Raye Morgan - Dulce Atracción

Здесь есть возможность читать онлайн «Raye Morgan - Dulce Atracción» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Dulce Atracción: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Dulce Atracción»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Lisa buscaba a un hombre hogareño y que fuera un buen padre en potencia y sabía que a los playboys como Carson James tenía que evitarlos a toda costa.
El sólo tenía que mirar a una mujer para que ésta se derritiera, pero lo último que deseaba era formar una familia. Estaba dispuesto para el amor, sí, pero ¿serían los encantos de Lisa suficientes como para hacerlo desear un matrimonio… e hijos?

Dulce Atracción — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Dulce Atracción», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Lisa permaneció inmóvil. Por alguna ridícula razón estaba temblando de pies a cabeza. Le habría gustado poder decirle a Carson las palabras adecuadas. El estaba esperando, mirándola con sus ojos azules, y se daba cuenta de que la respuesta que le diera podía ser muy importante.

– No sé cómo contestar a eso -dijo por fin, sintiendo que había fracasado-. No estoy segura de tener una respuesta.

El cerró su cuaderno de notas.

– Entonces no sé para qué vamos a molestarnos en seguir adelante.

Lisa sintió que se le caía el corazón a los pies.

– Pero no puedes abandonar el asunto con tanta facilidad.

– No estoy abandonando nada, Lisa -dijo él-. Te estoy pidiendo que no lo abandones tú. Me gustaría que te tomaras un tiempo para mirar en tu interior, hasta que averigües qué es lo que realmente quieres. Quiero que averigües si es tu abuelo y sus ideas las que llevan todavía este negocio o si te has decidido de verdad a llevarlo tú.

Se levantó y rozó la mejilla de Lisa con el dedo, sorprendiéndola de nuevo.

– Voy a decirte lo que quiero que hagas, Lisa. Quiero que te apartes de todos estos libros por un momento, que te vayas a la playa y te pongas a mirar las olas y a pensar. Simplemente pensar. Ver qué es lo que sientes. Dejarte flotar. Y descubrir qué es lo que realmente quieres, y por qué lo quieres.

Lisa se levantó también. Le temblaban las rodillas, no sabía exactamente por qué. Le habría gustado defender su posición, defender su negocio, pero se sentía incapaz de expresar con palabras lo que sentía, de modo que se limitó a reaccionar contra las palabras de Carson.

– Todo eso son tonterías, y tú lo sabes. Está perfectamente claro lo que hay que hacer. Si tú no puedes ayudarme, lo mejor será que el banco envíe a una persona que sí pueda.

El sonrió y negó con la cabeza, dejando que la ira de Lisa le acariciara como una brisa.

– ¿Estás viviendo en ese caserón de tu abuelo que hay frente a la playa? -preguntó.

– Sí, pero…

– Me pasaré por allí esta noche -dijo, volviéndose para marcharse-. Espero que para entonces ya conozcas la respuesta.

Se detuvo antes de salir y se volvió a mirarla, como si en verdad tuviera deseos de volverla a ver más tarde. Pero no había ningún problema. Ellos dos eran incompatibles. Y él iba a marcharse pronto. Todo iría bien.

Carson miró su reloj.

– Me voy al mar a navegar un poco -dijo. Luego añadió con un guiño-: tengo que practicar para cuando me vaya a Tahití.

Ella casi soltó una carcajada, más por desesperación que por buen humor.

Capítulo 5

Lisa estacionó el coche en el camino de entrada y se quedó mirando la vieja monstruosidad victoriana que ahora llamaba hogar. Hogar, dulce hogar. El hogar estaba donde estaba el corazón.

– El hogar está donde… -murmuró Lisa intentando recordar la frase-. Donde te llevan cuando no tienes otro sitio adonde ir.

¿Quién había dicho eso? Alguien horriblemente cínico.

Salió del coche y caminó hasta la entrada de la casa, semicerrando los ojos para contemplar el crepúsculo, que ponía un resplandor rosado en el cielo por encima del mar plateado. Una brisa ligera y salada movía su cabello. El camino de cemento de la entrada estaba salpicado de arena, que crujía bajo sus zapatos.

Muy bien. Ya había mirado las olas. ¿Dónde estaba la revelación?

– Quiero salvar Loring's -externó en dirección al viento-. Quiero salvar Loring's porque es mi manera de servir a mi familia y a aquello por lo que mi familia ha luchado siempre.

Bonitas palabras, pero, ¿qué significaban realmente? Carson se daría cuenta de que eran un fraude al instante. Con un suspiro se volvió hacia la casa y entonces se tropezó con algo que alguien había dejado prácticamente en su puerta.

Era un cochecito de niño. No, más exactamente un cochecito de muñeca, con un diminuto colchón y una almohada rosa. Alguna niña debía de haber estado jugando con él en la playa y lo había dejado allí al volver a casa. Frente a la casa de Lisa siempre aparecían las cosas más extrañas, cubos de playa, toallas, pelotas inflables. Y ahora un cochecito de bebé.

Lo dejó en la acera, para que la niña que lo había perdido lo encontrara con facilidad cuando volviera por él. De una de las asas del cochecito colgaba una placa donde se leía: "bebé a bordo".

Lisa sonrió y fue a recoger el correo del buzón. Felicitaciones de cumpleaños, facturas, publicidad… las arrojó todas en la mesa del comedor y fue a la cocina a prepararse un tentempié. Tenía un montón de trabajo que hacer y no tenía tiempo de ponerse a cocinar.

"Pero espera un momento", dijo una voz dentro de ella. "¡Es tu cumpleaños!"

Se volvió lentamente y miró el reloj en la pared.

– A lo mejor podría tomarme una hora…

Su mirada se deslizó al cajón de su despacho donde se escondía su secreto. Lisa contuvo el aliento. Ella no fumaba. No bebía, con excepción de algún sorbo ocasional para ser sociable. No tenía, por desgracia, ninguna clase de vida amorosa. Ni siquiera se sentía atraída por los bombones. Pero tenía un vicio, una cosa secreta y especial que le encantaba hacer y de la que nadie sabía nada.

Casi nunca se permitía practicar su diversión favorita. Pero aquella noche parecía una ocasión especial.

– Sólo una hora -se prometió cuando abría el cajón y sacaba un montón de revistas-. Incluso pondré el despertador para acordarme.

Llevó las revistas al sofá más cómodo del salón y se dejó caer en él con un suspiro. Luego se puso las gafas y comenzó a hojear las revistas. Eran revistas sobre bebés, la maternidad y el crecimiento del niño. Lisa no podía imaginarse que había tanto que aprender acerca de aquellas pequeñas y gordezuelas criaturas.

Durante las últimas semanas, había comenzado a sentir una enorme ansiedad por saberlo todo sobre el tema. Su mente estaba preocupada por salvar Loring's, pero en su corazón lo único que deseaba era tener un niño.

Matrimonio. Niños. Treinta y cinco.

Esas palabras le daban vueltas a la cabeza. No era justo. Si ella fuera un hombre, tendría mucho tiempo por delante todavía. Pero como era una mujer, se veía enfrentada al hecho de que le quedaba apenas tiempo. Era prácticamente ahora o nunca. Y ¿qué iba a hacer ella por solucionarlo?

Mirar revistas. No era una buena solución, pero de momento era suficiente para consolarse.

El tiempo pasó sin que se diera cuenta. En un momento se recostó más cómodamente en el sofá y metió las piernas por debajo de la falda. Más tarde se quitó las horquillas del pelo casi sin darse cuenta de lo que hacía y lo dejó caer libremente, perdida en el mundo, poco familiar para ella, de los cuidados infantiles.

En ese momento oyó un ruido que le hizo dar un salto y volverse. Carson James estaba en la puerta de la habitación.

– Hola -dijo con naturalidad, como si siempre llegara de esta manera, como si ellos fueran viejos amigos y hubiera total confianza entre ambos-. He llamado a la puerta, pero nadie ha contestado. He dado la vuelta y te he visto aquí leyendo en el sofá, de modo que he entrado por las puertaventanas del patio.

Ella tragó saliva y asintió, amontonando todas las revistas en una pila y buscando con el rabillo del ojo algún lugar donde esconderlas.

– Eh… hola -respondió con voz débil.

El entró en la habitación y se sentó en una butaca frente a ella.

– Este sitio no es muy seguro, ¿sabes? Deberías hacer algo al respecto.

– Es verdad -dijo ella intentando meter las revistas de bebés debajo de un almohadón de sofá. ¿Por qué la avergonzaba que la vieran leyéndolas? No estaba segura de por qué.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Dulce Atracción»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Dulce Atracción» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Dulce Atracción»

Обсуждение, отзывы о книге «Dulce Atracción» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x