Jessica Steele - Luces de bohemia

Здесь есть возможность читать онлайн «Jessica Steele - Luces de bohemia» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Luces de bohemia: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Luces de bohemia»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Cara Kingsdale, una reportera muy experimentada, había conseguido que el hermético Ven Gajdusek le concediera una entrevista.
Pero ahora, debido a un imprevisto, no podía ir y le pidió a su hermana que viajara a Checoslovaquia en su lugar.
Fabia sabía que no iba ser sencillo engañar a un hombre como Ven.
Y menos aun si se enamoraba de el…

Luces de bohemia — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Luces de bohemia», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– ¿Lo mandaste de viaje por mí? -preguntó atónita.

– ¡Puedes estar segura! -replicó con tono fuerte y sin disculpas. Aunque luego sonrió al recordar-. ¿Pero la pasamos mucho mejor, verdad?

– Ay, sí, fue maravilloso -declaró-. Almorzamos en un lugar llamado Becov y…

– Y cuando estacioné el auto sentía que tenía una necesidad abrumadora de besarte.

– ¿De veras?

– Sí -confirmó y la besó.

– ¡Ven! -musitó.

– Si te hubieras fijado en mí entonces, cuando te dejé en tu hotel, cuando me dejé vencer por esa necesidad y te besé… aunque sea en la mejilla, estoy seguro que hubieras pensado, "pobre Ven".

– ¿Crees?

– No recuerdo haber manejado hasta mi casa. Pero cuando salí del auto y caminé hacia la puerta me percaté de que estaba cayendo bajo el embrujo de esa inglesa que había sido una compañía tan encantadora y agradable todo el día.

– ¡Oh! -exclamó ella, fascinada y con una sonrisa traviesa, pidió-. Sigue.

Era conmovedor verlo sonreír y la besó en la punta de la nariz por su imprudencia.

– Y así me pasaba el día pensando en ti, y no descansaba ni cuando trataba de dormir en las noches.

– Cuanto lo siento -dijo ella feliz.

– Se te nota -él se rió, y continuó-. En la mañana decidí irme a Praga.

– ¿Por mi culpa? -preguntó pasmada.

– ¡Claro que por tu culpa!

– Pero, ¿por qué?

– Porque, aunque siempre había permitido que se expresaran mis sentimientos, esa vez, por alguna razón que no podía comprender, sabía que no podía hacerlo contigo.

– ¿Por lo de la entrevista? -adivinó Fabia.

– Para ser sincero, moje milá

– ¿Qué quiere decir moje milá?

– Amor mío -le tradujo.

– Gracias -murmuró Fabia feliz y le recordó-, para ser sincero…

– Para ser sincero -repitió él-, me tenía sin cuidado lo que escribieras en tu entrevista. Lo que sí me importaba era esa necesidad de obedecer a un instinto que me advertía que debía alejarme de ti.

– ¿Es… estabas temeroso?

– ¿Por qué no? Jamás había sentido la fuerza de esa emoción que llaman amor. Ese sentimiento que, incluso cuando había planeado ir a Praga, y aunque había admitido sólo que me simpatizabas lo suficiente como para evitar más problemas, me hizo darle instrucciones a Lubor…

– ¿Acerca de mi auto? -bromeó ella.

– Eso era diferente -le contestó-. Después de asegurarme de dejarlo bastante ocupado todo el fin de semana y sin esperar que pudieras ponerte en contacto con él para nada, le di instrucciones de que te ayudara en caso de que tuvieras algún problema.

– Pero aclarando que sólo lo hiciera de manera impersonal.

– ¡Aja! -confesó Ven-. No creí que te lo dijera. Claro que lo estaba haciendo por celos de nuevo -admitió.

– Yo creí que era porque no me tenías confianza y pensabas que yo iba a interrogar a Lubor acerca de tu vida personal.

– Amor mío -murmuró él y con sus besos borró cualquier herida, luego sacudió la cabeza y dijo burlándose de sí mismo-. Y yo creí que yendo a Praga te eliminaría de mis pensamientos.

– No fue así, me llamaste por teléfono de Praga la noche siguiente -recordó ella con facilidad-. Pensaba que me llamabas por esa maldita y abominable entrevista, pero estabas de tan mal humor -calló al ver que él levantaba la ceja. Comprendió en ese momento que no lo perdonaría si le recordaba que ella tampoco había sido muy dulce pero él no lo hizo y sonrió.

– ¿Y por qué no habría de estar de mal humor? -preguntó él-, te había llamado sólo porque sentía la necesidad de escuchar tu voz y, ¿qué había conseguido por mi debilidad? Esa voz no perdió tiempo en informarme que había salido a cenar la noche anterior con mi secretario.

– Válgame Dios, los celos…

– Sí -admitió él-. Y como si no fuera suficiente tú, a pesar de que me estaba dando cuenta de que era idiota de mi parte enfurecerme porque tú y Lubor parecían caerse tan bien, tú que no le tienes ningún miedo a mi perro, de hecho aquel día lo llevaste de paseo, parecías ya habértelo apropiado también. Decidí que era hora de regresar.

– Volviste por unos papeles.

– Mentí.

– ¡Oh! -ella quedó boquiabierta y entonces se le ocurrió algo-. ¡Eres un demonio! -lo acusó con tono de adoración-. Me preguntaste si ya me habían regresado el auto del taller, cuando lo tenías encerrado aquí bajo llave.

– Tú dijiste que planeabas ir a Praga. Para mi modo de pensar ya habías visto demasiado a Lubor y en ese momento decidí que alejarte de él era una excelente idea.

– Y por eso me invitaste en ese momento a llevarme en tu auto a Praga.

– Claro, y me enamoré más y más almorzando contigo, cenando juntos, observando tu inocente regocijo mientras admirabas el reloj astronómico al dar la hora. Cuando te besé aquella noche, y acepté que te deseaba, comprendí que, estando la situación tan explosiva, debía sacarte de allí y regresar contigo a Mariánské Lázne.

– Pero no lo hiciste.

– Creí que iba a poder controlarme, pero al día siguiente habíamos estado recorriendo Praga y regresamos a nuestra suite y te miré a los ojos y sentí que me ahogaba. La única manera en que podía protegerte era desapareciendo esa noche.

– Me dijiste que tenías un compromiso.

– ¿Te acuerdas de todo?

– Te amo -volvió a decir ella con sencillez y recibió un beso de recompensa.

– ¡Ay, adorado corazón! -Ven suspiró y la estrechó en sus brazos durante largos, largos minutos de felicidad.

– Si te sirve de consolación -murmuró Fabia, un poco después-, yo estaba verde de celos cuando saliste esa noche.

– ¿De veras? -exclamó él retirando la cabeza para verla.

– Sí, pero no quise admitirlo.

– Claro -asintió Ven, pero añadió para deleite de ella-. Y yo desde luego, no tenía ningún compromiso esa noche.

– ¿En serio?

– De verdad. Quería quedarme contigo, pero por amor a ti, tenía que irme. Y tampoco me atreví a regresar hasta estar seguro de que estabas dormida y de que no iba a caer en tentación -muda, lo observaba con incredulidad-. Luego, anoche, después de un día sublime, salimos a cenar y yo empecé a admitir que me estaba enamorando de ti.

– Pensé que estabas un poco preocupado -murmuró ella feliz.

– Y yo -replicó él acariciando su nariz-, pensaba que estabas un poco fría a ratos.

– Perdón -se disculpó-. Como defensa, sólo puedo alegar que apenas me acababa de dar cuenta de que estaba enamorada de ti. Mi conciencia, sobre ese dolor de cabeza de la entrevista que me encargó Cara, no me dejaba en paz, porque te estaba yo engañando haciéndote pensar que yo era ella.

– ¡Ay mi pequeña y adorable mujercita! -susurró él y por su tono ella sabía que la había perdonado-. No sé ni cómo decirte esto… -hizo una pausa, pero había decidido obviamente, decírtelo todo-. Es un hecho, querida, que yo jamás le prometí una entrevista a tu hermana, ni a ninguna otra persona que representara a la revista Verity .

– ¿Cómo?

– Si lo hubiera hecho puedes estar segura de que hubiera estado ese viernes para cumplir con lo prometido.

– ¡Pero… pero Cara tenía una carta tuya! -Fabia trató de comprender y de aclarar el asunto-. Ella…

– Ella recibió una carta de Milada Pankracova, firmada por ella, pero…

– ¡Tú no se la dictaste!

– Creo que fue lo último que hizo antes de que dejara el trabajo.

– Tú la despediste -recordó Fabia.

– No hacía su trabajo como Dios manda. Sin embargo, cuando escuché que utilizaba un lenguaje despreciable con mi ama de llaves y que era grosera con Ivo, decidí que no era la persona que necesitaba.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Luces de bohemia»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Luces de bohemia» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jessica Steele - Zaległa randka
Jessica Steele
Jessica Steele - Viaje de descubrimiento
Jessica Steele
Jessica Steele - Intruz z Werony
Jessica Steele
Jessica Steele - Heredad en conflicto
Jessica Steele
Jessica Steele - Desafortunado Encuentro
Jessica Steele
Jessica Steele - Cuestión de principios
Jessica Steele
Jessica Steele - A jednak miłość
Jessica Steele
Jessica Steele - A Most Suitable Wife
Jessica Steele
Jessica Steele - Her Hand in Marriage
Jessica Steele
Ramón María del Valle-Inclán - Luces de Bohemia
Ramón María del Valle-Inclán
Отзывы о книге «Luces de bohemia»

Обсуждение, отзывы о книге «Luces de bohemia» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x