Sandra Brown - Punto Muerto

Здесь есть возможность читать онлайн «Sandra Brown - Punto Muerto» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Punto Muerto: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Punto Muerto»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La periodista Tiel McCoy suspende sus bien merecidas vacaciones cuando por la radio de su coche oye que un joven llamado Ronnie Davidson ha secuestrado a la adolescente Sabra Dendy, hija de uno de los hombres más ricos del país. Decidida a ocuparse del suceso, la casualidad quiere que se vea envuelta en un atraco con rehenes llevado a cabo por Ronnie y Sabra, cuya verdadera y sorprendente historia pone a prueba su objetividad periodística y sus más arraigadas creencias vitales…

Punto Muerto — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Punto Muerto», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Ronnie Davison había pasado de estado crítico a estable. Si seguía mejorando, en pocos días volvería a casa.

– Muy buenas noticias. Y también sobre Sabra. Ya está de regreso en Fort Worth. Anoche hablé con ella por teléfono. Ella y su madre van a ir a recoger a Katherine. Ronnie tendrá derecho a visitarla sin limitación de tiempo, pero han decidido retrasar la boda un par de años. Independientemente de cuál sea el resultado de sus enredos legales, han acordado esperar y ver si su relación supera la prueba del tiempo.

– Unos chicos muy inteligentes. Si todo va bien, acabará sucediendo.

– Eso es lo que piensan.

– Y Dendy estará contento de no tener sobre él un cargo por asesinato.

– No, pero docenas de testigos presenciaron su intento. Espero que le caiga encima una gorda.

– Secundo la idea. Casi se lleva por delante varias vidas.

La conversación decayó después de eso. El silencio se vio llenado por el gorjeo de los pájaros y el incesante y simpático borboteo del riachuelo. Cuando Tiel creyó que la presión que sentía en su interior acabaría reventándola, volvió a preguntar:

– ¿Qué estás haciendo aquí?

– Recibí un pastel de queso de Vern y Gladys.

– Yo también.

– Enorme.

– Descomunal.

Sintiéndose como una tonta con aquella caña en las manos, la dejó en el suelo, aunque al instante deseó no haberlo hecho. Ahora no tenía nada que hacer con las manos, que de repente le parecían demasiado grandes y prominentes. Las deslizó en los bolsillos traseros de sus pantalones vaqueros.

– Bonito lugar, ¿no?

– Pues sí.

– ¿Cuándo has llegado?

– Hará una hora.

– ¡Oh!

Entonces, desesperada:

– ¿Qué haces aquí, Doc?

– He venido a darte las gracias.

Ella bajó la cabeza y dejó la vista clavada en los pies. Sus zapatillas deportivas estaban llenas del barro de la orilla.

– No. No me des las gracias. No podía utilizar la grabación. Tenía también un vídeo. De la videocámara de Gladys. La calidad de la cinta no era muy buena, pero ningún otro reportero del mundo la tenía.

Respiró hondo, lo miró y volvió a bajar la vista.

– Pero salías en la cinta. Estabas reconocible. Y no quería explotarte después… después de lo que sucedió en el motel. Aquello fue personal. No podía explotarte sin explotar también con ello parte de mí. De modo que las tiré. Nadie las ha visto ni las ha oído.

– Bueno, pero no venía a darte las gracias por eso.

Levantó de pronto la cabeza.

– ¿Qué?

– Vi tus reportajes sobre todo aquello, y fueron estupendos. Lo digo en serio. Periodismo excelente. Te mereces todos los elogios que has recibido. Y agradezco que mantuvieras al margen nuestra conversación privada. Tenías razón en cuanto a lo de la exposición al público. Tenía que suceder, con o sin tu ayuda. Ahora lo entiendo.

Por una vez en su vida, Tiel no tenía nada que decir.

– El motivo por el que he venido a darte las gracias es por haberme obligado a verme a mí mismo desde otra perspectiva. A mi vida. Cómo la he desperdiciado. Después de la muerte de Shari y de todo lo que siguió, necesitaba soledad, tiempo y espacio para reflexionar las cosas, para reconsiderarlas. Esto consumió… unos seis meses. El resto del tiempo he estado haciendo exactamente lo que tú dijiste, esconderme. Castigarme. Tomar la salida del cobarde.

La presión que empezaba a generarse en el interior de Tiel no era de tensión, sino de emoción. Quizá de amor. De acuerdo, de amor. Quería acercarse a él, abrazarle, pero quería también oír lo que tuviera que decir. Más aún, él necesitaba decirlo.

– Regreso. He pasado la última semana en Dallas hablando con algunos médicos e investigadores, con gente nueva que comparte mi enfoque agresivo de la lucha contra esta cosa, médicos que están cansados de tener que pasar por interminables comités y consejos legales para obtener la aprobación de un nuevo tratamiento cuando el paciente está sufriendo y todas las demás alternativas se han agotado. Nos gustaría arrancar la medicina de manos de los abogados y los burócratas y devolverla a los médicos. De modo que hemos formado un grupo, estamos aunando nuestros recursos y especialidades… -La miró-. ¿Estás llorando?

– Es el sol, que me da en los ojos.

– ¡Oh! Bueno. Eso es lo que he venido a decirte.

Económicamente, eficientemente, de la manera más formal que le fue posible, se secó las lágrimas de los ojos.

– Pero no tenías por qué viajar hasta aquí. Podrías haberme enviado un correo electrónico, o llamarme.

– Eso también habría sido cobardía. Necesitaba decírtelo en persona, cara a cara.

– ¿Cómo supiste dónde encontrarme?

– Fui a tus oficinas. Hablé con Gully, quien me pidió también que te transmitiese un mensaje. -Con un pequeño movimiento de la cabeza, ella le indicó que estaba escuchándole-. Dijo: «Dile que no soy estúpido. Que he comprendido lo que quería decir con "se complicó"». ¿Tiene algún sentido?

Ella se echó a reír.

– Sí.

– ¿Te importaría explicármelo?

– Quizá más tarde. Si te quedas.

– Si no te importa mi compañía.

– Creo que podré tolerarla.

Él le devolvió su ancha sonrisa, pero su expresión volvió a ponerse seria.

– Ambos nos tomamos el trabajo con mucha intensidad, Tiel.

– Lo que creo forma parte de nuestra mutua atracción…

– No será fácil.

– Nada que merezca la pena lo es.

– No sabemos adonde nos llevará todo esto.

– Pero sabemos adonde esperamos que nos lleve. Sabemos también que no nos llevará a ninguna parte si no lo intentamos.

– Quise a mi mujer, Tiel, y el amor puede doler.

– No ser amado duele aún más. A lo mejor encontramos una manera de querernos sin que duela.

– Dios, tengo ganas de acariciarte.

– Doc… -murmuró ella. Entonces se echó a reír-. ¿Bradley? ¿Brad? ¿Cómo te llamo?

– Con un simple «ven aquí» bastará por el momento.

Y entonces él cerró la distancia que los separaba.

Sandra Brown

Sandra Brown es la autora de más de 50 bestsellers del New York Times Empezó - фото 2

Sandra Brown es la autora de más de 50 bestsellers del New York Times. Empezó su carrera como escritora en 1981 y, desde entonces, ha publicado 65 novelas. Sus libros han sido traducidos a 30 idiomas, y en la actualidad existen 70 millones de copias de sus novelas por todo el mundo. Antes de embarcarse en su aventura literaria, trabajó como modelo en el Dallas Apparel Mart, así como en televisión, dando el parte meteorológico en la cadena WFAA de Dallas y también en el programa PM Magazine. Ha ganado numerosos premios y pertenece a varias asociaciones de escritores. Está casada con Michael Brown, un productor televisivo. Viven en Arlington, Tejas.

Si bien en Estados Unidos ha publicado bajo diversos seudónimos, Rachel Ryan, Erin St. Claire y Laura Jordan, aquí en España las novelas publicadas bajo esos seudónimos se han publicado bajo el nombre de Sandra Brown…

***
Punto Muerto - фото 3
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Punto Muerto»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Punto Muerto» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sandra Brown - Low Pressure
Sandra Brown
Sandra Brown - Lethal
Sandra Brown
Sandra Brown - The Rana Look
Sandra Brown
libcat.ru: книга без обложки
Sandra Brown
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Sandra Brown - Único Destino
Sandra Brown
Sandra Brown - Smoke Screen
Sandra Brown
Sandra Brown - Play Dirty
Sandra Brown
Sandra Brown - Ricochet
Sandra Brown
Sandra Robbins - Point Blank
Sandra Robbins
Отзывы о книге «Punto Muerto»

Обсуждение, отзывы о книге «Punto Muerto» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x