• Пожаловаться

Susan Mallery: Sin miedo a la vida

Здесь есть возможность читать онлайн «Susan Mallery: Sin miedo a la vida» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современные любовные романы / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Susan Mallery Sin miedo a la vida

Sin miedo a la vida: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Sin miedo a la vida»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Durante la adolescencia, Molly Anderson se había enamorado platónicamente del atractivo Dylan Black, a pesar de que era un joven demasiado rebelde y sólo tenía ojos para su hermana Janet. Pero antes de marcharse de su ciudad natal con el corazón roto, Dylan le había dado a Molly el anillo de compromiso rechazado por Janet y le había prometido llevarla a correr una aventura algún día. Bueno, como todo su mundo se había venido abajo de repente, Molly decidió buscar a Dylan y aceptar su ofrecimiento. Dylan siempre había sentido debilidad por Molly. Entonces, ¿por qué no pasar unos días con ella y divertirse sin lazos emocionales de por medio? Después, los dos habían prometido seguir su camino. Pero eso fue antes de que Molly despertara su deseo y conmoviera su alma cínica con su valor callado. Tal vez algunas promesas estaban destinadas a romperse…

Susan Mallery: другие книги автора


Кто написал Sin miedo a la vida? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Sin miedo a la vida — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Sin miedo a la vida», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– No sé qué pensar -dijo finalmente.

– No tienes por qué decidirlo esta noche -le dijo. Luego tiró de las sábanas y la cubrió. Apagó la luz y se metió en la cama. Su cuerpo era cálido y familiar. En la oscuridad apenas lo distinguía, pero reconocía su aroma y su calor. Siempre sería capaz de encontrarlo sólo guiándose por el sentido del olfato. Dylan la estrechó-. No le digas que no todavía -añadió.

– No puedo creer lo que oigo. Tú fuiste quien dijo que se merecía una paliza.

– Sigo creyéndolo, pero tal vez haya aprendido la lección. Tú has puesto mucho de tu parte en esa relación. Si realmente ha cambiado, ¿quieres arriesgarte a perderlo todo?

«Sí», pensó Molly lúgubremente, pero no lo dijo.

– No lo sé.

– Tienes tiempo -dijo Dylan mientras le acariciaba el pelo. Ella apoyó la cabeza en su hombro y se apretó contra él-. Estos quince días han cumplido su propósito. Los dos hemos tenido la oportunidad de escapar de nuestro mundo y averiguar qué es lo que queremos.

Molly cerró los ojos. Tal vez Dylan ya se había decidido, pero ella estaba más confundida que nunca. Aunque se sentía feliz por saber que no tenía nada, el resto de sus problemas no eran tan fáciles de resolver.

– Gracias por ayudarme con todo esto -le dijo, y para desolación suya, se echó a llorar.

Dylan la estrechó todavía con más fuerza.

– No pasa nada -murmuró-. Todo saldrá bien.

Claro, lo superaría. Pero quería hacerlo con él. Quería que la magia continuara. Aun así, no tenía derecho a retenerlo contra su voluntad. Había sido tan generoso con ella, no podía ser menos con él. Dylan le rozó la frente con los labios y susurró:

– Es hora de que volvamos.

– Lo sé -balbuceó Molly, y las lágrimas fluyeron en abundancia. Era hora de volver a casa y recoger los pedazos. De tomar decisiones. Pero no aquella noche. Aquella noche era para ellos-. Abrázame -le dijo-. Y no me sueltes hasta el amanecer.

– Te lo prometo.

Siguió llorando, preguntándose cómo aquel momento podía ser tan perfecto y tan increíble al mismo tiempo. Habían llegado tan lejos juntos, pero en realidad no habían llegado a ninguna parte.

– No quiero que perdamos el contacto – dijo Dylan-. Lo digo en serio. Quiero algo más que una postal durante las vacaciones.

– Yo también -inspiró profundamente y trató de contener las lágrimas-. Quiero que seas muy feliz.

– Lo seré. Vas a tener unos niños estupendos, y quiero conocerlos a todos.

Niños. Quería niños, pero sólo con Dylan. Se dio cuenta de que sería un padre fabuloso.

– Los tuyos también -dijo Molly-. Quiero decir que también quiero conocerlos.

– No soy de los que se casan.

Ya no había esperanza, así que sus palabras no le hicieron daño. Por supuesto. Lo había sabido desde el principio, pero eso no había impedido que lo amara.

Nada de lamentos, se dijo. Aun sabiendo que el corazón se le rompía y el alma le dolía, por nada del mundo daría marcha atrás. No pasaba nada si no la amaba. Amarlo a él había sido suficiente. Le había dado todo su corazón y nunca lamentaría lo que habían compartido.

Dylan tomó el camino largo de regreso, saliendo de la autovía 101 a la 126, atravesando varias ciudades pequeñas y acres y acres de naranjales. Sabía que estaba retrasando lo inevitable, pero incluso media hora más con Molly era algo muy preciado para él.

El viaje de vuelta fue diferente del de ida. Dylan ya se había acostumbrado al calor de Molly abrazada a él en la moto, a la forma de su cuerpo, a la suave presión de sus muslos sobre su trasero, al peso de sus manos en la cintura. Pero seguía excitándolo. Y más importante, había aprendido a sentir afecto sincero por alguien.

No sólo la deseaba, la respetaba. Admiraba su valor y su sinceridad. Quería estar con ella. Sabía que iba a echarla de menos cuando desapareciera de su vida y se preguntó cuánto tiempo tardaría en olvidarla.

¿Era eso amor? No tenía la respuesta a esa pregunta. Nunca había creído en el amor. Él nunca había amado a nadie ni nadie lo había amado. No iba a ser diferente con Molly. Y sin embargo, lo era.

Podía imaginar estar con ella durante el resto de sus vidas. El mundo era un lugar más alegre sólo porque ella estaba en él y le hacía sentir cosas que nunca había sentido. Le hacía pensar en una casa de verdad y en tener niños.

Tragó saliva. Aquello era una novedad. Niños. ¿De verdad estaba pensando en ser padre? No sabía cómo serlo. No creía que estuviera a la altura de la responsabilidad que implicaba criar a un ser humano desde su nacimiento. La idea lo aterrorizaba, pero con Molly a su lado, no sería tan terrible. ¿Era eso amor? ¿Desear tener un hijo con ella era algo más que afecto?

Mientras recorrían la carretera y atravesaban el valle, pensó en pedirle que se quedara. Aunque sólo fuera por un tiempo. La casa era lo bastante grande para los dos. Podría tener su propia habitación si no estaba a gusto compartiendo la suya. Tal vez podría encontrar un trabajo no muy lejos, o incluso entrar a trabajar en su compañía. Tal vez…

Movió la cabeza. Estaba soñando. Aquellas fantasías no tenían cabida en la realidad. Molly tenía su propia vida. Tenía un trabajo con una compañía que haría cualquier cosa con tal de recuperarla. Aunque se atreviera a pedírselo, sería una locura que considerara su oferta. ¿Qué podía ofrecerle que no pudiera conseguir diez veces mejor en otra parte? Estaba sacando demasiadas conclusiones sin fundamento.

Las pasadas semanas habían sido muy estresantes para ella. Se había alimentado de emociones, nada más. Dylan sabía que se preocupaba por él, y eso bastaba. El amor, bueno, todavía no estaba seguro de qué le parecía el amor. Molly había reconstruido su vida y debía continuar en ella. Quería que siguieran siendo amigos, pero no quería entrometerse.

Llegaron a la carretera interestatal 5, luego a la 405. Demasiado pronto, salían de la autovía para entrar en su vecindario. En unos pocos kilómetros, estarían delante de su bloque de apartamentos.

Paró la moto y Molly se bajó. Dylan trató de controlar el dolor que sentía en el estómago y la necesidad abrumadora de decirle que no se fuera, que quería que se quedara con él para siempre. Pero no era eso lo que iba a decirle, estaba decidido a dejarla libre.

Molly permaneció de pie en la acera mientras él sacaba la bolsa de tela.

– ¿Quieres entrar? -le preguntó mientras él le pasaba la bolsa y ella el casco.

Dylan lanzó una mirada al edificio. Sería más fácil dejarla marchar si no la imaginaba en su mundo.

– No, gracias. Estoy seguro de que tendrás que hacer muchas llamadas y yo tengo que ir a casa.

Se había recogido el pelo en una trenza, dejando su rostro despejado. No sonreía, pero el miedo no se reflejaba ya en su mirada. Dylan se alegró.

– No sé qué decir. Gracias parece inadecuado. No podría haberlo hecho sin ti.

– Claro que sí. Pero me alegro de haberte ayudado, aunque sólo fuera un poco.

Molly dio un paso hacia él. La tarde era cálida, y su camiseta revelaba todas sus curvas. Cielos, cómo la deseaba. No sólo en su cama, sino en su vida. ¿Estaría tan mal preguntárselo? Siempre podía decirle que no. O podría fijar una fecha para dentro de dos semanas. Así podría acostumbrarse a la idea de que estaba bien y, si seguía interesada en él, ya no sería cuestión de gratitud, o del momento difícil por el que había pasado.

– Nunca sabrás lo mucho que has significado para mí -le dijo, y sus ojos castaños brillaban con convicción-. Me has escuchado, me has abrazado, me has dejado ser débil y me has recordado cómo ser fuerte. Hace diez años me enamoré platónicamente de un hombre que no conocía. Me alegro de saber que la realidad es mucho mejor de lo que había imaginado. Eres increíble, Dylan.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Sin miedo a la vida»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Sin miedo a la vida» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «Sin miedo a la vida»

Обсуждение, отзывы о книге «Sin miedo a la vida» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.