• Пожаловаться

Julia Quinn: El Duque de Wyndham

Здесь есть возможность читать онлайн «Julia Quinn: El Duque de Wyndham» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. категория: Исторические любовные романы / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Julia Quinn El Duque de Wyndham

El Duque de Wyndham: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Duque de Wyndham»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Jack Audley ha sido muchas cosas: salteador de caminos, soldado… y un auténtico granuja. Lo que no es, y nunca será, es un par del reino responsable de una antigua herencia que da de comer a cientos de personas. Pero cuando es reconocido como el hijo perdido de la casa de Wyndham, se acaba su vida despreocupada. Y si se demuestra que su nacimiento es legítimo, entonces se verá con un título que nunca ha deseado: duque de Wyndham. Grace Eversleigh ha pasado los últimos cinco años de su vida trabajando duramente como dama de compañía de la duquesa viuda de Wyndham. Es un trabajo nada agradecido, en el que apenas queda espacio para salir de la rutina… hasta que Jack Audley entra en su vida, un hombre que es todo sonrisas pícaras y afable encanto. Jack no es la clase de hombre que acepta un no por respuesta, y cuando Grace se encuentra en sus brazos, se convierte una mujer que lo último que desea es decir que no. Pero si es el verdadero duque, entonces Jack es el único hombre al que nunca podrá tener…

Julia Quinn: другие книги автора


Кто написал El Duque de Wyndham? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

El Duque de Wyndham — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Duque de Wyndham», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Grace cerró los ojos.

– Ni quemarlo -añadió Thomas en tono ominoso-, como podría ser el caso.

«Oh, Jack, ¿qué has hecho?», pensó ella.

– Arrancó la página del registro -continuó Thomas-, y la arrojó al fuego.

Grace abrió los ojos, porque no podía no mirar hacia el hogar. No había la menor señal del papel; bajo la llama anaranjada sólo había cenizas y hollín.

– Es tuyo -dijo Thomas, volviéndose hacia Jack.

Lo miró a los ojos y luego le hizo una venia.

Jack parecía a punto de vomitar.

Entonces Thomas se volvió hacia los demás.

– Yo soy… -se aclaró la garganta y continuó con la voz tranquila y orgullosa-, soy el señor Cavendish, y os deseo a todos un buen día.

Acto seguido pasó por un lado del grupo y salió por la puerta.

Nadie pudo decir nada inmediatamente. Pasado un momento, haciendo un movimiento casi grotesco, lord Crowland se volvió hacia Jack y se inclinó en una venia.

– Excelencia -dijo.

– No -dijo Jack, negando con la cabeza-. No permita esto -le dijo a la viuda-. Él será mejor duque.

– Muy cierto -dijo lord Crowland, absolutamente indiferente a la aflicción de Jack-. Pero aprenderás.

Entonces Jack se echó a reír, no pudo evitarlo. Desde el fondo le salió su sentido del ridículo, y se rió. Porque, buen Dios, una cosa que no había logrado nunca era aprender. Lo que fuera.

– Ah, no tienes ni idea -dijo. Entonces miró a la viuda. Había desaparecido su desesperación, reemplazada por otra cosa, algo amargo, fatalista, algo escéptico y triste-. No tiene ni idea de lo que ha hecho -le dijo-. No tiene la menor idea.

– Te he devuelto al lugar que te corresponde -dijo ella, con su brusquedad de siempre-. Como es mi deber para con mi hijo.

Jack desvió la cara, no podía seguir mirándola ni un solo momento más. Pero ahí estaba Grace, cerca de la puerta. Se veía conmocionada, parecía asustada. Entonces ella lo miró y él vio ordenado todo su mundo.

Ella lo amaba. No sabía cómo ni por qué, pero no era tan tonto como para plantearse dudas. Y cuando ella lo miró a los ojos, él vio esperanza, vio el futuro, y este brillaba como el sol naciente.

Toda su vida la había pasado huyendo. Huyendo de sí mismo, de sus fallos y defectos. Era tan desesperado su deseo de que nadie lo conociera verdaderamente que se había negado la oportunidad de encontrar su lugar en el mundo.

Sonrió. Por fin sabía cuál era su sitio.

Había visto a Grace cuando entró en la sala, pero ella se quedó atrás y él no podía ir hacia ella, ocupado como estaba intentando mantener el ducado en las manos de Thomas, que era donde debía estar.

Pero había fracasado en eso.

No fracasaría en «esto».

Caminó hacia ella y cuando estuvo delante le cogió la dos manos.

– Grace.

– ¿Qué diablos haces? -preguntó la viuda.

Él hincó una rodilla.

– Cásate conmigo -le dijo, apretándole las manos-. Sé mi esposa, sé mi… -Se rió, al subir a su garganta lo ridículo que era eso-. Sé mi duquesa. -Le sonrió-. Es pedir muchísimo, lo sé.

– Para -siseó la viuda-. No puedes casarte con ella.

– Jack -musitó Grace.

Le temblaban los labios, y él comprendió que lo estaba pensando. Estaba vacilante, balanceándose en el borde.

Y él la haría caer por el borde.

– Por una vez en tu vida -le dijo, vehemente-, piensa en tu felicidad.

– ¡Basta de eso! -exclamó Crowland, cogiéndolo por las axilas e intentando levantarlo.

Pero él se mantuvo firme. Seguiría con una rodilla en el suelo una eternidad si era necesario.

– Cásate conmigo, Grace -musitó.

– ¡Te casarás con Amelia! -exclamó Crowland.

– Cásate conmigo -repitió Jack, sin apartar los ojos de la cara de ella.

– Jack -dijo ella, y en su voz él detectó que creía que debía dar una disculpa, decir algo sobre el deber de él y el lugar de ella.

– Cásate conmigo -repitió otra vez, sin dejarla continuar.

– Ella no es aceptable -dijo la viuda, glacialmente.

Él se llevó a los labios las dos manos de ella.

– No me casaré con ninguna otra.

– ¡No es de tu rango!

Él se giró y le dirigió una mirada glacial. Se sentía bastante duque en realidad; era casi divertido.

– ¿Desea que yo engendre un heredero? ¿Alguna vez?

La viuda puso la cara larga.

– Interpretaré eso como un sí -declaró él-. Por lo tanto, eso significa que Grace tendrá que casarse conmigo. -Se encogió de hombros-. Es lo único que se puede hacer, si he de dar un heredero legítimo a Wyndham.

Grace comenzó a pestañear y se le movieron las comisuras de la boca; estaba combatiendo consigo misma, diciéndose que debía decir no. Pero lo amaba. Él sabía que lo amaba, y no le permitiría desperdiciar eso.

– Grace… -Frunció el ceño y luego se rió-. ¿Cuál es tu segundo nombre, por cierto?

– Catriona -dijo ella en un susurro.

– Grace Catriona Eversleigh -dijo, en voz alta y segura-. Te amo. Te quiero con todo mi corazón y juro, ante todos los presentes -miró alrededor, y vio que en la puerta estaba al ama de llaves de la casa parroquial mirando boquiabierta-, entre ellos, condenación -masculló en voz baja-, ¿cómo se llama usted?

– Señora Broadmouse -contestó ella, con los ojos agrandados.

Jack se aclaró la garganta. Comenzaba a sentirse él mismo; por primera vez desde hacía días, se sentía él. Podía estar clavado con el maldito título, pero con Grace a su lado lograría encontrar la manera de hacer algún bien con él.

– Te juro -dijo-, ante la señora Broadmouse…

– ¡Basta de esto! -gritó la viuda, cogiéndole el otro brazo-. Levántate.

Jack miró a Grace y le sonrió.

– ¿Alguna vez se ha interrumpido tanto una proposición?

Ella le correspondió la sonrisa, aunque tenía los ojos llenos de lágrimas, a punto de caer.

– ¡Tu deber es casarte con Amelia! -gruñó lord Crowland.

Entonces intervino Amelia, asomando la cabeza por un lado de su padre.

– Yo no me casaré con él -declaró, con toda naturalidad; captó la mirada de Jack y le sonrió.

La viuda se atragantó con una brusca inspiración.

– ¿Rechaza a mi nieto?

– A «este» nieto -aclaró Amelia.

Jack apartó los ojos de Grace el tiempo suficiente para sonreírle a Amelia aprobador. Ella le correspondió la sonrisa y haciendo un gesto con la cabeza hacia Grace le indicó claramente que debía volver la atención al asunto que tenía entre manos.

– Grace -dijo él, frotándole suavemente las manos-. Me está empezando a doler la rodilla.

Ella se echó a reír.

– Di que sí -le dijo Amelia.

– Hazle caso a Amelia -dijo Jack.

– ¿Qué diablos voy a hacer contigo? -dijo lord Crowland.

Se lo dijo a Amelia, a la que al parecer no le importó nada.

– Te quiero, Grace -dijo Jack.

Grace ya estaba sonriendo; todo su cuerpo parecía sonreír, como si estuviera envuelta en una felicidad que no la soltaría jamás. Y entonces lo dijo, ahí delante de todos.

– Yo también te quiero.

Él sintió entrar toda la felicidad del mundo, como un remolino que fue directamente hasta su corazón.

– Grace Catriona Eversleigh -repitió-, ¿quieres casarte conmigo?

– Sí. Sí.

Él se levantó.

– Ahora la voy a besar -anunció.

Y la besó. Delante de la viuda, delante de Amelia y su padre, delante de su tía y delante de la señora Broadmouse.

La besó, y continuó besándola. La estaba besando cuando la viuda se marchó emitiendo un bufido de furia, y la estaba besando cuando lord Crowland se llevó a Amelia a rastras mascullando algo sobre sensibilidades delicadas.

Y continuó besándola y besándola, y no habría interrumpido el beso si no se hubiera dado cuenta de que la señora Broadmouse seguía en la puerta mirándolos con una expresión bastante benigna.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Duque de Wyndham»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Duque de Wyndham» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Duque de Wyndham»

Обсуждение, отзывы о книге «El Duque de Wyndham» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.