Liz Fielding - Un vecino irresistible

Здесь есть возможность читать онлайн «Liz Fielding - Un vecino irresistible» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un vecino irresistible: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un vecino irresistible»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una chica inocente en la gran ciudad.
No llevaba ni un día en Londres y ya había conocido a un hombre peligrosamente guapo, se había enterado de que era su vecino y le había enseñado su ropa interior… No estaba nada mal para una recién llegada a la ciudad.
Philly era joven, independiente y soltera; desde luego no estaba buscando al hombre perfecto. Pero ¿qué podía hacer si daba la casualidad de que el tipo más sexy del mundo vivía en la casa de al lado? El problema era que estaba segura de que alguien así jamás se dignaría a mirar siquiera a una mujer como ella…; necesitaba el consejo de sus compañeras de piso. Aunque lo que más necesitaba era algo de atención por parte del atractivo desconocido que estaba destinado a convertirse en su marido…

Un vecino irresistible — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un vecino irresistible», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¡Para! -exclamó apartándose de mí-. No digas ni una palabra más, Philly, por favor -cuando estuvo seguro de que yo no hablaría más, me tomó las palmas de las manos y las cubrió de besos, antes de interrumpiese de nuevo con un deje de amargura. -Quizá sea mejor que vuelvas a ponerte el abrigo, después de todo. Vamos, te prestaré una camiseta para dormir -añadió tirando de mi mano.

No podía dormir. La habitación era preciosa y la cama cómoda, pero yo llevaba puesta una camiseta de algodón que pertenecía a Cal McBride y su aroma me tenía hipnotizada, provocaba en mi sucesivas oleadas de deseo.

Le oía en la habitación de al lado, dando vueltas en la cama, tan inquieto como yo, y deseé que no hubiera un tabique por medio. Aún no sé como fui capaz de resistir la tentación de levantarme para reunirme con él, abrazarlo, sentir su cálida piel contra la mía, compartir nuestra ternura… Descubrir, por fin, lo que pasaba cuando un hombre y una mujer se unían físicamente. Sólo la convicción de que primero tenía que contarle la verdad a Don me permitió seguir a solas en la cama de invitados. Una vez roto el compromiso con Don, podríamos entregamos el uno al otro sin la menor sombra de culpabilidad. La noche se estaba haciendo eterna y ya había amanecido cuando finalmente se apoderó de mí el sueño.

– ¿Philly? -ni siquiera el sonido de una taza de café depositada sobre la mesilla fue suficiente para que abriera los ojos. Me limité a gemir con pereza.

– Venga, preciosa -dijo Cal sentándose sobre el borde la cama-. No puedo dejar que sigas durmiendo.

¿Preciosa? Aunque estaba destrozada, eso no me impidió sentir lo aterciopelada que era su voz, así que me di la vuelta, parpadeé y, finalmente, me incorporé con los ojos abiertos.

– Hola -dije con una timidez incomprensible, deseando que él me besara.

– Hola, guapa -repuso él sin intención de besarme-. ¿Has dormido bien?

– No demasiado -Cal me llevaba la delantera; estaba duchado, desayunado y vestido, pero tampoco parecía que hubiera dormido mucho-. ¿Y tú?

– Sobreviviré. Si piensas ir hoy a Maybridge.-dijo dejando la frase en suspenso a propósito por si yo había cambiado de idea. La tentación de volverme a dejar caer sobre las almohadas, y olvidarme de la pesadilla que supondría el viaje hasta la casa de Don, era casi irresistible. El plan del día no me apetecía lo más mínimo, pero era una obligación.

– Tengo que ir -dije tomando un sorbo de café.-Aunque no creo que Sophie se alegre de que llame a su puerta a estas horas de la mañana.

– ¡Son más de las once! -exclamó Cal.

– ¿Qué? -abandoné el café, me destapé de un plumazo y puse los pies en el suelo-. A este paso voy a llegar a Maybridge de noche.

– No te preocupes. He hablado con Tessa y me ha prestado su coche. Voy a llevarte a casa.

– Pero…

– Déjame hacerlo, Philly. Aunque ya hayas decidido que Don es el hombre de tu vida y que vas a volver a casa para estar junto a él, eso no significa que yo pueda desterrar mis sentimientos de un día para otro. No puedo dejar de preocuparme por tu bienestar.

Escuché sus palabras completamente atónita y tuve que hacer un esfuerzo para procesarlas y comprenderlas en toda su magnitud.

– Repite lo que has dicho -le pedí.

– Quiero decir que lo comprendo, ¿de acuerdo? Creo que te equivocas. Pienso que cualquier hombre que sea capaz de dejarte marchar es un idiota que no te merece.

– Cal…

– De hecho ya me he dado cuenta de que yo soy más idiota todavía, facilitándote el regreso a casa sin luchar antes por tu amor. Pero sé que eres tú la que debe tomar una decisión. Quiero que seas feliz…

– Cal…

– Me importa más tu felicidad que la mía propia -continuó, incapaz de echar el freno-. Sé lo que vas a decirme. Que es imposible. Que el amor a primera vista no existe. Que es solo lujuria, atracción sexual…

– Cal, por favor…

– Pero si hubiera sido sólo eso, la noche de ayer habría terminado de manera muy diferente. Es una locura, lo sé. Solo nos conocemos desde hace un par de días. Me tropecé con una mujer irritada porque le estaba robando el taxi en una tarde fría y lluviosa, y luego con una mujer distinta, tan recatada y desconcertada como si aún fuera virgen, que me cedía inocentemente el taxi con las mejillas sonrosadas. Deseé besarte en ese preciso momento -relató él con un leve encogimiento de hombros-. En realidad, cuando me enteré de que vivíamos en el mismo edificio, me asaltaron las más íntimas fantasías. Y eso es todo. A partir de ahora tendré que acostumbrarme a la idea de que te he perdido para siempre.

– Cal, cállate.

– Lo siento. Seguramente te ha incomodado tener que escucharme, pero necesitaba desahogarme. Sabía que en Londres te sentirías triste y sola, pero no quise aprovecharme de tu inseguridad para que no cometieras lo que podía ser el error más grande de tu vida.

– Cal, escúchame detenidamente. Me voy a Maybridge para decirle a Don que he conocido a otro hombre. Un hombre que ilumina mi vida como… como la luz del sol en pleno verano. Alguien que me hace sentir que soy una mujer… completa.

– Pero…

– Escúchame -dije-. Escúchame bien -él batalló consigo mismo durante unos instantes-. Quiero ir hoy a Maybridge para decirle a Don que voy a arriesgarlo todo para emprender una relación contigo. Voy a decirle que viajas, que desapareces entre las nubes a bordo de un avión para pasar varios meses fuera y que nadie sabe cuando regresarás. Pero, pase lo que pase entre nosotros, debo decirle que toda mi vida ha cambiado desde que te conocí. Que mi relación con él ha pasado a la historia.

– Philly.

– No he terminado. Voy a decirle a Don que lo amo, que siempre lo querré como amigo, pero que ahí se acaba todo, en una simple amistad -respiré hondo-. ¿Te acuerdas que me has dicho que me había sonrojado como si fuera virgen delante del taxi? Pues quiero que sepas que es verdad. Soy virgen, ése era mi secreto.

Cal se tomo su tiempo para asumir la noticia.

– Pero… Entonces… ¿Quieres decir…?

– Quiero decir que ayer estuve muy cerca de dejar de serlo -añadí temblando ante su cara de estupefacción-. He estado a punto de…

– Hacer el amor conmigo -dijo él tomándome la mano-. De hacer el amor -repitió él abrazándome y estrechándome contra su cuerpo que también temblaba-. Anoche, en el restaurante, estuviste tan abstraída… y luego me dijiste que deseabas volver a casa…

– Tenía que regresar a Maybridge para dejarle claras las cosas a Don. Tenía que dar por acabada esa historia para poder iniciar la nuestra.

– Quise morirme -dijo-. Cuando oí tus palabras, di por sentado… Quería morirme.

– Pero no dijiste nada, no intentaste que cambiara de opinión.

– Cada cual debe tomar sus propias decisiones, Philly. Si te hubiera arrastrado hasta mi cama, ¿qué habríamos ganado?

– Hubiéramos podido conciliar el sueño tranquilamente.

– Es posible. Ahora que ha llegado el turno de las confesiones, tengo que decirte que anoche encontré tus llaves sobre la alfombra y me las guardé. ¿Estás enfadada?

– ¿Enfadada? ¿Por saber que me deseas tanto? Está de broma -dije con una amplia sonrisa y una sensación reconfortante.

– Sera mejor que te vistas antes de que se me ocurra demostrarte lo mucho que te deseo. Tenemos que irnos a Maybridge.

Solté una carcajada y me embutí en la ropa del día anterior. Tenía que pasar por mi apartamento para cambiarme. Él intentó retenerme con un beso.

– Cal…

– No puedo dejarte sola ni un momento, prefiero acompañarte a tu piso.

Se vino conmigo y, cuando abrió la puerta con mis llaves, oímos el sonido de una conversación en la cocina.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un vecino irresistible»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un vecino irresistible» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Un vecino irresistible»

Обсуждение, отзывы о книге «Un vecino irresistible» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x