Margaret Weis - La segunda generación

Здесь есть возможность читать онлайн «Margaret Weis - La segunda generación» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La segunda generación: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La segunda generación»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Los héroes soñaban con encontrar un refugio seguro en ese río de rápida corriente. Pero el equilibrio del poder eterno siempre es cambiante. La Reina de la Oscuridad fue vencida, pero no destruida. Sus poderes son muchos y la gente es débil. Se olvidan las lecciones del pasado y las aguas del río se vuelven más turbulentas y peligrosas.
Pero no serán los Héroes de la Lanza quienes deberán lanzarse al río revuelto de la guerra que se acerca. Ha llegado la hora para los que son más jóvenes, más fuertes. Es hora de entregar la espada, o el bastón de mago, a quienes serán los héroes de la segunda generación. O a quienes traerán la perdición para esa nueva era.

La segunda generación — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La segunda generación», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

La expresión de Sara se tornó de nuevo asustada, como si fuera a empezar a llorar otra vez. Caramon suspiró.

—De acuerdo —capituló finalmente—. Voy.

—¡Caramon Majere! El gran botarate nada menos… ¿Queréis disculparnos un momento, señora? —pidió cortésmente Tanis a Sara.

Agarró a Caramon por un brazo y lo condujo al otro extremo del amplio cuarto, alumbrado por el fuego de la chimenea.

—Podría ser todo una trampa —susurró el semielfo—. ¿Te lo has planteado?

—Sí.

—¿Y? —demandó Tanis.

—No creo que lo sea —respondió Caramon tras pensarlo un momento.

—Obviamente, no has… —empezó Tanis, tras soltar un suspiro.

—Lo que quiero decir es —continuó su amigo—, ¿a cuento de qué iban a tener la intención de tender una emboscada esos paladines oscuros a alguien como yo, un posadero de mediana edad?

—No, pero… —Tanis parecía incómodo—. Tal vez la trampa no está preparada para ti…

—Lo sé —asintió Caramon con aire enterado—. Tú eres mucho más importante. Pero fue Tika la que sugirió que hablase contigo, no Sara. Y —agregó seriamente tras otro instante de profunda reflexión—, dudo que Tika te haya tendido una trampa, Tanis.

—Por supuesto que no —espetó el semielfo—. Es sólo que… Vale, de acuerdo, quizá no sea una trampa. Quizá me… No quiero… —Sacudió la cabeza y volvió a empezar—. Recuerdo aquel terrible día en que murió Kitiara. Intentó acabar con Dalamar, ¿recuerdas? Él frustró su intento… —Tanis hizo una pausa y tragó saliva.

»Murió en mis brazos. Y entonces el Caballero de la Muerte apareció para reclamarla. La oí, suplicándome que la salvara de aquel horrible destino. «Incluso ahora te tiende sus tentáculos desde el más allá…», me dijo Dalamar entonces. Y aún lo hace, Caramon.

—No, no es cierto. Éste es su hijo…

—Si das crédito a lo que dice esa mujer, Sara.

—¿No la crees? —preguntó el hombretón, inquieto.

—Ya no sé qué creer. Pero tienes razón. Debemos descubrir la verdad, y hacer lo que esté en nuestras manos para ayudar a ese joven, sea hijo de quien sea. Además, esto me dará la oportunidad de ver qué se trae entre manos Ariakan. No es la primera vez que nos llegan informes sobre esos paladines oscuros, pero no había ningún modo de comprobar si era verdad o se trataba de meros rumores. —Lanzó una mirada sombría a Sara, que resultaba una imagen escalofriante con el yelmo azul y la capa bordeada en negro—. Al parecer era cierto.

»Sin embargo, ahora —añadió el semielfo con una sonrisa desganada mientras sacudía la cabeza—, he de enfrentarme a una tarea realmente difícil. Tengo que contarle lo que ocurre a mi mujer.

Tanis estuvo solo con Laurana durante una hora. Caramon, que paseaba por el vestíbulo de la mansión del semielfo, se imaginaba muy bien la naturaleza de la conversación. La esposa elfa de Tanis, Laurana, sabía todo respecto a la relación entre Kitiara y su marido. Había sido comprensiva, sobre todo habida cuenta de que ese asunto había acabado hacía mucho tiempo. Pero ¿qué pasaría ahora, existiendo la posibilidad de que hubiera un hijo? Una posibilidad muy factible, a entender de Caramon. Lo cierto es que no podía creer que el padre fuera realmente Sturm.

«Mas, ¿por qué iba a mentir Kit?», se preguntó.

La respuesta escapaba a su comprensión. Claro que nunca había sido capaz de entender el porqué de la mitad de las cosas que su hermanastra había hecho.

Tanis salió de la estancia rodeando a su esposa con el brazo. Laurana sonreía, y Caramon respiró más tranquilo. La elfa hizo un alto incluso para dirigir unas palabras quedas a Sara, que se sentó, completamente exhausta, en un rincón próximo a la chimenea. Caramon reparó entonces en lo joven que parecía Laurana en comparación con su marido; era la tragedia de las relaciones entre humanos y elfos. Aunque Tanis tenía ascendencia elfa, la sangre humana iba encaneciendo, como rezaba el dicho. Cuando contrajeron matrimonio, unos veinte años atrás, parecían más o menos de la misma edad. Ahora podrían pasar por padre e hija.

«Pero cuando se casaron ambos sabían que eso ocurriría —se dijo para sus adentros Caramon—. Están sacando todo el partido posible del tiempo del que disponen, y eso es lo que cuenta».

Tanis estuvo preparado para partir casi de inmediato. Como embajador oficial y enlace entre los Caballeros de Solamnia y las naciones élficas, pasaba mucho tiempo viajando, al igual que su esposa. Se había puesto una armadura de cuero —la preferida por los elfos— y una capa verde. Verlo de tal guisa, le trajo a la memoria de manera intensa y casi dolorosa los viejos tiempos de aventuras.

Quizá Laurana pensaba lo mismo, ya que le alborotó la barba que sólo un elfo con sangre humana podía dejarse crecer, e hizo un comentario burlón en la lengua elfa que hizo sonreír a Tanis. Éste se despidió de su mujer, y ella lo besó con dulzura mientras el semielfo la abrazaba cariñosamente.

Después se despidió de su hijo, un joven de aspecto frágil y débil, adorado por sus padres, y que miró a Tanis con una expresión de amor teñida de ansiedad. El muchacho era elfo de los pies a la cabeza, sin rastros visibles de los rasgos de su progenitor. Su tez tenía la palidez enfermiza de quien rara vez sale al exterior.

«No es de sorprender que tanto Tanis como Laurana lo mantengan en una jaula como a un pajarillo, habida cuenta de las muchas veces que han estado a punto de perderlo. Si fuese elfo al cien por cien, se conformaría con pasar el tiempo con la nariz metida en algún libro, pero también es humano. Fíjate en esos ojos, Tanis. Mírale cuando te ve partir a la aventura, a ver cosas maravillosas de las que él sólo ha leído».

—Algún día, Tanis —dijo entre dientes el hombretón—, volverás a casa y te encontrarás con la jaula vacía.

Subieron la colina hasta donde el Dragón Azul dormitaba, con las alas plegadas a los costados.

—¿Qué murmuras? —preguntó el semielfo, malhumorado.

Tanis observaba al Dragón Azul con gesto severo, sin quitarle ojo de encima. Aparentemente, a la bestia no le gustó el efluvio a elfo que percibió, ya que se despertó al instante, agitando los ollares. Sacudió la testa con desagrado, enarcó el cuello y enseñó las fauces.

Sara Dunstan era una experta amazona de dragones, sin embargo. Emitió una corta palabra de reprimenda y tuvo bajo control a su montura en un visto y no visto. Caramon subió el primero, en el asiento trasero de la silla para dos jinetes, y luego se inclinó para izar a su amigo, levantándolo sin esfuerzo con un movimiento de su fornido brazo.

—Sólo pensaba para mis adentros que a tu chico se le ve buen aspecto —mintió.

Tanis rebulló en la silla para encontrar una postura más cómoda, cosa prácticamente imposible de conseguir. Tendría que agarrarse al borrén trasero del asiento de Caramon; o eso, o sentarse en las piernas del hombretón.

—Gracias —dijo. Su gesto se tornó satisfecho, y miró con orgullo a su hijo, que se encontraba en el jardín, con los grandes y almendrados ojos prendidos fijamente en ellos—. Creemos que está mejorando. ¡Si supiéramos lo que le pasa! Pero ni siquiera la Hija Venerable Crysania puede decírnoslo.

—Quizá sólo necesita pasar más tiempo al aire libre. Deberías dejarle que viniera a visitarnos —sugirió Caramon—. Mis chicos le llevarían a pasear en caballo, a cazar…

—Ya veremos —respondió cortésmente el semielfo, aunque con ese tono de «ni muerto»—. ¿Alguna señal de que os persigan, señora?

Caramon recorrió el cielo con la mirada. Apuntaba el alba cuando habían llegado, y ahora la mañana estaba avanzada, con el sol otoñal disipando el frío dejado por la noche. No se veía señal alguna de otros dragones.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La segunda generación»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La segunda generación» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Margaret Weis - Die Brüder
Margaret Weis
Margaret Weis - Drachenzauber
Margaret Weis
Margaret Weis - Drachenjäger
Margaret Weis
Margaret Weis - Ámbar y Sangre
Margaret Weis
Margaret Weis - La Torre de Wayreth
Margaret Weis
Margaret Weis - The Second Generation
Margaret Weis
Margaret Weis - The Magic of Krynn
Margaret Weis
Margaret Weis - The War of the Lance
Margaret Weis
Отзывы о книге «La segunda generación»

Обсуждение, отзывы о книге «La segunda generación» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x