Julia Quinn - El Primer Beso

Здесь есть возможность читать онлайн «Julia Quinn - El Primer Beso» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Исторические любовные романы, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Primer Beso: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Primer Beso»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Ecos de la Sociedad de Lady Whistledown, mayo 1816.
Un huidizo cazador de fortunas es cautivado por la debutante más deseada de la temporada… y debe demostrar que está decidido a robar el corazón de la dama, sin su dote.
Peter Thompson hizo una promesa lecho de muerte a su mejor amigo: que debía velar por su hermana menor. Pero cuando este condecorado soldado finalmente conoce a la señorita Matilde Howard, descubre que sus sentimientos son cualquier cosa menos fraternos.

El Primer Beso — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Primer Beso», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Era cruel y era egoísta, pero no podía evitarlo. En algún lugar, profundo en su interior, supo que ella era suya, y era un cuchillo en su vientre saber que su conciencia primitiva no significaba nada en el mundo de la alta sociedad.

Ella suspiró contra su boca, un suave sonido parecido a un maullido que se movió dentro de él como una llama.

– Tillie, Tillie -murmuró él, deslizando las manos hacia la curva de su trasero.

La tomó, la apretó contra él, duro y tenso, marcándola a través de las gruesas ropas.

– ¡Peter! -gritó ahogadamente, pero él la silenció con otro beso.

Ella se retorció en sus brazos, su cuerpo respondiendo al ataque de él. Con cada movimiento, su cuerpo se frotaba contra el de Peter, y el deseo de él se volvía más duro, más caliente, más intenso, hasta que estuvo seguro de que iba a explotar.

Debía detenerse. Tenía que detenerse. Y sin embargo, no podía.

En algún lugar dentro suyo, él sabía que esta podría ser su única oportunidad, el único beso que posaría sobre los labios de ella. Y no estaba listo para ponerle fin. Todavía no, no hasta que hubiera tenido más. No hasta que ella conociera más de su toque.

– Te deseo -le dijo, su voz ronca de necesidad-. Nunca dudes de eso, Tillie. Te deseo como deseo el agua, como deseo el aire. Te deseo más que todo eso, y…

Le falló la voz. No le quedaban palabras. Lo único que podía hacer era observarla, mirar profundo dentro de sus ojos y temblar al ver el eco de su propio deseo. La respiración de ella pasaba entre sus labios en breves jadeos, y entonces le tocó los labios con un dedo y susurró:

– ¿Qué has hecho? -Peter sintió que sus cejas se elevaban en pregunta-. A mí -aclaró ella-. ¿Qué me has hecho?

Él no podía responder. Hacerlo sería dar voz a todos sus sueños frustrados.

– Tillie -logró decir, pero eso fue todo.

– No me digas que esto no debería haber sucedido -susurró ella.

No lo hizo. No podía. Peter sabía que era verdad, pero no podía forzarse a lamentar el beso. Podría más tarde, cuando estuviera acostado en su cama, ardiendo de necesidad insatisfecha, pero no ahora, no cuando ella estaba tan cerca, su aroma en el viento, su calor atrayéndolo cerca.

– Tillie -dijo nuevamente, porque parecía la única palabra que sus labios podían formar.

Ella abrió la boca para hablar, pero entonces ambos oyeron el sonido de alguien más aproximándose, y se dieron cuenta de que ya no estaban solos en el patio. El instinto protector de Peter tomó el mando, y la llevó más lejos detrás del pilar, apretando un dedo sobre sus labios en señal de silencio.

Se dio cuenta de que era lord Easterly, discutiendo en voz baja con su esposa, a quien, si Peter sabía bien la historia, él había abandonado bajo circunstancias misteriosas unos doce años atrás. Estaban bastante involucrados en su propio drama, y Peter era optimista de que nunca notarían que tenían compañía. Dio un paso atrás, intentando envolverse más profundo en las sombras, pero entonces…

– ¡Aw!

El pie de Tillie. Maldición.

El vizconde y la vizcondesa se dieron vuelta bruscamente, sus ojos abriéndose mucho al darse cuenta de que no estaban solos.

– Buenas noches -dijo Peter resueltamente, ya que parecía no tener más opción que no mostrar vergüenza.

– Eh, buen clima -dijo Easterly.

– Sin dudas -respondió Peter, casi al mismo tiempo que el alegre “¡Oh, sí!” de Tillie.

– Lady Mathilda -dijo la esposa de Easterly.

Era una mujer alta y rubia, del tipo que siempre se veía elegante, pero esa noche parecía nerviosa.

– Lady Easterly -la saludó Tillie-. ¿Cómo está usted?

– Muy bien, gracias. ¿Y usted?

– Muy bien, gracias. Estaba, eh, un poquito acalorada. -Tillie movió la mano como para indicar el aire fresco de la noche-. Pensé que un poco de aire fresco podría reanimarme.

– Claro -dijo lady Easterly-. Nosotros sentimos exactamente lo mismo.

Su esposo gruñó de acuerdo.

– Eh, Easterly -dijo Peter, ahorrando finalmente a las dos damas su incómoda charla-, debería advertirle algo. -Easterly inclinó la cabeza en interrogación-. Lady Neeley ha estado acusándolo públicamente por el robo.

– ¿Qué? -exigió saber lady Easterly.

– ¿Públicamente? -preguntó lord Easterly, cortando cualquier otra exclamación de su esposa.

Peter asintió secamente.

– Muy claramente, me temo.

– El señor Thompson lo defendió -comentó Tillie, con ojos ardientes-. Estuvo magnífico.

– Tillie -murmuró Peter, intentando hacerla callar.

– Gracias por su defensa -dijo lord Easterly, luego de un amable asentimiento a Tillie-. Sabía que ella sospechaba de mí. Lo ha dejado perfectamente claro. Pero aún no había ido tan lejos como para acusarme públicamente.

– Ahora sí -dijo Peter con gravedad.

A su lado, Tillie asintió.

– Lo siento -dijo. Se volvió hacia lady Easterly y agregó-: Ella es bastante horrorosa.

Lady Easterly asintió.

– Nunca hubiese aceptado su invitación si no hubiera oído tanto acerca del chef.

Pero su esposo estaba claramente desinteresado en el renombre del chef.

– Gracias por la advertencia -le dijo a Peter.

Peter aceptó el agradecimiento con un solo asentimiento y dijo:

– Debo devolver a lady Mathilda a la fiesta.

– Tal vez mi esposa sería una mejor escolta -dijo lord Easterly, y Peter se dio cuenta de que estaba devolviéndole el favor.

Los Easterly nunca mencionarían que habían encontrado a Peter y Tillie a solas, y además, la impecable reputación de lady Easterly aseguraría que Tillie no fuera sujeto de chismes difamatorios.

– Tiene muchísima razón, milord -dijo Peter, tirando suavemente el brazo de Tillie y conduciéndola hacia lady Easterly-. La veré mañana -dijo a Tillie.

– ¿De veras? -preguntó ella, y él pudo ver en sus ojos que no estaba siendo tímida.

– Sí -respondió, y para gran sorpresa suya, se dio cuenta de que lo decía en serio.

CAPÍTULO 05

Debido a que no hay nuevos acontecimientos que informar respecto al Misterio del Brazalete Desaparecido, esta Autora debe contentarse con sus temas más ordinarios, a saber las debilidades cotidianas de la alta sociedad, mientras continúan en su búsqueda de riqueza, prestigio y la esposa perfecta.

Principal entre los temas de esta Autora es el señor Peter Thompson, quien, como cualquiera con una mirada perspicaz habrá notado, ha estado cortejando diligentemente a lady Mathilda Howard, única hija del conde de Canby, durante más de una semana. La pareja fue casi inseparable en el gran baile Hargreaves, y en la semana siguiente, se ha sabido que el señor Thompson visita Canby House casi todas las mañanas.

Tales actividades sólo pueden llamar la atención. El señor Thompson es conocido por ser un caza-fortunas, aunque para su crédito, debe notarse que antes de lady Mathilda, sus aspiraciones monetarias habían sido modestas y, para los estándares de la sociedad, indignos de reproche.

La fortuna de lady Mathilda, sin embargo, es un premio bastante grande, y ha sido aceptado por la sociedad hace mucho tiempo que ella debería casarse con no menos que un conde. De hecho, esta Autora sabe de las mejores fuentes que el libro de apuestas en White's pronostica que ella se comprometerá con el duque de Ashbourne, quien, como todos saben, es el último duque soltero en Bretaña.

Pobre señor Thompson.

Ecos de sociedad de lady Whistledown, 10 de junio de 1816

Pobre señor Thompson, sin dudas.

Peter había pasado la semana anterior alternando entre la miseria y la dicha, su humor totalmente dependiente de si era capaz de olvidar que Tillie era una de las personas más ricas en Bretaña y él, para ser franco, no lo era.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Primer Beso»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Primer Beso» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Primer Beso»

Обсуждение, отзывы о книге «El Primer Beso» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x