• Пожаловаться

Robert Silverberg: El castillo de lord Valentine

Здесь есть возможность читать онлайн «Robert Silverberg: El castillo de lord Valentine» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, год выпуска: 1983, ISBN: 978-84-7002-356-9, издательство: Acervo, категория: Фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

libcat.ru: книга без обложки

El castillo de lord Valentine: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El castillo de lord Valentine»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Miles de años después de nuestra era, en el planeta Majipur existe un arcaico imperio feudal en el que, no obstante persisten restos de una avanzada tecnología. En este marco Valentine, un juglar itinerante, descubre a través de sueños y portentos su verdadera identidad: él es Lord Valentine, la Corona. Su cuerpo y su trono han sido ocupados por un usurpador.

Robert Silverberg: другие книги автора


Кто написал El castillo de lord Valentine? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

El castillo de lord Valentine — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El castillo de lord Valentine», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—Nos preocuparemos de eso cuando debamos hacerlo —dijo Carabella—. Estamos avanzando deprisa. —Se estremeció—. ¡Y que pase mucho tiempo antes de que volvamos a ver Ilirivoyne!

Guardaron silencio. El vagón prosiguió su marcha velozmente.

Valentine estaba sentado a cierta distancia de los demás. Era inevitable, pero el detalle le afligía, porque todavía era más Valentine que lord Valentine, y resultaba raro y desagradable estar por encima de sus amigos. Pero no había remedio. Carabella y Sleet, que habían conocido secretamente su identidad, habían llegado a un acuerdo privado con él, a su manera. Deliamber, que supo la verdad antes que el mismo Valentine, jamás se había sentido enormemente asustado por ella. Pero los demás, aunque hubieran sospechado que Valentine era algo más que un despreocupado vagabundo, estaban pasmados por el franco conocimiento de su categoría social, revelada en la grotesca actuación metamorfa. Le miraban fijamente, estaban mudos, adoptaban posturas tensas, forzadas, como si temieran repantigarse en presencia de la Corona. ¿Cómo había que comportarse en presencia de un Poder de Majipur? No podían seguir sentados y hacerle constantemente el signo del estallido estelar. Valentine consideraba absurdo ese gesto, un cómico alargamiento de los dedos y nada más: la creciente sensación de su importancia aún no contenía excesivo espíritu de engreimiento.

El extraño se presentó como Khun de Kianimot, un planeta de una estrella relativamente próxima a Majipur. Era un ser apagado y caviloso, con una cristalina ira y desesperación en su alma, con un rasgo inherente que se expresaba, pensó Valentine, en la posición de sus labios, en el tono de su voz y en especial en la intensa mirada de sus extraños ojos, inquietos y purpúreos. Naturalmente era posible, admitió Valentine, que él estuviera proyectando sus nociones humanas de expresión sobre aquel ser extraño, y que tal vez Khun fuera, según las normas de Kianimot, una persona de total jovialidad y afabilidad. Pero era muy dudoso.

Khun llegó a Majipur hacía dos años, con una misión que prefirió no explicar. Fue, dijo amargamente, el mayor error de su vida. Entre los festivos habitantes de Majipur había dicho adiós a todo su dinero, había cometido la insensatez de embarcarse con rumbo a Zimroel sin saber que en ese continente no existían espaciopuertos desde donde volver a su mundo natal, y de una forma todavía más alocada se había aventurado en territorio piurivar, creyendo poder rehacerse de sus pérdidas con algún tipo de comercio con los metamorfos. Pero los piurivares le detuvieron y le metieron en una jaula, y le tuvieron prisionero durante varias semanas para entregarlo a la fuente en la noche culminante de las fiestas.

—Que quizá habría sido lo mejor —dijo—. Una rápida explosión de agua y habría acabado esta vida errante. Majipur me aburre. Si mi destino es morir en su planeta, preferiría que fuera pronto.

—Perdónenos por haberle rescatado —dijo abruptamente Carabella.

—No, no. No pretendo ser ingrato. Pero… —Khun se interrumpió—. Este lugar ha sido penoso para mí. Igual que Kianimot. ¿Hay algún lugar en el universo donde vida no signifique sufrimiento?

—¿Tan mal le ha ido? —preguntó Carabella—. A nosotros nos parece tolerable. Incluso lo peor es bastante tolerable, si se tiene en cuenta la alternativa. —Se echó a reír—. ¿Siempre está tan melancólico?

El extraño hizo un gesto de indiferencia.

—Si son felices, les admiro y les envidio. La existencia me resulta dolorosa, y la vida carece de significado para mí. Pero son pensamientos muy tristes para una persona que acaba de ser rescatada, les agradezco su ayuda. ¿Quiénes son, qué imprudencia les trajo a Piurifayne, adonde van ahora?

—Somos malabaristas —dijo Valentine, mientras lanzaba una incisiva ojeada a los demás—. Vinimos a esta provincia porque creímos que habría trabajo para nosotros. Y si logramos salir de aquí, nos dirigiremos a Ni-moya, y de allí río abajo hasta Piliplok.

—¿Y luego?

Valentine gesticuló vagamente.

—Algunos de los presentes participaremos en la peregrinación a la Isla. ¿Sabe de qué se trata? Y los demás… no sé qué harán.

—Yo debo ir a Alhanroel —dijo Khun—. Mi única esperanza es volver a mi hogar, cosa que es imposible desde este continente. Tal vez en Piliplok pueda conseguir pasaje para cruzar el mar. ¿Podría viajar con ustedes?

—Naturalmente.

—No tengo dinero.

—Ya lo suponemos —dijo Valentine—. No tiene importancia.

El vagón avanzó rápidamente durante la noche. Nadie durmió, aparte de ocasionales cabezadas. Cayó una llovizna. En las tinieblas del bosque podían acechar peligros en cualquier lugar, pero no poder ver nada era un paradójico alivio, y el vagón siguió adelante sin problemas.

Al cabo de una hora Valentine levantó los ojos y vio que Virnorkis se hallaba de pie ante él, con la boca abierta como un pez arponeado y temblando a causa de una tensión que debía ser insoportable.

—¿Mi señor? —dijo en voz apenas audible.

Valentine inclinó la cabeza en señal de consentimiento.

—Estás temblando, Vinorkis.

—Mi señor… no sé cómo explicarme… tengo que hacerle una terrible confesión…

Sleet abrió los ojos y miró amenazadoramente al yort. Valentine le indicó que se calmara.

—Mi señor —dijo Vinorkis, y vaciló. Empezó de nuevo—: Mi señor, en Pidruid vino a verme un hombre que me dijo: «En la posada hay un forastero alto y rubio y creemos que ha cometido crímenes monstruosos.» Este hombre me ofreció una bolsa de coronas si yo vigilaba de cerca al forastero rubio, si lo seguía a todas partes y daba información sobre sus actos a los agentes imperiales.

—¿Un espía? —estalló Sleet. Su mano voló hacía la daga que llevaba en la cadera.

—¿Quién era ese hombre que le contrató? —preguntó tranquilamente Valentine.

El yort sacudió la cabeza.

—Alguien al servicio de la Corona, por su forma de vestir. No me dijo su nombre.

—¿Y ha facilitado esa información? dijo Valentine.

—Sí, mi señor —murmuró Vinorkis, la mirada fija en sus pies—. En todas las ciudades. Al cabo del tiempo me costaba creer que usted fuera ese criminal del que me hablaron, porque usted parecía amable, elegante y dulce de alma, pero yo había aceptado dinero, y me daban más después de cada informe…

—Déjame que lo mate ahora mismo —murmuró roncamente Sleet.

—No habrá muertes —dijo Valentine—. Ni ahora ni más tarde.

—¡Este hombre es peligroso, mi señor!

—Ya no lo es.

—Nunca he confiado en él —dijo Sleet—. Ni Carabella, ni Deliamber. Y no solamente porque fuera un yort. Siempre reflejaba astucia, marrullería, falsedad. Tantas preguntas, tanto husmear en busca de información…

—Pido perdón —dijo Vinorkis—. Desconocía a quién estaba traicionando, mi señor.

—¿Vas a creerle? —gritó Sleet.

—Sí —dijo Valentine—. ¿Por qué no? Él no tenía más conocimiento de mi identidad… que yo mismo. Le dijeron que siguiera a un hombre y facilitara informes al gobierno. ¿Es un acto tan diabólico? Estaba sirviendo a la Corona, o así lo creía. No hay que recompensar su lealtad con tu daga, Sleet.

—Mi señor, a veces eres demasiado inocente —dijo Sleet.

—Tal vez sea cierto. Tenemos mucho que ganar si perdonamos a este hombre, y nada en absoluto si lo matamos. —A continuación habló con el yort—. Tiene mi perdón Vinorkis. Lo único que le pido es que sea tan leal a la verdadera Corona como lo fue con la falsa.

—Se lo prometo, mi señor.

—Bien. Ahora duerma un poco, y ahuyente sus temores.

Vinorkis hizo el signo del estallido estelar y se alejó. Se tumbó en el centro del vagón junto a dos skandars.

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El castillo de lord Valentine»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El castillo de lord Valentine» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Robert Silverberg: Lord Valentine's Castle
Lord Valentine's Castle
Robert Silverberg
Adriana Trigiani: Valentine, Valentine
Valentine, Valentine
Adriana Trigiani
Robert Silverberg: Crónicas de Majipur
Crónicas de Majipur
Robert Silverberg
libcat.ru: книга без обложки
libcat.ru: книга без обложки
Robert Silverberg
Robert Silverberg: Valentine Pontífice
Valentine Pontífice
Robert Silverberg
Robert Silverberg: Valentine Pontifex
Valentine Pontifex
Robert Silverberg
Отзывы о книге «El castillo de lord Valentine»

Обсуждение, отзывы о книге «El castillo de lord Valentine» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.