Carly Phillips - Hasta el final
Здесь есть возможность читать онлайн «Carly Phillips - Hasta el final» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Современные любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.
- Название:Hasta el final
- Автор:
- Жанр:
- Год:неизвестен
- ISBN:нет данных
- Рейтинг книги:3 / 5. Голосов: 1
-
Избранное:Добавить в избранное
- Отзывы:
-
Ваша оценка:
- 60
- 1
- 2
- 3
- 4
- 5
Hasta el final: краткое содержание, описание и аннотация
Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Hasta el final»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.
Hasta el final — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком
Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Hasta el final», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.
Интервал:
Закладка:
Pero eso no significaba que hubiera progresado con ella como quería. De hecho, no tenía ni idea de lo que Regan quería de él, y después de que hubiera rechazado su invitación para acudir a una simple cena y de qué él hubiera desnudado su alma mientras le hacía el amor, decidió que la pelota estaba ahora en el tejado de Regan.
Si ella quería más, tendría que ir a buscarlo.
Regan volvía a estar sola, y no lo soportaba. Se paseaba por el dormitorio de un lado a otro, intentando ignorar las sábanas arrugadas de la cama, la bolsa de viaje en el rincón y la embriagadora colonia de Sam que persistía en el aire. No era que no supiese estar sola, o que no pudiera vivir como una mujer soltera. Pero la verdad era que echaba de menos terriblemente a Sam.
No era una postura muy inteligente, teniendo en cuenta que Sam se marcharía por la mañana. Y aunque había insinuado que entre ellos había algo más que sexo, sería una ingenua si se permitía creerlo o confiar en que sus palabras trascendieran de aquella breve aventura. En primer lugar, acababan de conocerse. ¿Qué podían saber el uno del otro o qué podían tener en común? En segundo lugar, vivían separados por miles de kilómetros. Y en tercer lugar, él no quería atarse a nadie, como había hecho su padre. Y como pronto haría su mejor amigo.
El corazón de Regan se rebelaba contra los inconvenientes, pero antes de que pudiera pensar con más claridad, sus divagaciones se vieron bruscamente interrumpidas por el sonido del teléfono. Suspiró y agarró el auricular.
– ¿Diga?
– Regan, cariño, estoy muy preocupada. Por favor, dime que Darren sufre alucinaciones y que no estás con un hombre que no es tu novio -le suplicó su madre al otro lado de la línea-. Por favor, dime que la boda sigue adelante como estaba planeado -Kate parecía al borde de la histeria, y no le faltaba razón, considerando la versión distorsionada de los hechos que debía de haber recibido de Darren.
Su madre creía a Darren, aunque sólo fuera porque Regan no le había dado más que disgustos… a diferencia de sus otras hijas, quienes siempre habían hecho lo correcto. En esta ocasión Regan casi había llegado a complacer a su familia, pero ahora estaba a punto de destruir la última ilusión que les quedaba a sus padres para que se convirtiera en la hija perfecta.
A menos que Kate pudiera ver más allá de sus prejuicios sociales y comprender los verdaderos sentimientos de Regan, madre e hija estaban condenadas a una separación que difícilmente podrían superar. Por mucho que Regan deseara tener una madre que la apoyara y consolara, no albergaba mucha esperanza. Sólo la suficiente para hacerle contener la respiración.
Pero Darren había dispuesto las bases para el desastre, y si ahora lo tuviera frente a ella, Regan le retorcería el pescuezo sin dudarlo.
– Mamá, escucha, las cosas no son lo que parecen -dijo, intentando explicar las mentiras de Darren.
Kate resopló ruidosamente.
– Gracias a Dios. ¿Quieres decir que no te estás acostando con un desconocido?
Regan sacudió la cabeza y se apoyó contra la encimera de la cocina. Tenía el presentimiento de que iba a necesitar que algo la sostuviera.
– Mamá, tengo veinticinco años y…
– Tomaré eso como un «sí» -la cortó Kate con un chillido de desesperación-. Oh, Dios mío, sabía que no debía dejar que te fueras a Chicago antes de la boda. Si te hubieras quedado en casa, podríamos haberte vigilado y nada de esto habría sucedido.
Regan ya le había recordado su edad a su madre. Era inútil repetírselo.
– ¿No te das cuenta de que el pobre Darren está hundido? -le preguntó Kate-. Y tu padre también. Al fin habías encontrado a un buen hombre, pero no podías quedarte con él, ¿verdad? -le espetó con reproche. Gracias a su hija, tendría que soportar la humillación delante de sus amigas. Una vez más.
Regan abrió la boca para protestar, pero se dio cuenta de que sería librar una batalla perdida. Recordó aquella ocasión en la que se negó a acudir a un baile de gala en el club de campo con el hijo del mejor amigo de su padre, porque la última vez que estuvieron a solas él había intentado forzarla. Sus padres no la habían creído, y habían optado por pensar que su hija estaba siendo exigente, obstinada y cabezota y que los desafiaba a propósito. De ninguna manera podría creerla ahora. Era inútil intentarlo.
A Kate siempre le había gustado la idea de tener unas hijas a las que pudiera exhibir ante sus amigas del club de campo y en las bodas y compromisos sociales, como hacían las demás con sus hijas. Pero cuando Regan demostró tener sus propios gustos y necesidades, su madre no supo qué hacer con ella. Ni siquiera intentó comprenderla, como tampoco hizo su padre, pues había delegado la educación de las niñas en Kate.
Con todo, ahora se encontraban en una encrucijada, y Regan no podía permitir que prevaleciera la versión de Darren. Tenía que exponer la verdad.
– Mamá, escúchame -le pidió, armándose de paciencia-. Darren y yo hemos roto. Me estaba engañando con…
– Una compañera de trabajo -dijo Kate, sorprendiendo a Regan-. Ya lo sé. Darren nos advirtió que te pondrías a la defensiva y que te inventarías una historia como ésta para culparlo. Nos dijo que has estado actuando así desde que te fuiste a Chicago. Él ha tenido que matarse a trabajar para montar la nueva oficina, pero tú no lo entendías. Te has mostrado fría y distante y al final te has buscado a otro hombre que te prestara más atención.
Regan se echó hacia atrás, golpeándose deliberadamente la cabeza contra el armario. Pero con eso no consiguió desmayarse ni hacer desaparecer la ridícula fe de su madre en Darren.
– Tengo un plan -dijo Kate.
Regan puso los ojos en blanco.
– No quiero saberlo.
– Claro que sí. Tu padre puede hablar con Darren, y estoy segura de que él aceptará volver contigo.
Ella negó con la cabeza.
– No quiero volver con Darren. ¿No has oído lo que te he dicho? Darren me estaba engañando. Él no me quiere, y…
Su madre dejó escapar un suspiro de exasperación.
– El amor no tiene nada que ver con un buen matrimonio, Regan Ann Davis. Lo que importa es casarse con alguien de tu misma categoría y vivir la vida que te ha correspondido. Fin de la historia.
Fin de la historia para Kate, tal vez, no para Regan.
– ¿Te da igual que Darren me haya sido infiel? -preguntó, odiando la vocecita infantil que usaba para suplicar la aprobación de su madre. Pero nunca conseguiría nada de Kate. No cuando su madre se conformaba con mucho menos de lo que merecía para sí misma. Pero Regan no era igual. Ya no. Y se había acabado el disimulo. Estaba cansada de intentar ser alguien que no era y de ocultar la verdad para no herir los sentimientos de sus padres.
– Supongo que debería haberte hablado hace tiempo de los hombres y de lo que necesitan -dijo Kate, resignada-. Los hombres engañan. Es su naturaleza. Pero si eres capaz de aceptarlo, tendrás todo lo que puedas desear en la vida. Todo lo que mereces.
Regan se enrolló el cable telefónico en los dedos mientras su madre hablaba.
– ¿Qué cosas son ésas? ¿Dinero? ¿Una casa grande, fría y solitaria? ¿Eso es lo que merezco? -preguntó. ¿Era eso lo que Kate pensaba que merecía su hija?
Los ojos se le llenaron de lágrimas al tiempo que la asaltaban los recuerdos de su infancia. Imágenes de su madre llorando en la cama cuando su padre no volvía a casa, mientras Regan y sus hermanas se cantaban nanas entre ellas para intentar ahogar el eco de los sollozos.
Ella quería algo más sus hijos. Y para sí misma.
– Son cosas importantes, cariño -dijo Kate-. ¿Qué puedes hacer sin ellas? Dime, ¿quién podrás ser sin dinero y sin estatus social?
Читать дальшеИнтервал:
Закладка:
Похожие книги на «Hasta el final»
Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Hasta el final» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.
Обсуждение, отзывы о книге «Hasta el final» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.