Lorenzo Silva - La Sustancia Interior

Здесь есть возможность читать онлайн «Lorenzo Silva - La Sustancia Interior» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

La Sustancia Interior: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «La Sustancia Interior»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

En un país indeterminado, en una época tampoco especificada, un extranjero llega a una catedral en construcción para tallar la sillería del coro. Allí, entre andamios, herramientas, albañiles y capataces, descubre una compleja organización, gobernada por oscuros personajes, que convierten la complicada tarea de erigir el templo en un instrumento para otros fines. Poco a poco, el extranjero se va adentrando en los desconcertantes entresijos de una intriga que desembocará en un final sorprendente. A medida que se desarrolla la trama, descubrimos un mosaico de caracteres fascinantes, y asistimos a una conmovedora historia de amor.
Novela de intriga y de ideas a un tiempo, La sustancia interior es una obra que se desarrolla a varios niveles y permite diversas lecturas, mostrándonos un registro más profundo y poco conocido del autor de El lejano país de los estanques.
Las intrigas y pasiones que rodean la construcción de una catedral son el telón de fondo sobre el que se desarrolla la historia de la lucha interior que todo hombre lleva consigo.

La Sustancia Interior — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «La Sustancia Interior», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Bálder, aplastado por el torrente de imprecaciones del canónigo, tardó un poco en darse cuenta de que se le concedía al fin la palabra.

– ¿Puedo hablar ahora? -dudó.

– Si desea hacerlo -asintió Ennius, retrocediendo en su asiento y adoptando, tras su colérico discurso, una actitud de aturdido apaciguamiento.

– Bien -celebró Bálder, con una abulia que visiblemente hería a Ennius-. No estoy seguro de haber entendido qué es lo que pretende que yo haga ahora. Puedo suponer que se trata de que me retracte, porque me cuesta más imaginar que haya llegado a creer que tengo una justificación. En cualquier caso, lo primero sería extemporáneo, y lo segundo un acto de sometimiento que no deseo ni creo que precise dedicarle. Hablé a Gracchus porque me preguntó, y si dije lo que dije fue porque ya no debo al Arzobispado disimular lo que pienso.

– ¿Admite haber fingido hasta entonces? -saltó el canónigo.

– Desde luego. Siendo imparcial, la obra es un caos, la ciudad un estercolero, y este edificio apesta a urinario por todas sus esquinas. ¿De verdad concibe que un extraño como yo habría podido mostrar algo más que desesperación si no hubiera fingido?

– ¿Y por qué no se atrevió a decir lo que sentía?

– En circunstancias normales la respuesta sería una obviedad. Después de lo que he visto y padecido aquí, debo darle una que no espera: porque fui estúpido. Tomé en serio todo esto: los hombres apilando y uniendo piedras, el palacio custodiado por guardias, su sotana y la sombra de una jerarquía eclesiástica. Ahora sé que todo es una farsa ridícula.

El cerebro de Ennius maniobraba con dificultad entre los ásperos exabruptos de Bálder. Pero quiso rehacerse para buscarle la vuelta a sus palabras:

– ¿Debo deducir que es por ese reciente descubrimiento suyo por lo que ha decidido dar fin a su representación?

– Puede deducir lo que le parezca. Ese descubrimiento y otras cosas me han persuadido de que no callaré ni revelaré en esta habitación sino lo que se me antoje. Nunca he sido un maleducado, así que le presento mis excusas por la brusquedad, pero no sueñe que pida perdón por nada más. Si Gracchus volviera a entrometerse en mi trabajo, mis maneras serían todavía peores.

– No es necesario que prolonguemos esta charla para acreditar que falta en usted la más mínima contrición. -Absolutamente.

Ennius se tomó un tiempo para ordenar sus ideas. El estupor había obrado en su ánimo el efecto de calmar la ira con que había reclamado a Bálder a su presencia. Provisto de esta frialdad involuntaria, inquirió:

– Así que niega usted al canónigo supervisor general de la obra el derecho a opinar sobre su sillería.

– Como se lo niego al mundo entero. Como se lo niego a Dios mismo. Sólo tienen derecho a ejecutarme, si algo les ofende y disponen de los medios.

– Esa última duda es presuntuosa y blasfema hasta lo inaudito.

– No me consta, y sobre lo que no me consta, dudo. Es lo que dicta la razón.Yo no soy hombre de fe.

– Para su desdicha.

– Eso sólo hay un modo de comprobarlo. Le reto a que trate de convencerme.

Ennius meneó la cabeza.

– No tengo el menor propósito de participar en los juegos descabellados en que parece ocuparse últimamente. Todo le llegará como está establecido. Ésta es una casa antigua y no procede ni procederá de acuerdo con las sugerencias del último demente que llega.

– No trate de comprender lo que hago por el sumario expediente de la demencia. Hay más encima y debajo del suelo de lo que recuentan sus códigos.

– Eso no lo cuestiono -se burló Ennius, después de suspirar y expeler, con ese acto, los últimos restos de la tensión con que había iniciado el encuentro. Casi relajado, agregó-: Me intriga cómo tú hayas podido averiguarlo.

– No lo imaginarías aunque consumieras todo lo que te haya quedado de sesos después de aprenderte los códigos -se la devolvió Bálder, sin alterarse.

Ennius juntó ante su nariz los índices de ambas manos para situarse, al menos moralmente, fuera del alcance del dardo de Bálder. Con voz pausada, expuso a continuación:

– Esto podría ser divertido, indudablemente, aunque de una forma un tanto, cómo diría, torcida. La lástima es que todo lo que estamos hablando va a tener consecuencias. Por un lado me alivia que haya caído el velo de imposturas que desde el principio extendiste entre ambos. Ahora te veo la cara y no la apruebo, pero la mentira siempre es repudiable. Por otro, me enfrento a los problemas que tu comportamiento va a acarrearme y a la ingrata decisión que me impone. Me queda una curiosidad, estrictamente personal: ¿no tienes miedo?

– A ti o a Gracchus o a quienquiera que sea el que dé las órdenes a Gracchus, ninguno. Sí tengo mi propia curiosidad.

– ¿Cuál es, si puedo saberla?

– Los términos exactos de esa sentencia que tanto tarda en comunicarme -informó Bálder, restituyendo a Ennius el tratamiento para restablecer la distancia entre ambos.

– No vamos a retrasarlo más tiempo.Tal vez te ayude a reconsiderar tu impasibilidad.Voy a elevar la propuesta de que seas expulsado de la obra y de que todo lo que has hecho hasta ahora sea quemado a las afueras del recinto, para público ejemplo. Es lo más drástico que me cabe proponer. No voy a ocultarte que intento rehabilitarme ante mis superiores, pero estimo, en justicia, que es lo que mereces.

– Si hemos de ceñirnos a lo que en su concepto debeser la justicia, no me cabe sino darle la razón -acató Bálder-. También le aconsejo que no arrastre mala conciencia. Es lo que cualquiera haría en su lugar, supongo.

– Mi conciencia habrá de castigarme por la liviandad con que te he tratado hasta ahora, no por lo que he decidido hoy.

Una vez que había descargado su peso sobre Bálder, Ennius parecía más airoso, y sus dedos dejaron de enredarse como sierpes en la fronda mugrienta de su barba. Ahora los mantenía entrecruzados sobre la mesa, mientras se deleitaba observando el efecto que su condena causaba en Bálder, no tan perceptible, empero, como el canónigo se había figurado.

– ¿Y qué es lo que debo hacer ahora? -preguntó Bálder, por simple sentido práctico-. ¿Tengo que recluirme en mi celda, tengo que hacer el equipaje, o sólo tengo que esperar aquí sentado a que vengan a detenerme?

– Puedes volver a la obra, si lo deseas. Puedes seguir trabajando. El tamaño de la pira en la que arda tu vanidad no es un detalle que me atormente. No puedo impedir que acudas allí hasta que mis superiores aprueben mi propuesta. Mientras tanto, eres libre de seguir como si nada hubiera pasado, aunque yo en tu lugar no me esmeraría. Sólo te ruego que no adoptes comportamientos que me obliguen a tomar medidas cautelares.

– ¿A qué se refiere?

– Si te da por alborotar haré que te encierren. Dispongo de la facultad de arbitrar esa clase de remedios en casos de urgente necesidad. Aguardarás en un calabozo a que resuelvan sobre tu futuro. Te aseguro que será algo más incómodo.

– ¿Están enterados mis hombres de mi destitución?

– Aún no estás destituido, formalmente. Te seguirán obedeciendo.

– ¿Y qué hay del capataz?

– El capataz ya tiene instrucciones de no otorgar prioridad a tus solicitudes, pero no sabe ni sabrá más hasta que decidan las instancias competentes.

– Aulo es perspicaz. Habrá descifrado.

Ennius se deshizo de la cuestión con un expresivo ademán, que inedia a la vez lo que le interesaba la observación de Bálder y la atención que le merecía el personaje a quien se refería. Descendió a ponerlo en palabras:

– No me obsesiona lo que discurra por la mente del capataz. Cumplirá con las instrucciones que se le vayan dando; con éstas y con las que vengan después.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «La Sustancia Interior»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «La Sustancia Interior» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «La Sustancia Interior»

Обсуждение, отзывы о книге «La Sustancia Interior» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x