José Abasolo - Lejos De Aquel Instante

Здесь есть возможность читать онлайн «José Abasolo - Lejos De Aquel Instante» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Lejos De Aquel Instante: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Lejos De Aquel Instante»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

`Lejos de aquel instante` obtuvo en 1996 el Premio de Novela Prensa Canaria y fue candidata al Premio Hammett de la Semana Negra de Gijón a la mejor novela policíaca en castellano, todo lo cual confirma a José Javier como uno de los autores españoles de género negro mas destacados del panorama actual, cuya proyección en otros países empieza a resultar imparable con la traducción de su obra al francés.
Una joven de una prominente familia desaparece sin decir nada ni a familiares ni amigos, un periodista recibe una visita desagradable, un antiguo exiliado que llegó a ser alto cargo en los servicios de inteligencia de los Estados Unidos decide regresar a su tierra tras haberse jubilado. Simultaneamente, un detective de complicado pasado, un inspector de policía al que sus superiores marginan y un agente de la CIA que desea prosperar en la organización, se sumergen en la investigación de cada uno de los sucesos que acabarán irremediablemente unidos, enlazando oscuros acontecimientos ocurridos en la lejana época de la Segunda Guerra Mundial con las tramas del narcotráfico que actuan impunemente hoy en día.

Lejos De Aquel Instante — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Lejos De Aquel Instante», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

– Pues qué va a ser, pareces tonto. Que ya no va a haber más golpes. Papá ya no va a pegar más ni a mamá ni a Antoñito.

Rojas le volvió a mirar, pensando que por momentos se desmoronaba el caso sólidamente construido por el sargento Arjona. Antoñito, un hombre con mentalidad de niño que medía un metro noventa y pesaba ciento veinte kilos, tenía unas manos como palas de excavadora. Para esas manos, manejar un recio garrote era tan fácil como para las del inspector agarrar un palillo.

– Quieres mucho a tu mamá, ¿no es así, Antoñito?

– Sí, mucho, mucho.

– Por eso, cuando viste que tu papá la golpeaba cogiste el garrote y la defendiste. -Se sintió como un canalla al decirle esto, pero ya no podía echarse atrás.

– Sí, eso es lo que hice, aunque mamá se asustó y se echó a llorar -respondió entristecido-. Pero yo lo hice por su bien, ¿sabes? Ella, algunas veces, cuando me echa una bronca, me dice que es por mi bien y yo la creo, porque es una mamá muy buena. Por eso creo que se le pasará el enfado. ¿Tú crees que se le pasará?

– Seguro que sí. Mira, vamos a hacer una cosa. Mamá ha tenido que salir de casa, así que si quieres puedes acompañarme a la del sargento Arjona. ¿Conoces al sargento Arjona?

– Claro que sí -dijo palmoteando feliz-. Es un guardia civil muy raro porque nunca me ha pegado, aunque me suele gastar bromas, pero también me suele dar galletas de chocolate.

– ¡Vamos, vamos pronto! -añadió tirándole de la manga de la chaqueta.

El sargento Arjona cumplió con su obligación soltando a la madre y encarcelando al hijo, pero la mirada con la que despidió al policía era de las que taladraban el alma. ¿Quién era Rojas para interferir en el sacrificio de una madre que había intentado proteger a su hijo inválido? «¡Mierda! -pensó Rojas-, soy policía y mi trabajo es detener a los asesinos, no juzgarlos.» Sí, era policía, pero a veces su trabajo le parecía muy amargo.

Intentando olvidar lo ocurrido puso la radio de su vehículo. Estaban dando las noticias del mediodía y la engolada voz del locutor iba desgranándolas una por una, con la misma entonación para un triunfo deportivo del Athlétic que para un terremoto en Colombia. Sin darle un énfasis especial comentó que la carretera se había vuelto a cobrar, ese fin de semana, la vida de dos ciudadanos vascos.

«Una mujer residente en Bilbao y su hijo de corta edad, que volvían de pasar el fin de semana en Andorra, a donde habían ido a esquiar, fallecieron ayer de madrugada al despeñarse su vehículo por un barranco. Los fallecidos son Nekane Larrondo y su hijo Asier Ferrer. Nekane Larrondo era viuda del periodista recientemente fallecido Andoni Ferrer. Familiares con los que ha podido hablar nuestra redacción manifestaron que la señora Ferrer aún no había superado la trágica muerte de su marido y que quizá eso le quitara concentración a la hora de conducir, ya que la carretera estaba en buen estado y el accidente se produjo al invadir el carril contrario y golpear frontalmente con un camión.»

Cuando a Rojas le felicitaron sus compañeros por el trabajo realizado en Orduña, todos se extrañaron de que los mandara a la mierda mientras se encerraba en su cubículo para preparar el informe.

29

Iñaki Artetxe no podía afirmar que la chica de la secta que le había rociado los ojos con un aerosol irritante le cayera bien, pero su muerte había sido un mazazo. En primer lugar, por el simple hecho de su fallecimiento, qúe, aunque parecía accidental -él mismo había declarado ante la policía que tal y como estaba de drogada no era extraño que hubiera dado voluntariamente el salto fatal-, venía a sumarse a las muertes que directa o indirectamente relacionadas con el caso parecían surgir a su alrededor. En segundo lugar, porque se había truncado otra pista. Estaba convencido de que la chica sabía algo, pero con su muerte nunca podría conocer qué era exactamente ese algo. Quedaba su supuesto jefe, guía espiritual o novio, el mandamás de la Eterna Luz, pero en estos momentos estaría lejos de su alcance. Rojas le había dicho que se había comunicado su orden de busca y captura, pero eso no significaba nada. Antes o después le encontrarían, de eso estaba seguro, pero el cuándo era impredecible. Lo mismo le echaban el guante al cabo de tres días que de siete años, así que no merecía la pena pensar en ello por ahora.

Lo único que se le ocurría era hablar con la señora que los había denunciado por escándalo. Según los municipales con los que estuvo hablando, era muy conocida por su afición a poner denuncias a diestro y siniestro. Le falta un tornillo pero es inofensiva, añadieron. Iñaki Artetxe había conocido a más de una persona de esas características y sabía cómo tratarlas. Se imaginaba que sería una vieja entrometida y gruñona a la que presumiblemente le ahogara la soledad. Si la trataba con inteligencia, no dudaba de que le contaría todo lo que supiera.

Mirando los buzones del portal comprobó el piso en que vivía. En la cartulina podía leerse Rosario Aurtenetxe, viuda de Txomin Galparsoro. La lectura confirmó sus ideas: posiblemente sería mayor -no todas las viudas son de avanzada edad, pero hay más posibilidades a favor que en contra de que lo sean- y seguramente vivía sola.

Un desabrido «¿quién es?» sonó detrás de la puerta blindada pocos segundos después de que Artetxe pulsara el timbre.

– Soy un colaborador de la policía -contestó el detective-. Si no le produce mucho trastorno me gustaría hablar con usted sobre su vecina del piso de abajo.

– ¿Y qué quiere saber de ella? -volvió a escucharse a través de la puerta cerrada.

– Pensamos que quizá fuera una delincuente habitual y quisiéramos saber la opinión de una vecina como usted, que seguramente no aprobaba el tipo de vida de esa drogadicta.

– Tiene usted mucha razón, toda la razón del mundo -contestó doña Rosario abriendo la puerta-. Más de una vez les he llamado para decírselo, pero no me han hecho ustedes mucho caso, joven.

– Lo siento mucho, pero estamos dispuestos a enmendar nuestro error, aunque para ello necesitamos su colaboración.

– Naturalmente que sí, pero pase, pase, no se quede ahí fuera. Venga conmigo, por favor.

La dueña de la casa condujo a Artetxe por un largo pasillo hasta que llegaron a un salón en cuyo interior cabía un apartamento entero. Estaba decorado con un gusto algo antiguo: figuras de angelitos imitando el estilo rococó y todo así, pero los muebles eran de textura castellana, recios y sobrios. Artetxe se sentó en una butaca ajada por el tiempo pero totalmente cómoda.

– ¿Le apetece un té? Cuando ha sonado el timbre me estaba preparando uno precisamente.

Aunque el té no era la bebida preferida de Artetxe, asintió solemnemente al ofrecimiento, no en balde el trato con su tía Gotzone le había acostumbrado a estas circunstancias.

– Me ha comentado que es usted colaborador de la policía, ¿qué quiere decir eso? ¿Que no es usted policía?

– Sí y no -replicó Artetxe ambiguamente, mientras le enseñaba la fotocopia de su antiguo nombramiento como funcionario de la Ertzantza-. En estos momentos no estoy en nómina, pero colaboro en asuntos delicados.

– Así que ertzaina, ¿eh? Pues me alegro. Mi difunto marido, cuando la guerra, fue también ertzaina. He pedido una pensión, pero me han contestado negativamente, porque dicen que ya tengo una muy elevada de viudedad, pero a mí no me importa el dinero, sino la memoria de mi marido. ¿No podría usted hacer algo al respecto?

– Tal vez sí. Los mandos son muy receptivos con los ciudadanos que colaboran con nosotros -mintió Artetxe sin ningún rubor.

– No sabe usted lo agradecida que le quedaría si me moviera el asunto. Pero bueno, supongo que querrá explicarme lo que desea de mí, joven -dijo la señora mientras servía un humeante té en sendas tazas.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Lejos De Aquel Instante»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Lejos De Aquel Instante» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Joseph Wambaugh - El caballero azul
Joseph Wambaugh
libcat.ru: книга без обложки
Jose Abasolo
José Ignacio González Faus - Instantes
José Ignacio González Faus
Carlos López Degregori - Lejos de todas partes
Carlos López Degregori
Enrique Blanc - Canciones de lejos
Enrique Blanc
David Ponce - Canciones de lejos
David Ponce
Marissa Meyer - Karma al instante
Marissa Meyer
Daniel Escolar - Mirar de lejos
Daniel Escolar
Pedro Moret Vegas - Diseccionando un instante
Pedro Moret Vegas
Abel Gustavo Maciel - Gaviotas a lo lejos
Abel Gustavo Maciel
Отзывы о книге «Lejos De Aquel Instante»

Обсуждение, отзывы о книге «Lejos De Aquel Instante» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x