J. Robb - Una muerte extasiada

Здесь есть возможность читать онлайн «J. Robb - Una muerte extasiada» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Una muerte extasiada: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Una muerte extasiada»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Tres hombres aparecen muertos con una sonrisa en los labios. Los presuntos suicidas no tienen nada en común, ni aparentes motivos para querer quitarse la vida, La teniente Eve Dallas pone en tela de juicio la tesis del suicidio y las autopsias le dan la razón. En los cerebros de las tres víctimas se detectan pequeñas quemaduras. En su investigación, Eve se adentra en el inquietante mundo de la realidad virtual donde los mismos mecanismos concebidos para despertar el deseo pueden inducir a la mente a su propia destrucción.

Una muerte extasiada — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Una muerte extasiada», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

El androide apretó los labios y asintió. Con la espalda rígida, la condujo por un tramo de escaleras de imitación de piedra hasta el segundo piso, y a continuación a un rincón decorado como una terraza mirando el océano.

– Eve. -Mira se levantó de su bonita mesa y le cogió ambas manos-. Tienes muy buen aspecto. -Para sorpresa de Eve, Mira la besó en la mejilla-. Se te ve descansada y feliz.

– Supongo que lo estoy. -Tras una breve vacilación, Eve se inclinó y le rozó la mejilla con los labios.

– La acompañante de la doctora Mira desea un agua mineral -ordenó el androide a la camarera.

– Fría -añadió Eve, sonriendo al maitre.

– Gracias, Armand. -Mira tenía brillantes sus serenos ojos azules-. Enseguida pediremos.

Eve echó otro vistazo al elegante restaurante. Cambió de postura en su silla.

– Podríamos haber quedado en tu oficina.

– Me apetecía invitarte a almorzar. Éste es uno de mis lugares favoritos.

– Ese androide es gilipollas.

– Bueno, tal vez han programado a Armand excesivamente altivo, pero la comida es exquisita. Tienes que probar las almejas Maurice. No te arrepentirás. -Se recostó mientras servían agua a Eve-. Dime, ¿qué tal la luna de miel?

Eve se bebió el vaso de un trago y volvió a sentirse un ser humano.

– Dime, ¿hasta cuándo debo esperar que la gente me haga esta pregunta?

Mira se echó a reír. Era una mujer atractiva, con el cabello negro azabache recogido hacia atrás en un rostro de serena belleza. Vestía uno de sus elegantes trajes amarillo pálido. Tenía un aspecto arreglado y pulcro. Era una de las principales psiquiatras conductivistas del país, y la policía a menudo le pedía su opinión acerca de los más perversos crímenes. Aunque Eve no era consciente de ello, Mira sentía hacia ella mucho afecto y un fuerte sentimiento maternal.

– Te incomoda.

– Bueno, ya sabes. Luna de miel, sexo… Es personal. -Eve puso los ojos en blanco-. Suena estúpido, pero supongo que no estoy acostumbrada a estar casada. Y a Roarke. A todo el asunto.

– Os queréis y os hacéis felices mutuamente. No es preciso acostumbrarse a ello, sólo disfrutarlo. ¿Duermes bien?

– Por lo general. -Y recordando que Mira conocía sus más profundos y oscuros secretos, Eve bajó sus defensas-. Sigo teniendo pesadillas, pero no tan a menudo. Los recuerdos van y vienen. Ninguno es tan doloroso ahora que lo he superado.

– ¿Lo has superado?

– Mi padre me violaba y me maltrataba -dijo Eve categóricamente-. Lo maté. Tenía ocho años. Sobreviví. Quienquiera que fuese antes de que me encontraran en aquel callejón, ya no importa. Me llamo Eve Dallas. Soy una buena policía. Me he hecho a mí misma.

– Bien. -Pero habría más, pensó Mira. Los traumas como el de Eve tenían resonancias que nunca terminaban de desaparecer-. Sigues poniendo por delante de todo lo de policía.

– Soy policía ante todo.

– Sí, y supongo que siempre lo serás. -Mira esbozó una sonrisa-. ¿Por qué no pedimos y me explicas la razón de tu llamada?

8

Eve siguió la recomendación de Mira y pidió almejas, luego se permitió el lujo de comer un poco del auténtico pan de levadura de la cesta de plata que había sobre la mesa. Mientras comía, ofreció a Mira un perfil de Fitzhugh y los detalles de su muerte.

– Y quieres que te diga si pudo quitarse la vida. Si estaba predispuesto emocional y psicológicamente.

Eve arqueó una ceja.

– Ésa es la idea.

– Por desgracia no puedo hacerlo. Digamos que todos somos capaces de ello, dadas las circunstancias y el estado emocional adecuados.

– No lo creo -replicó Eve con tal firmeza que Mira sonrió.

– Tú eres una mujer fuerte, Eve. Te has vuelto fuerte, racional, tenaz e inflexible. Eres una superviviente. Pero recuerdas el desespero, la impotencia y la inutilidad.

En efecto, Eve lo recordaba demasiado bien, con demasiada nitidez. Cambió de postura en la silla.

– Fitzhugh no era un hombre inútil.

– Las apariencias pueden ocultar una gran confusión-. -La doctora levantó una mano antes de que Eve pudiera interrumpirla-. Pero estoy de acuerdo contigo. Dado su perfil, sus antecedentes, su estilo de vida, no lo definiría como un posible candidato al suicidio, y menos con un carácter tan violento e impulsivo.

– Era violento -asintió Eve-. Me enfrenté a él en los tribunales poco antes de que esto ocurriera. Era un tipo arrogante y pagado de sí mismo que se daba muchos aires.

– Estoy segura de ello. Sólo puedo decir que algunos… muchos de nosotros, en momentos de crisis, al hacer frente a un problema personal, ya sea del corazón o la mente, optamos por poner fin a nuestra vida antes de pasar por ello o cambiarlo. Ni tú ni yo sabemos qué crisis podía estar sufriendo Fitzhugh la noche de su muerte.

– Eso no es una gran ayuda que digamos -murmuró Eve-. Está bien, déjame explicarte dos casos más. -Brevemente, con la falta de pasión característica de un policía, describió los otros suicidios-. ¿Pautas?

– ¿Qué tenían esas personas en común? -preguntó Mira-. Un abogado, un político y un tecnólogo.

– Tal vez una lesión en el cerebro. -Tamborileando con los dedos en el mantel, Eve frunció el entrecejo-. Aún me quedan muchas teclas por tocar para obtener todos los datos, pero podría ser el motivo. Detrás de todo esto podría haber un motivo fisiológico antes que psicológico. Si existe una conexión, tengo que encontrarla.

– Te estás alejando de mi terreno, pero si encuentras datos que relacionen esos tres casos, estaré encantada de colaborar.

Eve sonrió.

– Contaba con ello. No tengo mucho tiempo. El caso Fitzhugh no puede tener prioridad indefinidamente. Si no consigo algo pronto y lo utilizo para convencer al comandante de que mantenga abierto el caso, tendré que pasar a otro. Pero por ahora…

– ¿Eve? -Reeanna se detuvo junto a la mesa, deslumbrante en un vestido largo con los colores del arco iris-. Oh, qué agradable sorpresa. Estaba comiendo con un socio y me ha parecido reconocerte.

– Reeanna. -Eve sonrió forzada. No le importaba parecer una vendedora ambulante junto a esa atractiva pelirroja, pero le molestó que interrumpiera el almuerzo-consulta-. La doctora Mira, Reeanna Ott.

– Doctora Ott. -Mira le tendió una mano con elegancia-. He oído hablar de su trabajo y lo admiro.

– Gracias, y lo mismo digo. Es un honor conocer a una de las mejores psiquiatras del país. He leído varios artículos suyos y me han parecido fascinantes.

– Qué halagador. ¿Por qué no se sienta con nosotras para los postres?

– Me encantaría. -Reeanna miró interrogante a Eve-. No estaré interrumpiendo algún asunto oficial, ¿verdad?

– Parece que hemos terminado con esa parte del programa. -Eve miró al camarero que acudió ante una discreta llamada de Mira-. Un café solo, de la marca de la casa.

– Lo mismo -dijo Mira-. Y un trozo de bizcocho de arándanos. Soy débil.

– Yo también. -Reeanna sonrió radiante al camarero como si éste fuera a preparar personalmente el plato escogido-. Un café con leche y una ración de tarta de chocolate. Estoy tan harta de la comida procesada que cuando estoy en Nueva York procuro atracarme -confesó a Mira.

– ¿Y cuánto tiempo piensa estar en la ciudad?

– Depende en gran medida de Roarke -sonrió a Evey cuánto tiempo crea útil tenerme aquí. Presiento que dentro de unas pocas semanas nos enviará a Olympus.

– Tengo entendido que es una gran empresa -comentó Mira-. Todas las imágenes que he visto en las noticias y en los canales de entretenimiento me han parecido fascinantes.

– A él le gustaría tenerlo terminado y en pleno funcionamiento para primavera. -Reeanna recorrió con una mano las tres cadenillas que llevaba alrededor del cuello-. Ya veremos. Roarke suele conseguir lo que se propone. ¿No estás de acuerdo, Eve?

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Una muerte extasiada»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Una muerte extasiada» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Отзывы о книге «Una muerte extasiada»

Обсуждение, отзывы о книге «Una muerte extasiada» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x