
MUJER 2ª-
Sobre su carne marchita
florezca la rosa amarilla.
MARÍA.-
Y en el vientre de tus siervas
la llama oscura de la tierra.
CORO DE MUJERES.-
Señor, que florezca la rosa,
no me la dejéis en sombra.
(Se arrodillan.)
YERMA.-
E1 cielo tiene jardines
con rosales de alegría,
entre rosal y rosal
la rosa de maravilla.
Rayo de aurora parece,
y un arcángel la vigila,
las alas como tormentas,
los ojos como agonías.
Alrededor de sus hojas
arroyos de leche tibia
juegan y mojan la cara
de las estrellas tranquilas.
Señor, abre tu rosal
sobre mi carne marchita.
(Se levantan.)
MUJER 2ª-
Señor, calma con tu mano
las ascuas de su mejilla.
YERMA.-
Escucha a la penitente
de tu santa romería.
Abre tu rosa en mi carne
aunque tenga mil espinas.
CORO.-
.Señor, que florezca la rosa,
no me la dejéis en sombra.
YERMA.-
Sobre mi carne marchita
la rosa de maravilla.
(Entran.)
(Salen muchachas corriendo, con largas cintas en las manos, por la izquierda. Por la derecha, otras tres mirando hacia atrás. Hay en la escena como un crescendo de voces y de ruidos de cascabeles y colleras de campanilleros. En un plano superior aparecen las siete muchachas que agitan las cintas hacia la izguierda. Crece el ruido y entran dos máscaras populares. Una como macho y otra como hembra. Llevan grandes caretas. El macho empuña un cuerno de toro en la mano. No son grotescas de ningún modo, sino de gran belleza y con un sentido de pura tierra. La hembra agita un collar de grandes cascabeles. El fondo se Ilena de gente que grita y comenta la danza. Está muy anochecido.)
NIÑOS.-¡El demonio y su mujer! ¡El demonio y su mujer!
HEMBRA.-
En el río de la sierra
la esposa triste se bañaba.
Por el cuerpo le subían
los caracoles del agua.
La arena de las orillas
y el afire de la mañana
le daban fuego a su risa
y temblor a sus espaldas.
¡Ay, qué desnuda estaba
la doncella en el agua!
NIÑO.-
¡Ay, cómo se quejaba!
HOMBRE 1°.-
¡Ay, marchita de amores
con el viento y el agua!
HOMBRE 2°-
¡Que diga a quién espera!
HOMBRE 1°.-
iQue diga a quién aguarda!
HOMBRE 2°-
¡Ay, con el vientre seco
y la color quebrada!
HEMBRA.-
Cuando llegue la noche lo diré,
cuando llegue la noche clara.
Cuando llegue la noche de la romería
rasgaré los volantes de mi enagua.
NIÑO.-
Y en seguida vino la noche.
¡Ay, que la noche llegaba!
Mirad qué oscuro se pone
el chorro de la montaña.
(Empiezan a sonar unas guitarras.)
MACHO.- (Se levanta y agita el cuerno.)
¡Ay, qué blanca
la triste casada!
¡Ay, cómo se queja entre las ramas!
Amapola y clavel será luego
cuando el macho despliegue su capa.
(Se acerca.)
Si tú vienes a la romería
a pedir que to vientre se abra,
no te pongas un velo de luto
sino dulce camisa de holanda.
Vete sola detrás de los muros
donde están las higueras cerradas
y soporta mi cuerpo de tierra
hasta el blanco gemido del alba.
¡Ay, cómo relumbra!
¡Ay, cómo relumbra,
ay, cómo se cimbrea la casada!
H EMBRA.-
Ay, que el amor le pone
coronas y guirnaldas,
y dardos de oro vivo
en su pecho se clavan.
MACHO.-
Siete veces gemía,
nueve se levantaba,
quince veces juntaron
jazmines con naranjas.
HOMBRE 3°-
¡Dale ya con el cuerno!
HOMBRE 2°.-
¡Con la rosa y la danza!
HOMBRE 1°-
¡Ay, cómo se cimbrea la casada!
MACHO.-
En esta romería
el varón siempre manda.
Los maridos son toros.
El varón siempre manda.
¡Dale ya con la rama!
Y las romeras flores
para aquel que las gana.
NIÑO.-
¡Dale ya con el aire!
HOMBRE 2°-
¡Dale ya con la rama!
MACHO.-
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