• Пожаловаться

Lynne Graham: Un Hijo Para El Magnate

Здесь есть возможность читать онлайн «Lynne Graham: Un Hijo Para El Magnate» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Современные любовные романы / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Lynne Graham Un Hijo Para El Magnate

Un Hijo Para El Magnate: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Un Hijo Para El Magnate»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Sergei Antonovich, multimillonario ruso, era famoso por estar rodeado permanentemente de supermodelos y aspirantes a actrices; pero ninguna de ellas era adecuada para convertirla en su esposa. ¿Podría cumplir el mayor deseo de su abuela y ofrecerle un nieto? ¿Por qué no tratar todo el asunto como si fuera un negocio? Sin emoción alguna; sólo con un contrato de conveniencia que le asegurara lo que quería: una esposa con la que acostarse, de la que disfrutar y a quien dejar embarazada para después… abandonarla.

Lynne Graham: другие книги автора


Кто написал Un Hijo Para El Magnate? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

Un Hijo Para El Magnate — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Un Hijo Para El Magnate», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Sergei abrió la puerta que comunicaba su suite con el dormitorio de Alissa y ella se marchó con el ordenador portátil.

La puerta se cerró de golpe a sus espaldas. Caminó hasta la cama, se sentó y estudió el documento. Era un contrato muy largo, y cuando terminó de leerlo, estaba pálida y asombrada por las mentiras que su hermana Alexa había usado para convencerla de que ocupara su lugar.

Sergei había sido absolutamente sincero con ella. Había pagado a Alexa una suma asombrosa, muchísimo más de lo que jamás habría imaginado. De hecho. La malicia de su hermana llegaba hasta el extremo de que sólo había gastado una tercera parte en las deudas de Jenny; el resto se lo había quedado ella. Ahora era una mujer rica a su costa.

Aquello era terrible desde cualquier punto de vista. Incluso se preguntó si Alexa no lo habría planeado todo desde el principio para engañarla y quedarse con el dinero. Pero por muy dura que fuera esa posibilidad, la lectura del contrato la dejó aún más alterada.

El documento decía claramente que Sergei no buscaba sólo una esposa para dar una alegría a su abuela, sino también un hijo. Por eso se había tomado tantas molestias. Por eso había pagado tanto dinero.

Alissa se tumbó en la cama y se estremeció. Se había metido en un lío terrible, en un lío del que no sabía cómo salir.

Hasta entonces había creído que su hermana había mejorado mucho con el paso de los años. Pero evidentemente, se había equivocado. Alexa era tan irresponsable, que ni siquiera se había planteado la posibilidad de que, al firmar un contrato con datos falsos, pudiera estar violando la ley. Y hasta ella misma lo había pasado por alto. Ahora no tenía más remedio que dar un hijo a Sergei.

Aquella noche, cuando Alissa ya había sucumbido al cansancio y se había hundido en un mar de pesadillas, Sergei seguía pensando en lo sucedido.

El fuego de su furia, enfriado tras varias horas de consultas frustrantes con sus abogados, seguía entrelazado con la indignación. Él, que no había creído en ninguna mujer desde Rozalina, que se había enfrentado en multitud de ocasiones a la deslealtad y a la avaricia de tantas mujeres, empezaba a creer a Alissa.

Pero aunque su historia fuera cierta, no la exculpaba. Seguía siendo una mentirosa y una estafadora, cuyo atractivo lo había cegado hasta el punto de dejarse engañar por ella.

Tendría que encontrar la forma de salir con bien de todo aquello. Para él, la derrota nunca era una posibilidad aceptable.

En algún momento de la noche, cuando las conversaciones con los abogados lo sacaron de quicio, llegó a estar tan nervioso, que pegó un puñetazo a la pared. Pero ya se había tranquilizado y volvía a pensar con claridad.

Pasara lo que pasara, él no iba a perder nada en absoluto. Empezando por la atractiva esposa que dormía en la habitación contigua.

Alissa se despertó cuando la doncella entró en el dormitorio a la mañana siguiente para correr las cortinas y permitir que entrara la luz del sol. Le dolía mucho la cabeza.

Lo primero que hizo fue enviar un mensaje a Alexa, en el que le advertía que Sergei conocía la verdad y le decía que tenían que hablar con urgencia. Después, se sentó en la cama, tomó el desayuno que le llevaron y pensó en la conversación de la noche anterior con su marido.

Todo aquello era absurdo. Absolutamente todo. Había llegado a creer que estaba enamorada de Sergei Antonovich, pero la cruda realidad se había impuesto. Sergei no era el hombre encantador y maravilloso que le regalaba bombones y collares de diamantes y esmeraldas, sino un hombre frío y terrible en quien no podía confiar y al que, por supuesto, tampoco admiraba.

Se sintió tan avergonzada por haberse acostado con él, que perdió el apetito de inmediato y apartó del desayuno. Sin embargo, no tardó en comprender que ella era la única culpable de la situación. Le había engañado y le había mentido, aunque fuera por una buena causa.

Además, Sergei no era tan malo; era el hombre capaz de casarse para dar una alegría a su abuela, el hombre que acostaba a su madre cuando llegaba borracha a casa, el hombre que había crecido con unos padres terribles. Desde luego, su actitud hacía las mujeres distaba de ser positiva; pero después de fracasar con su primera esposa, casi era lógico que no quisiera arriesgarse otra vez y conceder otra oportunidad a una mujer.

El teléfono sonó cuando se estaba vistiendo.

No era Alexa, sino Sergei.

– Nos veremos abajo en veinte minutos -le informó.

Alissa se recogió el pelo en una coleta y se miró en el espejo. No se había molestado en maquillarse. Se había puesto unos vaqueros y un jersey que eran suyos, no de las cosas que Sergei le había comprado, y volvía a parecer una mujer normal y corriente.

Comprobó su móvil, pero Alexa todavía no había respondido a su mensaje. Impaciente, decidió llamarla y hablar en persona con ella; pero no contestó.

Unos minutos después, cuando bajó al piso inferior y, en la elegante biblioteca que Sergei usaba como despacho, él le dijo:

Dobraye utra … buenos días. ¿Esos vaqueros son la manera que tienes de purgar tu culpa? -se burló-. Pues si es así, no me has impresionado.

Alissa se cruzó de brazos, a la defensiva.

Había dormido mal y estaba pálida y cansada, pero él le pareció tan guapo como siempre y tan relajado como si hubiera dormido como un tronco.

– Dudo que la ropa que lleve sirva para cambiar las cosas -declaró ella-. Me he vestido así porque esta ropa es mía y no quiero llevar la que me has comprado. No me parece justo.

– Oh, eres tan puritana… aunque hay que reconocer que tienes sentido del humor. ¿Insinúas que eres capaz de casarte en una iglesia ante cientos de personas y de entregarme tu cuerpo más tarde y que, sin embargo, tus principios te impiden ponerte la ropa que te he regalado?

Alissa se ruborizó, humillada.

– No quería decir eso…

– Claro que sí. Pero ya he descubierto que hay una distancia importante entre tus supuestos principios y tu comportamiento real.

– ¿Para esto me has pedido que venga a verte? ¿Para poder insultarme un poco más? -preguntó.

Sergei arqueó una ceja.

– ¿Prefieres que hablemos de cosas sin importancia? Porque no querrás que te felicite después de lo que has hecho…

Alissa tomó aliento, sacudió la cabeza y apartó la mirada.

Satisfecho con la derrota de su esposa, Sergei se apoyó en el borde de la mesa y la miró con detenimiento.

Sin maquillaje y vestida como una quinceañera, parecía asombrosamente inocente y joven. No le sorprendió su expresión de vergüenza, porque ya no confiaba en ella y pensaba que fingía, pero pensó que el mayor misógino del mundo habría caído en su trampa. Parecía tan ingenua, que habría engañado a cualquiera. De hecho, hasta había conseguido que él mismo renunciara inicialmente a la idea de investigarla a fondo; le gustaba tanto, que se había dejado llevar por el deseo.

– De todas formas, eso no es relevante -continuó él-. ¿Qué hacemos ahora, Alissa? Debemos tomar una decisión.

– ¡Yo no puedo cumplir los términos de ese contrato! -dijo, nerviosa-. No sabía que estuviera obligada a darte un hijo. Desde luego, iba a cumplir con el compromiso de ser tu mujer, pero…

– De ser mi mujer y de compartir mi cama con entusiasmo -puntualizó él con tono aterciopelado-. No olvidemos ese aspecto de nuestra relación.

Alissa echó la cabeza hacia atrás y su coleta se balanceó.

– ¡Por Dios! ¡Eso es otra cosa! Simplemente ha pasado, nada más…

Sergei le dedicó una mirada dura como el acero.

– Me cuesta creer que haya pasado por simple casualidad, Alissa.

– No intentes que parezca peor de lo que soy, Sergei. No me he acostado contigo para manipularte. Pero pienses lo que pienses al respecto, ha pasado y ya no puedo hacer nada -declaró-. ¿Qué vas a hacer?

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Un Hijo Para El Magnate»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Un Hijo Para El Magnate» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «Un Hijo Para El Magnate»

Обсуждение, отзывы о книге «Un Hijo Para El Magnate» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.