Margaret Weis - El Orbe de los Dragones

Здесь есть возможность читать онлайн «Margaret Weis - El Orbe de los Dragones» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

El Orbe de los Dragones: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «El Orbe de los Dragones»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Después de El Mazo de Kharas llega la esperadísima segunda parte de Las Crónicas Perdidas de la Dragonlance.
La temida Dama Azul, Kitiara, pone en marcha un complot que conducirá a los caballeros solámnicos hasta el límite del glaciar en busca del Orbe de los Dragones, y su rival Laurana inicia un viaje hacia su destino cuando Sturm, Flint, Tasslehoff y ella se unen a los caballeros en su peligrosa misión.
Pero es Kitiara la que afronta un reto crucial. Jura pasar la noche en el lugar más temido de Krynn: el alcázar de Dardaard. Nadie que se haya aventurado en ese sitio pavoroso ha vuelto para contarlo, pero Kit tiene que enfrentarse a Soth o afrontar la muerte a manos de su reina.

El Orbe de los Dragones — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «El Orbe de los Dragones», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Los elfos llevaban mucho tiempo estudiando las costumbres y la naturaleza de los animales con los que compartían sus hogares boscosos. No mataban a los animales que tenían de vecinos, ni siquiera a los depredadores, a menos que se vieran obligados a hacerlo.

Laurana conocía las costumbres y el comportamiento de los lobos y ningún lobo habría actuado de esa forma, permaneciendo sentado y observando a sus compañeros.

—Algo no es como debería ser. ¡Espera, Flint! —gritó desesperadamente cuando el enano estaba a punto de salir corriendo hacia la batalla—. ¡Tas! ¿Sigues teniendo esos anteojos mágicos? ¡Con los que ves las cosas como son realmente!

—Quizá sí —contestó el kender—. Nunca sé con seguridad lo que tengo, ¿sabes? Pero he intentado llevar siempre encima esos anteojos.

Laurana observó, angustiada e impaciente, cómo se quitaba los guantes y empezaba a rebuscar en sus numerosos saquillos. Desde su escondite en el túnel, Laurana alcanzaba a ver con el rabillo del ojo que los lobos iban cerrando el círculo. Debían de ser unos cincuenta o más. Y el lobo solitario seguía contemplando a los caballeros condenados y esperaba.

Tasslehoff continuaba revolviendo los saquillos. Frenética, Laurana cogió uno, lo abrió y tiró el contenido al suelo. Estaba a punto de hacer lo mismo con los demás cuando Gilthanas señaló con un dedo. Los anteojos relucían y titilaban con la mágica luz. El elfo hizo intención de recogerlos, pero Tasslehoff fue más rápido. Los tomó y, lanzando una mirada de reproche a Gilthanas, se los puso encima de la nariz.

—¿A qué tengo que mirar? —preguntó.

—Al lobo grande. —Laurana se arrodilló junto al kender para ponerse a su altura y se lo señaló—. El de allí, el que está separado de los otros.

—No es un lobo. Es un elfo —dijo Tasslehoff, que añadió, muy excitado:— ¡No, espera! Es un elfo y un lobo...

—Feal-Thas... —susurró Laurana—. Tú sabes algo de este hechicero, Gil. ¿Cómo podemos detenerlo?

—¿A un archimago? —Gilthanas soltó una risa desganada—. A uno de los hechiceros más poderosos de Krynn... —Enmudeció y su expresión se tornó pensativa—. Puede que quizá hubiera un modo, pero tendrías que hacerlo tú, Laurana.

—¿Yo? —La elfa estaba aterrada.

—Eres la única que tiene una posibilidad —manifestó su hermano—. Tú tienes el Quebrantador de Hielo.

Laurana había tirado el arma al suelo para ayudar a Tasslehoff a buscar en los saquillos. El Quebrantador descansaba a sus pies, cristalino, límpido, reluciente. No hizo intención de recogerlo. Gilthanas la asió del brazo al tiempo que le hablaba muy deprisa:

—Tu arma es mágica. El hechicero es un brujo invernal y el arma está hecha con los mismos elementos que alimentan y avivan su magia. Es la única arma que podría acabar con él.

—Pero... es un hechicero —arguyó Laurana, acobardada.

—¡No lo es! Ahora, no. Ahora es un lobo. ¡Está atrapado en el cuerpo del animal y su hechizo lo tiene trabado! No podrá pronunciar las palabras del conjuro ni hacer los gestos ni usar los ingredientes. ¡Tienes que atacarlo ahora, antes de que cambie de forma!

Laurana estaba tiritando, fija la mirada en el enorme lobo blanco. Los otros animales seguían girando alrededor de los caballeros, cautelosos con las armas afiladas pero, aun así, ávidos de sangre.

—Puedes hacerlo, Laurana —la animó Gilthanas de todo corazón—. Tienes que hacerlo. En caso contrario, no hay esperanza para ninguno de nosotros.

Si Tanis estuviera allí... Laurana se obligó a no pensar en eso. Tanis no estaba con ellos. No podía depender de él ni de ninguna otra persona. Todo estaba en sus manos ahora. Los dioses le habían regalado el Quebrantador, aunque no sabía por qué. No lo había pedido, no lo quería. Su elección parecía poco acertada. No era un caballero. Sin embargo, mientras rumiaba todo aquello que entraba en conflicto con su fe, algunas ideas de cómo atacar al hechicero empezaron a cristalizar en su mente. Dio voz a sus pensamientos a medida que le llegaban, casi sin darse cuenta de lo que decía.

—No debe verme venir. Si se da cuenta, podría empezar a adoptar su verdadera forma. Gil, busca un sitio desde donde puedas usar el arco. Consigue que su atención siga puesta en la batalla y, si es posible, apártalo del resto de la manada.

Gilthanas la miró, sobresaltado, y después asintió con un brusco movimiento de la cabeza.

—Lamento haberte arrastrado a esto. Es culpa mía.

—No, Gil. Yo tomé mis propias decisiones.

Recordó el día que había huido de su casa para seguir a Tanis. Esa decisión la había llevado a conocer a los dioses, a conocerse a sí misma. Era una persona muy distinta a la muchachita mimada que había sido. Una persona mucho mejor, o eso esperaba. No lo lamentaba, ocurriera lo que ocurriese.

El círculo de lobos empezó a cerrarse, a acercarse a su presa. Flint se mantuvo junto a la elfa, firme como una roca.

—Puedes hacerlo, muchacha —dijo con convicción, y añadió tristemente—: ¡Ojalá hubiese tenido tiempo de enseñarte a manejar esa hacha como es debido!

La elfa le sonrió.

—No creo que eso hubiera cambiado nada.

Gilthanas se escabulló hacia la salida del túnel para buscar una buena posición desde la que utilizar el arco. Laurana y Flint bajaron rápidamente por el túnel ligeramente inclinado y se aventuraron en la cámara. Feal-Thas no los vio ni los oyó, como tampoco los lobos. Estaban pendientes de la cercana presa, centrados en la matanza.

Tasslehoff se lo había estado pasando muy bien subiendo y bajando los anteojos a fin de ver al elfo en cierto momento y al lobo en el siguiente. Cuando empezó a aburrirse del juego, se quitó los anteojos, miró a su alrededor y vio que estaba solo.

Gilthanas se había situado al final del túnel. Había sacado el arco y estaba colocando una flecha en la cuerda. Laurana, con el Quebrantador asido con ambas manos, se deslizaba por detrás de la manada de lobos. Flint iba detrás de ella, con un ojo puesto en los lobos y el otro en Laurana.

—Intenta darle en la espalda, muchacha —le dijo el enano—. ¡Apunta a la zona más grande y dale con ganas!

Tas se guardó rápidamente los anteojos en un bolsillo y se tanteó el cinturón. Allí estaba Mataconejos, en el mismo sitio de siempre, tanto si había pensado en llevársela como si no.

—Quién sabe si después de esto no tendré que ponerte un nuevo nombre: Matalobos —le prometió a la daga.

Echó a andar detrás de sus amigos. No había prestado atención a la orden de Laurana de que guardaran silencio y abrió la boca para lanzar una pulla a voz en cuello, pero las palabras se le atascaron en la garganta.

Los caballeros cerraron filas y se dispusieron a hacer frente lo mejor posible al inminente ataque. Los lobos se acercaron a ellos, relucientes los ojos rojos con la luz espeluznante. La nieve, una nieve mágica, empezó a caer saliendo de la nada. La luz menguó y redujo su alcance visual.

—¡Maldito idiota! —maldijo ferozmente Aran a Derek, y su voz subió de tono con cada palabra que pronunciaba—. ¡Necio arrogante, estúpido y orgulloso! ¿Qué dices ahora? ¿Qué puñetera sarta de sabias sentencias vas a soltarnos antes de que muramos todos?

—Aran, eso no va ayudarnos... —susurró Brian, que tenía la boca tan seca que casi no pudo hablar.

Sturm se encontraba a la izquierda de Brian, estoico, aguantando el tipo, firme la punta de la espada, la mirada fija en los lobos. Estaba hablando, pero era para sí mismo, sus palabras apenas eran audibles. Brian comprendió que rezaba pidiendo a Paladine que los ayudara y encomendándole sus almas.

Brian deseó ardientemente poder creer en un dios —¡cualquier dios!— y no estar contemplando un horrendo abismo eternamente silencioso, eternamente vacío. Que el dolor y el terror tuvieran algún significado, que la vida tuviera algún sentido. Que su muerte sirviera de algo. Que no hubiera encontrado finalmente el amor sólo para perderlo en una cueva helada por una aventura inútil. Le subió a la boca un regusto amargo. Puede que los dioses hubieran regresado, pero lo habían hecho demasiado tarde para él.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «El Orbe de los Dragones»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «El Orbe de los Dragones» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «El Orbe de los Dragones»

Обсуждение, отзывы о книге «El Orbe de los Dragones» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x