Liz Fielding - Un vecino irresistible

Здесь есть возможность читать онлайн «Liz Fielding - Un vecino irresistible» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Un vecino irresistible: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un vecino irresistible»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Una chica inocente en la gran ciudad.
No llevaba ni un día en Londres y ya había conocido a un hombre peligrosamente guapo, se había enterado de que era su vecino y le había enseñado su ropa interior… No estaba nada mal para una recién llegada a la ciudad.
Philly era joven, independiente y soltera; desde luego no estaba buscando al hombre perfecto. Pero ¿qué podía hacer si daba la casualidad de que el tipo más sexy del mundo vivía en la casa de al lado? El problema era que estaba segura de que alguien así jamás se dignaría a mirar siquiera a una mujer como ella…; necesitaba el consejo de sus compañeras de piso. Aunque lo que más necesitaba era algo de atención por parte del atractivo desconocido que estaba destinado a convertirse en su marido…

Un vecino irresistible — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un vecino irresistible», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El dueño del restaurante saludó a Cal en cuanto entramos como si se tratara de un viejo amigo. El restaurante era pequeño y acogedor y, al parecer, todos se conocían. Pensé que había muchas facetas de su personalidad que yo aún ignoraba. Sabía que era una persona amable y dispuesta, que su conversación era divertida y que besaba como un auténtico maestro. Pero también sabía que me había traicionado dejando que me creyera que era homosexual.

¿Por qué había hecho semejante cosa?

Ni siquiera se había molestado en comunicarme que su hermana disponía de un apartamento en el mismo edificio. ¡Ni siquiera sabía que tenía una hermana!

Yo le había contado la maldita historia de mi vida de cabo a rabo, aunque tenía que reconocer que había sido una tarea muy fácil, dado que mi existencia carecía por completo de acontecimientos interesantes. Nada comparado con la excitante vida, llena de anécdotas, de un viajero empedernido, desde luego. Pero, incluso así, la verdad era que yo se lo había contado todo y, por eso, me sentía en inferioridad de condiciones con respecto a él.

Cal colgó nuestros abrigos en el perchero y luego me acompañó hasta la mesa que había reservado. El maître nos entrego una carta a cada uno y nos preguntaba si deseábamos tomar alguna bebida.

Cal se mantuvo fiel al whisky y pidió un agua mineral para mí.

– ¿Con gas o sin gas, señorita'?

Yo me llevé una mano al pecho, sabía que había jurado que me limitaría a tomar agua mineral durante toda la velada, pero era una mujer, y una mujer, especialmente las del tipo «tigresa», tenía derecho a cambiar de opinión.

– El agua, por muchas burbujas que pueda tener, no encaja con mi estado de ánimo actual -dije.

– Lo siento, Philly -se apresuró a disculparse Cal-. Pensaba que decías en serio lo del agua. ¿Qué te apetece beber?

– Una margarita -repuse alegremente, como si estuviera acostumbrada a beber combinados a diario.

– Una margarita, de acuerdo, señorita -dijo el maître.

Las bebidas llegaron con una rapidez digna de encomio, junto a unos tentadores aperitivos. Cal no hizo ningún comentario mientras observaba como yo daba un sorbo a mi bebida, tomó un par de almendras saladas y se las metió en la boca. Luego me preguntó qué deseaba comer y yo se lo dije. Cuando se acercó el camarero, pidió la cena y discutió sobre la calidad de los vinos antes de escoger uno.

– He comprado algo para ti hoy -dijo Cal cuando empezamos con el primer plato.

– ¿Ah, sí? -pregunté, concentrada en la mouse de salmón mientras él se sacaba del bolsillo un pequeño paquete cuidadosamente envuelto y adornado por un elegante lazo dorado.

¡Maldita fuera! Yo ya estaba pensando en como empezar a marcar distancias entre nosotros y él aprovechaba ese preciso momento para recordarme que había estado pensando en mi durante el día.

¡Como si yo necesitara que me lo demostrara! ¡Había recibido tres mensajes de texto en el teléfono móvil mientras estaba con Jay! ¡Incluso había reservado una mesa para cenar! Pero me había mentido con respecto a sus inclinaciones sexuales.

– Muy bonito -dije secamente.

– Vale, me lo merezco -repuso acusando el golpe-. Lo siento…

– ¿Que lo sientes? ¿Te puedes imaginar la vergüenza que estoy sintiendo en estos momentos? Creía que eras homosexual y mira como ha terminado la cosa…

– Lo sé -dijo tomándome la mano con gesto de arrepentimiento.

– Cuando me hablaron de tus supuestas tendencias sexuales, deseé que me tragara la tierra…

– Lo sé -repitió con el mismo tono de voz razonable y comprensivo-. Me di perfecta cuenta de que tus amigas me habían descrito como homosexual y de que tú te contuviste antes de pronunciar esa palabra delante de mí. Recuerdo perfectamente lo que dijiste: «Kate me dijo que eras alto, moreno y muy ho… ho… hombre». Me di cuenta inmediatamente, pero la pizza se iba a quedar fría y preferí dejar las explicaciones para otro momento. Por eso pensaba invitarte a cenar o llevarte al teatro…

– ¿Pretendías embarcarte en una simple aventura amorosa sin importancia antes de viajar hacia el Pacífico?

– Algo por el estilo -replicó el con prudencia-. Pero enseguida empezaste a hablarme de tu novio llevabas años junto a él y te sentías comprometida de cara al futuro. No quería aprovecharme de tu repentina soledad, pero quería seguir viéndote, por eso mantuve el malentendido sobre mis inclinaciones sexuales, para poder disfrutar de tu compañía un poco más.

– Entiendo -dije con tono solemne, aceptando sin remedio que al menos me estaba hablando con una sinceridad total-. Pero entonces. ¿Qué es lo que ha pasado hace un rato en tu apartamento?

Capítulo 9

Acabas de comunicarle al hombre de tu vida que piensas abandonarlo por causa de una tercera persona. ¿Qué harías?

a. Mirarlo a los ojos, decirle la verdad, disculparte con él por hacerle tanto daño puesto que sigue siendo un tipo estupendo, pero dejando claro que estás enamorada de otra persona.

b. Te vas a ver a su mejor amigo y le pides que sea él quien le cuente lo sucedido.

c. Dejas que te sorprenda en brazos de tu nuevo amor siempre que estés segura de que no se va a poner violento.

d. Dejas de responder a sus llamadas con la esperanza de que él mismo interprete tus silencios.

e. Le mandas una carta explicativa encabezada por un «Querido John» y te refugias en casa de tu tía mientras el digiere la noticia.

– No soy de piedra, Philly. ¿Tienes la menor idea de la impresión que me causaste al verte con la cabeza echada hacia atrás, los ojos cerrados, la melena sobre los hombros, y pasándote ese cubito de hielo por la garganta mientras gemías de placer?

Desde luego, tomada desde ese punto de vista, la imagen no podía ser más erótica.

– No era consciente de tener espectadores -dije, tratando de justificarme mientras me encogía de hombros-. Simplemente, estaba acalorada.

– No te preocupes, no volverá a suceder.

Eso no era lo que yo deseaba oír.

– ¿Te refieres a que no vas a volver a besarme?-pregunté con la sensación de estar lanzándome por un precipicio, sin poder contenerme. Lo deseaba y quería que él me deseara a mí.

– Exacto. Lo que tú necesitabas anoche era estar con un amigo, no con un pretendiente. Y yo deseaba que te sintieras a gusto conmigo, segura, sin presiones.

Era verdad, yo me había sentido relajada y segura con él, mientras compartíamos la pizza y la botella de vino, después de todos los desastres del día. No cabía duda de que Cal era un hombre peligroso, pero amable y considerado. Junto a él me sentía viva y respetada. Si me dijera que me amaba, me sentiría la mujer más feliz del mundo. Pero estaba claro que no era una persona que pudiera acomodarse a la vida de Maybridge, jamás podría satisfacer mis deseos de llevar una vida doméstica en el campo. Pero esos eran solo los deseos de la «ratoncita» que había abandonado su pueblo la tarde anterior. Después del beso de Callum McBride, me había convertido en una mujer totalmente distinta.

– Me di cuenta -prosiguió el con cierto esfuerzo- de que si seguías pensando que yo era homosexual, no me verías como una amenaza.

– Lo conseguiste -dije, al fin. Era verdad que, durante la mañana en Portobello y el paseo por los jardines de Kensington, nos habíamos reído juntos y habíamos estado varias veces en estrecho contacto físico. Pero yo me había sentido segura, sin el menor problema de conciencia con respecto a Don.

Pero las cosas habían cambiado. Ya no deseaba sentirme segura, sino lanzarme de lleno al peligro que representaba la intimidad con el hombre que estaba cenando conmigo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un vecino irresistible»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un vecino irresistible» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Un vecino irresistible»

Обсуждение, отзывы о книге «Un vecino irresistible» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x