Cassandra Clare - Ciudad de cristal

Здесь есть возможность читать онлайн «Cassandra Clare - Ciudad de cristal» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: sf_fantasy_city, ya, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Ciudad de cristal: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Ciudad de cristal»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Para salvar la vida de su madre, Clary debe viajar hasta la Ciudad de Cristal, el hogar ancestral de los cazadores de sombras. Por si fuera poco, Jace no quiere que vaya y Simon ha sido encarcelado por los propios Cazadores de Sombras, que no se fían de un vampiro resistente al sol. Mientras, Clary traba amistad con Sebastián, un misterioso cazador de sombras que se alía con ella. Valentine está dispuesto a acabar con todos los cazadores de sombras: la única opción que les queda a éstos es aliarse con sus mortales enemigos pero ¿podrán hombres lobo, vampiros y otras criaturas del submundo dejar a un lado sus diferencias con los cazadores de sombras?

Ciudad de cristal — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Ciudad de cristal», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Bue… me cogió por sorpresa —dijo Jace un poco a su pesar—. Desde de haber recibido algún tipo de adiestramiento especial. No lo esperaba.

—Sí, bueno. —Simon se palpó el tórax e hizo una mueca—. Creo que me ha hundido un par de costillas. No pasa nada —añadió al ver la expresión preocupada de Clary—. Se están curando. Pero Sebastian es decididamente fuerte. Realmente fuerte. —Miró a Jace—. ¿Cuánto tiempo crees que llevaba en las sombras?

Jace adoptó una expresión seria. Echó una ojeada entre los árboles en la dirección por la que había marchado Sebastian.

—Bueno, la Clave lo cogerá… y lo maldecirá probablemente. Me gustaría verlos imponiéndoles la misma maldición que le echaron a Hodge. Eso sería justicia poética.

Simon se dio la vuelta y escupió a los matorrales. Se limpió la boca con el dorso de la mano, tenía el rostro crispado en una mueca de asco.

—Su sangre tiene un sabor asqueroso… como veneno.

—Supongo que podemos añadir eso a tu lista de cualidades fascinantes —repuso Jace—. Me pregunto en qué otras cosas estuvo metido esta noche.

—Tenemos que regresar al Salón. —El rostro de Alec tenía una expresión tensa, y Clary recordó que Sebastian le había dicho algo, algo sobre los otros Lightwood…—. ¿Puedes andar, Clary?

—Sí —respondió, apartándose de Simon—. ¿Qué hay de Hodge? No podemos dejarlo así sin más.

—No tenemos alternativa —dijo Alec—. Ya habrá tiempo para regresar por él si todos sobrevivimos a esta noche.

Cuando abandonaron el jardín, Jace se detuvo, se quitó la cazadora, y la colocó sobre el rostro flácido y vuelto hacia arriba de Hodge. Clary quiso acercarse a Jace, posar una mano sobre su hombro incluso, pero algo en su porte le dijo que no lo hiciera. Ni siquiera Alec se acercó a él o le ofreció una runa curativa, a pesar de que Jace cojeaba mientras descendía la colina.

Marcharon juntos por el zigzagueante sendero, con las armas desenvainadas y listas y el cielo iluminado por el Gard ardiendo tras ellos. Pero no vieron demonios. La quietud y la luz fantasmagórica le producían a Clary un dolor punzante en la cabeza; era como si estuviese en un sueño. El agotamiento la atenazaba. El simple hecho de poner un pie delante del otro era como alzar un bloque de cemento y dejarlo caer una y otra vez. Oía a Jace y a Alec hablando más adelante en el sendero, pero las voces se volvían levemente confusas a pesar de su proximidad.

Alec hablaba con voz suave, casi suplicante:

—Jace, el modo en que hablabas ahí arriba, a Hodge. No puedes pensar así. Ser hijo de Valentine no te convierte en un monstruo. Lo que fuera que él te hiciese cuando eras un crío, lo que fuera que te enseñase, tienes que comprender que no es culpa tuya…

—No quiero hablar sobre eso, Alec. No ahora, ni nunca. No vuelvas a mencionarlo.

El tono de Jace era feroz, y Alec calló. Clary casi pudo percibir su aflicción. «Vaya noche», pensó la joven. Una noche muy dolorosa para todo el mundo.

Intentó no pensar en Hodge, en la expresión suplicante y lastimera de un rostro antes de morir. No le había gustado Hodge, pero no había merecido lo que Sebastian le había hecho. Nadie lo merecía. Pensó en Sebastian, en el modo en que se había movido, como chispas volando. Nunca había visto a nadie moverse de aquel modo excepto a Jace. Quiso entenderlo… ¿qué e había sucedido a Sebastian? ¿Cómo era posible que un sobrino de los Penhallow se hubiese descarriado tanto?, y ¿por qué jamás se habían dado cuenta? Había creído que quería ayudarla a salvar a su madre, pero sólo había querido el Libro de los Blanco para Valentine. Magnus se había equivocado; Valentine había averiguado lo de Ragnor Fell a través de los Lightwood. Porque ella se lo había dicho a Sebastian. ¿Cómo había sido tan estúpida?

Consternada, apenas advirtió que el sendero se convertía en una avenida que los conducía al interior de la ciudad. Las calles estaban desiertas, las casas a oscuras, muchas de las farolas de luz mágica permanecían hecha pedazos, con sus vidrios desperdigados sobre los adoquines. Se podían oír voces resonando a lo lejos, y el brillo de antorchas era visible aquí y allá en las sombras entre los edificios, pero…

—Está sumamente silencioso —dijo Alec, mirando a su alrededor con sorpresa—. Y…

—Y no huele a demonios. —Jace frunció el entrecejo—. Es extraño. Vamos. Vayamos al Salón.

Aunque Clary prácticamente estaba preparada para un ataque, no vieron ni un solo demonios mientras recorrían las calles. Ninguno vivo, al menos; aunque cuando pasaron ante un callejón estrecho, la joven vio a un grupo de tres o cuatro cazadores de sombras reunidos en un círculo alrededor de algo que vibraba y se retorcía en el suelo. Se turnaban para acuchillarlo con largas barras afiladas. Estremecida, desvió la mirada.

El Salón de los Acuerdos estaba iluminado como una fogata, con luz mágica derramándose de sus puertas y ventanas. Ascendieron apresuradamente la escalera; Clary recuperaba el equilibrio cada vez que daba un traspié. El mareo empeoraba. El mundo parecía columpiarse a su alrededor, como si estuviese en el interior de un enorme globo giratorio. Sobre su cabeza las estrellas eran trazos blancos pintados en el firmamento.

—Deberías tumbarte —dijo Simon, y añadió, al ver que no respondía—: ¿Clary?

Con un esfuerzo enorme, ella se obligó a sonreírle.

—Estoy bien.

Jace, parado en la entrada del Salón, volvió la cabeza para mirarla en silencio. Bajo el fuerte resplandor de la luces mágicas transportadas por todas partes, le abrasó los ojos y fragmentó su visión; en aquellos momentos sólo podía distinguir formas y colores vagos. Blanco, dorado, y luego el cuelo nocturno arriba, pasando de un azul oscuro a uno más claro. ¿Qué hora sería?

—No los veo. —Alec buscaba ansiosamente a su familia por la habitación, y sonó como si se hallara a kilómetros de distancia, o bajo el agua a gran profundidad—. Deberían haber llegado…

Su voz se desvaneció a medida que el mareo de Clary aumentaba. La muchacha posó una mano sobre un pilar cercano para no caer. Una mano le recorrió con suavidad la espalda: Simon, que le decía algo a Jace en tono preocupado. La voz se desvaneció en el conjunto de docenas de otras, alzándose y descendiendo a su alrededor como olas rompiendo contra la orilla.

—Jamás había visto nada parecido. Los demonios simplemente dieron media vuelta y se marcharon, desaparecieron.

—El amanecer, probablemente. Temían al amanecer, y ya no está muy lejos.

—No, fue algo más.

—Tal vez necesitas creer que regresarán la próxima noche, o la siguiente.

—No digas eso; no hay motivo. Volverás a colocar las salvaguardas.

—Y Valentine se limitará a eliminarlas otra vez.

—A lo mejor es lo que merecemos. A lo mejor Valentine tenía razón… quizás al aliarnos con los subterráneos hemos perdido la bendición del Ángel.

—Calla. Un poco de respeto. Están contando los muertos en la plaza del Ángel.

—Ahí están —dijo Alec—. Allí, junto al estrado. Parece como si…

Su voz se apagó, y a continuación desapareció, abriéndose paso por entre la multitud. Clary entrecerró los ojos, intentando aguzar la visión. Sólo podría ver manchas borrosas…

Oyó que Jace contenía el aliento, y luego, sin decir nada más, pasaba a empellones por entre la gente tras Alec. Clary soltó el pilar, con la intención de seguirlos, pero dio un traspié. Simon la sujetó.

—Necesitas echarte, Clary —dijo.

—No —susurró ella—. Quiero saber qué ha sucedido.

Se interrumpió. Él miraba fijamente más allá de ella, tras Jace, y parecía afligido. Sujetándose al pilar, Clary se alzó sobre las puntas de los pies, esforzándose por ver por encima del gentío…

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Ciudad de cristal»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Ciudad de cristal» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Cassandra Clare - Clockwork Angel
Cassandra Clare
Cassandra Clare - Ciudad de cenizas
Cassandra Clare
Cassandra Clare - City of Bones
Cassandra Clare
Cassandra Clare - Saving Raphael Santiago
Cassandra Clare
libcat.ru: книга без обложки
Cassandra Clare
Cassandra Clare - Clockwork Prince
Cassandra Clare
Cassandra Clare - Ciudad de hueso
Cassandra Clare
Cassandra Clare - City of Glass
Cassandra Clare
Отзывы о книге «Ciudad de cristal»

Обсуждение, отзывы о книге «Ciudad de cristal» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x