Ejercicio. – Colocad vuestro cuerpo en una posición reclinada y sin tensión muscular. Respirad rítmicamente y meditad sobre vuestra relación con la mente universal, de la cual solo sois un átomo. Pensad que estáis en contacto con el Todo y en unión mental con Todo. Ved Todo como Uno y vuestra alma como una parte de ese Uno. Sentid que estáis recibiendo las vibraciones de la mente universal y participando de su poder, fuerza y sabiduría. Pueden seguirse las dos líneas de la meditación siguientes:
a) Con cada inhalación pensad que estáis atrayendo a vosotros la fuerza y el poder de la mente universal. Cuando exhaléis, pensad que estáis pasando a otros el mismo poder, que estáis llenos de amor para todo lo que tiene vida, y deseando que todos participen de las mismas bendiciones que vosotros estáis actualmente recibiendo. Dejad que circule por vuestro intermedio el poder universal.
b) Colocad vuestra mente en un estado de reverencia y meditad sobre la grandeza de la mente universal; abríos al flujo de la sabiduría divina, la cual os llenará de la sabiduría de la iluminación, y entonces dejar de fluir de vosotros lo que habéis recibido, hacia vuestros hermanos y hermanas a quien amáis y deseáis ayudar.
Este ejercicio deja en aquellos que lo practican una sensación completamente nueva de fuerza, poder y sabiduría y un sentimiento de exaltación y dicha espiritual. Sólo debe practicarse de una manera seria y reverente, y no ensayarse con ligereza.
Direcciones Generales
Los ejercicios dados en este capítulo requieren las condiciones y la aptitud mental adecuadas; la persona frívola o de una naturaleza poco seria, o la que no tiene una sensación de espiritualidad o reverencia, haría mejor por pasarlos por alto, pues ningún resultado obtendrá, y, además, sería jugar con cosas de un orden elevado, lo que nunca es beneficioso.
Estos ejercicios son para los pocos que pueden comprenderlos; los otros no se sentirán atraídos a ensayarlos.
Durante la meditación, dejad que la mente se detenga sobre las ideas dadas en el ejercicio, hasta que lleguen a ser claras a la mente y gradualmente se manifiesten como conciencia real dentro de vosotros. La mente llegará por grandes a ser pasiva y sosegada, y la imagen mental se manifestará claramente. No debéis entregaros a estos ejercicios con demasiada frecuencia, ni permitir que el estado del dicho os produzca desagradables los asuntos de la vida diaria; estos son útiles y necesarios para vosotros, y jamás debéis eludir una lección, por desagradable que os pueda ser. Que la alegría producida por el desenvolvimiento de conciencia os sostenga y fortalezca para las pruebas, sin causaros descontentos y disgustos. Todo es bueno, y cada cosa tiene su lugar. Muchos de los estudiantes que practican estos ejercicios, desearán con el tiempo conocer más. Estad seguros que a su debido tiempo haremos que no busquéis en vano. Seguid adelante con ánimo y confianza, manteniendo la mirada hacia el Oriente, de donde viene el Sol naciente.
La paz sea con vosotros y para todos los hombres.
AUM
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