• Пожаловаться

Joe Haldeman: La guerra interminable

Здесь есть возможность читать онлайн «Joe Haldeman: La guerra interminable» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию). В некоторых случаях присутствует краткое содержание. Город: Barcelona, год выпуска: 1978, ISBN: 84-350-0191-1, издательство: Edhasa, категория: Фантастика и фэнтези / на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале. Библиотека «Либ Кат» — LibCat.ru создана для любителей полистать хорошую книжку и предлагает широкий выбор жанров:

любовные романы фантастика и фэнтези приключения детективы и триллеры эротика документальные научные юмористические анекдоты о бизнесе проза детские сказки о религиии новинки православные старинные про компьютеры программирование на английском домоводство поэзия

Выбрав категорию по душе Вы сможете найти действительно стоящие книги и насладиться погружением в мир воображения, прочувствовать переживания героев или узнать для себя что-то новое, совершить внутреннее открытие. Подробная информация для ознакомления по текущему запросу представлена ниже:

Joe Haldeman La guerra interminable

La guerra interminable: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La guerra interminable»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Iniciada en 1997, la guerra con los taurinos se arrastra desde hace siglos. Pasando de un mundo a otro a velocidades superiores a la de la luz, las tropas de la guerra interminable envejecen sólo unos pocos días mientras en la Tierra pasan los años; una Tierra más y más irreconocible en cada nueva visita. Premio Nebula en 1975; premios Hugo y Locus en 1976.

Joe Haldeman: другие книги автора


Кто написал La guerra interminable? Узнайте фамилию, как зовут автора книги и список всех его произведений по сериям.

La guerra interminable — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La guerra interminable», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Muchas de las primeras naves tropezaron con diversos accidentes y desaparecieron sin que se supiera de ellas. Los ex militares manifestaron desconfianza. Armaron a los vehículos de colonización, y en cuanto se encontraron con una nave taurina la hicieron pedazos. Desempolvaron sus viejas medallas y se dedicaron a hacer historia.

Naturalmente no era justo echar toda la culpa a los militares. Las pruebas presentadas sobre la responsabilidad de los taurinos en cuanto a las primeras bajas eran débiles hasta lo ridículo. Pero quienes se atrevieron a señalarlo no hallaron eco. La verdad era que la economía terráquea necesitaba una guerra; aquélla era una oportunidad ideal. Además de representar un hermoso agujero en el cual arrojar baldes de dinero, también unificaría la humanidad, en vez de dividirla.

Los taurinos, pasado un tiempo, volvieron a aprender la guerra, pero jamás la hicieron con gran destreza; tarde o temprano habrían resultado vencidos. Según explicaban los libros, no podían comunicarse con los humanos porque no tenían idea de la individualidad; eran reproducciones naturales desde hacía millones de años. Cuando los cruceros de la Tierra fueron tripulados por Hombre, las reproducciones de Kahn, lograron comprenderse por primera vez.

El libro lo expresaba así, directamente. Pedí a un Hombre que me explicara la razón de esa imposibilidad, preguntándole qué había de especial en la comunicación entre dos reproducciones. Respondió que me sería imposible entenderlo a priori. No existían palabras para expresarlo; aunque las hubiera, mi cerebro no podría acostumbrarse a los conceptos.

Aunque me sonaba algo sospechoso, me mostré dispuesto a aceptarlo. Aceptaría que el blanco era negro, siempre que eso indicara el fin de la guerra.

Hombre era una entidad bastante considerada. Se tomó el trabajo de rehabilitar, sólo para nosotros veintidós, un pequeño restaurante-taberna que mantenía en funcionamiento a todas horas; nunca vi que Hombre comiera o bebiera; al parecer había descubierto el modo de prescindir de los alimentos.

Una noche, mientras leía un libro sentado frente a una cerveza, Charlie vino a sentarse frente a mí y me dijo, sin más preámbulos:

—Voy a probar.

—¿Qué cosa?

—Las mujeres. La heterosexualidad—explicó, estremeciéndose—. No te ofendas, pero no me resulta muy atrayente.

Me palmeó la mano con gesto distraído, mientras agregaba:

—Pero la alternativa… ¿La has probado?

—Bueno… no, no lo he hecho.

El Hombre femenino se me presentaba como un placer visual, pero sólo como podrían haberlo sido una pintura o una estatua. No conseguía considerarlo como a un ser humano.

—No lo hagas —me aconsejó Charlie, sin molestarse en aclarar las cosas—. Además, dicen… Él dice, ella dice… que pueden anular el cambio con toda facilidad si no me gusta.

—Te gustará, Charlie.

—Claro, eso es lo que ellos dicen.

Después de pedir una bebida, prosiguió:

—Es que no me parece natural. De cualquier modo, como voy a… hacer la prueba, ¿no te gustaría…? ¿Por qué no elegimos el mismo planeta?

—Por supuesto, Charlie, sería magnífico —respondí sinceramente—. ¿Ya has elegido?

—¡Diablos, no me importa! Lo que quiero es salir de aquí.

—Me pregunto si Paraíso seguirá siendo…

—No —respondió Charlie, señalando al encargado del bar con un dedo—. Allí vive él.

—Bueno, no sé. Creo que hay una lista.

En ese momento entró un Hombre con un carrito lleno de carpetas.

—¿El mayor Mandella y el capitán Moore?

—Somos nosotros —respondió Charlie.

—Aquí tienen sus registros militares. Confío en que les resultarán interesantes. Los trasladamos al papel al ver que esta fuerza de choque era la única que quedaba, pues no habría sido práctico mantener en funcionamiento las redes normales de conservación de datos para tan poco material.

Siempre contestaban por anticipado cualquier pregunta, aunque uno ni siquiera pensara hacerlas.

Mi carpeta era muchísimo más gruesa que la de Charlie; tal vez la más gruesa de todas, pues al parecer yo era el único que había sobrevivido a toda la guerra. ¡Pobre Marygay!

—Me gustaría saber qué informe presentó el viejo Stott sobre mí —comenté, abriéndola en la primera página.

Adherida a ella había una pequeña hoja cuadrada. Las otras eran de un blanco inmaculado, pero ésa mostraba el amarillo del tiempo y el desgaste en los bordes. La escritura me resultó conocida, demasiado conocida, a pesar del tiempo transcurrido. Estaba fechada doscientos cincuenta años atrás.

Los ojos se me llenaron súbitamente de lágrimas. No tenía la menor esperanza de que estuviera viva, pero al ver aquella fecha sentí la confirmación de su muerte.

—William, ¿qué…?

—Déjame solo, Charlie. Un minuto, ¿quieres?

Me sequé los ojos y cerré la puerta. No quería siquiera leer esa maldita nota. Si pensaba comenzar una vida nueva debía dejar atrás a todos los fantasmas antiguos. Pero hasta un mensaje proveniente de la tumba era en cierto modo un contacto. Volví a abrirla.

11 de octubre de 2878

William:

Todo esto figura en tu ficha personal, pero como te conozco no me extrañaría que la tiraras sin leerla. Por eso me aseguré de que recibieras esta nota.

No hace falta decirlo: sobreviví. Si tú también estás vivo, ven a buscarme.

Sé por los registros que estás en Sade-138 y no volverás al menos en un par de siglos. No importa. Voy a una planeta que llaman Dedo Medio, el quinto desde Mizar. Está a dos saltos colapsares; diez meses subjetivos. Dedo Medio es una especie de Coventry para heterosexuales. Lo llaman «base de verificación eugenésica».

No importa. Aunque tuve que invertir en ello todo mi dinero y el de otros cinco antiguos compañeros, hemos comprado un crucero a la FENU, para usarlo como máquina del tiempo.

Eso significa que estoy en un vehículo relativista; allí te esperaré. No haremos más que alejarnos cinco años-luz y regresar a Dedo Medio a toda velocidad. Cada diez años envejezco más o menos un mes. Si todo marcha bien, tendré sólo veintiocho años cuando llegues. ¡Date prisa!

Nunca encontré a otro que me gustara; tampoco quiero encontrarlo. No me importa si tienes treinta años o noventa. Si no puedo ser tu amante seré tu enfermera.

Marygay

—¿Oiga, encargado?

—¿Sí, mayor?

—¿Conoce un planeta llamado Dedo Medio? ¿Está todavía allí?

—Por supuesto. ¿Dónde quiere que esté? —La pregunta era razonable—. Es un sitio muy bonito; un planeta edénico. A algunos no les parece muy divertido.

—¿Qué significa todo esto? —preguntó Charlie interesado.

Tendí al encargado el vaso vacío y respondí:

—Acabo de descubrir adonde vamos a ir.

9. EPILOGO

De La Nueva Voz, Paxton, Dedo Medio 24-6 14/2/3143

NACE EL PRIMOGÉNITO DE UN VETERANO

Marygay Potter de Mandella (calle Post 24, Paxton) dio a luz el viernes pasado a un hermoso varón de 3,100 kilos.

Marygay afirma ser la segunda en edad entre los residentes de Dedo Medio, pues nació en 1977. Combatió durante la mayor parte de la Guerra Interminable y finalmente aguardó a su esposo durante doscientos sesenta y un años, en el vehículo cronológico.

El bebé, que aún no ha sido bautizado, nació en su domicilio bajo la atención médica de la doctora Diana Alsever de Moore, amiga de la familia.

FIN

Notas

1

En castellano en el original. (N. de la T.)

2

En castellano en el original. (N. de la T.)

Читать дальше
Тёмная тема

Шрифт:

Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La guerra interminable»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La guerra interminable» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё не прочитанные произведения.


Joe Haldeman: Guerra eterna
Guerra eterna
Joe Haldeman
Arnaldur Indriðason: Silencio Sepulcral
Silencio Sepulcral
Arnaldur Indriðason
Joe Haldeman: Tricentenario
Tricentenario
Joe Haldeman
Joseph Conrad: El Duelo
El Duelo
Joseph Conrad
Отзывы о книге «La guerra interminable»

Обсуждение, отзывы о книге «La guerra interminable» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.