Sandra Brown - Punto Muerto

Здесь есть возможность читать онлайн «Sandra Brown - Punto Muerto» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Punto Muerto: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Punto Muerto»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

La periodista Tiel McCoy suspende sus bien merecidas vacaciones cuando por la radio de su coche oye que un joven llamado Ronnie Davidson ha secuestrado a la adolescente Sabra Dendy, hija de uno de los hombres más ricos del país. Decidida a ocuparse del suceso, la casualidad quiere que se vea envuelta en un atraco con rehenes llevado a cabo por Ronnie y Sabra, cuya verdadera y sorprendente historia pone a prueba su objetividad periodística y sus más arraigadas creencias vitales…

Punto Muerto — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Punto Muerto», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Un distribuidor de coches de la ciudad le había hecho una propuesta para aparecer en sus anuncios y ella había declinado la oferta. Revistas femeninas estaban proponiéndole artículos de colaboración sobre cualquier cosa, desde sus secretos para el éxito hasta la decoración de su casa. Sin haber sido nombrada oficialmente, era la Mujer de la Semana.

Y nunca se había sentido más miserable.

Estaba realizando un intento inútil de limpiar la mesa cuando llegó Gully.

– Hola, pequeña.

– He llevado lo que quedaba de pastel de queso a la cafetería y lo he dejado allí para que la gente se sirva libremente.

– Me he comido el último pedazo.

– Tus arterias nunca me perdonarán.

– ¿Te he dicho que hiciste un trabajo estupendo?

– Siempre es agradable oírlo.

– Hiciste un trabajo estupendo.

– Gracias. Pero me ha dejado agotada. Estoy cansada.

– Lo pareces. De hecho, pareces una mierda aplastada. -Ella le miró con malicia por encima del hombro. Sólo digo lo que veo.

– ¿No te explicó nunca tu madre que hay cosas que es mejor no decir?

– ¿Qué te pasa?

– Ya te lo he dicho, Gully, estoy…

– Tú no estás sólo cansada. Conozco el cansancio, y esto no es cansancio. Deberías estar encendida como un árbol de Navidad. Esta no es tu personalidad normal, hiperactiva, llena de energía. ¿Se trata de Linda Harper? ¿Estás de morros porque estuvo allí primero y te robó un poco de tanto estruendo?

– No. -De manera metódica abrió un nuevo sobre y leyó la nota de felicitación que contenía. «Me encantan tus reportajes en televisión. Eres mi modelo a imitar. Cuando sea mayor me gustaría ser como tú. Me encanta además tu pelo.»

– No puedo creerme -dijo Gully- que no reconocieses a ese Doc como al doctor Bradley Stanwick.

– Mmm.

Gully continuó, sin amilanarse ante su aparente desinterés.

– Deja que te lo diga de otra manera. No creo que no le reconocieses como el doctor Bradley Stanwick.

El cambio en el tono de voz de Gully era inconfundible, y no había manera de evitar abordarlo. Dejó en la mesa la nota de la chica que se había identificado como Kimberly, una estudiante de quinto curso, y giró lentamente la silla para situarse frente a Gully.

Él la miró durante un largo momento. Los ojos de Tiel no vacilaban. Tampoco transmitían nada.

Finalmente, Gully se pasó la mano por la cara, tirando de su decaída piel hasta convertirla casi en una máscara de goma de Halloween.

– Imagino que tenías tus razones para proteger su identidad.

– Me pidió que no la revelara.

– ¡Oh! -Se dio en la frente con la palma de la mano-. ¡Claro! ¿Pero qué me pasa? Uno de los protagonistas de la historia dijo «No quiero salir en televisión» y entonces, naturalmente, tú omitiste ese importante elemento.

– No ha representado ningún coste para el reportaje, Gully. -Malhumorada, se levantó y empezó a reunir sus objetos personales para guardarlos en el bolso y marcharse-. Lo hizo Linda, así que ¿de qué te quejas?

– ¿Que de qué me quejo? ¿Es que me has oído quejarme?

– Parecía como si estuvieras quejándote.

– Simplemente siento curiosidad por saber por qué mi reportera aventajada me ha fallado.

– No ha sido así.

– ¡Has fallado! Y mucho. Quiero saber por qué.

Ella se volvió y se enfrentó a él.

– Porque se… -Dejó de gritar, recuperó la calma, respiró hondo y acabó con un tono mucho más suave-. Complicó.

– Se complicó.

– Se complicó. -Le rodeó para coger la chaqueta, la descolgó del perchero y se la puso, evitando su mirada incisiva-. Es algo parecido a lo de Garganta Profunda.

– No tiene nada que ver con Garganta Profunda, que era una fuente de información. Bradley Stanwick era un jugador en activo. Un protagonista. Objeto de caza legal.

– Una distinción que en algún momento deberíamos debatir. En otro momento. Cuando no esté a punto de largarme de vacaciones.

– ¿Aún piensas irte? -Salió corriendo tras ella en cuanto Tiel abandonó su cubículo y empezó a abrirse camino por la sala de redacción en dirección a la parte trasera del edificio.

– Necesito más que nunca alejarme un tiempo de aquí. Fuiste tú quien aprobó mi solicitud para tomarme unos días libres.

– Lo sé -dijo quejosamente-. Pero me lo he pensado dos veces. ¿Sabes qué estaba pensando? Estaba pensando que deberías producir un programa piloto de Nine Live. Este «médico del cáncer-vaquero» sería un primer invitado dinamita. Consigue que hable sobre la investigación en torno a la muerte de su esposa. ¿Cuál es su punto de vista sobre la eutanasia? ¿Le practicó a ella la eutanasia?

– Estaba motivado para hacerlo, pero no lo hizo.

– ¿Lo ves? Ya tenemos en marcha un diálogo provocador. Podrías seguir con su participación en aquel incidente que viviste. ¡Sería estupendo! Podríamos pasar el programa piloto a los de arriba. Tal vez emitirlo como reportaje especial una noche después de las noticias. Sería tu billete para el puesto de presentadora de Nine Live.

– No te hagas ilusiones, Gully. -Empujó la pesada puerta de salida que daba al aparcamiento de empleados. El pavimento estaba caliente como las brasas.

– ¿Pero qué dices? -La siguió al exterior-. Esto es lo que siempre quisiste, Tiel. Para lo que has trabajado. Mejor que lo aproveches, o podrían quitártelo. Podrían darle el programa a Linda, sobre todo si se enteran de que supiste en todo momento lo de Stanwick. Pospón el viaje hasta que todo esto esté cerrado.

– Y entonces no me podré marchar porque tendré todas las reuniones de producción. -Negó con la cabeza. No, Gully, me voy.

– No te entiendo. ¿Estás con el síndrome premenstrual o qué?

Sonrió, negándose a tomárselo a mal.

– Estoy cansada del baile, Gully. Estoy agotada de intentar conseguir constantemente un puesto y de toda la paranoia que ello conlleva. La directiva sabe perfectamente lo que soy capaz de hacer. Son conscientes de mi popularidad entre el público, y saben que ahora es más alta que nunca. Conocen mi trabajo desde hace años, mis índices de audiencia, y tienen mis premios para recordarles que soy la mejor elección para ese puesto.

Abrió la puerta del coche y echó dentro el bolso.

– Diles que mientras no estoy seguiré en contacto con mi agente. Voy a convertir Nine Live en una condición de mi contrato. Si no tengo el programa, no renuevo. Y durante esta semana he recibido al menos un centenar de ofertas que respaldan mi decisión.

Se inclinó y le dio un beso en la mejilla a Gully, que seguía asombrado.

– Te quiero, Gully. Adoro mi trabajo. Pero es trabajo; ha dejado de ser mi vida.

De camino a la ciudad hizo una parada, en un contenedor de basura situado detrás de un supermercado. Tiró dos cosas. Una era una cinta de voz grabada. La otra una cinta de vídeo de dos horas de duración filmada con la videocámara de Gladys y Vern.

Tiel maldijo al ver el sedal de la caña completamente enredado.

– ¡Maldita sea!

– ¿Pican?

Pensando que estaba sola, dio un brinco y se volvió rápidamente. Le flaquearon las rodillas al verlo. Estaba apoyado en el tronco de un árbol, su alta y esbelta figura vestida de vaquero en armonía con el accidentado paisaje.

– No tenía idea de que sabías pescar -observó.

¿Había hecho todo aquel camino para hablar de pesca?

– Es evidente que no sé. -Sostenía en la mano la caña con el sedal enredado y ponía mala cara-. Pero ya que se supone que esto es lo que se hace cuando al lado de la casita de vacaciones corre un riachuelo transparente… Doc, ¿qué haces aquí?

– Hay buenas noticias de Ronnie.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Punto Muerto»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Punto Muerto» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Sandra Brown - Low Pressure
Sandra Brown
Sandra Brown - Lethal
Sandra Brown
Sandra Brown - The Rana Look
Sandra Brown
libcat.ru: книга без обложки
Sandra Brown
Sara Paretsky - Punto Muerto
Sara Paretsky
Sandra Brown - Único Destino
Sandra Brown
Sandra Brown - Smoke Screen
Sandra Brown
Sandra Brown - Play Dirty
Sandra Brown
Sandra Brown - Ricochet
Sandra Brown
Sandra Robbins - Point Blank
Sandra Robbins
Отзывы о книге «Punto Muerto»

Обсуждение, отзывы о книге «Punto Muerto» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x