Bob Shaw - Las astronaves de madera

Здесь есть возможность читать онлайн «Bob Shaw - Las astronaves de madera» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 1988, ISBN: 1988, Издательство: Acervo, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Las astronaves de madera: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Las astronaves de madera»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Han pasado veinticinco años desde que los habitantes de Land se vieron obligados a trasladarse a Overland, el planeta hermano que comparte su atmósfera, donde ahora están establecidos en pequeñas comunidades distanciadas entre sí. Contra todo pronóstico, los que se quedaron en Land han conseguido la inmunidad contra la pterthacosis, la enfermedad que forzó la emigración. Su ambicioso soberano reclama derechos sobre Overland, iniciando una guerra que amenaza la vida de los emigrantes. Toller Maraquine, el protagonista de la primera parte, es llamado para organizar una defensa desesperada al frente de una flota de satélites y aeronaves hechos de madera.

Las astronaves de madera — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Las astronaves de madera», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

A veces pensaba en su esposa y en su hijo —preguntándose qué estarían haciendo—, y otras miraba desde las portillas la invariable panoplia de estrellas, remolinos plateados y cometas, lleno de aburrimiento. En esos períodos la nave parecía estar inmóvil, y —aunque lo intentaba— era incapaz de aceptar que estaban alcanzando la velocidad necesaria para la travesía interplanetaria.

—¿Estás preparada? —le preguntó Bartan a Berise.

Cuando ésta asintió, apagó el motor, salió flotando del asiento del piloto y aguantó las correas, mientras Berise se acomodaba en su sitio.

—Gracias —dijo ésta, dirigiéndole una sonrisa cordial.

Él le contestó de forma amable e impersonal, fue hasta la escalera y descendió, dejando a Berise con Toller y Zavotle en la cubierta superior. Gotlon y Wraker estaban ocupados cargando los tanques de combustible en la sección de cola.

—Me parece que hay alguien que está desarrollando cierta debilidad por el joven Bartan —comentó Toller, sin dirigirse a nadie en particular.

Zavotle resopló sonoramente.

—En tal caso, ese alguien está perdiendo el tiempo. Nuestro señor Drumme reserva todo su afecto para los espíritus [1] Juego de palabras intraducible. En inglés, spirit significa espíritu y también licor. (N. de la T.) , ya sea de un tipo o de otro: embotellados o incorpóreos.

—No me importa lo que digáis —Berise hizo una pausa, sus manos apoyadas suavemente sobre los mandos—. Debe de haber querido mucho a su esposa. Si me muriese o desapareciera poco después de haberme casado, me gustaría que mi marido volase a otro planeta para buscarme. Lo encuentro muy romántico.

—Estás casi tan loca como él —dijo Zavotle—. Espero que no nos veamos afectados por algún contagio mental, una pterthacosis de la mente. ¿Tú que crees, Toller?

—Bartan hace su trabajo. Quizá sea suficiente.

—Sí —Zavotle miró por la portilla que tenía junto a él durante unos segundos, y adquirió una expresión enigmática—. Quizás hace su trabajo bastante mejor de lo que yo hago el mío.

Toller se sintió intrigado. No sólo por lo que había dicho, sino también por el tono de su voz.

—¿Ocurre algo malo?

Zavotle asintió.

—Seleccioné una estrella guía que, supuestamente, nos pondría en una trayectoria de intersección con Farland. Si hubiese hecho los cálculos correctos, y elegido bien la estrella, deberíamos ver a ésta y a Farland acercándose gradualmente ante nosotros.

—¿Y bien?

—Sólo llevamos cinco días de vuelo, pero ya es evidente que Farland y Gola se están separando. No te lo comenté antes porque esperaba, estúpidamente supongo, que la situación cambiaría, o que lograría encontrar una explicación. No ha sucedido ninguna de las dos cosas, de modo que debo considerar que he fallado al cumplir con mi deber.

—Pero ese no es un problema grave, ¿verdad? —dijo Toller—. Supongo que lo único que tenemos que hacer es cambiar un poco el rumbo. No hay ningún peligro.

Zavotle esbozó una sonrisa triste.

—Verás, Toller, nada funciona como esperaba. Farland parece demasiado brillante, y además su imagen en el telescopio es demasiado grande. Juraría que tiene el doble de tamaño que cuando empezamos. Quizá los instrumentos ópticos funcionan de forma diferente en el vacío. No lo sé, no puedo explicarlo.

—Podría significar que hemos realizado la mitad del viaje —dijo Berise.

—No he pedido tu opinión —replicó Zavotle con aspereza—. Hablas de temas cuya comprensión está más allá de tu alcance.

Berise juntó las cejas.

—Lo que comprendo es que cuando algo parece que dobla su tamaño, la distancia hasta allí se ha reducido a la mitad. Creo que es bastante simple.

—Para las mentes simples todo parece simple.

—Basta de discutir —intervino Toller—. Lo que necesitamos…

—Pero esta mujer estúpida sugiere que hemos viajado catorce o quince millones de kilómetros en sólo cinco días —protestó Zavotle, frotándose el estómago—. ¡Tres millones de kilómetros por día! Eso significa una velocidad de veintisiete mil kilómetros por hora, lo cual es imposible. La verdadera velocidad…

La verdadera velocidad de tu nave es superior a ciento cincuenta mil kilómetros por hora , dijo en silencio la mujer de cabellos rubios que apareció con un resplandor en un lado del compartimiento.

Capítulo 15

Toller contempló fijamente a la mujer, sabiendo sin necesidad de que nadie lo dijese que era la esposa de Bartan Drumme, y la idea que tenía sobre el universo y sus leyes fluyó y cambió para siempre. Sintió frío y debilidad, pero no miedo. Berise y Zavotle no se movieron; pero aunque miraban en diferentes direcciones, supo que estaban viendo exactamente lo mismo que él. La mujer era bella, iba vestida con un sencillo vestido blanco, y resplandecía como una vela en la penumbra del interior de la nave. Habló con enojo y una sombra de preocupación.

Al principio, no podía creerlo cuando sentí que Bartan se estaba acercando, y entonces busqué y descubrí que era cierto. Emprendisteis el viaje por el espacio sin conocer los efectos de la aceleración continua. ¿Cómo pudisteis no daros cuenta de que os dirigíais a una muerte segura?

—¡Sondy! —Bartan había vuelto a la cubierta superior y se agarraba a un asidero cerca del final de la escalera—. He venido para llevarte a casa.

Eres un idiota, Bartan. Todos sois idiotas y temerarios. Tú, Ilven Zavotle, tú que trazaste los planes para este viaje, ¿cómo esperabas aterrizar en el planeta?

Zavotle habló como un hombre en trance.

—Pensábamos reducir la velocidad de nuestra nave al irrumpir en la atmósfera de Farland.

¡Y eso hubiera sido el fin para vosotros! A la velocidad que habríais alcanzado al llegar a Farland, el rozamiento con la atmósfera hubiera producido tanto calor que la nave se habría convertido en un meteoro. E incluso si por algún milagro hubiéseis logrado aterrizar sin daño, ¿se te ha ocurrido siquiera preguntarte si el aire sería respirable?

—¿El aire? El aire es aire.

¡Qué poco sabes! Y tú, Toller Maraquine, tú que te has nombrado a ti mismo jefe de esta absurda expedición, ¿aceptas la responsabilidad completa por las vidas de los que están bajo tu mando?

—Sí —contestó Toller con firmeza.

Una parte de su mente le decía que él y los otros deberían estar aterrorizados o absolutamente atónitos, en vez de contestar tranquilamente a las preguntas de un fantasma; pero estaría en la naturaleza de la comunión mental que todas las reacciones humanas normales fueran suspendidas. Ahora entendía la afirmación de Bartan de que, por definición, cualquier cosa que realmente ocurriese, no debía ser sobrenatural.

En ese caso —continuó Sondeweere—, si conservas algún resto de razón, abandonarás de inmediato esta aventura descabellada. Os daré las instrucciones y la orientación necesaria para realizar un regreso seguro a Overland.

—No puedo acceder a tu proposición —dijo Toller—. Aunque es verdad que ostento el título de comandante de esta extraordinaria misión, sus miembros tienen razones personales y distintas para desear poner los pies en Farland. Además, mi autoridad está basada en el compartido deseo de continuar, y si yo propusiera volver, mi voz sería sólo una entre muchas.

Una respuesta evasiva, Toller Maraquine —la visión le contemplaba con sus ojos azul intenso—. ¿Quiere decir eso que estás dispuesto a conducir a tu tripulación hacia la muerte?

—No veo la necesidad de que eso ocurra. Si tienes poder para guiarnos seguros hasta Overland, podrás hacer lo mismo respecto a Farland.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Las astronaves de madera»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Las astronaves de madera» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Las astronaves de madera»

Обсуждение, отзывы о книге «Las astronaves de madera» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x