Clifford Simak - Estación de tránsito

Здесь есть возможность читать онлайн «Clifford Simak - Estación de tránsito» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, Год выпуска: 1966, Издательство: Edhasa, Жанр: Фантастика и фэнтези, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Estación de tránsito: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Estación de tránsito»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En una remota region rural de los Estados Unidos, en una casa de apariencia vetusta, vive Enoch Wallace, un solitario cuya existencia nada tendría de sorprendente, si no fuese porque la Central Intelligence Agency, descubre que, pese a aparentar unos treinta años, Wallace tiene en realidad 160 y participó como soldado en la Guerra de Secesión Norteamericana. Los agentes federales montan un servicio de vigilancia en torno a la casa, que, pese a su aspecto decrépito, es completamente inexpugnable. En realidad la casa es una Estación de Tránsito, situada por el Gobierno de la Galaxia en aquel remoto rincón. Enoch Wallace, el hombre que no envejece, es el celoso custodio de la Estación, donde conoce a Lucy, la joven sordomuda y traba profunda amistad con Ulises, el extraterrestre.

Estación de tránsito — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Estación de tránsito», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

—¿Eres tú el hombre del ginseng?

El aludido asintió, y respondió:

—Así es como me llaman.

—Quiero hablar contigo. Afuera.

Claude Lewis se puso en pie.

—No tienes a qué ir —intervino Hank—. Él no puede obligarte. Lo mismo puede hablarte aquí.

—No me importa —dijo Lewis—. En realidad, deseo hablar con él. Tú eres Enoch Wallace, ¿no es así?

—Eso es quien es —confirmó Hank— Debiera haber muerto de viejo hace cincuenta años. Pero míralo. Tiene el diablo con él. Te lo aseguro, él y el diablo tienen un pacto.

—¡Cállate, Hank! —dijo Lewis, quien dando la vuelta a la mesa, fue a la puerta.

—Buenas noches —dijo Enoch a los demás.

—Mr. Wallace —dijo Ma Fisher—, gracias por haber traído de nuevo a mi hija. Hank no la pegará otra vez. Puedo prometérselo. Yo estaré al tanto.

Enoch salió y cerró la puerta. Tomó la linterna del suelo. Lewis se hallaba ya en el corral y fue a él, diciéndole:

—Alejémonos un poco.

Se detuvieron en la esquina del jardín y se encararon.

—Tú has estado vigilándome —dijo Enoch.

Lewis asintió.

—¿De manera oficial? ¿O sólo por curiosidad?

—Lamento que de manera oficial. Mi nombre es Claude Lewis. No hay razón para que no te dijese… que soy de la C.I.A.

—No soy ningún traidor ni espía —repuso Enoch.

—No, en efecto. Sólo te estábamos vigilando.

—¿Sabes lo del cementerio?

Lewis asintió.

—Tú sacaste algo de una tumba.

—Sí —dijo Lewis—. De la extraña lápida.

—¿Y dónde está lo que sacaste?

—Quieres decir el cadáver. En Washington.

—No debieras haberlo sacado —dijo ceñudamente Enoch—. Has causado gran trastorno con ello. Debes devolverlo. Y tan pronto como puedas.

—Eso llevará algún tiempo —respondió Lewis—. Tendrán que expedirlo en vuelo. Veinticuatro horas acaso.

—¿Es lo más rápido?

—Podría hacerlo algo mejor.

—Pues haz lo más que puedas. Es importante que el cadáver vuelva.

—Lo haré, Wallace. Yo no sabía…

—Y, Lewis…

—¿Qué?

—No pretendas dártelas de listo. No te andes por las ramas. Haz sólo lo que te digo. Estoy tratando de ser razonable, porque es lo único que cabe. Pero si intentas alguna argucia…

Tendió una mano y asió la parte delantera de la camisa de Lewis, retorciéndosela.

—¿Me comprendes, Lewis? —añadió.

Lewis quedóse inmóvil, sin intentar desasirse.

—Sí —dijo—. Comprendo.

—¿Por qué diablos hiciste eso?

—Tenía un trabajo…

—Sí, un trabajo. El de vigilarme. No el de robar tumbas.

Le soltó la camisa.

—Dime —dijo Lewis—. Eso de la tumba… ¿qué era?

—Nada que maldito te importe —le respondió Enoch desabridamente—. Lo que sí te importa es devolver el cadáver. ¿Estás seguro de que puedes hacerlo? ¿No hay nada que se te interponga?

Lewis denegó con la cabeza, y añadió:

—Nada en absoluto. Telefonearé en cuanto tenga a mano un teléfono. Les diré que es cosa imperiosa.

—Y lo es —afirmó Enoch—. El volver ese cadáver a su sitio es la cosa más importante que jamás habrás hecho. No lo olvides ni por un momento. Afecta a todos en la Tierra. A ti, a mí, y a cualquiera de los demás. Y si fracasas, me responderás de ello.

—¿Con esa arma?

—Acaso —respondió Enoch—. No se te ocurra bromear. No te imagines que vacilaré en matarte. En esta situación, mataría a cualquiera… a cualquiera en absoluto.

—Wallace, ¿hay algo en ello que puedas decirme?

—Nada de nada —respondió Enoch, volviendo a tomar la linterna.

—¿Vuelves a casa?

Enoch asintió.

—No parece importarte que te vigilemos.

—No. En todo caso, no vuestra vigilancia. Sólo vuestra interferencia. Vuelve a traer ese cadáver y sigue vigilando si lo deseas. Pero que nadie me importune ni me provoque. Las manos fuera. Que no se toque nada.

—Pero, ¡santo Dios!, hay algo en marcha… tú puedes decirme algo.

Enoch vaciló.

—Alguna idea de lo que pasa —insistió Lewis— No los detalles, sino sólo…

—Vuelve a traer el cadáver —respondió lentamente Enoch—, y acaso entonces hablemos de nuevo.

—Se te devolverá —afirmó Lewis.

—Y de lo contrario, puedes ya considerarte muerto desde ahora —dijo tajante Enoch, quien, volviéndose, atravesó el huerto y comenzó a subir el cerro.

Lewis permaneció largo rato en el patio, contemplando cómo el resplandor de la linterna se iba perdiendo de vista.

XXII

Ulises se hallaba solo en la estación cuando volvió Enoch. Había despachado al thubano y enviado de nuevo a Vega al hazer.

Hervía un cazo de café, y Ulises estaba tendido en el sofá, sin hacer nada.

Enoch colgó su fusil y apagó la linterna. Quitóse la cazadora y la arrojó sobre el escritorio, tras lo cual se sentó en una butaca que estaba al lado del sofá.

—El cadáver volverá mañana para esta hora —dijo.

—Sinceramente espero que eso sea para bien —dijo Ulises—. Pero me siento inclinado a dudarlo.

—Acaso no debiera haberme molestado —dijo Enoch acremente.

—Será muestra de buena fe —opinó Ulises—. Podría tener cierto efecto mitigador en la consideración final.

—El hazer podría haberme dicho dónde estaba el cadáver —dijo Enoch—. Si sabía él que fue sacado de la tumba, debió también saber dónde se le podía encontrar.

—Sospecho que sí —manifestó Ulises—, pero, ya ves, no pudo decírtelo. Todo cuanto podía hacer era presentar su protesta. Lo demás, te tocaba a ti. Él no podía dejar a parte su dignidad sugiriendo lo que debías hacer tú. Según el protocolo, debe seguir siendo la parte agraviada.

—A veces, este asunto basta para volverle a uno loco —dijo Enoch—. A pesar de las instrucciones de la Central Galáctica, hay siempre algunas sorpresas, reiteradamente trampas abiertas para tragarle a uno.

—Puede llegar un día en que no será así —dijo Ulises—. Puedo ver el futuro, con la unión de la Galaxia en una gran cultura, una inmensa área de comprensión. Desde luego, existirán aún las variedades locales y raciales, y es como debe ser, pero el dominarlas a todas será una tolerancia que constituirá lo que estaría uno tentado de llamar una hermandad.

—Hablas casi como un humano —dijo Enoch—. Ésa es la especie de esperanza que han sustentado muchos de nuestros pensadores.

—Tal vez —convino Ulises—. Ya sabes que mucho de la Tierra parece haberse pegado a mí. No se puede pasar tanto tiempo como yo lo hice en vuestro planeta sin por lo menos contagiársele algo de él. Y dicho sea de paso, causaste una buena impresión en el vegano.

—No me di cuenta de ello —dijo Enoch—. Él fue amable y correcto, desde luego, pero apenas más.

—Esa inscripción en la lápida… Estaba impresionado por ella.

—No la puse para impresionar a nadie. La grabé porque era así como sentía yo. Y porque quiero a los hazers. Fue sólo un intento de ser justo con ellos.

—A no ser por la presión de las facciones galácticas, —dijo Ulises— estoy convencido de que los veganos estarían dispuestos a olvidar el incidente, y ésta es una concesión mayor de lo que puedes suponer. Puede llegar hasta que se alíen con nosotros cuando haya que poner las cartas boca arriba.

—¿Quieres decir que podrían salvar la estación?

Ulises meneó la cabeza.

—Dudo que nadie pueda hacerlo. Pero la cuestión sería más fácil para todos nosotros en la Central Galáctica si pusieran su peso de nuestra parte.

El cazo de café borboteó y Enoch fue a retirarlo. Ulises apartó a un lado algunos de los cachivaches que había sobre la mesa para dejar espacio a dos tazas. Enoch las llenó y puso la cafetera sobre el suelo.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Estación de tránsito»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Estación de tránsito» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Clifford Simak - Spacebred Generations
Clifford Simak
Clifford Simak - Shadow Of Life
Clifford Simak
Clifford Simak - The Ghost of a Model T
Clifford Simak
Clifford Simak - Skirmish
Clifford Simak
Clifford Simak - Reunion On Ganymede
Clifford Simak
Clifford Simak - Halta
Clifford Simak
libcat.ru: книга без обложки
Clifford Simak
libcat.ru: книга без обложки
Clifford Simak
Clifford Simak - A Heritage of Stars
Clifford Simak
Отзывы о книге «Estación de tránsito»

Обсуждение, отзывы о книге «Estación de tránsito» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x