Dennis Lehane - Rio Mistico

Здесь есть возможность читать онлайн «Dennis Lehane - Rio Mistico» весь текст электронной книги совершенно бесплатно (целиком полную версию без сокращений). В некоторых случаях можно слушать аудио, скачать через торрент в формате fb2 и присутствует краткое содержание. Жанр: Триллер, на испанском языке. Описание произведения, (предисловие) а так же отзывы посетителей доступны на портале библиотеки ЛибКат.

Rio Mistico: краткое содержание, описание и аннотация

Предлагаем к чтению аннотацию, описание, краткое содержание или предисловие (зависит от того, что написал сам автор книги «Rio Mistico»). Если вы не нашли необходимую информацию о книге — напишите в комментариях, мы постараемся отыскать её.

Jimmy, Dave y Sean crecieron juntos en la sección peligrosa de Boston. Veinticinco años después vuelven a reunirse, cuando la hija de 19 años de Jimmy es brutalmente asesinada. Sean, que ahora es policía, es asignado para resolver el caso. Además de desenredar este crimen, Sean deberá estar pendiente de su amigo Jimmy, quien busca vengarse del asesino de su hija. Conectado al crimen por una serie de circunstancias, Dave se ve obligado a enfrentarse con los demonios de su propio pasado. A medida que la investigación se concentra alrededor de estos tres amigos, se despliega una siniestra historia, que tiene que ver con la amistad, la familia y la inocencia perdida demasiado pronto.

Rio Mistico — читать онлайн бесплатно полную книгу (весь текст) целиком

Ниже представлен текст книги, разбитый по страницам. Система сохранения места последней прочитанной страницы, позволяет с удобством читать онлайн бесплатно книгу «Rio Mistico», без необходимости каждый раз заново искать на чём Вы остановились. Поставьте закладку, и сможете в любой момент перейти на страницу, на которой закончили чтение.

Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Dave vio un trozo de río color azul tinta, iluminado por las luces del puente y el resplandor, reflejado en las pupilas de Jimmy.

– ¿Por qué me cuentas todo esto, Jimmy? -le preguntó Dave.

Jimmy señaló un lugar, por encima del hombro izquierdo de Dave y declaró:

– Hice que Ray se arrodillara allí mismo y le pegué dos tiros: uno en el pecho y otro en el cuello.

Val se apartó de la pared que había junto a la puerta, se dirigió hacia la izquierda de Dave y se tomó su tiempo; la maleza sobresalía tras él. A Dave se le cerró la garganta y se le secaron las tripas.

– Jimmy, no sé lo que… -farfulló Dave.

– Ray me suplicó -apuntó Jimmy-. Me dijo que éramos amigos. Que tenía mujer e hijo. También me explicó que su mujer estaba embarazada y que se mudarían a otra ciudad. Me aseguró que nunca jamás volvería a molestarme. Me suplicó que le dejara vivir para que pudiera ver nacer a su hijo. Me dijo que me conocía, que sabía que era un buen hombre, y que sabía que no quería hacerle daño. -Jimmy alzó la vista hacia el puente-. Deseaba darle alguna respuesta. Quería decirle que amaba a mi mujer, que ésta había muerto y que le consideraba responsable de ello y que, además, por principio, uno no delataba nunca a sus amigos si quería vivir muchos años. Pero no le dije nada, Dave. Estaba demasiado ocupado llorando. Fue muy patético. Los dos estábamos lloriqueando. Las lágrimas casi no me dejaban verle.

– Entonces, ¿por qué le mataste? -preguntó Dave, y en su voz había un lamento desesperado.

– Te lo acabo de contar -respondió Jimmy, como si se lo estuviera explicando a un niño de cuatro años-. Por principios. Me convertí en un viudo de veintidós años con una hija de cinco. Me había perdido los dos últimos años de la vida de mi mujer. Y el maldito Ray sabía perfectamente que la regla número uno de nuestro oficio era no delatar a los amigos.

– ¿Qué es lo que piensas que he hecho, Jimmy? Dímelo -dijo Dave.

– Cuando maté a Ray -prosiguió Jimmy-, sentí, no sé, que no era yo mismo. Tuve la sensación de que Dios me estaba mirando mientras le empujaba y lo tiraba a ese río. Y Dios sólo negaba con la cabeza. En realidad, no parecía enfadado, sólo un poco disgustado y nada sorprendido, como cuando descubres que tu cachorrillo ha hecho caca en la alfombra. Estaba ahí mismo, detrás de donde tú estás ahora, contemplando cómo se hundía Ray, ¿sabes? Su cabeza fue lo último en desaparecer, y recuerdo que pensé que cuando era niño creía que si uno nadaba hasta lo más profundo del agua, sería capaz de atravesar el fondo marino y aparecer en el espacio exterior. Así era como me imaginaba el globo terráqueo. Así estaría pues, mi cabeza sobresaldría de la Tierra, con todo el espacio, las estrellas y el cielo negro a mí alrededor, antes de iniciar la caída. Me hundiría en el espacio exterior y me alejaría flotando, y así seguiría durante un millón de años, en el frío de la noche. Eso fue lo que me imaginé cuando Ray se hundió; que seguiría sumergiéndose hasta hacer un agujero en el planeta, para luego vagar durante un millón de años por el espacio.

– Sé que te imaginas algo, Jimmy, pero estás equivocado -declaró Dave-. Crees que maté a Katie. Es eso, ¿verdad?

– No hables, Dave -le ordenó Jimmy.

– ¡No, no, no! -gritó Dave. De repente se percató de que Val sostenía una pistola-. No tuve nada que ver con la muerte de Katie.

«Van a matarme -pensó Dave-. No, por favor. Uno debe disponer de tiempo para prepararse. Uno no debería salir de un bar para vomitar y enterarse de que su vida se acaba. No, tengo que ir a casa. Tengo que arreglar las cosas con Celeste. Tengo que comer».

Jimmy se metió la mano en la chaqueta y sacó una navaja. Mientras la abría, la mano le temblaba un poco. Dave se dio cuenta de que también le temblaba el labio superior y un lado de la barbilla. Había esperanza. No podía permitirse que se le paralizara el cerebro. Había esperanza.

– La noche en que Katie murió llegaste a casa con toda la ropa cubierta de sangre, Dave. Has contado dos versiones diferentes de cómo te hiciste daño en la mano, y vieron tu coche aparcado delante del Last Drop a la hora en que Katie se fue. Mentiste a los policías y nos has estado engañando a todos nosotros.

– ¡Mira, Jimmy! ¡Por favor, mírame!

Jimmy continuó mirando el suelo.

– Sí, Jimmy, llegué a casa cubierto de sangre. Le pegué a alguien. Le pegué mucho.

– ¿Piensas contarnos la historia del atracador? -le preguntó Jimmy.

– No, era uno de esos que abusan de los niños. Estaba haciéndoselo en su coche con un chico. Era un vampiro, Jim. Estaba envenenando a aquel niño.

– Así pues, no hubo ningún atraco. Era un tipo que, si no lo he entendido mal, estaba abusando de un menor. Claro, Dave. Ya lo entiendo. ¿Le mataste?

– Sí. Bien, yo y… el chico.

Dave no tenía ni idea de por qué había dicho eso. Jamás le había hablado del chico a nadie. Uno no debía hacerlo, ya que la gente no lo entendía. Tal vez lo hubiera dicho a causa del miedo. Quizá necesitaba que Jimmy entendiera cómo le funcionaba la cabeza.

– Jimmy, compréndeme. Date cuenta de que no soy el tipo de persona que mataría a un inocente.

– Entonces, tú y el chico del que habían abusado…

– No -replicó Dave.

– ¡Cómo que no! Acabas de decir que tú y el chico…

– ¡No, no! ¡Olvídate de eso! A veces se me va la cabeza, yo…

– ¡No me digas! -exclamó Jimmy-. Me estás contando que mataste a un pervertido, pero, en cambio, no se lo quieres explicar a tu mujer. Creo que debería haber sido la primera persona en saberlo. Especialmente ayer por la noche, cuando te confesó que no creía la historia del atracador. ¿Por qué no se lo dijiste? A la mayoría de la gente no le importa que muera un violador de niños, Dave. Tu mujer cree que mataste a mi hija. ¿Cómo quieres que me crea que preferiste que Celeste pensara que habías matado a Katie en vez de a un pederasta? ¿Me lo puedes explicar, Dave?

Dave deseaba decirle; «Le maté porque tenía miedo de convertirme en alguien como él. Si me comía su corazón, entonces aniquilaría y destruiría su espíritu. Pero no puedo decir eso en voz alta. No puedo contar esa verdad. Ya sé que hoy mismo he prometido que se habían acabado los secretos. Pero, por favor, esto no lo puedo contar, por muchas mentiras que tenga que decir para mantenerlo oculto».

– ¡Venga, Dave! ¡Cuéntame por qué! ¿Por qué fuiste incapaz de decirle la verdad a tu propia mujer?

La única respuesta que se le ocurrió fue;

– No lo sé.

– ¡No lo sabes! Bien, pues en este cuento de hadas, tú y el niño (¿quién se supone que es el niño, tú cuando eras pequeño?) vais y…

– Sólo lo hice yo -replicó Dave-. Yo maté a la criatura sin rostro.

– ¿A quién coño dices? -preguntó Val.

– Al tipo. Al violador. Le maté. Yo. Yo solo. En el aparcamiento del Last Drop.

– No he oído decir que encontraran a un tipo muerto cerca del Last Drop -repuso Jimmy, volviéndose hacia Val.

– ¿Qué estás haciendo, Jimmy? ¿Dejando que este cabronazo se explique? -protestó Val-. ¿Estás de broma, o qué?

– Es verdad -insistió Dave-. Os lo juro por mi hijo. Le metí en el maletero de su coche. No sé qué ha pasado con el coche, pero lo hice. ¡Os lo juro por Dios! Quiero ver a mi mujer, Jimmy. Quiero vivir mi vida. -

Dave alzó los ojos hacia la oscura parte inferior del puente, y oyó el chirriar de los neumáticos allá arriba, las luces amarillas en tropel rumbo a sus respectivas casas-. ¡Jimmy, por favor! ¡No me prives de eso!

Jimmy miró a Dave a los ojos y Dave vio su muerte allí. Vivía dentro de Jimmy como los lobos. Dave deseó con fuerza ser capaz de enfrentarse a aquello, pero no lo consiguió. No podía hacer frente a la muerte. Ahí estaba, con los pies en el suelo, el corazón le bombeaba la sangre, el cerebro enviaba mensajes a los nervios, a los músculos y a los órganos, sus glándulas suprarrenales totalmente abiertas; y en cualquier momento, quizá fuese tan sólo cuestión de segundos, una navaja le atravesaría el pecho. A pesar del dolor tendría la certeza de que su vida (su vida y sus visiones, el hecho de comer, de hacer el amor, de reír, tocar y oler) llegaría a su fin. Era incapaz de afrontarlo con valentía. Suplicaría. Lo haría, sin duda. Si no le mataban, ha- ría cualquier cosa que le pidieran.

Читать дальше
Тёмная тема
Сбросить

Интервал:

Закладка:

Сделать

Похожие книги на «Rio Mistico»

Представляем Вашему вниманию похожие книги на «Rio Mistico» списком для выбора. Мы отобрали схожую по названию и смыслу литературу в надежде предоставить читателям больше вариантов отыскать новые, интересные, ещё непрочитанные произведения.


Dennis Lehane - Since We Fell
Dennis Lehane
Dennis Lehane - Coronado
Dennis Lehane
Dennis Lehane - Live by Night
Dennis Lehane
Dennis Lehane - The Given Day
Dennis Lehane
Dennis Lehane - Shutter Island
Dennis Lehane
Dennis Lehane - Moonlight Mile
Dennis Lehane
Dennis Lehane (Editor) - Boston Noir
Dennis Lehane (Editor)
Dennis Lehane - Prayers For Rain
Dennis Lehane
Dennis Lehane - Gone, Baby, Gone
Dennis Lehane
Dennis Kuhl Dennis Kuhl - Das LasterLeben der Anderen
Dennis Kuhl Dennis Kuhl
Dennis Lehane - The Terrorists
Dennis Lehane
Отзывы о книге «Rio Mistico»

Обсуждение, отзывы о книге «Rio Mistico» и просто собственные мнения читателей. Оставьте ваши комментарии, напишите, что Вы думаете о произведении, его смысле или главных героях. Укажите что конкретно понравилось, а что нет, и почему Вы так считаете.

x