• Пожаловаться

Arturo Pérez-Reverte: El Asedio

Здесь есть возможность читать онлайн «Arturo Pérez-Reverte: El Asedio» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Arturo Pérez-Reverte El Asedio

El Asedio: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Asedio»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Arturo Pérez-Reverte: другие книги автора


Кто написал El Asedio? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

El Asedio — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Asedio», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

- No parece el Marco Bruto -dice el vigía.

Se llama Santos y es un viejo sirviente de la casa, veterano de los tiempos del abuelo Enrico, en uno de cuyos barcos lo enrolaron de pajecillo a los nueve años. Está lisiado de una mano pero todavía tiene buen ojo marinero, capaz de identificar a un capitán por su forma de bracear velas librando los bajos de las Puercas. Lolita Palma coge el telescopio de sus manos -un buen Dixey inglés, con tubo extensible de latón dorado-, lo apoya en el alféizar y estudia la embarcación lejana: aparejo de cruz, dos palos cubiertos de lona para aprovechar el poniente fresquito que lo empuja por la aleta de estribor, y también para distanciarse de otra embarcación que, en apariencia, intenta cerrarle el paso desde la punta de Rota, con dos velas latinas y un foque ciñendo el viento a rabiar.

- ¿El falucho corsario? -pregunta, señalando en esa dirección.

Santos asiente mientras hace visera con la mano lisiada, donde faltan los dedos meñique y anular. En la muñeca, al extremo de la vieja cicatriz, se advierte un tatuaje borroso, descolorido por el sol y el tiempo.

- Lo han visto llegar y fuerzan vela, pero no creo que lo alcancen. Viene muy abierto de tierra.

- Puede rolar el viento.

- A esta hora, y con su permiso, doña Lolita, le escasearía como mucho tres cuartas. Suficiente para meterse en la bahía. Peor lo iba a tener el otro, de proa… Yo diría que en media hora el francés se queda atrás.

Lolita Palma mira los arrecifes de la entrada a Cádiz, que aún no cubre la marea alta. Hacia la derecha, más al interior, están los navíos ingleses y españoles fondeados entre el baluarte de San Felipe y la Puerta de Mar, con las velas aferradas y las vergas bajas.

- ¿Y dices que no es nuestro bergantín?

- Para mí que no -Santos mueve la cabeza sin apartar los ojos del mar-. Más polacra, parece.

Lolita Palma vuelve a mirar por el catalejo. Pese a la buena visibilidad que proporciona el viento del oeste, no puede distinguir banderas de señales. Pero es cierto que, aunque la embarcación tiene velas cuadras, sus palos, que en la distancia parecen desprovistos de cofas y crucetas, no corresponden a un bergantín convencional como el Marco Bruto. La decepción la hace apartar la vista, desazonada. Demasiado retraso ya, piensa. Demasiadas cosas serias en juego. La pérdida de ese barco y su carga supondría un golpe irreparable -segundo en tres meses-, con el agravante de que, a causa del asedio francés, los caudales de propiedad privada vienen estos días a riesgo de particulares y armadores, y su pérdida no la cubre seguro alguno.

- Quédate aquí de todas formas. Hasta confirmarlo.

- Como usted mande, doña Lolita.

Santos la sigue llamando Lolita, igual que el resto de los viejos empleados y sirvientes de la casa. Los más jóvenes la llaman doña Dolores, o señorita. Pero entre la sociedad gaditana que la ha visto crecer sigue siendo Lolita Palma, la nieta del viejo don Enrico. La hija de Tomás Palma. Así es como sus conocidos siguen describiéndola en tertulias, reuniones y saraos, o se refieren a ella en el paseo de la Alameda, por la calle Ancha o en la misa de doce de domingos y festivos en San Francisco -sombrero en mano los caballeros, leve inclinación de cabeza con mantilla las señoras, curiosidad entre los refugiados de postín puestos al día-: niña de la mejor sociedad, excelente partido, que por circunstancias trágicas tuvo que hacerse cargo de la casa. Educación moderna, claro. Como casi todas las jóvenes de buena familia en Cádiz. Modesta y sin ostentaciones. Nada que ver, se lo aseguro, con esas zánganas de la nobleza rancia que sólo saben rellenar libretillas de baile con nombres de galanes y emperejilarse para cuando su papá las venda, con título incluido, al mejor postor. Porque en esta ciudad el dinero no lo tienen las antiguas familias de campanillas, sino el comercio. El trabajo es la única aristocracia respetada aquí, y a las muchachas las educamos como Dios manda: responsables de sus hermanos desde pequeñas, piadosas sin aspavientos, estudios prácticos y algún idioma. Nunca se sabe cuándo deberán ayudar en el negocio familiar, ocuparse de la correspondencia y cosas así; ni tampoco si una vez casadas o viudas tendrán que intervenir en asuntos de los que dependen muchas familias y bocas, prosperidad ciudadana aparte. Y mire usted. Sabemos de buena tinta que a Lolita en concreto -el abuelo fue conocido síndico de la ciudad y diputado del Común-, su padre le hizo estudiar aritmética, cambio internacional, reducción de pesos, medidas y monedas extranjeras, y contabilidad en libros dobles de comercio. Además, habla, lee y escribe inglés, y se defiende en francés. Hasta de botánica dicen que sabe, la niña. De plantas, flores y eso. Lástima que se haya quedado soltera.

Ese lástima que se haya quedado soltera es la coda final, pequeña revancha -malintencionada sólo hasta límites razonables- que la sociedad gaditana, de igual a igual, toma sobre las virtudes domésticas, comerciales y ciudadanas de Lolita Palma; cuya buena posición en el mundo de los negocios no se corresponde, según es bien sabido, con alegrías privadas. Recientes desgracias le han permitido aliviarse el luto sólo en fecha cercana: dos años antes de que a su padre se lo llevara la última epidemia de fiebre amarilla, el único hermano varón, esperanza natural de la empresa familiar, murió combatiendo en Bailén. Hay otra hermana menor, casada muy joven y todavía en vida de su padre con un comerciante de la ciudad. Y la madre, naturalmente. Esa madre.

Lolita Palma deja la terraza y desciende al segundo piso. Desde un cuadro colgado en un rellano de la escalera, sobre zócalo de azulejos portugueses, un joven agraciado, vestido de solapa alta y ancha corbata negra al cuello, la observa con sonrisa amable, un poco burlona. Se trata de un amigo de su padre, corresponsal en Cádiz de una importante casa comercial francesa, ahogado en el año siete al perderse la embarcación en que viajaba sobre el bajo de la Aceitera, frente al cabo Trafalgar.

Mirando el cuadro mientras baja por la escalera, Lolita Palma desliza los dedos por el pasamanos de mármol blanco con suaves vetas. Pese al tiempo transcurrido, recuerda bien. Perfectamente. Aquel joven se llamaba Miguel Manfredi, y sonreía como en el lienzo.

Abajo, la criada -se llama Mari Paz, y asiste a Lolita como doncella- ha terminado de regar las macetas. El silencio de la tarde reina en la casa de la calle del Baluarte, a un paso del corazón de la ciudad. Se trata de un edificio de cuatro plantas con sólidos muros de piedra ostionera, doble portón claveteado de bronce dorado con llamadores en forma de navío, que suele estar abierto, y una casapuerta amplia y fresca, de mármol blanco, que conduce a la reja y al patio, en torno al que se sitúan unos almacenes para mercancías delicadas y las oficinas que vanos empleados ocupan en horas de trabajo. Llevan el resto de la casa siete criados: el viejo Santos, una sirvienta, una esclava negra, una cocinera, la joven Mari Paz, un mayordomo y un cochero.

- ¿Cómo te encuentras, mamá?

- Igual.

Alcoba con luz suave, fresca en verano y templada en invierno. Crucifijo de marfil sobre la cama de hierro guarnecida de laca blanca, ventanal con balcón de reja y celosía abierto a la calle; y en él, cintas de helechos, geranios, albahaca en las macetas. Un tocador con espejo, otro espejo grande de cuerpo entero, un armario de luna. Mucho espejo y mucha caoba, todo muy gaditano. Tan clásico. Un cuadro con la Virgen del Rosario sobre una librería baja, también de caoba, con los diecisiete tomos en octavo de la colección completa de El correo de las damas. Dieciséis, en realidad. El decimoséptimo volumen se encuentra abierto sobre la colcha, en el regazo de la mujer que, incorporada sobre almohadones, inclina un poco la mejilla para que la bese su hija. Huele al aceite de Macasar que se aplica en las manos y a los polvos de franchipán que le blanquean la cara.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Asedio»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Asedio» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Arturo Pérez-Reverte: Limpieza De Sangre
Limpieza De Sangre
Arturo Pérez-Reverte
Arturo Perez-Reverte: The Seville Communion
The Seville Communion
Arturo Perez-Reverte
Arturo Perez-Reverte: Queen of the South
Queen of the South
Arturo Perez-Reverte
Arturo Pérez-Reverte: The Sun Over Breda
The Sun Over Breda
Arturo Pérez-Reverte
Arturo Perez-Reverte: Captain Alatriste
Captain Alatriste
Arturo Perez-Reverte
Arturo Pérez-Reverte: El Sol De Breda
El Sol De Breda
Arturo Pérez-Reverte
Отзывы о книге «El Asedio»

Обсуждение, отзывы о книге «El Asedio» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.