Jacquie D’Alessandro - Una Boda Imprevista

Здесь есть возможность читать онлайн «Jacquie D’Alessandro - Una Boda Imprevista» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Исторические любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Una Boda Imprevista: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Una Boda Imprevista»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Austin Randolph Jamison, flamante duque de Bradford, pasea por las espesuras de sus ajardinadas posesiones con la mirada cansada mientras dentro de la mansión familiar los invitados disfrutan de una animada fiesta. No parece existir la celebración capaz de devolverle el honor de su hermano William: un héroe caído en la guerra de Waterloo a quien un vergonzoso anónimo tilda de traidor. Cuando la advenediza Elizabeth Matthews, una norteamericana recién desembarcada en el Londres de 1816, aparece en los jardines de su opulenta residencia, Austin apenas sospecha que los labios escarlata de esa mujer contienen la respuesta a todos los secretos que el la moral de la época pretende disimular.
Elizabeth y William emprenderán el ardiente camino de sus labios, perturbados por las visiones que convulsionan el frágil cuerpo de ella cada vez que acaricia una mano entre las suyas. Elizabeth ha nacido con el don de observar el futuro y antes de que Austin la desprecie por bruja, sus predicciones sembrarán de incógnitas y misterios el dulce camino de la pareja hacia exaltar. Pese a que Elizabeth distingue el resplandor de las guadañas bajo la luna, Austin no se amedrentará en su cruzada por averiguar el auténtico paradero de su presunto hermano muerto. Para entonces, Elizabeth habrá renunciado al amor de su príncipe, convencida de que después del matrimonio el destino sólo existe para depararle un hijo muerto. Sólo el yugo ardiente del deseo podrá desafiar el fatalismo de las premoniciones.

Una Boda Imprevista — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Una Boda Imprevista», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Se formó un hoyuelo a cada lado de la boca de la señorita Matthews.

– Vaya, por lo visto la gata está siempre muy ocupada.

– Así es, en efecto.

– Parece saber mucho sobre Diantre y su mamá. ¿Vive usted cerca de aquí?

Austin la miró fijamente, perplejo. Debía de ser la única mujer en todo el condenado reino que no lo conocía.

– Pues sí, vivo muy cerca.

– Me alegro por usted. Es un lugar precioso. -Instaló a Diantre más cómodamente en sus brazos-. Bueno, ha sido un placer charlar con usted, pero debo irme. ¿Podría indicarme dónde quedan las caballerizas?

– ¿Las caballerizas?

– Sí. -Sus ojos centellearon-. Para aquellos que no están familiarizados con la jerga americana, significa «lugar donde se guardan los caballos». Si Diantre vive allí, su madre debe de estar buscándolo.

– ¿Me permite acompañarla? -preguntó él, divertido.

El rostro de la señorita Matthews reflejó cierta sorpresa.

– Es muy amable de su parte, señor -titubeó-, pero no es necesario. Seguro que desea quedarse aquí para disfrutar de la soledad.

Sí, sin duda eso era lo que deseaba, ¿o no? Por otro lado, la idea de quedarse a solas con sus pensamientos no le parecía demasiado atractiva.

– ¿O quizá prefiere volver a la fiesta? -añadió ella al ver que él no le contestaba.

Austin reprimió un estremecimiento.

– Puesto que me he escapado de la fiesta hace sólo un rato, todavía no me muero por regresar.

– ¿De verdad? ¿Acaso no estaba pasándolo bien?

Austin contempló la posibilidad de responderle con una mentira cortés, pero decidió no hacerlo.

– Lo cierto es que no. Detesto estas soirées.

– Cielo santo -dijo ella, boquiabierta-, pensaba que eso sólo me ocurría a mí.

Él no pudo disimular su asombro. Todas las mujeres que conocía se desvivían por los bailes.

– ¿No estaba usted disfrutando con la fiesta?

Una expresión sombría asomó a los ojos de Elizabeth, que enseguida bajó la vista.

– No, me temo que no.

Resultaba evidente que alguien había tratado con poca amabilidad a la joven, alguno de los invitados que habían acudido a ese absurdo baile. No le costaba imaginar a las bellezas de la alta sociedad cuchicheando tras sus abanicos sobre la «advenediza de las colonias».

Las normas de cortesía dictaban que volviese a la casa y ejerciese su papel de anfitrión, pero no tenía ningunas ganas de hacerlo. Sospechaba que en ese preciso momento su madre estaría mirando a su alrededor con exasperación, preguntándose dónde estaba y cuánto tiempo pretendía seguir escondido. El hecho de saber que había por lo menos dos docenas de jóvenes casaderas que su madre estaba anhelando presentarle reforzaba su decisión de mantenerse alejado de la sala de baile.

– Está claro que ambos necesitábamos algo de aire fresco -dijo con una sonrisa-. Venga. La acompañaré a las cuadras, y en el camino podrá contarme su aventura con Diantre.

Elizabeth vaciló. Si tía Joanna se enteraba de que se encontraba en el jardín a solas con un caballero, a buen seguro que le dedicaría un sermón. Sin embargo, regresar a la fiesta se le antojaba de todo punto imposible considerando el aspecto lamentable que presentaba. Además, ya había sufrido bastante esa noche. Estaba harta de ser el centro de las miradas y de las críticas por el hecho de que le gustara conversar sobre otros temas que no fueran la moda y el tiempo. Y no era culpa suya que estuviese tan mal dotada para el baile ni que fuese más alta de lo que se consideraba apropiado. No sabía si ese caballero estaba al corriente de las bromas que circulaban sobre su nacionalidad y su modo de ser, pero en todo caso era lo bastante cortés para no demostrarlo.

– Soy consciente de que no cuenta en este momento con una señora de compañía -dijo él en un tono desenfadado-, pero le doy mi palabra de que no me fugaré con usted.

Elizabeth se convenció al fin de que no había nada malo en aceptar su propuesta.

– Por supuesto -respondió-. En marcha.

Arrastrando el volante detrás de sí y con Diantre en brazos, Elizabeth echó una ojeada furtiva a su acompañante. Menos mal que ella no era proclive a exhalar suspiros soñadores y románticos, pues éste era a todas luces un hombre capaz de arrancados. Su cabello, abundante y de un negro azabache, enmarcaba un rostro extremadamente apuesto, al que las sombras proyectadas por la luz de la luna daban un aire misterioso. Tenía una mirada penetrante e intensa, y cuando la había posado en ella hacía unos instantes, los dedos de los pies se le habían contraído involuntariamente dentro de los zapatos de baile. El caballero tenía los pómulos altos, la nariz recta y afilada, y una boca firme y sensual que Elizabeth había visto curvarse con ironía y que debía de resultar temible crispada en un gesto de ira.

A decir verdad, todo en él era atractivo. Pero no tenía sentido encandilarse con ese desconocido; en cuanto se percatase de lo mal que ella se desenvolvía en sociedad sin duda la rechazaría, como habían hecho tantos otros.

– Dígame, señorita Matthews, ¿con quién ha venido a este baile?

– Con mi tía, la condesa de Penbroke.

Los ojos de él reflejaron su extrañeza.

– ¿Ah sí? comentó-. Conocí a su difunto esposo, pero ignoraba que tuviesen una sobrina americana.

– Mi madre era la hermana de tía Joanna. Se estableció en Estados Unidos cuando se casó con mi padre, un médico americano. -Lo miró de reojo-. Mi madre nació y se crió en Inglaterra, de modo que soy medio inglesa.

– Entonces -dijo él, esbozando una sonrisa-, usted sólo es advenediza a medias.

– Oh, no -se rió ella-. Me temo que sigo siendo una advenediza de pies a cabeza.

– ¿Es su primera visita a Inglaterra?

– Sí.

Habría sido inútil decirle que no se trataba de una mera visita, que nunca volvería a su ciudad natal.

– ¿Y lo está pasando bien?

Ella titubeó, pero decidió decide la verdad pura y dura.

– Me gusta su país, pero la sociedad inglesa y sus normas me parecen un poco opresivas. Crecí en una zona rural donde gozaba de mucha libertad. No es fácil adaptarse.

Austin observó su atuendo.

– Está claro que le está costando abandonar la costumbre americana de arrastrarse entre las matas con su traje de noche.

Una risita brotó de los labios de Elizabeth.

– Sí, eso parece.

Las cuadras se alzaban ante ellos. Cuando ya se hallaban muy cerca, un gato tremendamente gordo salió por la puerta, emitiendo un fuerte maullido.

El caballero se inclinó para acariciar al animal.

– Hola, George. ¿Cómo está mi chica esta noche? ¿Echas de menos a tu bebé?

Elizabeth depositó a Diantre en el suelo y el gatito saltó de inmediato sobre George.

– ¿La madre de Diantre se llama George ?

Todavía agachado, Austin alzó la vista hacia ella y sonrió.

– Sí. Mi mozo de cuadra le puso el nombre. No se enteró de que era una gata hasta que la vio parir. Mortlin sabe mucho de caballos, pero me temo que sus conocimientos sobre gatos son más bien escasos.

La sonrisa de Elizabeth se desvaneció cuando reparó en las implicaciones de estas palabras.

– ¿Su mozo de cuadra? ¿Estos gatos son suyos?

Austin se enderezó lentamente, maldiciéndose para sus adentros por ser tan descuidado. Ahora este agradable paréntesis estaba a punto de terminar.

– Sí, son míos.

– Cielo santo. -Elizabeth abrió mucho los ojos-. Entonces ¿ésta es su casa?

Austin se volvió hacia la mansión que se alzaba a lo lejos. Era allí donde vivía, pero desde hacía más de un año no la consideraba su hogar.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Una Boda Imprevista»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Una Boda Imprevista» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Jacquie D’Alessandro - Your Room or Mine?
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Whirlwind Wedding
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Vestida De Rojo
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Un Romance Imprevisto
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Touch Me
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Not Quite A Gentleman
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Mascarada
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Love and the Single Heiress
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Just Trust Me…
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - In Over His Head
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - El Ladrón De Novias
Jacquie D’Alessandro
Jacquie D’Alessandro - Confesiones De Una Dama
Jacquie D’Alessandro
Отзывы о книге «Una Boda Imprevista»

Обсуждение, отзывы о книге «Una Boda Imprevista» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x